Que a nadie se le olvide nunca que el escenario en el que estamos viviendo actualmente lo ha construido el PSOE, junto con los nacionalistas que le han apoyado, a lo largo de los últimos penosos siete años. Es importante recordar que el PSOE no ha tenido mayoría absoluta en las dos últimas legislaturas y han sido los nacionalistas, fundamentalmente los del PNV y CIU, pero también los de BNG, CC, y ERC los que le han permitido gobernar, a su manera, a cambio, eso sí, de deshacer un poquito más de España con cada acuerdo y concesión gubernamental. Sin el apoyo continuado de los nacionalismos, Rodríguez Zapatero no podría haber destrozado el país cometiendo las barbaridades inolvidables de su égida.
También es importante recordar que España es el país occidental más atenazado por la deuda, el déficit y el paro, entre las grandes naciones europeas. Mientras en Alemania se están recuperando de la crisis económica y creciendo al 3 %, en España nos esperan veinte años de crisis, gracias al entramado político de corrupción que ha organizado el PSOE, al pastizal que ha creado en los medios de comunicación y a la oclocracia que ha diseñado a la carta con indignados, desahuciados y desamparados.
Los españoles deben perder definitivamente la inocencia, el PSOE ha tratado de crear problemas en España para, más tarde presentarse como la única solución. No en vano los lugares donde más paro, pobreza e ignorancia existe de España, es en las comunidades donde ha gobernado el PSOE ininterrumpidamente desde hace treinta años.
No puede ser que sean tan lerdos ni queriendo, luego su intención ha sido la de crear bolsas de miseria, para luego denunciarlas y justificar así su latrocinio parsimonioso, una vez que alacanzan el poder, para repartir entre los que más necesidades tienen que siempre son los que les votan, eso sí, a costa de masacrar la vida de los que no les votan. Algo parecido a lo que ha hecho el feminismo, elevando a nivel de catástrofe los problemas domésticos en España, cuando somos uno de los paisess donde menos mortalidad se produce por esta causa en Europa, pero sin embargo, el que más recursos dedica a resolverlo, y que no se entere nadie.
Tan grande ha sido la orgía de corrupción que se han cocinado en el PSOE, que se puede decir que han dilapidado buena parte de los recursos públicos con la única intención de empobrecer este país, porque la estrategia del PSOE desde que Rodríguez Zapatero entró en el Gobierno en 2004 tras el atentado del 11-M con un Rubalcaba pidiendo “un gobierno que no nos mienta” ha sido sólo una: crear pobreza, crispación, miseria, paro, ignorancia, mientras enarbolaba la propaganda para promover su solución. No analicen las palabras, fíjense en los hechos, porque la realidad no miente.
A partir de ahora asistiremos a un magnífico espectáculo, con el PP de Mariano Rajoy señalándonos la quiebra nacional con el dedo de la certeza y el PSOE señalándonos el dedo del PP, como si fuera el mismo índice de Franco. Por eso han convocado las elecciones el 20-N. Rubalcaba está preparando la toma de las calles, que es su especialidad, los furibundos desposeídos (por el PSOE, por cierto), que claman pan y justicia, junto con los indignados que se han olvidado de que la causa de su indignación es un partido que se llama PSOE, que ha gobernado este país durante los últimos siete años.
Todo en el PSOE es igual, pero nadie puede engañar al pueblo todo el tiempo, no se puede estar contra los muertos en la guerra de Irak, que no existieron, mientras se llama misión de paz a la guerra de Afganistán, donde más de cien españoles han perdido la vida. Al igual que no se puede esperar que ETA le dé un balón de oxígeno a un candidato, tras haberle permitido instalarse en las instituciones con el beneplácito del politizado Tribunal Constitucional, contra el criterio jurídico del Tribunal Supremo.
El desprecio que el PSOE ha hecho a los españoles durante estos años, mintiendo, robando y quebrando nuestra economía y la estructura social de España, no es fruto de la torpeza o la bondad, sino de la maldad más depravada, la de no importarle para nada el destino de los que han perdido su bienestar, su trabajo y buena parte de su vida, para poder perpetuarse en el poder. Los jóvenes españoles, que van a terminar pagando el legado que les han dejado, sometidos a peores circunstancias vitales que sus padres, prácticamente convertidos en esclavos de las circunstancias, no tendrían que estar indignados, sino buscando a cada uno de los socialistas que les ha robado el futuro, para denunciarlo y llevarlo ante la justicia, para que restituyeran lo que han trincado y rindieran cuantas de sus desmanes. Pero todavía les veremos haciéndole la ola a Rubalcaba, bien azuzados por los mercenarios que posiblemente cobren todos los meses del partido o de los fondos reservados erario público, eso sí, discretamente, como Roldán, Amedo y Domínguez.
A España sólo le queda una salida, afrontar la realidad y erradicar la propaganda socialista que va a dedicarse a imponerle un burka con el dinero de todos los españoles. Quien negó la existencia del GAL, quien diseñó la estrategia de las rafias tras el 11-M, quien no ha tenido escrúpulo alguno a lo largo de su vida política, ese Fouché tenebroso que terminará convertido en el bondadoso payaso Ruby, el amigo de los niños y los animales, es el cartel del PSOE para las próximas Elecciones Generales y Rajoy, el de la niña y el no estoy, el que no ha sabido hacer oposición y ahora se camufla de amigo solidario de los desafortunados, sin bajarse del autobús, su indescriptible oponente. Dan ganas de llorar y todavía no ha comenzado el espectáculo.