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martes, 7 de octubre de 2008
¡Doctores tiene el PSOE!
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PSOE,
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El Yoyas: ¿un posible obstaculo para UPyD-Cat?
Als mindundis da UPyD CataluÑa pueden ampaçar a tamblar com al Yoyas sali ucurrechi hass·ssè pulitica. El Yoyas tiè mas pelotes ca MariTere, Fresi, Angel el Comisario, y al Ductò junts.
¡¡Al lorit UPyD.!!
Intro Rambo-Curs Tècnicas Trinchera: 0,00 min to 2.03 min
Panegíric Naçi-Sostres: 2.03 min to 3,07 min
Discurs y Apocalypse Now: 3,07 min to 3,40 min. An 40 sagunds Public amusiunat.
Candidats No Nasiunalistes UPyD Cat
¡¡Al lorit UPyD.!!
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Discurs y Apocalypse Now: 3,07 min to 3,40 min. An 40 sagunds Public amusiunat.
Candidats No Nasiunalistes UPyD Cat
Los errores de Carlos Martínez Gorriarán
Leo, de vez en cuando, las cartas que cotidianamente escribe Carlos Martínez Gorriarán en su blog, he de confesarlo ante todos ustedes, pero hace tiempo que no escribo en los comentarios. Y especialmente me sorprende su obsesión con los incrédulos en su fe, esos nuevos herejes a los que denomina "cibercabras", también su desentendimiento con los desengañados por anticipado, que son varios millones de españoles, los que se abstienen y alguno más.
Hoy, de nuevo, se arrebola en el pendón triunfalista de lo hecho y omite lo deshecho, como siempre hace, habilidad de político en ciernes. Muestra su orgullo por la forma de pilotar la nave de UPyD hacia el puerto de la próxima e inevitable confianza del electorado en el proyecto.
Habla de nuevo de la confianza depositada, en esta ocasión sin garantía alguna de su bondad -se supone-, más que haber cruzado el Rubicón de la representación política. Nos relata sus esperanzas, la armonía existente en el seno de su formación política, la balsa de aceite en que se ha convertido bajo su batuta, y otorga a UPyD exclusiva representación de la sociedad civil, de la transversalidad, de la alternativa a lo existente, y se desenvuelve como cisne en el agua cuando menciona a los frikis, a los trepas, a los desalmados -siempre otros- desde el más absoluto de los desprecios.
Ciertamente, si las cosas fueran tan bien como nos dice, poca importancia tendrían estos nimios detalles de la identificación de los "contumaces" que no comprenden su obra, ese regreso permanente a los amigos que quieren darle el abrazo del oso, es precisamente la mejor demostración de que ese ángulo de la portería no lo tiene bien cubierto.
Pues bien, señor Gorriarán, "cuando vea las barbas de su vecino apuradas, vaya humedeciendo las suyas", dice el refrán. Antes que UPyD alcanzara la realidad, existió Ciutadans. En alguna ocasión, Rosa Díez y usted mismo dijeron que si Ciutadans hubiera funcionado con normalidad, UPyD, posiblemente no hubiera existido.
La Plataforma Pro que dio lugar a su partido, como colector de voluntades en un común, se forjó principalmente con la gente que provenía de Basta Ya, que por cierto había tocado fondo económico y Rosa Díez andaba buscando recursos externos para su supervivencia, también con exiliados de Ciutadans, con una buena representación de "socialistas en positivo" y con numerosos desencantados de la política española, algunos que provenían del PP, y otros del PSOE, también hubo numerosos participantes que no tenían adscripción previa alguna, y acudían al foco de verdades que manifestaba Rosa Díez.
Negar que esa fue la realidad de los orígenes de UPyD es mentir. Negar que el momento en el que surgió fue cuando Ciutadans se escindió en dos grupos tras el Congreso del Hespérides es mentir. Y negar que el señor Luis Bouza-Brey defendió en su discurso a candidato ante el señor Rivera la incorporación de Ciutadans en su proyecto, es faltar a la verdad, mentir, y expresar el desagradecimiento más absoluto por quienes le apoyaron plenamente. Y lamentablemente, esta es la larga sombra que le persigue y la que impide a alguno de los seguidores de su formacioón política que puedan creer plenamente en sus palabras.
Como ocurrió con la dirección política de Ciutadans, ha sido la dirección política de UPyD la que se ha alejado de lo prometido, la que ha comenzado a expedientar seguidores, la que ha expulsado de las proximidades de la decisión política a los críticos e inconformes, y la que ha formado un cinturón de hierro protector alrededor de Rosa Díez, que es un patrimonio común, para controlar cualquier movimiento dentro del partido, y cualquier expresión fuera de él.
Y sigue usted sin comprender por qué hay gente que insiste en que no se están haciendo bien las cosas, que así no se llega a ningún sitio, y que usted es un gestor pésimo de la organización interna de su partido, además de mostrar su incapacidad de abrir un debate serio, con sus militantes y con la sociedad civil realmente existente, sobre el papel que debe desempeñar UPyD en la política española.
Verá usted, señor Gorriarán, UPyD si pertenece a alguien es a los más de 300.000 ciudadanos que lo han apoyado con su voto, no pertenece ni a Rosa Díez, ni a la dirección política, ni siquiera a la militancia de su partido. Yo, por ejemplo, he votado a su partido en las pasadas elecciones y no estoy de acuerdo en como se están haciendo las cosas. Ya sé que dirá usted que un voto no cuenta mucho, pero no se crea, además del mío influí en otras personas para que le brindaran su apoyo y confiaron en mí, no en usted, y ahora me siento responsable con ellos por haberles ¿defraudado?, le puedo asegurar que hay otros muchos españoles que hicieron lo mismo, le brindaron su apoyo y buscaron apoyos entre sus conocidos para sacar adelante UPyD.
