Según nos han informado fuentes próximas a Génova, a comienzos de junio de 2010 los dirigentes del núcleo duro PP de Mariano Rajoy ya sabían que Francisco Álvarez Cascos no sería el candidato de partido de la gaviota en el Principado. Una candidata novel era la alternativa decidida por Mariano Rajoy y Maria Dolores de Cospedal, a sugerencia de Ovidio Sánchez y Gabino de Lorenzo. Posteriormente vino el paripé, para tratar de impedir que el hoy proclamado Presidente del Principado de Asturias tuviera tiempo suficiente para organizar una nueva alternativa que le permitiera presentarse a las elecciones. Rajoy convocó a finales del pasado año al Comité Electoral dirigido por Arias Cañete, formado por once personas, de las que sólo seis acudieron, dos se abstuvieron, tres votaron por Pérez Espinosa como candidata (incluido el presidente del comité electoral) y uno en contra. Menos del 30 % del Comité Electoral del PP apoyó a Isabel Pérez-Espinosa como candidata predilecta, frente a Francisco Álvarez Cascos, y eso con la fuerte presión establecida por el Presidente y la Secretaria General del PP nacional.
Si Rajoy y Cospedal hubieran leído este blog, se habrían dado cuenta de que en fecha tan remota como el 25 de septiembre de 2010, ya se estableció la sentencia sobre lo que acontecería y no ha sido errónea:
"Como si los del PP pudieran decidir por los asturianos, imponiendo su autoridad, si Francisco Álvarez-Cascos va a ser Presidente de Asturias o no va serlo; le están haciendo una magnífica campaña, por qué va a serlo si los asturianos deciden apoyarle, con PP y sin PP, y como sigan tocando las narices, lo será por aclamación, por el Partido de la Sidra y les fabes si es preciso, que se creará ex profeso para la ocasión.
No se dan cuenta de que Cascos no necesita al PP, es el PP el que necesita a Cascos. Pero mira que son mastuerzos los “decididores”, todos elucubrando y ya está todo decidido. ¡LLamuerga de políticos!"
No se dan cuenta de que Cascos no necesita al PP, es el PP el que necesita a Cascos. Pero mira que son mastuerzos los “decididores”, todos elucubrando y ya está todo decidido. ¡LLamuerga de políticos!"
El 1 de enero de 2011 Francisco Álvarez Cascos abandona el partido que había transformado de una opción perdedora en una opción victoriosa, la formación hecha con su cuño que permitió que el PP, con Aznar de presidente, obtuviera su triunfo electoral en 1996 y con mayoría absoluta en el año 2000. Atrás quedaban 34 años de militancia, por delante una epopeya en su tierra asturiana, pues en tan solo cinco meses tendría que tratar de alcanzar el triunfo electoral, sin recursos, con un puñado de asturianos, con su patriotismo de paisano y una opción nueva. Contra viento y marea, contra los medios de comunicación, contra los partidos rivales que despreciarían su presencia, Álvarez Cascos obtuvo la victoria electoral en las elecciones autonómicas asturianas el pasado 22 de mayo, con 16 diputados, lo que hoy le ha permitido ser proclamado Presidente del Principado de Asturias.
La segunda intentona por frenar su ascenso político se estableció tras el 22 de mayo por parte de su anterior partido, y una campaña permanente por parte de los medios de comunicación locales (La Nueva España sobretodo) que trataron por todos los medios de promover un acuerdo entre el PSOE y el PP, al que el PSOE se negó, porque el PP por medio de Gabino de Lorenzo intentó hasta última hora llevarlo adelante, incluso en contactos directos con Ferraz. Al final, el PSOE apoyó a Fernando Goñi como Presidente de la Junta General del Principado de Asturias (parlamento autonómico) pero no se afianzaron acuerdos más allá, al menos que hayan llegado a la luz pública.
Toda esta operación no ha podido ser realizada a espaldas de Génova, por lo que se deduce que Mariano Rajoy está tras el nuevo intento de boicotear a su antiguo compañero de partido. Los militantes del PP asturiano no pueden comprender como el PP ha sido incapaz de apoyar al anterior Secretario General de su partido, exclusivamente por defender apoyos estables para el alcalde de Oviedo, dejando incluso que el PSOE gobierne en Siero que es el cuarto municipio más habitado del Principado. El apoyo del PP gijonés a la alcaldesa Carmen Moriyón de Foro Asturias, siguiendo parámetros diferentes (más próximos a Cospedal) tras 32 años de gobierno socialista, indica una grave y profunda fractura en el PP asturiano, que se suma a las anteriores protagonizadas por Juan Morales y la fundación de IDEAS, a partir del último congreso y la más reciente renuncia a su militancia, del que hubiera sido anterior Secretario General del PP en Asturias, Reinerio Álvarez Saavedra.
