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martes, 24 de junio de 2008
Grandes Momentos :Spain vs Italy - The Drama - Shootout - Super Slow
Excelsos momentos (Minuto 1.52 del video): Un español y su responsabilidad ante la nación.
¡Gracias Francisco!
Edit: FUCK__ "This video is no longer available due to a copyright claim by UEFA"
El español Francisco "Paco" Fábregas clasifica a España para semifinales
El glorioso momento en el que el español Francisco Fábregas, oriundo de la región catalana, marca su penalty y mete a nuestra nación en semifinales. ¡¡Gracias Francisco!!
Refutación de un manifiesto hipócrita por una lengua común
Hace unos días, un comentarista de este blog me recomendaba que esperara a leer el Manifiesto por una Lengua Común de "los intelectuales", promovido por UPyD, cuando publiqué el artículo: "Del Derecho Constitucional al Manifiesto Reivindicativo". Tras haberlo leído sosegadamente, con vergüenza ajena he de ratificarme en lo escrito entonces y añadir alguna cosa más.
Quiero agradecerle a "los intelectuales reivindicativos" el esfuerzo que les ha supuesto redactar el mencionado manifiesto y las largas horas que habrán tenido que dedicar a su consenso final.
Quiero recordarles a "los intelectuales reivindicativos" que no les vendría mal repasar el artículo 3.1 de la Constitución Española de 1978, en el que dice textualmente: "el castellano es la lengua española oficial del Estado, todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho de usarla".
La palabra "oficial del Estado" ha desaparecido del preámbulo del "Manifiesto por una Lengua Común", es decir, con este gesto rubricado, los españoles pasamos de tener un derecho constitucional a tener simplemente una realidad cultural. Retroprogresamos, que diría Salvador Pániker, porque de tener una realidad cultural reconocida por un derecho constitucional, ahora pasamos a tener exclusivamente una realidad cultural que es necesario reivindicar. No entiendo nada. ¿Y estos intelectuales son "amigos", "enemigos", o "mediopensionistas"?,
Un análisis crítico del texto
En el primer párrafo del manifiesto se puede leer textualmente:
"hay crecientes razones para preocuparse en nuestro país por la situación institucional de la lengua castellana". Fascinante finta semántica. Permítanme la metáfora, esto es como si el capitán del Titanic dijera antes de que se hundiera su barco en el océano Atlántico: "manténganse atentos a las noticias meteorológicas, no es frecuente la presencia de témpanos de hielo tan al sur".
Cuanto recato y miedo a decir la verdad: que el idioma español ha desaparecido de la educación en Cataluña y Baleares, y está a punto de hacerlo en Galicia y Euskadi. Que el idioma español no se ha sumergido o sometido a inmersión, sino que se ha ahogado literalmente en la educación ofrecida desde el poder en estas comunidades españolas, gracias a las artimañas de los nacionalistas y la cesión de los partidos políticos nacionales.
A ver si se enteran "los intelectuales" con su retórica de los años noventa del pasado siglo, de que "no hay crecientes razones para preocuparse", hay una constatación de que "nadie" desde el Estado y la Cultura españolas "se ha ocupado" de proteger al idioma español de sus depredadores culturales. Y en ellos, que viven del español, tiene mucho más delito que la mayoría de los ciudadanos de a pie, que incluso les conocen y reconocen gracias a nuestro idioma, sus libros no están escritos en turco o arameo, precisamente.
A la historiadora, Carmen Iglesias no le preocupa la salud del español, sino los derechos de los españoles, dice textualmente: "No estamos preocupados por el castellano, que hablan 450 millones de ciudadanos, sino porque se están conculcando derechos". Pues no señora académica, además de conculcarse derechos, ninguno de ustedes habla de que el Estado (con el Gobierno de Zapatero y la connivencia de Rajoy) se ha inhibido en su deber de que se hagan cumplir nuestros derechos, porque les interesaba electoralmente estar callados.
Hay represión del español en nuestro país, porque un Gobierno ha permitido que se conculquen nuestros derechos por parte de los nacionalistas, que en el caso de Cataluña, Galicia y Baleares coíncide que tiene la misma adscripción política que el Gobierno del Estado, y un Gobierno que no garantiza el cumplimiento de nuestra Constitución está traicionando a los españoles, por intereses políticos. En este caso al español no lo eliminó Fuenteovejuna, ha sido el PSOE junto con el inexistente PP de Mariano Rajoy. Hay delito de Estado y hay responsables políticos.
