Foto tomada del blog masaborreguera
España es la duodécima economía del mundo con un PIB aproximado de 1,4 billones de euros, con una población aproximada de 47 millones de habitantes, nuestra Renta Per Cápita es aproximadamente de 22.000 euros anuales (32.000 dólares) a fecha actual. Sin embargo, las diferencias económicas en nuestro país son importantes, porque un vasco tiene aproximadamente el doble de renta per cápita que un extremeño. El crecimiento de nuestro país ha sido intenso en los últimos años, a un ritmo de 4 % de media en los últimos cinco años, pero ahora nuestra economía está decreciendo y no se están adoptando las medidas adecuadas para impedirlo, porque no se está haciendo nada.
Aún así, España tiene una posición privilegiada para resistir económicamente el tsunami financiero reciente, aunque no se puede tentar a la suerte. España es un país fuerte precisamente por su cohesión, no lo sería si todas las comunidades autónomas decidieran constituirse en naciones independientes, porque la estructura social y económica se descompondría. El problema es que esa decisión ocasionaría una gran desigualdad, no sólo entre las nuevas naciones, sino también dentro de ellas. Y ese sea posiblemente el principal motivo de los nacionalistas para solicitar su emancipación del común, el egoísmo subyacente de las autonomías más ricas con respecto a las más pobres. Ser español es una garantía de que esa barbaridad no ocurra, puesto que si algunas autonomías españolas están en una situación de privilegio, no es porque fueran tocadas por la mano de Dios, sino porque la economía española les ha beneficiado especialmente, tanto en producción como en consumo. Aceptar que ha sido la inteligencia de sus políticos sería como decir que el destino depende de las estrellas. Han sido los balances comerciales entre todas las comunidades españolas las que han producido su actual estructura social, económica y política.
¿Pero realmente cuáles son nuestras dimensiones relativas?. Poca gente conoce que Cataluña tiene un PIB similar al de Ucrania con una población similar a la de España y un territorio algo mayor, o que el País Vasco tiene más PIB que Sudán, siendo 360 veces menor su territorio. Madrid tiene aproximadamente la misma Renta Per Cápita que Estados Unidos y Andalucía, la comunidad autónoma más extensa, tiene un PIB similar, un poco menor, que nuestro vecino Portugal. Ceuta tiene similar PIB a Gambia y Melilla tiene un PIB equivalente al de Liberia y Guinea-Bissau juntos.
Continúo con la relatividad de las comunidades españolas en relación al mundo. La Rioja, la comunidad autónoma de menor población en nuestro país tiene un PIB similar al de Kirguistán con cinco millones de habitantes y 40 veces más territorio. La comunidad de Baleares, la más pequeña de nuestro país, excluyendo Ceuta y Melilla, tiene un PIB superior al de Letonia o Panamá. Asturias supera en su producción económica a Honduras, y Navarra a Estonia, un miembro de la Unión Europea. Cantabria tiene más presupuesto que Madagascar y Murcia está un poco por debajo de la Bolivia de Evo Morales. Extremadura tiene el mismo presupuesto que Bostwana un país mayor en territorio que España. Aragón tiene más PIB que Mozambique y Afganistán juntos. Castilla La Mancha supera el PIB de Tanzania o Yemen y Castilla y León el de Túnez, Etiopía, o República Dominicana. Galicia tiene un PIB superior a Croacia o Serbia. La Comunidad Valenciana tiene una economía más poderosa que la de Marruecos, Nueva Zelanda, Ecuador o Irak.
La España devaluada que nos ofrecen nuestros políticos, en ese bajo nivel humillante que satisface a los nacionalistas, no es la España real que corresponde a nuestra auténtica dimensión mundial. España es un gran país, a pesar de sus políticos y los nacionalistas, tanto por su historia, como por su cultura, economía o posición en el mundo. Los españoles somos una de las sociedades más avanzadas del mundo, aunque a nuestros políticos no les convenga que lo sepamos.
A nuestra nación la han metido en el armario entre todos los políticos, para convertir a los españoles en ganado a la medida de sus intereses. Nadie se puede explicar como un 10 % de la población española (todos los nacionalistas juntos no alcanzan ese porcentaje), pueden estar dominando y sometiendo al 90 % restante de españoles, que poco interés tienen por el nacionalismo.
Habría que preguntarse por qué los partidos políticos nacionales, PSOE y PP, lo permiten. A qué interés insidioso sirven, cuando son incapaces de representar la gran nación que les paga el sueldo y a los ciudadanos que les mantienen.
Mientras los españoles no seamos capaces de vernos en comparación con el mundo más que en confrontación entre nosotros, no resolveremos los problemas inventados que tenemos, que no provienen de nuestra realidad, sino de la realidad construida por los políticos para que sigamos atrapados en la tela de araña que han tejido para tenernos sometidos.