Mariano Rajoy, el Zeus genovés, ha tratado por todos los medios de contener a Francisco Álvarez Cascos sin conseguirlo. Ha tratado de encadenar a Cascos en una alegoría que recuerda el mito del titán Prometeo, el benefactor de la humanidad que entregó a los hombres el fuego robado a los dioses del Olimpo (el poder de Génova), que permitió la evolución de la humanidad desde la era de las creencias hasta la era de la razón, del mythos al logos; Zeus (Mariano Rajoy) castigó a Prometeo encadenándolo al Cáucaso (Asturias), enviando un águila para que le devorará cada día el hígado (dejarlo en minoría en su gobierno, para que no pueda gobernar) castigando a Asturias por su osadía de haber dejado de creer en los dioses del Olimpo genovés, este castigo habría de durar eternamente, si no fuera porque Hércules (lo que queda de sentido común en el PP), liberó a Prometeo de su castigo de camino hacia el jardín de las Hespérides (Hispania), matando con una flecha al águila (obligando al PP de Asturias a regresar a la normalidad), algo que al inefable Zeus (Mariano Rajoy), no le importó, pues así era mayor gloria para su hijo Hércules, y también para él. Prometeo, sin embargo, tendría que llevar eternamente un anillo formado con roca de su cautiverio, para recordarle siempre que su destino debería circunscribirse al lugar en el que debería quedarse (Asturias), sin tener otras ambiciones.
La ausencia de apoyo del PP de Asturias al Presidente Álvarez Cascos llegará a su fin en las próximas semanas o meses, cuando el PP del Principado decida renovar su actual cúpula, a riesgo de quedarse sin representación en Asturias, condenado a la extinción. Si ha perdido la mitad de sus apoyos en las pasadas elecciones autonómicas, de no cambiar de actitud podría volver a perder los apoyos que le quedan. Los votantes del PP, salvo algunos de los que en Oviedo han apoyado a Gabino de Lorenzo, no tenían como intención que sus votos sirvieran para que el PP se coaligara de facto con el PSOE e IU, frente a Foro Asturias. No creo que la infinita paciencia de Francisco Álvarez Cascos soporte un tercer intento de boicot a sus deseos de gobernar Asturias, manteniendo en todo momento la nobleza, el respeto a los demás y el rigor que han caracterizado sus actos hasta ahora. Recordando un aserto de Federico Jiménez Losantos pronunciado hace meses: "Mariano Rajoy no se ha enterado todavía que un tiburón es un "pececito"... al lado de Cascos"
Cascos ha dicho que, por ahora, sus expectativas se circunscriben a sacar Asturias adelante, si el PP sigue empeñado en su operación de boicot al Presidente del Principado que representa a los asturianos, también hará un boicot a Asturias al que los asturianos no serán ajenos. La prudencia, paciencia y perseverancia de Francisco Álvarez Cascos con su anterior partido y las gilipolleces acomplejadas y timoratas del envidioso Mariano Rajoy han sido inmensas, además sabiendo perfectamente que el PP de Mariano Rajoy ha sido tomado por una camarilla tras el Congreso de Valencia perdiendo por completo el norte en su andadura, cuando apoya a un Presidente del PP en Valencia imputado por cohecho impropio, cuando Mariano Rajoy no ha hecho nada por detener la debacle que ha organizado Zapatero, y cuando es el líder menos valorado de la historia reciente de España que aspira a ser Presidente del Gobierno.
Cuando Cascos se fue del PP, se llevó consigo parte de su historia, el Santo Grial de las esencias y una pequeña caja, que no era precisamente de ahorros, sino que contiene todos los males para el PP de Mariano Rajoy. Lo que Cascos ha hecho en Asturias, podría hacerlo también en otros lugares de España. Tal vez en Castilla-La Mancha, el País Vasco, Cataluña, Valencia (sobretodo Alicante), Canarias, la Andalucía de Arenas y otros lugares donde la contestación interna al PP es importante, sin por ello afectar a los miembros del PP que por su trayectoria han mantenido la coherencia y la congruencia, con ese PP pergeñado por Cascos que recogió con Aznar los mejores resultados de su historia. Mariano Rajoy lo sabe y Francisco Álvarez Cascos, el flamante Presidente del Principado de Asturias, también. Rubalcaba, mientras tanto, cruza los dedos para que Rajoy siga siendo su único rival.
La decisión última depende exclusivamente de Francisco Álvarez Cascos, que podría obtener en los cuatro meses que quedan hasta las elecciones generales un grupo parlamentario con 30 diputados, sin siquiera despeinarse, y que sería decisivo para formar el próximo gobierno de España, cambiando definitivamente el curso de su historia. Quien en cinco meses gana unas elecciones autonómicas al maniqueismo español, partiendo de la nada, no tendría dificultad alguna para hacerlo, posiblemente con las bendiciones de muchísimos afiliados y votantes del PP, que consideran que Mariano Rajoy no es la mejor alternativa para representar a su partido, mientras lo mantiene ideológimante secuestrado en una pamema y absolutamente al pairo de recoger los errores del PSOE, que están arruinando España, sin hacer nada más que atusarse la barba.