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lunes, 17 de mayo de 2010

Vamos a levantar España sin José Luis


Se acabó la miseria, va siendo hora de que los españoles comencemos a pensar que podemos salir adelante, siempre que expulsemos a José Luis del poder, con él será absolutamente imposible, eso está claro. Ese es el primer objetivo.

El siguiente será desmantelar su gran obra lo más deprisa posible, detener y reducir la inflación laboral del Estado con 3 millones de funcionarios, a los que se añaden 1,2 millones más de las autonomías y 700.000 de las entidades municipales. José Luis ha procurado crecer el Estado con el único objetivo de afianzarse en el poder, creando una red de apoyos leales en las instituciones que comparten sus criterios. El objetivo no será echar de sus puestos de trabajo a los funcionarios, sino reordenar en función de las auténticas necesidades reales la administración pública y no con el objetivo de establecer un régimen oclócrata como se ha pretendido desde el PSOE con la alianza con los nacionalistas y la anuencia pasiva de los conservadores.

La siguiente acción será apartar a los sindicatos del poder, porque no se puede seguir subyugando un país y a un Gobierno (porque lo permite) a la mezquindad de una empresa social que consiste en crear propagandistas a sueldo de su propia causa, que no es otra que la de crear liberados (275.000) para afianzarse. Un grupo de presión que se sostiene con dinero público, es la mejor manifestación de un régimen que ha convertido la representación de los trabajadores en los sindicatos verticales y orgánicos del franquismo.

Sin menor importancia, habrá que establecer una política de subvenciones a colectivos acorde con la realidad y no organizada con la única intención de imponer como normal algo que no lo es, por la dictadura de los votos. Me quiero referir en concreto a la necesaria derogación de la Ley de Violencia de Género que ha superado la Constitución Española de 1978 en sus artículos sobre la igualdad. Pero también a las política sectarias que pretenden implantar en este país una revisión de lo ocurrido en la historia real, con leyes como la de la Memoria Histórica, que considera criminales a los vencedores y víctimas a los derrotados desde un sectarismo infame, cuando todos los españoles fueron derrotados por el franquismo, los seguidores del dictador porque perdieron su condición de libertad y sus derechos como pueblo, y los perdedores, porque sufrieron la opresión revanchista de una dictadura. Debemos superar nuestras miserias, y debemos hacerlo unidos, como ocurrió con la ley de amnistía histórica en su día. Por otra parte, va siendo hora de que España deje de convertirse en el mecenazgo internacional de la política ideológica del socialismo, porque la mayoría de las ayudas internacionales que se ofrecen a los países con menos recursos, son en realidad una tapadera para que muchos hijos de dirigentes del partido y colectivos favorecidos por el régimen tengan unas magníficas vacaciones pagadas a costa de los españoles.

En cuanto a un tema peliagudo que tenemos pendiente, las Cajas de Ahorro, antes de fusiones y enmascaramientos la gente se tiene que enterar de que alcaldes, diputados, y miembros de todos los partidos cobran cifras astronómicas como consejeros de las entidades, y de las empresas subsidiarias, como ocurrió en el conocido caso de la Caja de Castilla La Mancha, de la que desaparecieron millones de euros sin que haya responsables. En cuanto a las ayudas a la banca privada, evidentemente, habrá que hacer una recensión y saber si han sido para cuestiones financieras imprescindibles, o para que algunos se hayan forrado, pues los 30.000 millones de euros que se les concedieron a fondo perdido, son precisamente los que nuestro país necesita en estos momentos para salir de la urgencia de la crisis en la que estamos, no de la crisis, tan sólo de la urgencia (y los tijeretazos de Zapatero solo suben a 15.000 millones de euros, faltan otros 15.000 millones de euros que habrá que esperar a ver de donde se sacan).

Por último, en este país se ha practicado una política de despilfarro y pesebre desde los distintos gobiernos, tanto contratando trabajadores con un plan E que sirvió para que algunas empresas afines a partidos políticos se forraran, tanto como para dar trabajo a los futuros votantes de los partidos que las repartían desde los ayuntamientos.

Los españoles somos mucho más serios, rigurosos y honestos que los socialistas, que esos socialistas que son socialistas aprovechados antes que españoles, porque también algún socialista honesto existe, aunque lamentablemente no son mayoría, porque si lo fueran, José Luis ya no estaría en el gobierno. Los españoles no hemos llegado hasta el siglo XXI derrotando todos los sinsabores, para que un infame personajes nos derrote con la ayuda de todos los que se benecian a costa de los demás. Se acabó el cachondeo.

Biante de Priena


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