Ahora, amigos de la red que estáis orgullosos de ser españoles, contad a nuestros compatriotas la auténtica realidad social, económica y política, (y eso sin hablar de fútbol o tenis) que nada tiene que ver con el Estatut, el déficit, el paro o el terrorismo, sino exclusivamente con los políticos, el cáncer de España que nos está consumiendo cada día. Es hora de abandonar los complejos que nos inculcan con el único propósito de someternos a su interés y beneficio. Que se vayan a la mierda de una puñetera vez, todos juntos.
Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía.
Aún así, España tiene una posición privilegiada para resistir económicamente el tsunami financiero reciente, aunque no se puede tentar a la suerte. España es un país fuerte precisamente por su cohesión, no lo sería si todas las comunidades autónomas decidieran constituirse en naciones independientes, porque la estructura social y económica se descompondría. El problema es que esa decisión ocasionaría una gran desigualdad, no sólo entre las nuevas naciones, sino también dentro de ellas. Y ese sea posiblemente el principal motivo de los nacionalistas para solicitar su emancipación del común, el egoísmo subyacente de las autonomías más ricas con respecto a las más pobres. Ser español es una garantía de que esa barbaridad no ocurra, puesto que si algunas autonomías españolas están en una situación de privilegio, no es porque fueran tocadas por la mano de Dios, sino porque la economía española les ha beneficiado especialmente, tanto en producción como en consumo. Aceptar que ha sido la inteligencia de sus políticos sería como decir que el destino depende de las estrellas. Han sido los balances comerciales entre todas las comunidades españolas las que han producido su actual estructura social, económica y política.
¿Pero realmente cuáles son nuestras dimensiones relativas?. Poca gente conoce que Cataluña tiene un PIB similar al de Ucrania con una población similar a la de España y un territorio algo mayor, o que el País Vasco tiene más PIB que Sudán, siendo 360 veces menor su territorio. Madrid tiene aproximadamente la misma Renta Per Cápita que Estados Unidos y Andalucía, la comunidad autónoma más extensa, tiene un PIB similar, un poco menor, que nuestro vecino Portugal. Ceuta tiene similar PIB a Gambia y Melilla tiene un PIB equivalente al de Liberia y Guinea-Bissau juntos.
Continúo con la relatividad de las comunidades españolas en relación al mundo. La Rioja, la comunidad autónoma de menor población en nuestro país tiene un PIB similar al de Kirguistán con cinco millones de habitantes y 40 veces más territorio. La comunidad de Baleares, la más pequeña de nuestro país, excluyendo Ceuta y Melilla, tiene un PIB superior al de Letonia o Panamá. Asturias supera en su producción económica a Honduras, y Navarra a Estonia, un miembro de la Unión Europea. Cantabria tiene más presupuesto que Madagascar y Murcia está un poco por debajo de la Bolivia de Evo Morales. Extremadura tiene el mismo presupuesto que Bostwana un país mayor en territorio que España. Aragón tiene más PIB que Mozambique y Afganistán juntos. Castilla La Mancha supera el PIB de Tanzania o Yemen y Castilla y León el de Túnez, Etiopía, o República Dominicana. Galicia tiene un PIB superior a Croacia o Serbia. La Comunidad Valenciana tiene una economía más poderosa que la de Marruecos, Nueva Zelanda, Ecuador o Irak.
La España devaluada que nos ofrecen nuestros políticos, en ese bajo nivel humillante que satisface a los nacionalistas, no es la España real que corresponde a nuestra auténtica dimensión mundial. España es un gran país, a pesar de sus políticos y los nacionalistas, tanto por su historia, como por su cultura, economía o posición en el mundo. Los españoles somos una de las sociedades más avanzadas del mundo, aunque a nuestros políticos no les convenga que lo sepamos.
A nuestra nación la han metido en el armario entre todos los políticos, para convertir a los españoles en ganado a la medida de sus intereses. Nadie se puede explicar como un 10 % de la población española (todos los nacionalistas juntos no alcanzan ese porcentaje), pueden estar dominando y sometiendo al 90 % restante de españoles, que poco interés tienen por el nacionalismo.
Habría que preguntarse por qué los partidos políticos nacionales, PSOE y PP, lo permiten. A qué interés insidioso sirven, cuando son incapaces de representar la gran nación que les paga el sueldo y a los ciudadanos que les mantienen.
Mientras los españoles no seamos capaces de vernos en comparación con el mundo más que en confrontación entre nosotros, no resolveremos los problemas inventados que tenemos, que no provienen de nuestra realidad, sino de la realidad construida por los políticos para que sigamos atrapados en la tela de araña que han tejido para tenernos sometidos.
Ahora, amigos de la red que estáis orgullosos de ser españoles, contad a nuestros compatriotas la auténtica realidad social, económica y política, (y eso sin hablar de fútbol o tenis) que nada tiene que ver con el Estatut, el déficit, el paro o el terrorismo, sino exclusivamente con los políticos, el cáncer de España que nos está consumiendo cada día. Es hora de abandonar los complejos que nos inculcan con el único propósito de someternos a su interés y beneficio. Que se vayan a la mierda de una puñetera vez, todos juntos.
Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía.