Tras las elecciones del pasado 22-M algo ha quedado claro en el Principado de Asturias: la política ha regresado definitivamente a estas tierras. En los últimos 14 días se cuestiona todo, entre un poder fosilizado que no acaba de irse y una nueva forma de actuar en política que no acaba de materializarse. La confusión es inmensa e intensa, entre los partidos políticos que han salido esquilmados en estas elecciones: el PP (pierde 10 diputados) y el PSOE (pierde 6 diputados), ambos derrotados por FAC (que obtiene 16 diputados en las elecciones autonómicas).
Sin embargo, la entente cordial organizada por el PP y el PSOE durante los últimos años, en coaliciones de intereses extravagantes y sospechosas, sigue ejerciendo su influencia, si no es para gobernar, al menos sirve para tratar de impedir el cambio que supone la llegada de Francisco Álvarez Cascos a la presidencia del Principado. La cofradía del duerno sigue vigente y activa, en realidad, se considera triunfadora de estas elecciones, los 15 diputados del PSOE más los 10 del PP suman 25 diputados, cuando la mayoría absoluta son 23 diputados. Pero realmente, esta coalición de intereses está muy mermada, porque su acción se fundamentaba en una alianza inconfesable, oculta a la opinión pública asturiana, ahora vigilante sobre cualquier signo o síntoma que pueda confirmarla.
Mientras la fiscalía anticorrupción investiga el Ayuntamiento de Oviedo por el caso Villa Magdalena y los juzgados de Asturias siguen sin cerrar el sumario del Caso Riopedre, por el que un consejero y altos cargos del gobierno socialista han acabado en la cárcel, Francisco Álvarez Cascos se sigue reuniendo con todas las partes y propone un gobierno de concentración, una coalición amplia para afrontar la difícil situación que atraviesa Asturias.
El alcalde de Oviedo se ha adherido al cetro municipal como su única tabla de salvación, pues conoce que en caso de que se abran diligencias y resulte imputado en un delito contra el erario público, no es lo mismo haber sido ex alcalde, que alcalde por el PP en activo de una capital de provincia. El PP asturiano, que él ha dirigido en la sombra, cuando se impidió que Cascos fuera candidato en Asturias por el que fue su partido durante los últimos 34 años, se ha rendido a las pretensiones de Gabino de Lorenzo, por ahora, tanto a nivel asturiano, como nacional. La candidata del PP al ayuntamiento de Gijón, ha dado marcha atrás en su pacto de apoyo a la candidata de FAC, Carmen Moriyón, lo que viene a confirmarlo. El candidato del PSOE al ayuntamiento de Gijón, con votos insuficientes si se suman los de FAC y PP, se ha propuesto de inmediato como alcalde, al ser su candidatura más votada. No en vano, tras la corrupción descubierta en el Principado, que actualmente se encuentra en los tribunales por el caso Riopedre, la segunda institución bajo sospecha es el ayuntamiento de la patria natal de Jovellanos.
El candidato de FAC por Oviedo, Arturo González Mesa, ha lanzado su candidatura a la alcaldía recibiendo el apoyo inmediato de IU y el silencio del PSOE, la otra pata del pacto del duerno. La cabeza de candidatura del PSOE, principal detractora del alcalde de Oviedo, a lo largo de dos legislaturas ha dimitido, dejando claro que el tema de Oviedo es algo que se lleva directamente desde la FSA, es decir, por intereses ajenos a los de la ciudad.
Acuerdos Glocales
Tanto el PP como el PSOE han coincidido en proponer “acuerdos globales” a las formaciones con las que puedan establecer posibles pactos. En realidad, un eufemismo de la “omertá” tradicional, ante las imputaciones que se avecinan por los graves casos de corrupción que asolan a sus formaciones. Francisco Álvarez Cascos, explícitamente, ha propuesto realizar auditorías generales de las principales instituciones de la administración pública en el Principado, algo que debe evitarse como sea, a cualquier precio. De esta forma, los acuerdos globales, solo tienen por intención bloquear que esto pueda acontecer.
Si las cúpulas de los partidos derrotados en las pasadas elecciones pudieran decidir qué gobierno se formaba en el Principado y las ciudades de Oviedo y Gijón, sin duda se decantarían por una coalición del PP con el PSOE, pero esto sería algo inaudito en la política española, y a pesar de que el CIS haya tratado peor a FAC que a Bildu en sus investigaciones sociológicas, la degradación pública del Principado que esto supondría, no sería aceptada por los asturianos, que confirmarían de esta forma la connivencia de intereses del PP y el PSOE y posiblemente, tendría consecuencias deletéreas en estas formaciones políticas en el ámbito del Principado y los principales ayuntamientos de la región.