Me ha mostrado usted que es un desagradecido, y hoy esté seguro de que no apoyaría a su partido, a pesar de la admiración que despierta en mi Rosa Díez. Y no apoyaré a UPyD en las próximas elecciones porque yo soy uno de los "escasísimos" ciudadanos que no confía políticamente en usted, ni en su forma de hacer las cosas. Le aseguro que no soy el único.
Entre usted y la gente que le aplaude, han conseguido convertir un proyecto de ilusión para los ciudadanos, en un partido político al uso. No ha sabido, ni ha querido escuchar las voces de quienes discrepan de su forma de hacer las cosas, lo que tiene muy poco que ver con la democracia y con la libertad, con la espontaneidad, con la nobleza, con la amistad. Así que déjese de una vez de demonizar a sus críticos, para ocultar su incapacidad política de organizar una formación accesible y plural.
Los "cibercabras", señor Gorriarán, al igual que ayer ocurrió con los "zanahorios" y Ciudadano Ubú, son precisamente la garantía de que todo lo que no se haga de forma transparente, democrática, libre y justa será denunciado públicamente.
Por qué "cibercabras", "zanahorios" y seguidores de Ubú, sí representan a la sociedad civil, a los ciudadanos y sus intereses políticos, precisamente son la mejor representación de la sociedad civil que se mueve ante la opresión de los políticos como usted. Se lo dije en una ocasión y se lo repito, en vez de ponerse a la cabeza de la manifestación, se ha convertido usted en autoridad competente por designación divina, en vez de ser uno más de la tripulación está usted empeñado en pasar a la historia como lord del almirantazgo, en vez de establecer un puente entre la sociedad civil y la política, ha logrado usted acantonarse en el poder para convertir UPyD en una fortaleza feudal en la que acabará sin ocurrir nada, como en El Desierto de los Tártaros de Dino Buzzati, y gracias a sus errores, paranoias, obsesiones, y fobias, conseguirá en poco tiempo que la fortaleza civil que pudo haber sido UPyD se quede vacía, y los tártaros sin aparecer.
Una de dos, o no se entera de lo que tiene entre manos, o le está haciendo un favor inmenso a los trasatlánticos desde la patera magenta, perdón, quise decir piragua.
Enrique Suárez Retuerta
Hoy, de nuevo, se arrebola en el pendón triunfalista de lo hecho y omite lo deshecho, como siempre hace, habilidad de político en ciernes. Muestra su orgullo por la forma de pilotar la nave de UPyD hacia el puerto de la próxima e inevitable confianza del electorado en el proyecto.
Habla de nuevo de la confianza depositada, en esta ocasión sin garantía alguna de su bondad -se supone-, más que haber cruzado el Rubicón de la representación política. Nos relata sus esperanzas, la armonía existente en el seno de su formación política, la balsa de aceite en que se ha convertido bajo su batuta, y otorga a UPyD exclusiva representación de la sociedad civil, de la transversalidad, de la alternativa a lo existente, y se desenvuelve como cisne en el agua cuando menciona a los frikis, a los trepas, a los desalmados -siempre otros- desde el más absoluto de los desprecios.
Ciertamente, si las cosas fueran tan bien como nos dice, poca importancia tendrían estos nimios detalles de la identificación de los "contumaces" que no comprenden su obra, ese regreso permanente a los amigos que quieren darle el abrazo del oso, es precisamente la mejor demostración de que ese ángulo de la portería no lo tiene bien cubierto.
Pues bien, señor Gorriarán, "cuando vea las barbas de su vecino apuradas, vaya humedeciendo las suyas", dice el refrán. Antes que UPyD alcanzara la realidad, existió Ciutadans. En alguna ocasión, Rosa Díez y usted mismo dijeron que si Ciutadans hubiera funcionado con normalidad, UPyD, posiblemente no hubiera existido.
La Plataforma Pro que dio lugar a su partido, como colector de voluntades en un común, se forjó principalmente con la gente que provenía de Basta Ya, que por cierto había tocado fondo económico y Rosa Díez andaba buscando recursos externos para su supervivencia, también con exiliados de Ciutadans, con una buena representación de "socialistas en positivo" y con numerosos desencantados de la política española, algunos que provenían del PP, y otros del PSOE, también hubo numerosos participantes que no tenían adscripción previa alguna, y acudían al foco de verdades que manifestaba Rosa Díez.
Negar que esa fue la realidad de los orígenes de UPyD es mentir. Negar que el momento en el que surgió fue cuando Ciutadans se escindió en dos grupos tras el Congreso del Hespérides es mentir. Y negar que el señor Luis Bouza-Brey defendió en su discurso a candidato ante el señor Rivera la incorporación de Ciutadans en su proyecto, es faltar a la verdad, mentir, y expresar el desagradecimiento más absoluto por quienes le apoyaron plenamente. Y lamentablemente, esta es la larga sombra que le persigue y la que impide a alguno de los seguidores de su formacioón política que puedan creer plenamente en sus palabras.
