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miércoles, 30 de octubre de 2013

El Estado contra la Nación


La mayoría del Parlamento español ratifica la soberanía constitucional de los españoles sobre España

Disculpen, pero no he entendido bien la propuesta de UPyD, el partido de Rosa Díez, resulta que tras 35 años de haber sido aprobada la Constitución actual por los españoles, el Parlamento español somete a la voluntad de los diputados si los españoles estamos en nuestro derecho de decidir sobre el porvenir de la nación española como únicos representantes posibles de su soberanía.

Lo que sí hemos comprobado con esta propuesta, insisto, sin demasiado sentido, más que el de retratar cuantos diputados cobran sus sueldos todos los meses por ir contra la Constitución española vigente, que en este país se puede representar en el Congreso de Diputados a los españoles, sin estar de acuerdo con la Constitución española, lo que posiblemente en cualquier otro país sería motivo de asombro, en España no lleva ni dos líneas de los diarios, estamos tan acostumbrados a la ilegitimidad y al impunidad, que ya no nos sorprende absolutamente nada, pero es curioso saber que todos los analfabetos que han votado en contra de la propuesta de Rosa Díez, para ser diputados han tenido que prometer que respetarían y harían respetar la Constitución. Fundamentalmente porque si no lo hacen no pueden ser diputados y cobrar todos los meses.

Es cierto que en este país la incultura política es intensa e inmensa, por ejemplo ayer mismo el periodista Iñaki Gabilondo decía que había que apartar a las víctimas de su influencia en la aplicación de las leyes en nombre de la “justicia democrática”. Lo que viene al caso para explicarle a este señor que la democracia existe precisamente porque hay justicia, por eso los diputados nacionales están obligados a prometer la Constitución antes de poder ejercer como tales, pues aunque recibiera alguno 46 millones de votos, como no prometiera respetar y hacer respetar la Constitución, aunque fuera por imperativo legal, como hacían los de Herri Batasuna, no pueden ejercer como diputados.

Lo que sorprende en este país de despropósitos es que haya habido 60 diputados inconstitucionales en la votación que hoy se ha realizado, algo que han ocultado los principales diarios nacionales, y que gracias a Cantabria 24 horas.com, he logrado enterarme, ¿y quienes han sido?, pues el elenco nacionalista que tenemos instalado en el Congreso por los votos de los españoles, pero contra la Constitución española: CIU, PSC, Izquierda Plural, PNV, Amaiur, ERC, Coalición Canaria y Compromis, no es baladí la cuestión, pues un 17,15 % de los representantes en el Congreso deberían devolver de inmediato su acta de diputado, que están ocupando ilegítimamente, pero seguramente los 275 que ha votado a favor de que el derecho a decidir sobre España es de los españoles (PSOE sin PSC, PP, UPyD y Foro), un 78,5 % de los diputados, no les pedirán tal cosa. Como no ha habido abstenciones, parece que los 15 diputados que han faltado a la votación estarían de vacaciones.

Sin embargo, como español y soberano, me gustaría realizar unas pequeñas precisiones. ¿Quiénes son los diputados españoles para evaluar si mi derecho a decidir y el de todos mis compatriotas sigue estando vigente o no? ¿Ahora estamos en la República Francesa donde los diputados de la Asamblea tienen soberanía compartida con el pueblo francés? ¿Puede el Congreso de los Diputados español votar sobre la condición soberana de los españoles sobre la nación española?, evidentemente sí, por lo que se ha visto, pero además sin mencionar a la nación española, sino reduciendo su evaluación al derecho a decidir. Es decir, hoy, gracias al Congreso de Diputados y la propuesta de Rosa Díez los españoles tenemos ratificado por el Congreso de Diputados nuestro derecho a decidir, eso sí, gracias a los votos de los  que así lo han decidido y no gracias a la Constitución que hemos aprobado.

