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miércoles, 18 de febrero de 2015

El anacronismo de los partidos de izquierda en España






Por muchos cambios de secretario general que hagan en el PSOE, por mucho proceso de transformación que acontezca en IU para volver al mismo lugar en el que estaba, por muchas propuestas de Podemos que destrocen la razón y el sentido común, los partidos de izquierda en España están mostrando, cada día de forma más ostentosa, que son un anacronismo en las izquierdas europeas.

La cerrilidad del sostenella e no enmendalla, el divide e impera que ha organizado el poder al introducir en liza a Podemos, con el beneplácito de los medios de comunicación y la debacle que se ha organizado en Madrid, tanto en el PSOE como en IU, nos muestran el desastre que se avecina para las izquierdas de este país, que han perdido todos los puntos cardinales, no sólo el norte.

Los partidos de izquierda españoles nada tienen que ver con sus homólogos europeos, el partido socialista francés ha liberalizado la economía del país vecino, el partido de la izquierda italiana de Renzi ya lo había hecho con anterioridad, hasta el flamante líder griego acaba de aceptar regresar al sendero europeo, traicionando a sus electores al incumplir sus promesas.

Zapatero le hizo mucho daño a este país, pero aún más a los partidos de izquierda destrozando sus tradicionales señales de referencia –progreso, autocrítica, igualdad, estatalismo, prevalencia de lo público- para abrazar las barbaridades que se le iban ocurriendo –nacionalismo, filoislamismo, sectorialismos diversos- y una enemistad intensa con todo lo que no tuviera que ver con lo que se le ocurría en su adanismo insoportable.

Pablo Iglesias piensa ser más adanista que su admirado presidente y superar su despropósito conduciendo este país al tercermundismo, con escarapela bolivariana o la que se tercie. Del nacionalismo de Zapatero ha pasado al separatismo directo, del filoislamismo al antisionismo y de los sectorialismos diversos a inventar unas minorías inexistentes a las que pretende salvar del aplastamiento, como si fuera un mesías.Tania Sánchez, la musa de la izquierda del momento, ha desastibilizado su partido como era de esperar, para disolverlo en Podemos.

Lo extraño es que con toda la propaganda, y la lucha por la hegemonía que se han montado en los partidos de izquierda –PSOE, IU, PODEMOS- lo único que van a lograr es reducir aún más su número de votos. El voto en España es muy invariable de elección en elección, no se producen cambios bruscos, sino muy despacio y prolongados en el tiempo. Todo este espectáculo no le dará un voto más a la izquierda que los que hay, por muchas encuestas que se presenten sin dar datos de participación, y que sumen escaños para la izquierda, está claro que será muy difícil que lo que no consiguieron más unidos, lo vayan a lograr más separados. En Baleares ya han comenzado a hacer pactos entre el PSOE y Podemos, sin saber en qué se quedó lo de la casta; antes de que lleguen las elecciones veremos los movimientos más extravagantes de sus líderes, que se van a decir de todo menos bonito, para sacar los mismos votos que tenían antes de comenzar las campañas y posiblemente menos.

Al otro lado está el PP, porque Ciutadans y UPyD en realidad son nuevas presentaciones de un socialismo tradicional adaptado a los nuevos tiempos. Ciudadanos es un partido de izquierda no nacionalista (así lo exponen sus estatutos), dicen y UPyD es un partido socialista federal, por mucho que Rosa Díez se envuelva en la bandera de España. Y el PP permanecerá unido, aunque entre sus distintas facciones bien podrían hacer una guerra abierta si no fuera porque están en el poder y pretenden seguir estándolo.

Que la gente se vaya desengañando, las próximas elecciones generales las volverá a ganar el PP, y obtendrá muy buenos resultados en las municipales y autonómicas. Tal vez entonces los líderes de los partidos de izquierda españoles se den cuenta de que el adversario no era el que pensaba como ellos, sino el que pensaba diferente. No me extraña que Mariano Rajoy no hable ni por el plasma, si tiene a sus rivales haciéndole la mejor campaña electoral de la historia de su partido, porque en crisis, apostar por un gallinero histérico, que es lo que hoy se representa en la izquierda, no resulta aconsejable. En este país no hay más leña que la que arde, a la izquierda, a la derecha y en los nacionalismos.

Enrique Suárez

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