Dice más adelante la declaración: "...lengua principal de comunicación democrática en este país". ¡Magnífico!, es la primera vez que alguien apela textualmente a la democracia para defender el español en España. Precisamente, el idioma español, si mal no recuerdo, también fue la lengua principal de la comunicación franquista. Se puede defender el español de muchas formas, pero hacerlo porque es una forma democrática de expresarse, me parece uno de los argumentos más zafio e inválido que he presenciado en mi vida. La democracia no correlaciona con el idioma, en Cuba, por ejemplo, hablan español. Decir que el español no corre peligro porque se habla fuera de España, es como decir que la democracia no corre peligro porque la hay en otro países y no en el nuestro.
Continúa el panfleto poco después: "Y contar con una lengua política común es una enorme riqueza para la democracia", repito lo de Cuba y lo del franquismo, y añado que si esto fuera cierto, Suiza, que tiene cuatro lenguas oficiales, y que posiblemente sea el país más democrático del orbe, contradice semejante presunción. El problema no es que existan lenguas del Estado, es que lenguas particulares sustituyen y desplazan a la lengua oficial del Estado.
Hay una cosa en la que estoy de acuerdo, y es cuando dice: " Son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, no los territorios ni mucho menos las lenguas mismas". Es una evidencia, pero con el nivel de ignorancia que ha alcanzado nuestro país, no está de más recordarlo. El mismo Karl Marx, dijo en cierta ocasión que era impensable que el Estado educara a los ciudadanos, más bien al contrario, eran los ciudadanos los que debían educar al Estado.
Más adelante, viene un párrafo singularmente contradictorio: " En las comunidades bilingües es un deseo encomiable aspirar a que todos los ciudadanos lleguen a conocer bien la lengua cooficial, junto a la obligación de conocer la común del país". Es decir, fíjense bien, la lengua cooficial se adquiere por deseo, y la común del país "por obligación". Los ciudadanos deben adquirir "por obligación" (¿imposición, sería mejor?) la lengua común, pero "desean" (¿anhelan, sería mejor?) aprender la "propia", la "suya", la "buena". ¿Pero quién ha redactado este bodrio?. ¿Lo han leído los que lo han firmado siquiera?. El español por obligación y la lengua particular por deseo, pues es precisamente al revés, la lengua particular por obligación y el español por deseo lo que asola a mucha gente en las comunidades hispanicidas.
El canto clasista no podía faltar en un manifiesto suscrito por los representantes más notorios de la Educación para la Ciudadanía "para adultos": "Conviene recordar que este tipo de imposiciones abusivas daña especialmente las posibilidades laborales o sociales de los más desfavorecidos, recortando sus alternativas y su movilidad". Efectivamente, los más desfavorecidos al servicio del régimen, pero más bien esto no correlaciona con la realidad, pocos taxistas en Cataluña desconocen el español, pocos camareros hablan exclusivamente catalán, pocos recogedores de basura y barrenderos se expresan únicamente en la hermosa lengua de Salvador Espriu que decía en 1968: " al iniciarse la guerra civil, yo me sentía republicano y partidario del concepto de una España federal. Por tanto, no deseaba entonces, ni deseo ahora, el enfrentamiento sino la concordia. Sufrí mucho, espiritualmente, porque sufrí por ambos bandos". Cuantos han utilizado las palabras del escritor interesadamente para hacer daño a unos y a otros, algo que jamás se le hubiera pasado por la cabeza al poeta catalán más reconocido.
No es cierto que hoy en día el catalán, vasco o gallego, sean las lenguas de los que ocupan los escalafones menos afortunados de la sociedad, más bien al contrario, hablar catalán, siempre catalán, exclusivamente catalán en Cataluña, se asocia con mejores oportunidades laborales, sueldos más elevados, subvenciones frecuentes, y reconocimiento social por parte del "régimen" nacionalista-socialista. No es como nos dice el manifiesto, más bien al contrario. Los profesores universitarios que quieran dar clases en Cataluña sólo podrán hacerlo en catalán, según una ley de la Generalitat, excluyendo a los españoles que no sepan catalán de poder impartir clases en Cataluña, ejemplo de favoritismo y privilegio para los afines lingüísticos, no lo harán con los peones, los cuidadores de niños o ancianos o el personal de servicios de limpieza, tengan cuidado.