Conociendo el percal de La Casta, me parece que nos acaban de colar una nueva filigrana legal, por la puerta de atrás, porque de nuestro derecho soberano a decidir sobre el destino de la nación española indelegable e irrepresentable, hemos pasado a tener una concesión ratificada por el Congreso de Diputados, que es una representación de los poderes del Estado, junto al Gobierno y el Poder Judicial.

Quiero recordar, por último, a los 350 garrulos que nos representan en el Congreso de Diputados, incluidos o a los ausentes el artículo 1.2 de la Constitución española de 1978 que dice textualmente: 

     1.2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.

Pues a partir de hoy este artículo queda derogado de nuestra Constitución gracias a la propuesta de Rosa Díez, que nos ha birlado la soberanía al descuido a todos los españoles sobre la nación española, por no saber leer, exactamente igual que el resto de sus 349 compañeros en el Congreso, tanto los que han votado como los que no,  porque resulta que después de la votación de hoy ha quedado exactamente al revés, más o menos así.

“Los poderes del Estado deciden sobre la soberanía nacional, que hasta el 29 de octubre de 2013 y la propuesta de Rosa Díez, dirimida por 350 diputados tarugos,  residía en el pueblo español”.

Pero lo más fascinante de todo es que de los 350 diputados que hoy representan a los ciudadanos españoles, porque la soberanía nacional sigue siendo representada por cada uno de nosotros como únicos soberanos, no se le ha ocurrido que esa cuestión, la del derecho a decidir, no compete al Congreso de los Diputados, sino a la nación española, es decir a todos los españoles en referendum.

La próxima vez que haya elecciones, además de exigirles el compromiso expreso de cumplir y hacer cumplir la Constitución, deberían hacerles un examen de lectura, porque es inconcebible que tengamos 350 analfabetos representándonos en el Congreso de Diputados, así nos va.

Con lo fácil que es distinguir Nación como representación del pueblo español, de Estado como representación del poder de la Casta, representado por 350 tarugos que vulneran la misma ley que les permite representarnos, y se quedan tan frescos.

Enrique Suárez

domingo, 27 de octubre de 2013

Ciudadano Ubú da la bienvenida al Movimiento Ciudadano de Albert Rivera


Nuestro amigo Ciudadano Ubú, al que tanto se echa de menos en la escenografía política española, nos ha remitido un breve comunicado con el que quiere dar la bienvenida al Movimiento Ciudadano de Albert Rivera, que ahora, al fin, ha decidido presentarse en Madrit.

No es la primera vez que esto ocurre pues el 27 de marzo de 2007, ya ocurrió algo similar, cuando en la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, se presentó la Asociación Ciutadans de Catalunya, antes de que la formación de Albert Rivera y el profesor Fraçesc de Carreras, convirtieran a Ciutadans en un partido de "izquierda no nacionalista" algo que consta, o constaba en su día, en sus estatutos. En aquella ocasión asistieron al cónclave Juan José Areta, coordinador de Madrid, Juan Francisco de la Torre, coordinador de resto de España, Fernando Savater y Rosa Díez, fundadores de UPyD, y Albert Boadella, promotor de Ciutadans en su día y traidor nacional de Catalunya

Sorprenden, por tanto, las palabras de Albert Rivera en la presentación del Movimiento Ciudadano, cuando ahora se lanza a la glorificación de la nación española, habiendo abjurado de su defensa en tantas ocasiones desde su izquierdismo no nacionalista, manifiesto y declarado estatutariamente, aunque posteriormente derivó su partido hacia aquella asociación con Libertas, aquel partido acaparador. sin ideología y euroescéptico, que presentó a Miguel Durán en las elecciones europeas de 2009.

Verán ustedes, nos ha dicho Ciudadano Ubú, que de estas cosas sabe algo, que esta operación, al igual que la de UPyD de Rosa Díez, a quien que no le gusta que le recuerden que en los estatutos de su partido se promueve el federalismo, como hace el PSC, son secuelas de la deriva del PSOE hacia sus veleidades nacionalistas y del PP, hacia sus aspavientos socialdemócratas. La UPyD quiere desplazar al PSOE, y Ciutadans al PP, para seguir haciendo lo mismo que hicieron el PSOE y el PP, eso sí, nuevamente en nombre de la democracia, la libertad y la justicia universal de sus ombligos. Sin duda una aspiración legítima, pero enturbiada por las cosas que no les cuentan de sus partidos a sus potenciales electorados: que UPyD es un partido que aspira al federalismo de mediana intensidad y que Ciutadans, es una formación política de izquierda no nacionalista, en deriva hacia el eurotimo existencial. 

