Quizá más importante que la hecatombe económica o el marasmo político que sufrimos en España, de la que son autores todos los políticos que nos han representado, sea más grave y perjudicial, la quiebra moral, la desmoralización con la que nos enfrentamos a salir del profundo abismo existencial en el que nos han introducido los que han regentado el poder con la confianza de las urnas.
Por mucho que se empeñen los partidarios de las formaciones políticas con representación parlamentaria, lo que estamos viviendo en los últimos años en España poco tiene que ver con una democracia, más bien es una tiranía que ha utilizado la democracia para segregar al pueblo español en dos categorías bien diferenciadas: la masa y la casta, la primera obligada a obedecer las leyes aunque sean injustas, mientras que la casta las incumple cada día, permaneciendo inmune e impune ante los acontecimientos.
El diccionario de la RAE dice que desmoralizar es: “corromper las costumbres con malos ejemplos o doctrinas perniciosas” y también es sinónimo de desalentar. Precisamente a comienzos de año denunciamos que en este país se estaba fraguando una nueva doctrina política a la que se denominó “desmoralismo” y que consiste en hacer pensar a los españoles que la única solución a nuestros problemas, exclusivamente puede provenir de los que los han creado, es decir, los políticos españoles que han gobernado y hecho oposición durante los últimos años; también de los jueces politizados y corruptos que han impartido una justicia diferente para los ciudadanos que para los políticos, y por supuesto, los medios de comunicación que, sin otro criterio que el de procurar su supervivencia con subvenciones, porque ya no cuentan con audiencias suficientes, nos han censurado, intoxicado, embutido en propaganda y distraído sin interrupción para que no pudiéramos conocer quienes han sido los autores de la catástrofe.
En las últimas semanas estamos asistiendo a la apoteosis del esperpento, con escenografías revolucionarias protagonizadas por parásitos sociales que llevan viviendo del poder desde hace treinta años; con jueces que han sido apartados de sus puestos por corrupción mientras otros se niegan a presentar cuentas de sus gastos; con periodistas que advierten de que están siendo amenazados por altos cargos policiales; con políticos que han espiado a otros partidos para erradicar la libertad; con miembros de la familia real que han participado en historias de corrupción; con banqueros que están en los tribunales por haber expoliado las arcas de las Cajas de Ahorros que se transformaron en bancos quebrados para ocultar la corrupción de todos los partidos políticos y sindicatos que contenían.
Sin embargo, a la mayoría de los españoles que no son imbéciles, no se les oculta que esto es una cortina de humo creada por todos aquellos que han tenido alguna responsabilidad en lo ocurrido, por todos los parásitos del erario público que han mirado exclusivamente por sus intereses egoístas sin pensar siquiera en las asfixiantes circunstancias que supondría su ineptitud, soberbia y mendacidad.
España está llena de ladrones, de corruptos, de sinvergüenzas de todos los partidos y jerarquías, de todas las profesiones y cargos, que se han unido en el único objetivo de echar tierra sobre el asunto para que nunca sepamos quienes han sido los autores del fracaso de este país, sin embargo los españoles sabemos que los autores de todo lo ocurrido han sido los miembros de la casta que se ha bañado en los lodos de la corrupción, y que ahora quiere borrar pruebas de sus delitos con una representación teatral a modo de ultimatum y amenaza contra los españoles: o nosotros o el abismo.
Habría que ser muy idiota para elegirles a ellos que han sido precisamente los que nos han llevado al abismo, aunque todavía no están completamente identificados, el círculo de la sospecha se cierne cada día sobre sus cuellos, al PSOE ya lo ha silenciado, a los nacionalistas apenas se les escucha, y los del PP ya ni hablan; la justicia española ni está ni se la espera, salvo que sea para condenar a unos ancianos por robar una lata de anchoas y exculpar al yerno del Rey o a miles de políticos corruptos al mismo tiempo, que se han llevado muchos millones de euros. Y los medios de comunicación españoles, nos siguen hablando de la prima de riesgo, de los eurobonos, de lo mal que estamos y lo mal que nos pondremos, fundamentalmente para crear el clima de miedo atenazante que nos obligue a olvidarnos de lo que ha ocurrido y pasár página sobre los responsable. Gracias a su colaboración, que bien la cobrarán, los españoles estamos viviendo permanentemente en el sobresalto.
Pero no se nos olvida que la casta parasitaria formada por políticos, sindicalistas, jueces y medios de comunicación, con la connivencia de todos los funcionarios y empleados públicos que les han consentido tal nivel de corrupción, deben presentar cuentas y dejarse de cuentos. Cada día más españoles estamos enfrentados con la casta y dentro de poco tiempo ya no les quedará donde esconderse, aunque todavía queda mucho trabajo por delante.
Los españoles exigimos que los responsables de lo que ha acontecido en España sean llevados a tribunales independientes no politizados, aunque haya que juzgarlos en Alemania, porque en España la justicia está desacreditada por completo y también que restituyan todo lo que han robado, nos da absolutamente igual que su motivación sea dar de comer a los pobres, contratar a los afines, crear la Alianza de Civilizaciones, o hacerse un chalet en Mónaco.
Los ladrones no se distinguen por su origen político o las causas que defiendan, sino por la cantidad que han expoliado al pueblo, con el agravante de haberlo hecho desde la política, cuya función era precisamente la de haber evitado la corrupción, el robo y la molicie que han ejercido sobre los españoles.
La mayoría de los españoles, de izquierdas, derechas, nacionalistas, apolíticos, y abstencionistas sabemos que la única forma de salir adelante que tenemos, es lograr que los responsables de lo que ha ocurrido devuelvan lo que han robado y se pasen una temporada en la cárcel, recobrando un orden legal que se ha vulnerado y envilecido hasta cotas de despropósito. Hacerlo posible, es una labor del pueblo español reunido con el único objetivo de liberarse de la tiranía de la casta, aquellos que han defendido sus propios intereses sectarios frente a los que, de forma activa o pasiva, les hemos permitido alzarse con el poder para ejercer su tiranía.
Enrique Suárez
Por mucho que se empeñen los partidarios de las formaciones políticas con representación parlamentaria, lo que estamos viviendo en los últimos años en España poco tiene que ver con una democracia, más bien es una tiranía que ha utilizado la democracia para segregar al pueblo español en dos categorías bien diferenciadas: la masa y la casta, la primera obligada a obedecer las leyes aunque sean injustas, mientras que la casta las incumple cada día, permaneciendo inmune e impune ante los acontecimientos.
El diccionario de la RAE dice que desmoralizar es: “corromper las costumbres con malos ejemplos o doctrinas perniciosas” y también es sinónimo de desalentar. Precisamente a comienzos de año denunciamos que en este país se estaba fraguando una nueva doctrina política a la que se denominó “desmoralismo” y que consiste en hacer pensar a los españoles que la única solución a nuestros problemas, exclusivamente puede provenir de los que los han creado, es decir, los políticos españoles que han gobernado y hecho oposición durante los últimos años; también de los jueces politizados y corruptos que han impartido una justicia diferente para los ciudadanos que para los políticos, y por supuesto, los medios de comunicación que, sin otro criterio que el de procurar su supervivencia con subvenciones, porque ya no cuentan con audiencias suficientes, nos han censurado, intoxicado, embutido en propaganda y distraído sin interrupción para que no pudiéramos conocer quienes han sido los autores de la catástrofe.
En las últimas semanas estamos asistiendo a la apoteosis del esperpento, con escenografías revolucionarias protagonizadas por parásitos sociales que llevan viviendo del poder desde hace treinta años; con jueces que han sido apartados de sus puestos por corrupción mientras otros se niegan a presentar cuentas de sus gastos; con periodistas que advierten de que están siendo amenazados por altos cargos policiales; con políticos que han espiado a otros partidos para erradicar la libertad; con miembros de la familia real que han participado en historias de corrupción; con banqueros que están en los tribunales por haber expoliado las arcas de las Cajas de Ahorros que se transformaron en bancos quebrados para ocultar la corrupción de todos los partidos políticos y sindicatos que contenían.
Sin embargo, a la mayoría de los españoles que no son imbéciles, no se les oculta que esto es una cortina de humo creada por todos aquellos que han tenido alguna responsabilidad en lo ocurrido, por todos los parásitos del erario público que han mirado exclusivamente por sus intereses egoístas sin pensar siquiera en las asfixiantes circunstancias que supondría su ineptitud, soberbia y mendacidad.
España está llena de ladrones, de corruptos, de sinvergüenzas de todos los partidos y jerarquías, de todas las profesiones y cargos, que se han unido en el único objetivo de echar tierra sobre el asunto para que nunca sepamos quienes han sido los autores del fracaso de este país, sin embargo los españoles sabemos que los autores de todo lo ocurrido han sido los miembros de la casta que se ha bañado en los lodos de la corrupción, y que ahora quiere borrar pruebas de sus delitos con una representación teatral a modo de ultimatum y amenaza contra los españoles: o nosotros o el abismo.
Habría que ser muy idiota para elegirles a ellos que han sido precisamente los que nos han llevado al abismo, aunque todavía no están completamente identificados, el círculo de la sospecha se cierne cada día sobre sus cuellos, al PSOE ya lo ha silenciado, a los nacionalistas apenas se les escucha, y los del PP ya ni hablan; la justicia española ni está ni se la espera, salvo que sea para condenar a unos ancianos por robar una lata de anchoas y exculpar al yerno del Rey o a miles de políticos corruptos al mismo tiempo, que se han llevado muchos millones de euros. Y los medios de comunicación españoles, nos siguen hablando de la prima de riesgo, de los eurobonos, de lo mal que estamos y lo mal que nos pondremos, fundamentalmente para crear el clima de miedo atenazante que nos obligue a olvidarnos de lo que ha ocurrido y pasár página sobre los responsable. Gracias a su colaboración, que bien la cobrarán, los españoles estamos viviendo permanentemente en el sobresalto.
Pero no se nos olvida que la casta parasitaria formada por políticos, sindicalistas, jueces y medios de comunicación, con la connivencia de todos los funcionarios y empleados públicos que les han consentido tal nivel de corrupción, deben presentar cuentas y dejarse de cuentos. Cada día más españoles estamos enfrentados con la casta y dentro de poco tiempo ya no les quedará donde esconderse, aunque todavía queda mucho trabajo por delante.
Los españoles exigimos que los responsables de lo que ha acontecido en España sean llevados a tribunales independientes no politizados, aunque haya que juzgarlos en Alemania, porque en España la justicia está desacreditada por completo y también que restituyan todo lo que han robado, nos da absolutamente igual que su motivación sea dar de comer a los pobres, contratar a los afines, crear la Alianza de Civilizaciones, o hacerse un chalet en Mónaco.
Los ladrones no se distinguen por su origen político o las causas que defiendan, sino por la cantidad que han expoliado al pueblo, con el agravante de haberlo hecho desde la política, cuya función era precisamente la de haber evitado la corrupción, el robo y la molicie que han ejercido sobre los españoles.
La mayoría de los españoles, de izquierdas, derechas, nacionalistas, apolíticos, y abstencionistas sabemos que la única forma de salir adelante que tenemos, es lograr que los responsables de lo que ha ocurrido devuelvan lo que han robado y se pasen una temporada en la cárcel, recobrando un orden legal que se ha vulnerado y envilecido hasta cotas de despropósito. Hacerlo posible, es una labor del pueblo español reunido con el único objetivo de liberarse de la tiranía de la casta, aquellos que han defendido sus propios intereses sectarios frente a los que, de forma activa o pasiva, les hemos permitido alzarse con el poder para ejercer su tiranía.
Enrique Suárez