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miércoles, 11 de agosto de 2010

La deriva inconstitucional del poder político en España


“La nación todo lo puede y Las Cortes solamente lo que les permite la Constitución que forma la nación”. Conde de Toreno. Diario de las discusiones y actas de las Cortes. Vols. 7-8. Cádiz 1811.

España ha retrocedido políticamente durante las últimas legislaturas en las que el PSOE ha gobernado nuestro país. José Luis Rodríguez Zapatero es el Presidente de Gobierno que más se ha excedido en sus arbitrarias y sectarias políticas legislativas. El Parlamento español ha sido cómplice del Gobierno, vulnerando su mandato y compromiso democráticos. Los órganos de administración del poder judicial están impuestos por el Parlamento y el Gobierno, y por lo tanto no son independientes, sino tributarios solidariamente de la responsabilidad política que corresponde a los dos poderes que determinan la composición de sus órganos rectores. Esto conduce nuestro país a una situación de ilegitimidad establecida desde el poder de forma delictiva.

El Parlamento español a instancias del Gobierno, con el apoyo de los minoritarios grupos nacionalistas y la connivencia del principal partido de la oposición, en una vesania totalitaria desconocida en las democracias occidentales, ha aprobado leyes inconstitucionales, que afectan a los derechos fundamentales de los ciudadanos españoles, que sólo podrían reformarse convocando Cortes Constituyentes.

La gravedad de la situación ha pasado prácticamente desapercibida gracias al apoyo y la colaboración de los medios de comunicación y el silencio de la inmensa mayoría de opinadores sin criterio que pueblan el espacio mediático, convertido en pesebre, en nuestro país. Los principales supuestos valedores del orden constitucional se han comportado como oligarcas sin complejos, que han secuestrado la soberanía del pueblo español.

Al menos en tres cuestiones el Parlamento Español ha cometido fraude de ley: la ley de violencia de género, la negociación con ETA, el Estatuto de Cataluña. En todos los casos citados se atenta fundamentalmente contra el artículo 14 de la Constitución Española de 1978, pero no es el único que han transgredido los parlamentarios españoles que deberían haber velado por el cumplimiento estricto de la Carta Magna.

Estamos asistiendo a una situación perversa, porque los parlamentarios españoles al transgredir la Constitución, pierden de forma inmediata su representatividad pública, pues su mandato democrático debe ceñirse escrupulosamente al ámbito perfectamente delimitado por la Constitución.

Definitivamente, el Parlamento Español y el Gobierno han derivado hacia la extraconstitucionalidad y deberían ser deslegitimados de su representatividad democrática por el Tribunal Constitucional y desposeídos de su poder por las autoridades correspondientes.

La gravedad de la tergiversación que se ha hecho de la Constitución Española con la insidia orientada exclusivamente por los beneficios electorales que han procurado al Gobierno determinadas alianzas, es de tal perjuicio para los españoles, como el Golpe de Estado encubierto que el Presidente Zelaya intentó dar en Honduras o Hugo Chávez ha dado en Venezuela.

Los españoles estamos viviendo en estos momentos fuera de la ley, mientras la oclocracia gubernamental y parlamentaria defiende sus propios intereses contra los del pueblo español. Esto es inadmisible en una democracia europea. Deberíamos reunirnos y presentar una protesta en Estrasburgo por aceptar un país que ha dejado de ser democrático en el seno de la Unión Europea.

El programa marco del Gobierno en su aproximación a comunidades no democráticas bajo el pabellón inventado de la Alianza de Civilizaciones está logrando el efecto contrario al que se presuponía, en detrimento de la soberanía nacional y la ciudadanía española. Lo mismo se puede decir de la deriva gubernamental hacia las hipótesis arbitrarias del nacionalismo catalán o el secesionismo etarra. El Gobierno se alía con los principales agresores de la Constitución española, contra los españoles soberanos de esta nación, en plena impunidad y regresión.