Ante la deriva errática y travestida de los dos grandes partidos nacionales y la insana escalada secesionista de los nacionalismos catalán y vasco, parece que los miembros novicios de La Casta se han puesto de acuerdo para celebrar al Príncipe de Salina de El Gatopardo de Lampedusa, cambiando algo para que todo siga igual, en una nueva entrega del más de lo mismo, eso sí, con los aires de renovación y novedad regeneradora que este país anhela.

Nada nuevo bajo el sol, Ciudadano Ubú y los estoicos combatientes por la democracia y la libertad de Ciudadanos en la Red, seguimos en la trinchera del sentido común, dispuestos para este penúltimo asalto de la impostura. Defender España de sus depredadores políticos, sigue siendo una tarea ardua y penosa, pero sumamente divertida, seguramente que el maestro Albert Boadella, ahora que se ha hecho creyente, se reiría una vez más con nosotros, de lo que inventan las mentes ambiciosas para seguir viviendo a costa de los demás, en nombre del nacionalismo, de España, o del coño de la Bernarda.

Ciudadanos en la Red

jueves, 24 de octubre de 2013

El Partido Pandereta



Quizás para los votantes despistados, el partido que hoy gobierna en España siga siendo, en su ingenua imaginación, un partido de derechas, o de centro-derecha, que aglutina a conservadores, liberales, centristas, respetuoso con las leyes y el orden, y que tiene entre sus máximos objetivos defender la unidad nacional, reducir el intervencionismo económico estatal, público, y social sobre el mercado español, y buscar la eficacia y la eficiencia de recursos, tanto materiales como humanos, en el avance hacia la salida de la crisis total que sufrimos en este país.

Nada más lejos de la realidad, el partido popular se ha convertido a la socialdemocracia en la estela del predecesor gubernamental de Mariano Rajoy. Ni es conservadora la política que realiza, ni es liberal la economía que patrocina, ni es unitario su criterio institucional. El PP ya no es lo que era, ha degenerado en una agregación de jóvenes castores, dispuestos a crear una presa-corralito en este país, que segregue a aquellos que viven de rentas de aquellos que viven de su trabajo.

Desafortunadamente, el PP que fundó Manuel Fraga, hoy defiende el Estado igual que lo hace el PSOE, frente a los españoles. El poder contra la libertad. La desigualdad creciente entre los españoles tanto por motivos económicos, políticos o territoriales será uno de sus legados. El PP de Mariano Rajoy no gobierna desde la razón o la coherencia histórica, sino desde el relativismo insustancial de sus predecesores.

La idea de España que tienen los actuales dirigentes del PP, nada tiene que ver con la idea de España que tienen sus votantes. La economía española está más intervenida y tutelada por el Estado que en la época de Zapatero, el café para todos autonómico de Alfonso Guerra, ahora es con azúcar y gratis. Ante la organizada redención política de ETA promovida desde instancias internacionales con el dinero de los españoles que han administrado los partidos secesionistas, incluido el PSOE, ha mostrado una rendición insólita. El PP no ha tratado de desparasitar la justicia española de elementos perniciosos y sectarios, ni de su partido, ni de los demás, al contrario ha enterrado a Montesquieu definitivamente. 

Con el PP estamos asistiendo a la segunda entrega de la política desquiciada de los que no tienen criterio alguno de los horizontes de su destino. Sin duda, sigue manteniendo las políticas más perjudiciales para los ciudadanos españoles, para no reducir el paro, para no sanear la economía doméstica que es el motor del país, pero se ha tomado muchas molestias para ocultar el desfalco de las Cajas de Ahorros y seguir manteniendo al millón de empleados públicos, en su mayoría colocados por su carnet o afinidad política, que nos sobran en este país, en igualdad de ratio con otros países europeos. No se puede comprender como para realizar la misma tarea en Alemania se necesita un empleado público y en España se necesitan dos.

