Nunca podremos olvidar la noche del 1 noviembre del año 2006. Después de casi dos décadas deambulando, noventa mil personas se ponían de acuerdo para tomar un mismo camino que condujera a un horizonte de dignidad, a un espacio infinito sin tiranos ni víctimas, representado por la palabra libertad.
La fantasía, el ensueño, el imposible, se materializaron aquella noche frente al Hotel Calderón. Fue una hazaña contra viento y marea: la del hombre que se hace visible frente al gigante, diciéndole, aquí estoy, gigante, y estoy dispuesto a vencerte porque eres un ser monstruoso e injusto.
Ha pasado medio año, y no dejo de preguntarme: ¿Dónde está ahora el hombre, y dónde gigante?