Hay más tarde un párrafo que me llena de estupor: "los abajo firmantes solicitamos del Parlamento español una normativa legal del rango adecuado (que en su caso puede exigir una modificación constitucional y de algunos estatutos autonómicos)". Y además resulta contradictorio con lo que dice anterioremente: " Son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos...". Evidentemente somos los ciudadanos los agentes tributarios de los derechos constitucionales, faltaría más, por lo que huelgan intérpretes, muñidores y salvadores, que lo único que hacen es finiquitar las esperanzas de los hispanohablantes en Cataluña, reconociendo que la realidad "está mal" y no que es un acto criminal contra la libertad, la igualdad y la justicia a la que tenemos derecho los españoles según nuestra Constitución.
Las reivindicaciones resumidas quedan de la siguiente forma: reconocimiento de que la única lengua común y oficial (ahora lo han dicho, no al comienzo) del territorio nacional es el español, derechos a ser educados, atendidos institucionalmente (rotulación pública incluída), y exigencia de que los representantes públicos se expresen en castellano en el ámbito estatal, pero que lo puedan hacer como les parezca en el autonómico.
No hay arbitrio sin justicia
Lamentable, que pérdida de tiempo más inane, que brindis al sol más inútil, que filigrana contemplativa y espuria, para que los ciudadanos españoles coaccionados, reprimidos, y coartados para que no se expresen en su idioma se puedan quedar tranquilos y mañana puedan seguir envíando a sus hijos al adoctrinamiento escolar en un idioma ajeno, porque "los intelectuales reivindicativos" han "sugerido" que el español es una lengua importante para los españoles y "ruegan a todas las partes" que dado su "bondadosa actitud" permitan que todo el mundo se pueda expresar en español, con absoluta libertad, en España.
Que grande es la hipocresía de estos "intelectuales", como si no supieran que los nacionalistas tienen fundamentada su segregación política de los ciudadanos en función de la lengua. Como si desconociesen que los nacionalistas construyen de esta forma sus aspiraciones y privilegios contra todos los demás, como si fueran idiotas, nos dicen que sigamos esperando a que todo se resuelva en este mundo maravilloso que nos han construído entre Rajoy, Zapatero y los nacionalistas. En esta España que "no la reconoce ni la madre que la parió" como nos anunció Alfonso Guerra en su día que haría . Todos estos intereses sirven a un propósito.
Asistimos a un crimen sin responsables. ¡Ajá!, ¿esa es la cuestión?, ¿eximir a Zapatero y su Gobierno de lo que ha hecho en España, a Rajoy y su opoción también, a los políticos en general de haber cambiado nuestra cultura por sus intereses, y a los intelectuales, por haberlo consentido?. ¿Es acaso este manifiesto una proclama de autoexculpación general?, ¿o quizas el preámbulo de una "ley de punto final idiomática".
Loor a los "intelectuales reivindicativos", que han sido uno de los pilares fundamentales de la enajenación de España, en todos los sentidos del término; los que gritan desaforadamente su advertencia, cuando ya nos han desposeído de nuestros derechos, cuando los nacionalistas han construido el mundo a su medida y contra los intereses de los españoles. Este manifiesto configura el futuro que nos piensan ofrecer, lo que quedará tras convertir a España en un régimen federal, sin que los ciudadanos españoles sean ni siquiera consultados sobre la cuestión, igual que con el Tratado de Lisboa, ¡que envidia de Eire!.
¿Y no se dan cuenta de lo ridículo que resulta que una de las grandes naciones europeas y occidentales esté democráticamente a este nivel de patio escuela?. ¿No se dan cuenta del ridículo que hacen estos supuestos intelectuales en comparación con sus similares europeos, alemanes, franceses, británicos, italianos, que jamás hubieran permitido una situación como la que actualmente hay en España en sus respectivos países?. ¿Pero piensan que los ciudadanos somos idiotas y que debemos abrir los ojos exclusivamente a la realidad que ellos "tienen interés" en mostrarnos?. Los ciudadanos vemos la realidad por nosotros mismos, no necesitamos que nos abran los ojos ante un muro.