El PP no apuesta por la juventud española, por eso en este país hay un millón de licenciados que están haciendo las maletas, para pagar las pensiones de aquellos países que les den trabajo; sigue aceptando los códigos socialistas en educación, sanidad, justicia y bienestar. Con el PP, la Constitución Española de 1978 se ha convertido en papel aún más mojado que con el PSOE, prevaleciendo como una doctrina la Ley de la Casta, que privilegia a los que mandan sobre los condenados a obedecer. 

Con el PP nos hemos seguido endeudando públicamente todavía más deprisa que con el PSOE, el déficit público va a superar el 9 o 10 % a final de año, cuando se había acordado el 6,5 % con la Unión Europea, y en esta ocasión sin tener en cuenta el 3,4 % del déficit que el año pasado nos colaron con los bancos-cajas de ahorros, de los que todos los de la casta trincaron. Con el PP, hemos descubierto miles de casos de corrupción cometidos por todos los partidos, pero en la cárcel sólo está Bárcenas, por haberse enfrentado al PP.

La tasa de paro ha descendido en un 0,15 % durante el último año, las trabas para las empresas son mayores aún que con los socialistas y los “agentes ensuciados”, los sindicatos y las organizaciones empresariales siguen dictando sus chorradas y siendo escuchadas por el Gobierno, sabiendo que estas organizaciones, las más sectarias de este país, tienen por único objetivo que nada funcione, porque de eso viven. 

Pero quizás el detalle que nos demuestra que el PP es un sucesor natural del progresismo del PSOE, es que apenas se ha hecho nada por mostrar a los españoles el descalabro que organizó el Forrest Gump que se iba a dedicar a contar nubes. En otro país, que fuera normal, y con un Gobierno que fuera decente, el señor Zapatero habría sido convocado al Parlamento para dar explicaciones a los españoles de todo lo que aconteció durante su mandato, del dinero público que desapareció, de la corrupción que se organizó, de las patadas a la Constitución que metió y de todos los delitos que se cometieron en este país en nombre del socialismo; pero como va a hacer tal cosa el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy, si dentro de poco podrá ser reconocido como el mejor socialista de la democracia española por su defensa del Estado frente a los esquilmados ciudadanos españoles. Seguramente, si se presenta a las primarias del PSOE, obtiene más votos que Rubalcaba. La cuestión es seguir viviendo del cuento, ese es el único objetivo de La Casta de este país, de los socialistas de todos los partidos como tan acertadamente definió en su día Friedrich A. Hayek.


Enrique Suárez

viernes, 18 de octubre de 2013

La representación pública es un negocio como otro cualquiera



Lástima, los españoles pensando que vivíamos en una democracia, pero ahora se enteran de que en realidad es un negocio, extraordinariamente rentable para los representantes y extremadamente oneroso para los representados.


Usted le concede su representación a alguien y le convierte en privilegiado para toda su vida, porque en su nombre podrá cobrar sin hacer nada, sin estudios, sin haber demostrado esfuerzo alguno, sin mérito que le acompañe, puede usted convertir con su voto a un tarugo en ministro o a un cenutrio en Presidente del Gobierno, eso sí que es poder, alegría de los demócratas que transforman el plomo en oro, eso sí, siempre para otros, que luego se quedan con lo suyo y lo de los demás, para defender el país de la crisis, del paro, de la deuda pública, de la pobreza y la miseria, de la depredación y la corrupción. Sólo hay que ver España, como está, como ha prosperado en los últimos diez años, ni un problema tenemos los españoles, gracias a nuestros representantes políticos, elegidos democráticamente en las urnas, aunque designados por sus jefes de partido, pero tampoco hay que quejarse, nada es perfecto.