Hoy la España de Zapatero se parece más a Turquía en los ámbitos social y político, que Turquía a la España que existía antes de que el PSOE llegara al Gobierno tras el atentado del 11-M, con José Luis Rodríguez Zapatero de Presidente. En 2012, si seguimos al mismo ritmo, posiblemente ya nadie recuerde que España tenía una Constitución legítima aprobada por el pueblo español en 1978. El silencio de los supuestos opositores del PP no es otra cosa que complicidad y connivencia, de la que son absolutamente responsables.

Biante de Priena

Liberalismo Revolucionario: una propuesta para la juventud española

"Para que una nación ame la libertad basta con que la conozca, y para que sea libre basta con que lo desee." Lafayette

"¿Qué es el gobierno sino la conducción de los asuntos de una Nación?. No es, y no puedo serlo por su naturaleza, la propiedad de cualquier hombre o familia particulares, sino la propiedad del conjunto de la comunidad, a cuyas expensas es sostenido; y aunque mediante la fuerza o el ingenio ha sido convertido en patrimonio privado, esta usurpación no puede alterar la naturaleza de las cosas. La soberanía, como un asunto de derecho, pertenece solamente a la Nación y no a un individuo cualquiera; y una Nación tiene en todo momento un derecho inherente e irrenunciable a abolir cualquier forma de gobierno que encuentre inconveniente y a establecer la que esté de acuerdo con su interés, disposición y felicidad. La romántica y bárbara distinción de los hombres en reyes y súbditos puede convenir a los cortesanos pero no a los ciudadanos; y resulta desmentida por el principio en el que los Gobiernos ahora se fundan. Cada ciudadano es un miembro de la Soberanía y, como tal, no reconoce sujeción personal y sólo obedece a las leyes" (p. 165). Los Derechos del Hombre. Thomas Paine. 1791

Hace unos años se publicó en este blog una breve biografía comentada de Thomas Paine, si lo desean pueden ustedes leerla en este enlace, pero si lo prefieren pueden conocer al personaje que hoy abordamos en este otro, o también en éste. Un personaje como Tom Paine no pasa desapercibido para nadie que considere la política como el arte de administrar el poder sin hacer daño y la libertad como una conquista irrenunciable del ser humano.

Hoy, al mismo tiempo que vivimos en el marasmo de la mediocridad gubernamental que nos conduce, sin duda, al declive económico y el desamparo social, es buen momento para recordar a una de las figuras más notorias de la historia del pensamiento político, posiblementa la figura más relevante del liberalismo revolucionario, hecho a sí mismo, mezcla de ideas claras y precisas sobre la condición social de los seres humanos y de acción permanente en la búsqueda del bienestar comunitario, tanto privado como colectivo. Al liberalismo revolucionario debemos las mejores páginas de la historia de la lucha contra el poder en todas sus formas, religiosas, políticas, culturales, económicas y sociales.

Hoy en día, que hasta un inepto como José Blanco se permite disertar sobre filosofía, mientras un paradigma de la estulticia como es Celestino Corbacho, opina sin criterio alguno sobre la realidad social, es momento para recordar a las nuevas generaciones que no siempre la decadencia y la basura mental ocupó las riendas del poder. Los jóvenes españoles, más que cualquier otra juventud europea, necesitan comprender la realidad más allá de la propaganda que les brindan desde La Moncloa, como ayer se hacía desde el franquismo, convenciéndoles de que el socialismo es la panacea universal a todos los problemas humanos, la epítome de la democracia y otras chorradas semejantes destiladas por José Luis, en el páramo en el que se ha convertido el espacio político en nuestro país gracias a la inestimable ayuda de ese fantasma del Licenciado Vidriera que es Mariano Rajoy y la corte de los milagros que le acompaña en la deriva tediosa de lo sobrevenido.

Mis queridos compatriotas más jóvenes abandonad la miseria en la que os han adoctrinado, porque es el yugo que los infames quieren ceñir sobre vuestras cabezas, para convertiros en esclavos. El socialismo jamás ha liberado a nadie de nada, es la más inane de las ideologías y solo puede brillar en la miseria, la opresión y la depresión. Es hora, queridos jóvenes españoles, de que sepais que vuestra nación no es un accidente, ni una aberración, sino al contrario, un paradigma de la libertad, la igualdad y la justicia que no acaban de cultivarse de forma adecuada en esta democracia asfixiada por los partidos políticos.