Como ocurrió con la dirección política de Ciutadans, ha sido la dirección política de UPyD la que se ha alejado de lo prometido, la que ha comenzado a expedientar seguidores, la que ha expulsado de las proximidades de la decisión política a los críticos e inconformes, y la que ha formado un cinturón de hierro protector alrededor de Rosa Díez, que es un patrimonio común, para controlar cualquier movimiento dentro del partido, y cualquier expresión fuera de él.
Y sigue usted sin comprender por qué hay gente que insiste en que no se están haciendo bien las cosas, que así no se llega a ningún sitio, y que usted es un gestor pésimo de la organización interna de su partido, además de mostrar su incapacidad de abrir un debate serio, con sus militantes y con la sociedad civil realmente existente, sobre el papel que debe desempeñar UPyD en la política española.
Verá usted, señor Gorriarán, UPyD si pertenece a alguien es a los más de 300.000 ciudadanos que lo han apoyado con su voto, no pertenece ni a Rosa Díez, ni a la dirección política, ni siquiera a la militancia de su partido. Yo, por ejemplo, he votado a su partido en las pasadas elecciones y no estoy de acuerdo en como se están haciendo las cosas. Ya sé que dirá usted que un voto no cuenta mucho, pero no se crea, además del mío influí en otras personas para que le brindaran su apoyo y confiaron en mí, no en usted, y ahora me siento responsable con ellos por haberles ¿defraudado?, le puedo asegurar que hay otros muchos españoles que hicieron lo mismo, le brindaron su apoyo y buscaron apoyos entre sus conocidos para sacar adelante UPyD.
Me ha mostrado usted que es un desagradecido, y hoy esté seguro de que no apoyaría a su partido, a pesar de la admiración que despierta en mi Rosa Díez. Y no apoyaré a UPyD en las próximas elecciones porque yo soy uno de los "escasísimos" ciudadanos que no confía políticamente en usted, ni en su forma de hacer las cosas. Le aseguro que no soy el único.
Entre usted y la gente que le aplaude, han conseguido convertir un proyecto de ilusión para los ciudadanos, en un partido político al uso. No ha sabido, ni ha querido escuchar las voces de quienes discrepan de su forma de hacer las cosas, lo que tiene muy poco que ver con la democracia y con la libertad, con la espontaneidad, con la nobleza, con la amistad. Así que déjese de una vez de demonizar a sus críticos, para ocultar su incapacidad política de organizar una formación accesible y plural.
Los "cibercabras", señor Gorriarán, al igual que ayer ocurrió con los "zanahorios" y Ciudadano Ubú, son precisamente la garantía de que todo lo que no se haga de forma transparente, democrática, libre y justa será denunciado públicamente.
Por qué "cibercabras", "zanahorios" y seguidores de Ubú, sí representan a la sociedad civil, a los ciudadanos y sus intereses políticos, precisamente son la mejor representación de la sociedad civil que se mueve ante la opresión de los políticos como usted. Se lo dije en una ocasión y se lo repito, en vez de ponerse a la cabeza de la manifestación, se ha convertido usted en autoridad competente por designación divina, en vez de ser uno más de la tripulación está usted empeñado en pasar a la historia como lord del almirantazgo, en vez de establecer un puente entre la sociedad civil y la política, ha logrado usted acantonarse en el poder para convertir UPyD en una fortaleza feudal en la que acabará sin ocurrir nada, como en El Desierto de los Tártaros de Dino Buzzati, y gracias a sus errores, paranoias, obsesiones, y fobias, conseguirá en poco tiempo que la fortaleza civil que pudo haber sido UPyD se quede vacía, y los tártaros sin aparecer.
Una de dos, o no se entera de lo que tiene entre manos, o le está haciendo un favor inmenso a los trasatlánticos desde la patera magenta, perdón, quise decir piragua.
Enrique Suárez Retuerta
Los nazis apoyan el catalanismo nacional histórico
Llega a mis manos un panfleto invitación de un grupo neonazi llamado Devenir Europeo y que se titula "HOMENAJE AL DR. ROBERT", la invitación exuma todo un muestrario de radicalidades que, sinceramente, no me son nuevas, por cuanto son exactamente, el pensamiento ultranacionalista e independentista. Aun me aciuerdo de las famosas pegatinas del "xarnegos fora" o del "zoy epaño, cazi na" con el cerdo con sombrero toledano...
el panfleto invitacion dice:
"Dijo Bartolomé Robert y Yarzábal "el regionalismo descansa en el conocimiento étnico". Y esta sentencia podemos usarla como espada destructora contra todos los falsos regionalismos (sic) actuales que no favorecen al pueblo. No son espejo veridico de una tradición real, de una cultura autóctona, de un verdadero catalanismo. Y fue este gran hombre, uno de los impulsores de uns entimiento patrio y una cosmovision al mas puro estilo nacional-socialista. El dia 19 de octubre, coincidiendo con su nacimiento, homenajearemos a un verdadero catalán, que no supo ni quiso callarse ante la opresion y vislumbró un catalanismo real, aquel que defiende la etnia (?) como base primordial y lucha por conservarla"
Ni que decir que el celebrisimo Dr. robert, ex alcalde de barcelona, medico y teorico de la supremacia racial catalana sobre la charnegada española (escribio un libro sobre el tema con estudios frenologicos , morfologicos y medidas craneales) es el modelo de intelectual-politico ideal para los nazis (de verdad) catalanes...
mas perlas:
Los orígenes del pensamiento racial catalán arrancan de la década de 1880, en plena Renaixença, con la aparición de los primeros estudios etnográficos y raciológicos de Sampere i Miquel, J. M. Batista i Roca y especialmente Pompeu Gener. Para el historiador, Joan- Lluís Marfany, uno de los mejores conocedores de este periodo, el catalanismo no se aparta de la pauta marcada por el resto de nacionalismo de finales del XIX, «el racismo los impregna a todos, como impregna toda la cultura de la época».