Los españoles nos quejamos de todo, en vez de agradecer a nuestros amos que nos dejen vivir con lo que quede después de limpiarnos más de un 50 % de nuestros ingresos para mantener a la casta, bien podíamos pensar que peor sería estar en el paro. Unos privilegiados somos los que trabajamos en este país y podemos seguir pagando impuestos para mantener la corrupción de los poderosos. Y todavía hay gente que se atreve a quejarse, ¡que ingratitud!


Cierto es que hay gente que prefiere ser robada por el PSOE, otros por el PP y otros por los nacionalistas, incluso hay algunos que prefieren que sean los sindicatos o la SGAE, en este país, al menos, tenemos la libertad de elegir aquellos que van a robarnos, que nos van a oprimir y esquilmar, y los que van a hacer negocio con nuestras vidas como si fuéramos ganado electoral. 


Para tamaña hazaña no hay que dudar un momento en mentir, embaucar a diestra y siniestra, para eso están las ideologías, porque si los ciudadanos estamos jodidos importa poco, lo único que importa es que los políticos que nos representan puedan seguir manteniendo el mismo tren de vida a nuestra costa, conservando todos sus privilegios mientras los demás nos llenamos de perjuicios, y aceptar humildemente sus opresiones, porque para eso nos representan, aunque algunos sería difícil que pudieran representarse a sí mismos.


Personalmente, cada día me siento más satisfecho de la perfección del sistema que convierte la voluntad popular en recursos para nuestros amos de la casta. Díganme ustedes sino es para estar orgullosos de que a pesar de lo que se ha robado en este país desde la política, no haya ni media docena de políticos en la cárcel. Eso se lo debemos al buen funcionamiento de la justicia, a la complacencia de los medios de comunicación con la corrupción, sería injusto que un representante político vaya a la cárcel, porque para eso son nuestros representantes para mantener inmunidad, impunidad y seguir haciendo negocios.


No comprendo cómo la gente puede seguir quejándose del  funcionamiento de las cosas. ¿Acaso ha habido algún estallido social?, todo está perfectamente controlado. ¿Y qué aburrimiento tendríamos los españoles si no tuviéramos cada día cinco o seis casos de corrupción sobre la mesa? Ciertamente, me parece una afrenta para los políticos las quejas injustas que están recibiendo por parte de los ciudadanos de este país, pueblo más histérico no lo hay. Como si robar en la política no fuera una actividad normal que genera numerosos puestos de trabajo entre los familiares y amigos de los políticos, ¿y cuántos negocios sucios se hacen con nuestro dinero, transfiriéndolo directamente a las cuentas de los testaferros para recobrarlo tras abandonar la política?.


Gracias le deberíamos dar a Zapatero, ese Forrest Gump contador de nubes, o a Mariano Rajoy, el plasmático tancredo  que vemos a través de una pantalla de televisión informándonos de que estamos saliendo de la crisis todas las semanas. No comprendo a los españoles, que además no se creen que todo lo que se dice desde La Moncloa es cierto de toda certidumbre.


Deberían hacer un decreto ley que condenara a todos los mal pensados de este país a trabajos forzados y a pagar el doble de impuestos de lo que pagan, por desafectos e insurgentes. Es que hay cosas que no se pueden consentir ni un minuto más ¿cómo se puede cuestionar que nuestros queridos representantes políticos no puedan hacer lo que les dé la gana si han salido elegidos en las urnas con nuestros votos? 

Menudo negocio que han hecho los pobres, por un mísero sueldo de 7.000 euros, más unas dietas de 3.000 euros y lo que vaya cayendo, tener que someterse día sí y día también al juicio de la opinión pública. Por Dios bendito, ¡ni que estuviéramos viviendo en una dictadura! Cárcel para los que protestan, sin juicio, es lo que se merecen los fascistas que están contra esta democracia ejemplar. Y si no les gusta, pues métanse a políticos, y ya verán lo que es sufrir, pero claro, es muy fácil ver los toros desde la barrera y criticar a los demás, honestos trabajadores de las urnas.