Cuando en los Estados Unidos de América se promulgó la Declaración de Independencia en el año 1776 (previamente habían establecido la Declaración de Derechos en 1774), todavía faltaban trece años para que estallara en el país vecino la Revolución Francesa en el año 1789 y la proclamación de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano.

España no se quedó atrás, porque en el periodo comprendido entre 1808-1812 vivió ambas revoluciones al mismo tiempo, la primera contra los ejércitos invasores de Napoleón, y la segunda con la promulgación de la primera Constitución Española, en la que se declaraba que el pueblo español era el único soberano de la nación española, se establecía el sufragio universal, la separación de poderes y se sometía al Rey Fernando VII a la Ley del Pueblo.

Los socialistas y conservadores os ocultarán esa realidad, porque ni existían por entonces y sus ancestros apoyaban a los serviles o a los traidores. Aquella magnífica obra política fue promovida por los liberales, a ellos se debe la mayoría de las libertades y derechos que hoy disfrutamos en nuestro país, muchos de aquellos liberales se dejaron la vida por traer a España un gobierno con mayor presencia del pueblo, que con el tiempo derivaría en lo que hoy conocemos como democracia liberal. Desde entonces hemos retrocedido, porque la democracia ya no es el poder del pueblo, sino de sus intermediarios: los partidos políticos.


Cuando hoy se le llena la boca al Presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero sobre los derechos humanos, siempre se le olvida rendir tributo a aquellos liberales que los trajeron a la civilización occidental, mostrando la miseria de su propaganda, parece que antes de la llegada del socialismo a España nadie había hecho nada por el pueblo, cuando el socialismo siempre ha gobernado contra el pueblo, formando pesebres para sus sectas que fundamentan en el victimismo, que solo se debe a su propia mediocridad e incapacidad para el esfuerzo, los males que atenazan a los que en un mundo de libertad solo pueden triunfar haciendo trampas, ocultando la realidad, intoxicando la opinión pública, mintiendo sin recato, aborreciendo a todo aquel que destaca si no es de su apestosa secta.

Rindo homenaje a Thomas Paine, un hombre extraordinariamente generoso que jamás veréis reflejado en ningún texto socialista o conservador, a pesar de haber publicado textos que superan todo lo aportado por el socialismo a lo largo de su mezquina historia y por los conservadores a lo largo de su impertinente devenir, porque realmente defendía a los ciudadanos (a cada uno de ellos, fueran de su idea o de otra diferente) y no el acotamiento de poder para dominarlos y obtener privilegios a su costa.

No es cierto que no haya salida, es una de las muchas mentiras con las que los políticos del ahora pretenden atraparnos en su red de opresión y privilegio. La salida es, como ha sido siempre la lucha por la libertad de cada uno, cada uno debe luchar por su libertad y contra la opresión a que intentan someterle los poderosos. No hay otra forma de romper las cadenas que destrozando la cárceles mentales en las que nos han depositado los actuales representantes políticos en España.

La única salida es libertad, igualdad y justicia, hoy como en 1812, y por supuesto cultura, sin cultura es imposible escapar a la miseria que nos tienen preparada, así que mis queridos jóvenes españoles, conoced lo que realmente sois por vosotros mismos, para que nadie os pueda condenar a su miseria. Nadie puede hacerlo por vosotros, sólo así seremos capaces de enfrentarnos a esta purria política que pretende que nos creamos que representa los intereses de todos y no los suyos personales. Seguid las enseñanzas de Thomas Paine, los liberales revolucionarios y los padres de la nación española y os aseguro que encontraréis vuestro camino en el horizonte a la luz de la libertad.

* No dejéis de visitar Mundo Libre Digital, La República Constitucional, el estimado rincón de Antonio Escohotado que se anuncia así: «La humanidad no posee regla mejor de conducta que el conocimiento del pasado.» Polibio, o si queréis pasar a la acción Movimiento Democrático, el Movimiento Ciudadanos por la República Constitucional, será un buen comienzo para la conquista de vuestra libertad y la de todos.

Biante de Priena


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