No gracias, yo no quiero manifiestos conniventes con la realidad que han inventado los que se apropian de mis derechos y mis recursos. Quiero y exijo justicia, libertad e igualdad. Aquí y ahora. No quiero más brindis al sol para celebrar nuestra derrota y la victoria de otros.
PD: Sigo lamentando la presencia de Albert Boadella entre los firmantes de esta diatriba con forma de manifiesto paliativo.
Erasmo de Salinas
Quiero agradecerle a "los intelectuales reivindicativos" el esfuerzo que les ha supuesto redactar el mencionado manifiesto y las largas horas que habrán tenido que dedicar a su consenso final.
Quiero recordarles a "los intelectuales reivindicativos" que no les vendría mal repasar el artículo 3.1 de la Constitución Española de 1978, en el que dice textualmente: "el castellano es la lengua española oficial del Estado, todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho de usarla".
La palabra "oficial del Estado" ha desaparecido del preámbulo del "Manifiesto por una Lengua Común", es decir, con este gesto rubricado, los españoles pasamos de tener un derecho constitucional a tener simplemente una realidad cultural. Retroprogresamos, que diría Salvador Pániker, porque de tener una realidad cultural reconocida por un derecho constitucional, ahora pasamos a tener exclusivamente una realidad cultural que es necesario reivindicar. No entiendo nada. ¿Y estos intelectuales son "amigos", "enemigos", o "mediopensionistas"?,
Un análisis crítico del texto
En el primer párrafo del manifiesto se puede leer textualmente:
"hay crecientes razones para preocuparse en nuestro país por la situación institucional de la lengua castellana". Fascinante finta semántica. Permítanme la metáfora, esto es como si el capitán del Titanic dijera antes de que se hundiera su barco en el océano Atlántico: "manténganse atentos a las noticias meteorológicas, no es frecuente la presencia de témpanos de hielo tan al sur".
Cuanto recato y miedo a decir la verdad: que el idioma español ha desaparecido de la educación en Cataluña y Baleares, y está a punto de hacerlo en Galicia y Euskadi. Que el idioma español no se ha sumergido o sometido a inmersión, sino que se ha ahogado literalmente en la educación ofrecida desde el poder en estas comunidades españolas, gracias a las artimañas de los nacionalistas y la cesión de los partidos políticos nacionales.
A ver si se enteran "los intelectuales" con su retórica de los años noventa del pasado siglo, de que "no hay crecientes razones para preocuparse", hay una constatación de que "nadie" desde el Estado y la Cultura españolas "se ha ocupado" de proteger al idioma español de sus depredadores culturales. Y en ellos, que viven del español, tiene mucho más delito que la mayoría de los ciudadanos de a pie, que incluso les conocen y reconocen gracias a nuestro idioma, sus libros no están escritos en turco o arameo, precisamente.
A la historiadora, Carmen Iglesias no le preocupa la salud del español, sino los derechos de los españoles, dice textualmente: "No estamos preocupados por el castellano, que hablan 450 millones de ciudadanos, sino porque se están conculcando derechos". Pues no señora académica, además de conculcarse derechos, ninguno de ustedes habla de que el Estado (con el Gobierno de Zapatero y la connivencia de Rajoy) se ha inhibido en su deber de que se hagan cumplir nuestros derechos, porque les interesaba electoralmente estar callados.
Hay represión del español en nuestro país, porque un Gobierno ha permitido que se conculquen nuestros derechos por parte de los nacionalistas, que en el caso de Cataluña, Galicia y Baleares coíncide que tiene la misma adscripción política que el Gobierno del Estado, y un Gobierno que no garantiza el cumplimiento de nuestra Constitución está traicionando a los españoles, por intereses políticos. En este caso al español no lo eliminó Fuenteovejuna, ha sido el PSOE junto con el inexistente PP de Mariano Rajoy. Hay delito de Estado y hay responsables políticos.
