Sr. Ángel Hernández,
Coordinador censurado por la mayoría de los militantes de UPyD-Barcelona, pero que sigue en funciones, violando las reglas más elementales de la democracia, de la ética, del honor y del respeto personal hacia uno mismo, le confieso que me encuentro bajo el síndrome orwelliano. Este síndrome lo sufro desde que empecé a rumiar, por cuarta vez, las hazañas de los “cerdos”, que George Orwell narra en el relato Rebelión en la granja. Al releer esta obra maestra, que es un ejemplo concreto y práctico de la doctrina de la “Honestidad Radical”, me ha parecido estar leyendo la corta historia de nuestro joven partido, UPyD, y de sus “cerdos”, en sentido orwelliano, claro. Por eso, le pido disculpas si en esta carta abierta hay algo que le pueda incomodar. No olvide que estoy impelido, como de costumbre, por la doctrina de la “Honestidad Radical”y, hoy además, bajo la influencia del síndrome orwelliano.
En una “carta abierta a los internautas, a los militantes, simpatizantes y votantes de UPyD”, de 31 de diciembre de 2009 y colgada en Ciudadanos en la Red, le informaba también a Ud. de los infundios, de las injurias y de las calumnias, que vertió, sobre el que suscribe, un@ peripatétic@ anónim@ —que firmaba con el seudónimo Alicia Sánchez Bofill— próxim@ a Ud. Y digo próxim@, si es que no fue Ud. en persona el que envió el vomitivo y nauseabundo correo. En efecto, recibieron la citada misiva injuriosa militantes de UPyD de reciente afiliación (algunos ni siquiera con un mes de militancia). Este hecho objetivo y demostrable implica necesariamente o que la tal Alicia Sánchez Bofill es el seudónimo de uno de los actuales miembros del Comité Territorial de UPyD-Cataluña (únicos poseedores de los datos de afiliación y, por lo tanto, de los correos personales de los afiliados) o el Comité Territorial de UPyD-Cataluña ha vulnerado la ley de protección de datos cediéndolos a terceras personas. Verde y con asas, Sr. Ángel Hernández.
Raro, raro, raro, como diría el Dr. Iglesias Puga, que en gloria esté. De esta disyuntiva deduzco que, de una u otro forma, el Comité Territorial de UPyD-Cataluña está en el ajo y es responsable por acción (y no por omisión) de las injurias, de las calumnias y de las difamaciones vertidas contre mi persona, militante “de la primera hora” de UPyD.
Dudo que estos comportamientos sean de recibo en nuestro partido. Sin embargo, ni Ud. ni UPyD han desautorizado ni investigado estos hechos de baja estopa o baja cama. De esto deduzco que UPyD-Cataluña es como la “casa de tócame Roque” (de ahí que, en el pasado, yo le haya tildado a Ud. de “rokero”) o como el “patio de Monipodio”, como Ud. prefiera.
O Ud. deja de ser “mudo, sordo, sesteante,...” y pone las cosas en claro, o me veré obligado a situarlo entre la fauna-casta de los “cerdos” (en sentido orwelliano, claro) y llamarlo Napoleón (en sentido orwelliano, por supuesto). Además, como dice el refrán castellano, la ropa sucia se lava en casa; pero, cuando la lavadora no funciona, y este es el caso en UPyD-Cataluña, se va al lavadero público, donde hay mucha ropa tendida. ¡Y que cada uno aguante su vela!
Coda: “Si la libertad significa algo, es el derecho de decirles a los demás lo que no quieren oír” (G. Orwell, ensayo sobre La libertad de prensa, que precede y preside el relato Rebelión en la granja). “Los animales asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era el otro” (última frase del relato Rebelión en la granja).
Manuel I. Cabezas
Seguidor y practicante de la doctrina de la « Honestidad Radical »