Ya en la obra de Valentí Almirall Lo catalanisme (1886) se elabora una distinción de las diferencias entre el «carácter» castellano y catalán que se aproxima mucho a la «teoría racial de la nación catalana» que Pompeu Gener sería el primero en enunciar en su influyente libro Herejías (1887). Existe una raza catalana, de origen ario-gótico, superior al resto de pueblos peninsulares, de raíces semíticas. Mientras los catalanes reconquistaron pronto sus territorios y entraron bajo la benéfica influencia aria de los francos, Castilla pasó largos siglos dominada por los semitas «árabes y bereberes» lo que explica la radical diferencia y la incompatibilidad de ambos pueblos. Joaquim Casas-Carbó en 1891 en sus Estudis d´etnografia catalana utilizará argumentos filológicos para demostrar el irrefutable origen ario de los catalanes.
Unas ideas que pasan a formar parte del corpus doctrinal del naciente catalanismo. En marzo de 1899 se produce un gran escándalo que recuerda vivamente al que un siglo después ha protagonizado Barrera; además, ambos se suceden en el mismo escenario del Ateneo Barcelonés. El doctor en medicina Bartomeu Robert, recientemente nombrado alcalde de Barcelona por designación real, a instancias del político catalanista Durán i Bas y del primer ministro conservador Francisco Silvela, pronunció el día 13 en la citada institución la primera de una serie de conferencias tituladas La rassa catalana. En una sala abarrotada, el doctor Robert disertó sobre la heterogeneidad racial de la Península motivada por las invasiones germánicas y semitas. Utilizando los métodos de la frenología sobre las medidas del cráneo tan de moda en la época, distinguió tres áreas raciales: braquicéfalos de cabeza redonda de las regiones del Atlántico, dolicocéfalos o cráneo alargado de las regiones mediterráneas y mesicéfalos, mezcla de ambos en la España central. Se desencadenó una fuerte polémica en la prensa madrileña y catalana sobre el tema, que los medios catalanistas atribuyeron a una interpretación maliciosa del discurso del doctor Robert, cuyas palabras no habían querido ofender, ni mucho menos enfrentar, a Castilla y Cataluña por la cuestión del cráneo. Una polémica, además, decían que atizada interesadamente por la oligarquía centralista y corrupta de Madrid para desacreditar el catalanismo. Finalmente, la segunda conferencia del médico-político, aunque estaba anunciada en los diarios, fue suspendida.
Lo cierto es que en las publicaciones nacionalistas de la época como Tralla, Cut-cut, La Esquella de la Torratxa, La Nació Catalana... abundan artículos y cartas titulados «Moros mal qu´els pesi», «Sí, hi ha rasses», «Contra´ls els semites» o firmados «Un que li repugnen els castellans»; la lista es inacabable. Los castellanos son calificados de «bereberes de la Península», cuyo temperamente muestra su «afinidad con todos los pueblos semitas», y que resulta incompatible con las características «europeas» de la raza catalana, una dominación que estrangula las posibilidades de desarrollo económico de la patria. Otro prócter del catalanismo, Joan Bardina, dedicó una larga serie de conferencias divulgativas sobre el tema donde se va conformando la imagen de una España «africana» agrícola, burocrática y semita, frente a una Cataluña «europea», industrial y aria; para Domingo Martí i Juliá resulta una cuestión «de higiene social» impedir la entrada de «elementos personales, intelectuales, morales y políticos degenerados y producto de razas inferiores y además decadentes».
Marfany cree que la principal función del racismo catalanista, como en todos, es denunciar la presencia de miembros de otra «raza», causante de todos los males de la sociedad. El catalanismo «se inventa un problema castellano y divulga la teoría de una inmigración castellana» que viene a Cataluña para vivir a expensas de una riqueza que no han contribuido a crear y, lo que es más grave, a causar unos problemas sociales que de otro modo no existirían . Sobre este humus ideológico, Enric Prat de la Riba , el arquitecto del catalanismo político, reformulará estas ideas, puliendo sus aristas más biológicas y racistas; así, los catalanes no son una «raça antropológica», sino una «raça histórica». Las naciones son distintas porque la raza, pero sobre todo la historia, las han hecho diferentes. La «castellanización» de Cataluña sólo es «una costra sobrepuesta, una costra que se cuartea y salta, dejando salir intacta, inmaculada, la piedra indestructible de la raza».
En el análisis de Marfany, la categoría tierra es la que da sentido a todo, «un auténtico fundamento sólido e inmutable» y donde nacen o van a parar «todas las teorizaciones de la nación catalana (...) Es la tierra, en definitiva, la que hace la nación». Bonaventura Riera en 1899 desarrollará este tema en el artículo L´anima del catalanisme. La tierra es como una esponja que recoge las razas, asimila a los hombres y les informa de una misma fisonomía, una tierra que hace hablar a los hombres la misma lengua y tener las mismas costumbres. Así, siguiendo esta lógica, «si fuera posible hoy exterminar a todos los catalanes poblar nuestra tierra de gente de otros países, dentro de un plazo más o menos remoto volvería a existir el pueblo catalán» tal y como lo conocemos ahora».
