La emboscada de Cebrián a Rodríguez en la Real Academia me recuerda un refrán francés, algo plebeyo, con acento de tití parisino: "C'est l'hôpital qui se fout de la charité!"
Que un señor que escribe escusa por alergia probable y comprensible a la X trate a su "amigo leal" de asesino ortográfico refleja con bastante precisión el nivel de nuestras jélites, como diría Bono.
Han sido días exquisitos, en los que la decadencia moral, la miseria política y los navajazos al idioma han alcanzado un grado de fusión casi espiritual, en su versión new age naturalmente (si no saben a qué me refiero, visiten las librerías del Corte Inglés y acudan al apartado autoayuda, no se perderán, déjense llevar por el olor del rebaño pre-navideño).
Por ejemplo, uno de ERC, no recuerdo su nombre y es que los confundo, quizás porque se desconocían sus identidades cuando se dedicaban a las pistolas en tiempos de terra lliure, antes del audi y las moquetas. Habló ayer de orgía, era por la mañana, andaba algo despeinado y sin cambiar el chip (expresión muy usada por el adulto progre cuando se dirige a un joven zampatortas), probablemente; se refería, quise entender, pues andaba (él) algo impedido por la fonética y la deshidratación, al recibimiento banderizo de los reyes en Ceuta y Melilla.
También existe el paciente de bocal para el doctor Sigmund, que muchos creíamos extinto después de haber pasado por la cadena evolutiva de Viena 1920. Pues no, está vivo y coleando, con triple lapsus sobre el viaje del Borbón a "Marruecos". Si Don Pepiño no existiera, habría que inventarlo, ojalá done su encéfalo a la Facultad de Psicología de "A" Coruña, después de una vida que le deseamos larga y placentera, también para nuestro deleite.
Claro que cuando no improvisa, este eterno estudiante de derecho (sin mayúscula) también alcanza a pronunciar casi todos los fonemas que le escriben unos juntaletras casi tan indoctos como él, pero no exentos de bellaquería: "autor intelectual" para Aznar, "autores materiales" para Zaplana y Acebes. De la mentira, por supuesto, obsesión socialista mayor (entre el 11 y el 14-M).
RubalKaba ayer, citando el evangelio: "la verdad os hará libres" ("los", RubalKaba, "los" y no "os"). Lástima que confundiera locutor y narrador, atribuyéndole erróneamente al discípulo amado palabras de Jesús. Y lástima que no citara las cuatro palabras anteriores, imprescindibles para entender la relación de causalidad: "conocerán la verdad, y ..." Luego vino con un oscuro galimatías acerca de darle la vuelta a la oración; conste que lo he intentado: llego a algo así como "la libertad os hará verdaderos", o veraces, o verídicos. Y es que los sabios de Ferraz te ponen en unos aprietos...
No puedo concluir esta crónica lingüística sin aludir al maestro del Verbo, incomparable Moratinos, y a su fiel escudero Bernardino. El segundo definió como parecidas las relaciones Gibraltar-España y Ceuta/Melilla - Marruecos. Por si no lo habíamos entendido bien, remachó el borgoñófilo con "cada país defiende lo suyo". Aquí no hay lapsus, ni desliz, cita apócrifa, barbarismo, neologismo, quid pro quo, toma y daca o Tit for Tat. Con un lenguaje directo y cristalino, el diplomático de la hamaca alauí y del bostezo neroniano describe con cirujana precisión la postura del gobierno español acerca de Ceuta y Melilla: comprende a Marruecos, pues Marruecos lleva razón. Siempre ha sido, fuera de contextualizaciones tácticas, la íntima convicción de la izquierda española. Es el nec plus ultra de la corrupción: decir lo que se piensa en un maremágnum de sinrazón léxica y confusión retórica.
Raúl del Pozo revive hoy a Séneca en un magnífico artículo: «Me preguntas -escribe Séneca a Lucilio- de dónde procede que en ciertas épocas haya aparecido una especie de habla corrupta. Es por aquello que los griegos convirtieron en proverbio: 'tal es la vida de los hombres, tal su lenguaje'. La obscenidad en el habla es un indicio de inmoralidad pública».
¡Equilicuá!
El Conciso