Enrique Suárez

jueves, 17 de octubre de 2013

Nacionalelismo catalanista




Si no fueran tan lelos los catalanistas, se darían cuenta de que sus motivos no son más prevalentes que los de los madrileñistas, asturianistas, andalucistas, galleguistas, castellanistas o murcianistas. Tan extravagante es su simplismo racional que consideran que los deseos se pueden convertir en hechos por la magia de las subjetividades diferenciales, sin saber aquello que dijo Max Weber: "una nación siempre es un resultado, nunca un propósito."

Se les llena la boca con algo que han denominado “derecho a decidir”, que en realidad es el derecho a decidir por todos los demás, sin haberles consultado siquiera. Se intitulan de demócratas para ejercer una tiranía camboyana que remeda al kmer rojo sobre los sufridos contribuyentes españoles de la comunidad catalana. Dicen que defienden la libertad, y es cierto, la libertad de hacer lo que le salga de las narices, sin respetar una Constitución que fue aprobada por el 90 % de los catalanes, sin respetar la libertad de aquellos que no piensan como ellos. Consideran justas sus reivindicaciones, cuando en realidad suponen la injusticia soberbia de aquellos que deciden contar lo que les deben los demás, sin pagar a sus acreedores.

Cataluña o Catalunya, si lo prefieren, está quebrada, gracias a los nacionalsocialistas del 3 % que gobernaron en la época del PSC-ERC-ICV, y gracias a los nacionalelistas de CIU-ERC que gobiernan actualmente. La deuda pública catalana se ha disparado en 2012 hasta los 50.000 millones de euros, el 25 % de su PIB autonómico, a la que hay que sumar 200.000 millones de euros que le corresponden de la deuda pública española. El negocio está claro, consiste en hacerse independientes y dejar sin pagar los 200.000 millones de deuda pública española que les corresponden, porque todo el mundo sabe que Espanya ens roba, sobre todo entre los nacionalsocialistas de PSC-ERC-ICV del pasado y los nacionalelistas de CIU-ERC del presente. Cataluña tiene 3.660.000 trabajadores activos, un 22,4 % de los trabajadores españoles. En una hipotética independencia cada uno tendría que pagar antes de irse a los demás españoles, solamente 54.664 euros. Como evidentemente una cosa es votar y otra pagar, algo que en Cataluña se dirime con esmero, seguramente no estarían por la labor de soltar la pasta de la soberanía emancipatoria, por lo tanto el pufo iría a deuda catalana. 

Ahora bien, 250.000 millones de euros de deuda para Cataluña suponen aproximadamente el 125 % de su PIB, si ahora tienen dificultades con una deuda del 25 %, imagínense ustedes con cinco veces más, y sin el Espanya ens roba.

Supongo que al salir del euro y la Unión Europea, esta deuda tendría que ser adquirida por otros países, pues imagínense ustedes que tras la independencia, España comprara la deuda catalana íntegramente. ¿Qué ocurriría entonces?, pues sencillamente que Cataluña habría alcanzado una independencia política sin una independencia económica, y su dependencia económica de España sería extrema, tanto que la metrópolis podría decidir embargar las instituciones de la colonia económica con el apoyo del FMI y el BCE, eso sin considerar quien iba a pagar las pensiones de los catalanes, así como todas las ayudas y subvenciones a más de un millón de parados que existen en la comunidad secesionista.

Fíjense ustedes hasta donde llega el nacionalelismo que los garrulos de los partidos políticos catalanistas no le han contado a los catalanes en que va a consistir el negocio del derecho a decidir con pelos y señales, ni siquiera les han dicho que para lograr la independencia tendrían que pagar durante muchas décadas el doble de impuestos que pagan ahora.

Estoy deseando que pongan fecha al referéndum, menudo negocio que vamos a hacer los demás españoles con la independencia de Cataluña, cuando les dejen peor que a Grecia sus representantes políticos, ya no podrán decir lo de Espanya ens roba, entonces dirán, Espanya ens mata de fam, pero entonces no tendrá remedio y además será verdad.

Enrique Suárez

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