Demografía e inmigración
Paralelamente, a finales del XIX, una serie de tratadistas y médicos de orientación higienista y natalista, católicos y antimaltusianos como Escudé Bartolí, García Faria, Joan Viura, Josep Blanc, A. Planelles... alertan sobre los peligros del descenso de la natalidad y fecundidad catalana. Según Josep Termes estos tratadistas consideran la baja natalidad un síntoma de decadencia moral y la inmigración como algo inevitable, pero sin «connotaciones étnicas y lingüísticas». La obra de P. Nubiola (1906) marca la transición, un cambio que se verifica con R. Boquet (1916), que defiende «la regeneración de la raza y de la estirpe catalana» y se completa con la obra de otro médico, el doctor E. Puig i Sais, El problema de la natalitat a Catalunya. Un perill gravíssim per a la nostra pátria (1915), que apunta los riesgos de que la inmigración pueda descatalanizar el país y defiende la necesidad de aumentar el número de «catalanes de raza pura» .
La oleada inmigratoria de los años 20 y 30 procedente de Murcia y Almería suscitó un intenso debate político, social y sindical. Un tema recurrente en los diarios de sesiones del Ayuntamiento de Barcelona, en el Parlament de Catalunya, en la prensa y en todo tipo de publicaciones y que, generalmente, plantean un diagnóstico negativo sobre el impacto de la iinmigración sobre la lengua y cultura catalana. Un ejemplo extremo de ello es el radical Daniel Cardona; en el artículo La ocupació castellana concibe la inmigración como arma de una guerra contra Cataluña y por ello cada patriota debía llevar «una browning en cada bolsillo para hacer respetar nuestro derecho y nuestra dignidad de catalanes ofendidos por una sumisión vergonzosa».
Otra muestra notable de este clima es el manifiesto Per la preservació de la raça catalana (1934) firmado por prohombres del catalanismo como Alcobé, Batista i Roca, Pompeu Fabra, Jaume Pi i Sunyer, Nubiola, Puig i Sais o Vandellós, entre otros y que alerta de los peligros de la inmigración, cuyas graves consecuencias «nos pueden hacer pensar en la transformación o retroceso de la capacidad genética». Una inmigración incontrolable, y como no se puede impedir «la mezcla de razas» -en el sentido político de la palabra-, se propone sentar las bases de una política catalana de población a través de la Societat Catalunya d´Eugénica que estudie las características de la «mezcla» y los mecanismos de «defensa de la nostra raça».
En la obra de Pere Mártir Rosell i Vilar se hallan las posiciones más racistas y xenófobas. Veterinario de profesión , director de los Servicios de Ganadería de la Mancomunitat y posteriormente diputado al Parlament como representante del ala radical de ERC, publicó en 1917 el folleto Diferéncies entre catalans i castellans. Les mentalitats específiques donde se deduce de las grandes diferencias entre ambos pueblos que la mezcla conduce a la degeneración biológica. La exposición sistemática de su pensamiento se halla en su obre cumbre, Raça (1930); la raza constituye la única fuente de cultura y debe mantenerse pura evitando el mestizaje que propicia la inmigración. Rosell i Vilar intenta construir una teoría política del hecho nacional catalán donde la raza es el factor fundamental de cohesión colectiva y donde cualquier alteración racial constituye un peligro, y acaba exponiendo su plan de mejora de la raza catalana, como subrayan Malló y Martí, tomado directamente de sus experiencias sobre la mejora genética del ganado.
El economista Josep Antonio Vandellós i Solá es el autor más destacado del nacionalismo catalán sobre la inmigración. Primero en su serie de artículos en La Publicitat entre 1927 y 1933 y después en sus libros Catalunya, poble decadent y La inmigració a Catalunya, ambos de 1935, realiza una interpretación global e ideológicamente sesgada de los dos grandes hechos fundamentales de la demografía catalana: la baja natalidad y la fuerte corriente migratoria procedente del resto de España. Las estadísticas muestran que si siguen estas tendencias se llegará a la esterilización de la «raza» catalana. Ciertamente, la inmigración es imprescindible para el desarrollo industrial; sin embargo, a nivel cultural y racial ésta amenaza con diluir el patrimonio espiritual (SIC) de Catalunya. Vandellós distingue entre la población de Valencia, Baleares y Aragón, fácil de asimilar por sus afinidades culturales y lingüísticas de la procedente de Murcia y Andalucía, que suponen un peligro de «descatalanización de la patria». Ante esta situación, el autor plantea una propuesta que recuerda vivamente a la que ahora ha formulado ERC: el gobierno autónomo, que lamentablemente no tiene competencias en el tema, debe seleccionar y regular los contingentes de mano de obra inmigrada.
Tampoco la izquierda catalana de estos años se libra del discurso xenófobo y racista. Antoni Rovira i Virgili , considerado uno de los pioneros del catalanismo de izquirerdas, en sus artículos en La Publicitat de los años 20 y 30 y en su libro La nacionalització de Catalunya (1914) plantea que la relación entre Cataluña y Castilla (por España) está marcada por «una irreductible oposición espiritual», con dos visiones del mundo antagónicas. La inmigración resulta un factor objetivo de «descatalanización» y propone una decidida política de defensa de la lengua y la asimilación lingüística de los inmigrantes para esquivar este peligro. Otro nacionalista de izquierdas como Aymá i Baudina distingue «entre los obreros auténticos que pasan hambre en silencio» y «los vagos forasteros que hablan siempre en castellano», contra los que propone «vigilancia a la entrada de la ciudad y energía por parte de las autoridades».
