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jueves, 7 de febrero de 2013

La tormenta perfecta

"No podemos permitirnos tener la generación joven más y mejor preparada de la historia de España en el paro, mientras tenemos en el poder a la generación más taruga y chusca de nuestro recuerdo. Es hora de tirar de la cisterna...."
Podrían tener el detalle, al menos, los miembros del Gobierno, los de la oposición, los medios de comunicación o los intelectuales más prestigiosos de este país, de contarnos lo que va a acontecer, pero están más preocupados de la pericia caligráfica sobre la letra de Bárcenas que de la que se avecina.

¿Han oído ustedes hablar de la tormenta perfecta?, además de una película protagonizada por George Clooney, es un fenómeno meteorológico conocido como ciclogénesis explosiva o bomba meteorológica que por coincidencia de diversas circunstancias climáticas genera algo parecido a un ciclón.

Las circunstancias políticas, económicas e institucionales que atraviesa España hacen pensar en que estamos cada día más próximos de un fenómeno similar en el ámbito global de nuestro país. Las variables implicadas son las siguientes.

CRISIS POLITICA

Nunca en la historia democrática de este país se ha producido una situación como la que estamos viviendo, con unos partidos políticos inmersos en la mayor fosa de corrupción que se recuerda, que interesa a la Corona, y todas las instituciones de este país, desde los tribunales hasta los medios de comunicación. La corrupción ha hecho saltar por los aires la confianza de los españoles en los partidos políticos, sindicatos y todas las organizaciones asociativas presentes en España. En este país no solo hay una crisis galopante en el Gobierno, sino también en la oposición. Más de un 30 % de los ciudadanos consideran que los partidos políticos son el principal problema de este país, cuando descubran que son los autores del paro y la crisis económica se convertirán en el primero, sin duda alguna. No debemos olvidarnos de las proclamas independentistas y las vulneraciones de la ley que se están produciendo en algunas autonomías españolas.

CRISIS LABORAL

España está próxima a alcanzar la tasa de actividad laboral más baja de la historia reciente, apenas se superan los 16 millones de trabajadores. Tenemos la tasa de paro más elevada de Europa (con el permiso de Grecia), que atañe especialmente a la población joven. Hoy se superan los 6 millones de parados, más del 26 % de la población activa y se espera que siga subiendo. Somos el único país del mundo que se puede permitir tener más de un millón de licenciados universitarios en el paro, mientras tenemos en el poder a la casta más infame, más corrupta y peor formada que se recuerda. Difícilmente se creará trabajo real en este país, más allá de coyunturas y circunstancias, hasta el año 2016.  Nuestros socios europeos no dejan de insistir en que profundicemos en las reformas laborales, cuando lo que realmente nos quieren decir es que prescindamos definitivamente de los parasitismos sindicales y empresariales que lastran el futuro de la creación de trabajo en este país.

CRISIS SECTOR PÚBLICO

La deuda del sector público supera actualmente el billón de euros, por primera vez en la historia ha superado el PIB anual español. La burbuja de empleo público creado exclusivamente por intereses políticos está a punto de estallar. En España ha crecido el empleo público un 25 % durante los últimos diez años, hasta los 3,2 millones de trabajadores, apartándose de la evolución del mercado laboral.  Si la tasa de actividad laboral se ha reducido un 35 % en los últimos años en España, la tasa de empleo público tendría que haberse reducido en una proporción similar, pero no lo ha hecho porque la “injerencia política” lo ha elevado sin sentido, más allá de las necesidades económicas o sociales de este país. En España, en las condiciones actuales, tenemos 600.000 empleados públicos más de los que nos podemos permitir y de los que realmente necesitamos.

CRISIS ECONÓMICA

La situación de España cabalga sobre el corcel desbocado de la estanflación desde hace tiempo, una estanflación encubierta por la intervención estatal en los precios energéticos, de productos y bienes. En España vivimos en una economía intervenida, porque no se han conformado con atarle la mano a Adam Smith, directamente se la han amputado, creando una situación artificiosa en los mercados que vamos a tardar años en normalizar. Durante este año no se espera crecimiento alguno, así que seguramente volverán a subir los precios, recortar los servicios, reducir los sueldos y posiblemente solicitar un rescate a Europa. Algunos productos comenzarán a incrementar su precio de forma desorbitada (como el aceite de oliva) mientras otros comenzarán a escasear.  La confianza de los mercados internacionales, de nuestros socios europeos, de los inversores extranjeros en que podamos salir de la crisis por nuestros propios medios se va reduciendo día a día. 

 CRISIS MORAL Y SOCIAL

No solo tenemos un Gobierno que es incapaz de resolver nuestros problemas, sino que entre todos los partidos son incapaces de exigírselo. La desmoralización de la sociedad española y la desconfianza en sus representantes políticos alcanza cotas épicas. Las instituciones cada día están más deterioradas y no se tardará en descubrir el deterioro que viene en los servicios que proporcionan las administraciones públicas. La desconfianza de los españoles en que se pueda mejorar la situación política y económica, es insólita. La corrupción política ya es la cuarta preocupación de los españoles. Dos millones de personas en este país ya no disponen en estos momentos de recursos propios para sobrevivir, la pobreza se aproxima al 25 % de la población. Pero además, más de diez millones de personas comienzan a tener serias dificultades para la supervivencia.

Pero el mayor problema que tenemos en España, sin duda alguna, es que no contamos entre las personas que representan en estos momentos los intereses españoles con los recursos y equipos capaces de sacarnos adelante, porque demuestran cada día que están sobrepasados, no sólo por su propia incoherencia, sino también por la incongruencia de ofrecer alternativas que no acaban de orientarnos hacia la salida del túnel, sino que precisamente nos conducen en sentido contrario. 

Si decidiéramos prescindir de todo aquello que ha producido e incrementado la crisis total en la que nos encontramos,  o no ha sabido resolverla, creo que todavía tendríamos alguna oportunidad para resolver los graves problemas a los que nos enfrentamos; pero con los recursos políticos actuales, que han demostrado su absoluta ineficacia e inoperancia, estamos condenados a vivir uno de los periodos más dolorosos de nuestra historia reciente.  

Es imposible encontrar la salida, cuando hay una casta política infame que, viviendo magníficamente (conservando sus privilegios a costa de nuestros perjuicios), está empeñada en evitar que podamos hallar soluciones, porque la única solución posible pasa ineludiblemente, por erradicar esa casta a perpetuidad del poder en España, de nuestras vidas y de nuestra historia.

Enrique Suárez
 

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