Dice más adelante la declaración: "...lengua principal de comunicación democrática en este país". ¡Magnífico!, es la primera vez que alguien apela textualmente a la democracia para defender el español en España. Precisamente, el idioma español, si mal no recuerdo, también fue la lengua principal de la comunicación franquista. Se puede defender el español de muchas formas, pero hacerlo porque es una forma democrática de expresarse, me parece uno de los argumentos más zafio e inválido que he presenciado en mi vida. La democracia no correlaciona con el idioma, en Cuba, por ejemplo, hablan español. Decir que el español no corre peligro porque se habla fuera de España, es como decir que la democracia no corre peligro porque la hay en otro países y no en el nuestro.
Continúa el panfleto poco después: "Y contar con una lengua política común es una enorme riqueza para la democracia", repito lo de Cuba y lo del franquismo, y añado que si esto fuera cierto, Suiza, que tiene cuatro lenguas oficiales, y que posiblemente sea el país más democrático del orbe, contradice semejante presunción. El problema no es que existan lenguas del Estado, es que lenguas particulares sustituyen y desplazan a la lengua oficial del Estado.
Hay una cosa en la que estoy de acuerdo, y es cuando dice: " Son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, no los territorios ni mucho menos las lenguas mismas". Es una evidencia, pero con el nivel de ignorancia que ha alcanzado nuestro país, no está de más recordarlo. El mismo Karl Marx, dijo en cierta ocasión que era impensable que el Estado educara a los ciudadanos, más bien al contrario, eran los ciudadanos los que debían educar al Estado.
Más adelante, viene un párrafo singularmente contradictorio: " En las comunidades bilingües es un deseo encomiable aspirar a que todos los ciudadanos lleguen a conocer bien la lengua cooficial, junto a la obligación de conocer la común del país". Es decir, fíjense bien, la lengua cooficial se adquiere por deseo, y la común del país "por obligación". Los ciudadanos deben adquirir "por obligación" (¿imposición, sería mejor?) la lengua común, pero "desean" (¿anhelan, sería mejor?) aprender la "propia", la "suya", la "buena". ¿Pero quién ha redactado este bodrio?. ¿Lo han leído los que lo han firmado siquiera?. El español por obligación y la lengua particular por deseo, pues es precisamente al revés, la lengua particular por obligación y el español por deseo lo que asola a mucha gente en las comunidades hispanicidas.
El canto clasista no podía faltar en un manifiesto suscrito por los representantes más notorios de la Educación para la Ciudadanía "para adultos": "Conviene recordar que este tipo de imposiciones abusivas daña especialmente las posibilidades laborales o sociales de los más desfavorecidos, recortando sus alternativas y su movilidad". Efectivamente, los más desfavorecidos al servicio del régimen, pero más bien esto no correlaciona con la realidad, pocos taxistas en Cataluña desconocen el español, pocos camareros hablan exclusivamente catalán, pocos recogedores de basura y barrenderos se expresan únicamente en la hermosa lengua de Salvador Espriu que decía en 1968: " al iniciarse la guerra civil, yo me sentía republicano y partidario del concepto de una España federal. Por tanto, no deseaba entonces, ni deseo ahora, el enfrentamiento sino la concordia. Sufrí mucho, espiritualmente, porque sufrí por ambos bandos". Cuantos han utilizado las palabras del escritor interesadamente para hacer daño a unos y a otros, algo que jamás se le hubiera pasado por la cabeza al poeta catalán más reconocido.
No es cierto que hoy en día el catalán, vasco o gallego, sean las lenguas de los que ocupan los escalafones menos afortunados de la sociedad, más bien al contrario, hablar catalán, siempre catalán, exclusivamente catalán en Cataluña, se asocia con mejores oportunidades laborales, sueldos más elevados, subvenciones frecuentes, y reconocimiento social por parte del "régimen" nacionalista-socialista. No es como nos dice el manifiesto, más bien al contrario. Los profesores universitarios que quieran dar clases en Cataluña sólo podrán hacerlo en catalán, según una ley de la Generalitat, excluyendo a los españoles que no sepan catalán de poder impartir clases en Cataluña, ejemplo de favoritismo y privilegio para los afines lingüísticos, no lo harán con los peones, los cuidadores de niños o ancianos o el personal de servicios de limpieza, tengan cuidado.