Gabriel Alomar, fundador de la Unió Socialista de Catalunya (USC), escribe en 1932, refiriéndose a estos inmigrantes: «Son los que fuerzan una igualdad hacia abajo, los que por falta de necesidades superiores se contentan con cualquier salario y llenan el trágico vacío interior con truculencias negroides. Son la base del lerrouxismo y para la labor paciente y constructora no son útiles» . Comunistas heterodoxos como Jordi Arquer o Joaquim Maurín, que fundarán el Bloc Obrer i Camperol (BOC), también alertan sobre los peligros del proletario inmigrante analfabeto poco formado políticamente, proclive al anarquismo y alejado del hecho nacional catalán. Así Arquer escribe en 1932: «Todos esos jabalíes -ninguno catalán- sólo especulan sobre la masa española que vive en Cataluña (...) gentes no educadas políticamente y cargadas de prejuicios sobre la cuestión catalana y que aún no han tenido tiempo de ser asimilados. Pero esas masas no son un peso específico ni es posible con ellas formar una organización sólida». Un punto de vista semejante al de Maurín, en 1928: «El ascenso del anarcosindicalismo a partir de 1917 es debido principalmente a la afluencia de peonaje a Barcelona atraído por la prosperidad industrial. Los fenómenos morbosos que posteriormente se producirán son producto de esta circunstancia. El proletariado catalán, que no tiene nada de anarquista, fue incapaz, ante el alud, de asimilar toda la gran masa. Fue impotente para dominar la invasión. El número se impuso a la calidad (...) No es casualidad que los «ases» del anarquismo en Barcelona, los Pestaña, Buenacasa, Picos, Rico, etc., no sean catalanes» .
y este tipejo historico tiene un monumento en la Plaza Tetuan, con dos cojones...
Gracias Ricardo-Barcelona
el panfleto invitacion dice:
"Dijo Bartolomé Robert y Yarzábal "el regionalismo descansa en el conocimiento étnico". Y esta sentencia podemos usarla como espada destructora contra todos los falsos regionalismos (sic) actuales que no favorecen al pueblo. No son espejo veridico de una tradición real, de una cultura autóctona, de un verdadero catalanismo. Y fue este gran hombre, uno de los impulsores de uns entimiento patrio y una cosmovision al mas puro estilo nacional-socialista. El dia 19 de octubre, coincidiendo con su nacimiento, homenajearemos a un verdadero catalán, que no supo ni quiso callarse ante la opresion y vislumbró un catalanismo real, aquel que defiende la etnia (?) como base primordial y lucha por conservarla"
Ni que decir que el celebrisimo Dr. robert, ex alcalde de barcelona, medico y teorico de la supremacia racial catalana sobre la charnegada española (escribio un libro sobre el tema con estudios frenologicos , morfologicos y medidas craneales) es el modelo de intelectual-politico ideal para los nazis (de verdad) catalanes...
mas perlas:
Los orígenes del pensamiento racial catalán arrancan de la década de 1880, en plena Renaixença, con la aparición de los primeros estudios etnográficos y raciológicos de Sampere i Miquel, J. M. Batista i Roca y especialmente Pompeu Gener. Para el historiador, Joan- Lluís Marfany, uno de los mejores conocedores de este periodo, el catalanismo no se aparta de la pauta marcada por el resto de nacionalismo de finales del XIX, «el racismo los impregna a todos, como impregna toda la cultura de la época».
Ya en la obra de Valentí Almirall Lo catalanisme (1886) se elabora una distinción de las diferencias entre el «carácter» castellano y catalán que se aproxima mucho a la «teoría racial de la nación catalana» que Pompeu Gener sería el primero en enunciar en su influyente libro Herejías (1887). Existe una raza catalana, de origen ario-gótico, superior al resto de pueblos peninsulares, de raíces semíticas. Mientras los catalanes reconquistaron pronto sus territorios y entraron bajo la benéfica influencia aria de los francos, Castilla pasó largos siglos dominada por los semitas «árabes y bereberes» lo que explica la radical diferencia y la incompatibilidad de ambos pueblos. Joaquim Casas-Carbó en 1891 en sus Estudis d´etnografia catalana utilizará argumentos filológicos para demostrar el irrefutable origen ario de los catalanes.
Unas ideas que pasan a formar parte del corpus doctrinal del naciente catalanismo. En marzo de 1899 se produce un gran escándalo que recuerda vivamente al que un siglo después ha protagonizado Barrera; además, ambos se suceden en el mismo escenario del Ateneo Barcelonés. El doctor en medicina Bartomeu Robert, recientemente nombrado alcalde de Barcelona por designación real, a instancias del político catalanista Durán i Bas y del primer ministro conservador Francisco Silvela, pronunció el día 13 en la citada institución la primera de una serie de conferencias tituladas La rassa catalana. En una sala abarrotada, el doctor Robert disertó sobre la heterogeneidad racial de la Península motivada por las invasiones germánicas y semitas. Utilizando los métodos de la frenología sobre las medidas del cráneo tan de moda en la época, distinguió tres áreas raciales: braquicéfalos de cabeza redonda de las regiones del Atlántico, dolicocéfalos o cráneo alargado de las regiones mediterráneas y mesicéfalos, mezcla de ambos en la España central. Se desencadenó una fuerte polémica en la prensa madrileña y catalana sobre el tema, que los medios catalanistas atribuyeron a una interpretación maliciosa del discurso del doctor Robert, cuyas palabras no habían querido ofender, ni mucho menos enfrentar, a Castilla y Cataluña por la cuestión del cráneo. Una polémica, además, decían que atizada interesadamente por la oligarquía centralista y corrupta de Madrid para desacreditar el catalanismo. Finalmente, la segunda conferencia del médico-político, aunque estaba anunciada en los diarios, fue suspendida.
