A medida que el PSOE va descendiendo en las encuestas, la última ya le ha llevado hasta el 30,5 % (próximo al desastre del PSC en Cataluña), los ventiladores mediáticos del socialismo comienzan a desangrarse en la hemorragia de improperios que les caracteriza. Lo que dirán de aquí hasta el 22 de mayor, pasará a los anales del periodismo como la gran cruzada, incluso algunos medios que habitualmente no apoyan al PSOE se han dejado contagiar por la afición a la intoxicación.
En esta magnifica epopeya de la infamia los personajes preferidos de la escuadra del pesebre son tres: Aznar, Cascos y Esperanza Aguirre, simplemente porque son los más inmunes a sus coacciones literarias.
El expresidente Aznar, desde la peineta de Oviedo, ha decidido seguir su camino sin feedback, diciendo lo que le parece, haciendo alarde de libertad e independencia en este sistema urdido con la dictadura del pensamiento políticamente correcto. Aznar puede mirar atrás y recordar que cuando se fue dejó superavit económico, 2,3 millones de parados, una deuda saneada y un país que funcionaba bien.
El exvicepresidente Cascos, llamado el doberman con ese cariño que derraman las juventudes socialistas, también se puede sentir orgulloso de haber dejado un PP organizado y eficaz, las principales infraestructuras del país en marcha y un rastro de sobriedad que no ha vuelto a recobrarse en el Ministerio de Fomento.
Sobre la Presidenta de la Comunidad madrileña, decir que es el principal pararayos de la insidia socialista desde hace muchos años, lo que no impide que sus resultados electorales sobrepasen el 50 % en la Comunidad de la capital de España.
Realmente, cuando se lee la prensa del régimen, da pena observar como encomian la desastrosa gestión de los gobiernos socialistas de Rodríguez Zapatero, que ha llevado este país a la ruina, con casi 4,5 millones de parados, una deuda desbocada, un déficit irrefrenable y una demolición institucional con un parasitismo inusitado en un país democrático, mientras los sindicatos miran hacia otro lado y los votantes del engendro se callan.
Resulta realmente patético ver que los que medios de comunicación que avalan a los que han destrozado el país malmeten con saña contra los que lograron que alcanzara las cotas más altas de bienestar y riqueza. Pero es clarificador comprobar que durante estos años lo único que han hecho es engañar a los ciudadanos, inventando brotes verdes, sobreelevando a los altares a auténticos ineptos y repartiendo paz y amor, mientras vivían magníficamente del pesebre gubernamental, cuando se queden sin el combustible que les regala el Gobierno y que pagamos todos los españoles, creo que van a sufrir una grave quiebra, porque algunos de ellos tienen más gente trabajando en sus plantillas que lectores, lo que se puede extender a a alguna televisión autonómica y emisoras de radio afines.
Y aún tratan de seguir queriendo hacer bueno lo pésimo, maldiciendo lo que realmente fue extraordinario comparado con lo que hay en la actualidad. Los medios de comunicación de la izquierda de este país han perdido toda credibilidad y van a tardar tanto en recuperarla como los españoles tardemos en salir de la crisis, porque gracias a ellos que nos han engañado con continuidad sobre la gestión de los Gobiernos de Zapatero, también estamos así. Cuando el PSOE caiga, caerán con él.
Con Franco teníamos la prensa nacional del movimiento y con Zapatero tenemos la prensa social del paro. Poco hemos avanzado si sólo hemos logrado cambiarle el collar al régimen.
Biante de Priena
En esta magnifica epopeya de la infamia los personajes preferidos de la escuadra del pesebre son tres: Aznar, Cascos y Esperanza Aguirre, simplemente porque son los más inmunes a sus coacciones literarias.
El expresidente Aznar, desde la peineta de Oviedo, ha decidido seguir su camino sin feedback, diciendo lo que le parece, haciendo alarde de libertad e independencia en este sistema urdido con la dictadura del pensamiento políticamente correcto. Aznar puede mirar atrás y recordar que cuando se fue dejó superavit económico, 2,3 millones de parados, una deuda saneada y un país que funcionaba bien.
El exvicepresidente Cascos, llamado el doberman con ese cariño que derraman las juventudes socialistas, también se puede sentir orgulloso de haber dejado un PP organizado y eficaz, las principales infraestructuras del país en marcha y un rastro de sobriedad que no ha vuelto a recobrarse en el Ministerio de Fomento.
Sobre la Presidenta de la Comunidad madrileña, decir que es el principal pararayos de la insidia socialista desde hace muchos años, lo que no impide que sus resultados electorales sobrepasen el 50 % en la Comunidad de la capital de España.
Realmente, cuando se lee la prensa del régimen, da pena observar como encomian la desastrosa gestión de los gobiernos socialistas de Rodríguez Zapatero, que ha llevado este país a la ruina, con casi 4,5 millones de parados, una deuda desbocada, un déficit irrefrenable y una demolición institucional con un parasitismo inusitado en un país democrático, mientras los sindicatos miran hacia otro lado y los votantes del engendro se callan.
Resulta realmente patético ver que los que medios de comunicación que avalan a los que han destrozado el país malmeten con saña contra los que lograron que alcanzara las cotas más altas de bienestar y riqueza. Pero es clarificador comprobar que durante estos años lo único que han hecho es engañar a los ciudadanos, inventando brotes verdes, sobreelevando a los altares a auténticos ineptos y repartiendo paz y amor, mientras vivían magníficamente del pesebre gubernamental, cuando se queden sin el combustible que les regala el Gobierno y que pagamos todos los españoles, creo que van a sufrir una grave quiebra, porque algunos de ellos tienen más gente trabajando en sus plantillas que lectores, lo que se puede extender a a alguna televisión autonómica y emisoras de radio afines.
Y aún tratan de seguir queriendo hacer bueno lo pésimo, maldiciendo lo que realmente fue extraordinario comparado con lo que hay en la actualidad. Los medios de comunicación de la izquierda de este país han perdido toda credibilidad y van a tardar tanto en recuperarla como los españoles tardemos en salir de la crisis, porque gracias a ellos que nos han engañado con continuidad sobre la gestión de los Gobiernos de Zapatero, también estamos así. Cuando el PSOE caiga, caerán con él.
Con Franco teníamos la prensa nacional del movimiento y con Zapatero tenemos la prensa social del paro. Poco hemos avanzado si sólo hemos logrado cambiarle el collar al régimen.
Biante de Priena