Hay más tarde un párrafo que me llena de estupor: "los abajo firmantes solicitamos del Parlamento español una normativa legal del rango adecuado (que en su caso puede exigir una modificación constitucional y de algunos estatutos autonómicos)". Y además resulta contradictorio con lo que dice anterioremente: " Son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos...". Evidentemente somos los ciudadanos los agentes tributarios de los derechos constitucionales, faltaría más, por lo que huelgan intérpretes, muñidores y salvadores, que lo único que hacen es finiquitar las esperanzas de los hispanohablantes en Cataluña, reconociendo que la realidad "está mal" y no que es un acto criminal contra la libertad, la igualdad y la justicia a la que tenemos derecho los españoles según nuestra Constitución.
Las reivindicaciones resumidas quedan de la siguiente forma: reconocimiento de que la única lengua común y oficial (ahora lo han dicho, no al comienzo) del territorio nacional es el español, derechos a ser educados, atendidos institucionalmente (rotulación pública incluída), y exigencia de que los representantes públicos se expresen en castellano en el ámbito estatal, pero que lo puedan hacer como les parezca en el autonómico.
No hay arbitrio sin justicia
Lamentable, que pérdida de tiempo más inane, que brindis al sol más inútil, que filigrana contemplativa y espuria, para que los ciudadanos españoles coaccionados, reprimidos, y coartados para que no se expresen en su idioma se puedan quedar tranquilos y mañana puedan seguir envíando a sus hijos al adoctrinamiento escolar en un idioma ajeno, porque "los intelectuales reivindicativos" han "sugerido" que el español es una lengua importante para los españoles y "ruegan a todas las partes" que dado su "bondadosa actitud" permitan que todo el mundo se pueda expresar en español, con absoluta libertad, en España.
Que grande es la hipocresía de estos "intelectuales", como si no supieran que los nacionalistas tienen fundamentada su segregación política de los ciudadanos en función de la lengua. Como si desconociesen que los nacionalistas construyen de esta forma sus aspiraciones y privilegios contra todos los demás, como si fueran idiotas, nos dicen que sigamos esperando a que todo se resuelva en este mundo maravilloso que nos han construído entre Rajoy, Zapatero y los nacionalistas. En esta España que "no la reconoce ni la madre que la parió" como nos anunció Alfonso Guerra en su día que haría . Todos estos intereses sirven a un propósito.
Asistimos a un crimen sin responsables. ¡Ajá!, ¿esa es la cuestión?, ¿eximir a Zapatero y su Gobierno de lo que ha hecho en España, a Rajoy y su opoción también, a los políticos en general de haber cambiado nuestra cultura por sus intereses, y a los intelectuales, por haberlo consentido?. ¿Es acaso este manifiesto una proclama de autoexculpación general?, ¿o quizas el preámbulo de una "ley de punto final idiomática".
Loor a los "intelectuales reivindicativos", que han sido uno de los pilares fundamentales de la enajenación de España, en todos los sentidos del término; los que gritan desaforadamente su advertencia, cuando ya nos han desposeído de nuestros derechos, cuando los nacionalistas han construido el mundo a su medida y contra los intereses de los españoles. Este manifiesto configura el futuro que nos piensan ofrecer, lo que quedará tras convertir a España en un régimen federal, sin que los ciudadanos españoles sean ni siquiera consultados sobre la cuestión, igual que con el Tratado de Lisboa, ¡que envidia de Eire!.
¿Y no se dan cuenta de lo ridículo que resulta que una de las grandes naciones europeas y occidentales esté democráticamente a este nivel de patio escuela?. ¿No se dan cuenta del ridículo que hacen estos supuestos intelectuales en comparación con sus similares europeos, alemanes, franceses, británicos, italianos, que jamás hubieran permitido una situación como la que actualmente hay en España en sus respectivos países?. ¿Pero piensan que los ciudadanos somos idiotas y que debemos abrir los ojos exclusivamente a la realidad que ellos "tienen interés" en mostrarnos?. Los ciudadanos vemos la realidad por nosotros mismos, no necesitamos que nos abran los ojos ante un muro.
No gracias, yo no quiero manifiestos conniventes con la realidad que han inventado los que se apropian de mis derechos y mis recursos. Quiero y exijo justicia, libertad e igualdad. Aquí y ahora. No quiero más brindis al sol para celebrar nuestra derrota y la victoria de otros.
PD: Sigo lamentando la presencia de Albert Boadella entre los firmantes de esta diatriba con forma de manifiesto paliativo.
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