Lo cierto es que en las publicaciones nacionalistas de la época como Tralla, Cut-cut, La Esquella de la Torratxa, La Nació Catalana... abundan artículos y cartas titulados «Moros mal qu´els pesi», «Sí, hi ha rasses», «Contra´ls els semites» o firmados «Un que li repugnen els castellans»; la lista es inacabable. Los castellanos son calificados de «bereberes de la Península», cuyo temperamente muestra su «afinidad con todos los pueblos semitas», y que resulta incompatible con las características «europeas» de la raza catalana, una dominación que estrangula las posibilidades de desarrollo económico de la patria. Otro prócter del catalanismo, Joan Bardina, dedicó una larga serie de conferencias divulgativas sobre el tema donde se va conformando la imagen de una España «africana» agrícola, burocrática y semita, frente a una Cataluña «europea», industrial y aria; para Domingo Martí i Juliá resulta una cuestión «de higiene social» impedir la entrada de «elementos personales, intelectuales, morales y políticos degenerados y producto de razas inferiores y además decadentes».
Marfany cree que la principal función del racismo catalanista, como en todos, es denunciar la presencia de miembros de otra «raza», causante de todos los males de la sociedad. El catalanismo «se inventa un problema castellano y divulga la teoría de una inmigración castellana» que viene a Cataluña para vivir a expensas de una riqueza que no han contribuido a crear y, lo que es más grave, a causar unos problemas sociales que de otro modo no existirían . Sobre este humus ideológico, Enric Prat de la Riba , el arquitecto del catalanismo político, reformulará estas ideas, puliendo sus aristas más biológicas y racistas; así, los catalanes no son una «raça antropológica», sino una «raça histórica». Las naciones son distintas porque la raza, pero sobre todo la historia, las han hecho diferentes. La «castellanización» de Cataluña sólo es «una costra sobrepuesta, una costra que se cuartea y salta, dejando salir intacta, inmaculada, la piedra indestructible de la raza».
En el análisis de Marfany, la categoría tierra es la que da sentido a todo, «un auténtico fundamento sólido e inmutable» y donde nacen o van a parar «todas las teorizaciones de la nación catalana (...) Es la tierra, en definitiva, la que hace la nación». Bonaventura Riera en 1899 desarrollará este tema en el artículo L´anima del catalanisme. La tierra es como una esponja que recoge las razas, asimila a los hombres y les informa de una misma fisonomía, una tierra que hace hablar a los hombres la misma lengua y tener las mismas costumbres. Así, siguiendo esta lógica, «si fuera posible hoy exterminar a todos los catalanes poblar nuestra tierra de gente de otros países, dentro de un plazo más o menos remoto volvería a existir el pueblo catalán» tal y como lo conocemos ahora».
Demografía e inmigración
Paralelamente, a finales del XIX, una serie de tratadistas y médicos de orientación higienista y natalista, católicos y antimaltusianos como Escudé Bartolí, García Faria, Joan Viura, Josep Blanc, A. Planelles... alertan sobre los peligros del descenso de la natalidad y fecundidad catalana. Según Josep Termes estos tratadistas consideran la baja natalidad un síntoma de decadencia moral y la inmigración como algo inevitable, pero sin «connotaciones étnicas y lingüísticas». La obra de P. Nubiola (1906) marca la transición, un cambio que se verifica con R. Boquet (1916), que defiende «la regeneración de la raza y de la estirpe catalana» y se completa con la obra de otro médico, el doctor E. Puig i Sais, El problema de la natalitat a Catalunya. Un perill gravíssim per a la nostra pátria (1915), que apunta los riesgos de que la inmigración pueda descatalanizar el país y defiende la necesidad de aumentar el número de «catalanes de raza pura» .
La oleada inmigratoria de los años 20 y 30 procedente de Murcia y Almería suscitó un intenso debate político, social y sindical. Un tema recurrente en los diarios de sesiones del Ayuntamiento de Barcelona, en el Parlament de Catalunya, en la prensa y en todo tipo de publicaciones y que, generalmente, plantean un diagnóstico negativo sobre el impacto de la iinmigración sobre la lengua y cultura catalana. Un ejemplo extremo de ello es el radical Daniel Cardona; en el artículo La ocupació castellana concibe la inmigración como arma de una guerra contra Cataluña y por ello cada patriota debía llevar «una browning en cada bolsillo para hacer respetar nuestro derecho y nuestra dignidad de catalanes ofendidos por una sumisión vergonzosa».
