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viernes, 27 de noviembre de 2009

La Vanguardia, periódico de solemnes y dignos editoriales, hace un tiempo

La decadencia inhóspita


Esta misma mañana, mientras me acercaba a comprar el periódico, escuché algarabía en el interior de un bar, carcajadas y voces, comprobé que se había organizado una partida de cartas a las 10 de la mañana, dos jubilados y dos chavales más jóvenes –posiblemente parados, tal vez estudiantes- se reían, una variopinta reunión de espectadores observaba alborozada el acontecimiento; mientras los naipes eran repartidos. El Estado de Bienestar hacía de croupier.

Ayer, doce diarios catalanes subvencionados por la Generalitat exigían al Tribunal Constitucional una sentencia favorable sobre el Estatut. Hoy, El País dice que la sociedad civil catalana se ha expresado en su principal titular.

Poco más hay que decir, la realidad española actual se describe en dos párrafos, los políticos se han aseñorado del país y reparten dividendos a sus plataformas de apoyo, mientras atenazan el bienestar de la próximas generaciones condenándolas a la segura indigencia más allá de lo que hagan o dejen de hacer.

En la televisión hay un encadenado de programas que hablan sobre los programas que se ven en la televisión, organizados para crear problemas que luego tratan de resolverse por los mismos que los han creado. El totalitarismo se reedita a sí mismo.

Ayer, en el Parlamento español, todas las ministras socialistas se felicitaban por la avanzada ley del aborto que recuerda a la existente en la Unión Soviética donde se utilizaba la interrupción obligatoria del embarazo como mecanismo de contracepción imprescindible. Todavía hoy se hace en Cuba o China.

Nada que decir, por supuesto, será la libertad, pero les aseguro que esto no tiene nada que ver con la democracia, porque la democracia, no es sólo un sistema de representación política con un encuentro en las urnas cada cuatro años en el que los ciudadanos se funden con los políticos en un singular orgasmo. Eso más bien es irse de putas , echar un kiki tras un colocón de finde jugando al aquí te pillo o hacerse una paja conjunta. Eso es lo que acontece en este país en estos momentos, y está bien, por supuesto, nada que decir, pero la mayoría de los embriones de las relaciones fortuitas concluyen en aborto.

La sociedad española ha llegado al punto de no reproducción, porque se ha castrado desde la política. ¿Quién se va a atrever a tener hijos en estas circunstancias?. Tener un hijo hoy con el clima que se ha creado por los políticos españoles es una locura o una inconsciencia. Y quien dice tener hijo, puede decir hacer un proyecto, abrir un negocio, o desarrollar de forma independiente sus habilidades o conocimientos.

Lo único que fluye, y cada vez menos, es lo subvencionado -como la prensa catalana- desde las instituciones del Estado, y dice El País que la sociedad civil catalana se ha expresado, porque lo dicen los medios de comunicación que subvencionan desde la Generalitat y que habiendo perdido toda credibilidad ya no compra casi nadie. Siempre fueron unos estafadores los de El País, pero ahora es que ya no lo pueden ocultar, y siguen el mismo camino que la prensa catalana. Hace mucho tiempo que los diarios españoles dejaron de representar los intereses y objetivos de la sociedad civil, para representar exclusivamente los de los políticos que les permiten la supervivencia con las bufandas. Todos forman parte de la misma representación teatral, del gran espectáculo de la política española.

Así es la democracia en España desde hace cinco años: un aborto consumado y continuado. Es normal que lo legalicen, antes de imponerlo de forma obligatoria.

Esta es la España de Zapatero, gracias PSOE por haber civilizado este país tan atrasado, gracias por habernos traido el progreso

Enrique Suárez Retuerta

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