Otra muestra notable de este clima es el manifiesto Per la preservació de la raça catalana (1934) firmado por prohombres del catalanismo como Alcobé, Batista i Roca, Pompeu Fabra, Jaume Pi i Sunyer, Nubiola, Puig i Sais o Vandellós, entre otros y que alerta de los peligros de la inmigración, cuyas graves consecuencias «nos pueden hacer pensar en la transformación o retroceso de la capacidad genética». Una inmigración incontrolable, y como no se puede impedir «la mezcla de razas» -en el sentido político de la palabra-, se propone sentar las bases de una política catalana de población a través de la Societat Catalunya d´Eugénica que estudie las características de la «mezcla» y los mecanismos de «defensa de la nostra raça».
En la obra de Pere Mártir Rosell i Vilar se hallan las posiciones más racistas y xenófobas. Veterinario de profesión , director de los Servicios de Ganadería de la Mancomunitat y posteriormente diputado al Parlament como representante del ala radical de ERC, publicó en 1917 el folleto Diferéncies entre catalans i castellans. Les mentalitats específiques donde se deduce de las grandes diferencias entre ambos pueblos que la mezcla conduce a la degeneración biológica. La exposición sistemática de su pensamiento se halla en su obre cumbre, Raça (1930); la raza constituye la única fuente de cultura y debe mantenerse pura evitando el mestizaje que propicia la inmigración. Rosell i Vilar intenta construir una teoría política del hecho nacional catalán donde la raza es el factor fundamental de cohesión colectiva y donde cualquier alteración racial constituye un peligro, y acaba exponiendo su plan de mejora de la raza catalana, como subrayan Malló y Martí, tomado directamente de sus experiencias sobre la mejora genética del ganado.
El economista Josep Antonio Vandellós i Solá es el autor más destacado del nacionalismo catalán sobre la inmigración. Primero en su serie de artículos en La Publicitat entre 1927 y 1933 y después en sus libros Catalunya, poble decadent y La inmigració a Catalunya, ambos de 1935, realiza una interpretación global e ideológicamente sesgada de los dos grandes hechos fundamentales de la demografía catalana: la baja natalidad y la fuerte corriente migratoria procedente del resto de España. Las estadísticas muestran que si siguen estas tendencias se llegará a la esterilización de la «raza» catalana. Ciertamente, la inmigración es imprescindible para el desarrollo industrial; sin embargo, a nivel cultural y racial ésta amenaza con diluir el patrimonio espiritual (SIC) de Catalunya. Vandellós distingue entre la población de Valencia, Baleares y Aragón, fácil de asimilar por sus afinidades culturales y lingüísticas de la procedente de Murcia y Andalucía, que suponen un peligro de «descatalanización de la patria». Ante esta situación, el autor plantea una propuesta que recuerda vivamente a la que ahora ha formulado ERC: el gobierno autónomo, que lamentablemente no tiene competencias en el tema, debe seleccionar y regular los contingentes de mano de obra inmigrada.
Tampoco la izquierda catalana de estos años se libra del discurso xenófobo y racista. Antoni Rovira i Virgili , considerado uno de los pioneros del catalanismo de izquirerdas, en sus artículos en La Publicitat de los años 20 y 30 y en su libro La nacionalització de Catalunya (1914) plantea que la relación entre Cataluña y Castilla (por España) está marcada por «una irreductible oposición espiritual», con dos visiones del mundo antagónicas. La inmigración resulta un factor objetivo de «descatalanización» y propone una decidida política de defensa de la lengua y la asimilación lingüística de los inmigrantes para esquivar este peligro. Otro nacionalista de izquierdas como Aymá i Baudina distingue «entre los obreros auténticos que pasan hambre en silencio» y «los vagos forasteros que hablan siempre en castellano», contra los que propone «vigilancia a la entrada de la ciudad y energía por parte de las autoridades».
Gabriel Alomar, fundador de la Unió Socialista de Catalunya (USC), escribe en 1932, refiriéndose a estos inmigrantes: «Son los que fuerzan una igualdad hacia abajo, los que por falta de necesidades superiores se contentan con cualquier salario y llenan el trágico vacío interior con truculencias negroides. Son la base del lerrouxismo y para la labor paciente y constructora no son útiles» . Comunistas heterodoxos como Jordi Arquer o Joaquim Maurín, que fundarán el Bloc Obrer i Camperol (BOC), también alertan sobre los peligros del proletario inmigrante analfabeto poco formado políticamente, proclive al anarquismo y alejado del hecho nacional catalán. Así Arquer escribe en 1932: «Todos esos jabalíes -ninguno catalán- sólo especulan sobre la masa española que vive en Cataluña (...) gentes no educadas políticamente y cargadas de prejuicios sobre la cuestión catalana y que aún no han tenido tiempo de ser asimilados. Pero esas masas no son un peso específico ni es posible con ellas formar una organización sólida». Un punto de vista semejante al de Maurín, en 1928: «El ascenso del anarcosindicalismo a partir de 1917 es debido principalmente a la afluencia de peonaje a Barcelona atraído por la prosperidad industrial. Los fenómenos morbosos que posteriormente se producirán son producto de esta circunstancia. El proletariado catalán, que no tiene nada de anarquista, fue incapaz, ante el alud, de asimilar toda la gran masa. Fue impotente para dominar la invasión. El número se impuso a la calidad (...) No es casualidad que los «ases» del anarquismo en Barcelona, los Pestaña, Buenacasa, Picos, Rico, etc., no sean catalanes» .
y este tipejo historico tiene un monumento en la Plaza Tetuan, con dos cojones...
Gracias Ricardo-Barcelona
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La Casa Nostra Catalana,
Nacionalismo vs Libertad
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