Gabino de Lorenzo, rechazó en su día a Francisco Álvarez Cascos porque este no le permitió su propuesta de “tancredismo” (para ti la presidencia, pero las listas las hago yo) esto motivó la salida del presidente de FAC del PP. El Presidente saliente del Principado, Vicente Álvarez Areces, se fue, más por voluntad de su partido que por la suya propia, ante las posibilidades elevadas de que termine siendo imputado en los casos de corrupción de su consejero de Educación durante una década.
Francisco Álvarez Cascos trata de cambiar esta penosa realidad asturiana desde la política, ofreciendo un gobierno de concentración a todos los partidos, en una llamada a las bases del PP y del PSOE, pero el poder de las cúpulas impide que algo así sea posible, aunque sería lo mejor para Asturias, evidentemente, no es lo mejor para los que tienen que ocultar sus desmanes en la política asturiana desde el poder. El duerno sigue la estrategia del Príncipe de Salina: “cambiemos algo para que todo siga igual”.
De esta forma, lo único que le queda al FAC de Francisco Álvarez Cascos, es continuar adelante con su denuncia de lo acontecido en el Principado de Asturias durante los últimos años, para que la población asturiana descubra, al fin y al cabo, el engaño y la depredación a la que ha sido sometida por el PP y el PSOE en este periodo. Sin embargo, hay algo que no se está teniendo en cuenta por el PP, algo que al PSOE le importa menos debido al retrato que la población le ha hecho de su impostura y desmadre, y es que ante las próximas Elecciones Generales, abrir un caso de corrupción como el Gürtell en Asturias, con un candidato como Rubalcaba, dispuesto a exprimirlo hasta las últimas consecuencias, no es lo que más le conviene al PP de Mariano Rajoy, dispuesto a hacerse con el Gobierno de España, precisamente, oponiéndose a la depravación socialista.
Por eso el PSOE de Asturias apoyará los intereses del Alcalde de Oviedo, al tiempo que facilita la llegada de Francisco Álvarez Cascos al poder en el Principado, descontado su caso de corrupción en los tribunales, para que haga lo que ellos no van a hacer, que es tirar de la manta en el caso del Ayuntamiento de Oviedo, y al mismo tiempo no apoyan al candidato de FAC al ayuntamiento, para que la corrupción del PP en Asturias alcance proporciones aún mayores y salpique a la dirección nacional del partido.
Al PP de Mariano Rajoy, si quiere triunfar en las Elecciones Generales y cerrar la herida asturiana, sólo le queda apartar a Gabino de Lorenzo de la alcaldía de Oviedo, así como a los que puedan resultar imputados de su candidatura, y ofrecer un alcalde del PP para la capital asturiana, ajeno al ayuntamiento de Oviedo en pasadas legislaturas y por lo tanto sin sospechas, que FAC apoyaría sin problemas; por otra parte, apoyar la investidura de Cascos como Presidente del Principado, y a Carmen Moriyón como alcaldesa de Gijón, estableciendo las coaliciones oportunas y necesarias, bien sobre programas o sobre gobiernos.
Bulgaria patria querida
Si en Génova no actúan con lógica y lo hacen de forma inexplicable, es que su intención no es solamente impedir el acceso al poder de Francisco Álvarez Cascos, sino ocultar algunas otras cosas que Gabino de Lorenzo podría airear, si es apartado del poder, y que serían deletéreas para el PP; quien sabe hasta dónde pueden llegar los tentáculos de lo acontecido en Asturias, esto explicaría, plausiblemente, por qué en su día fue apartado de su candidatura por el PP Francisco Álvarez Cascos, de forma inexplicable, cuando era la mejor opción política para su partido, como los hechos han demostrado. La pelota está en el tejado de Génova y amenaza con hacer que el techo de sus ambiciones de poder se les caiga encima, dejando en escombros lo que fue, al final, una fantasía de verano.
No se descarta tampoco, que ante una negativa del PP a entrar en razones, el candidato ineludible siga su camino hacia La Moncloa, expandiendo el modelo FORO al resto de España, lo que supondría no menos de 30 o 40 diputados nacionales, que serían, sin duda imprescindibles para que el PP pudiera formar gobierno en su día, entre los descontentos con el Presidente del PP en su partido y los descontentos del PSOE, salen las cuentas. Mariano Rajoy debe decidir si deja a Cascos en Asturias, como un futuro aliado, o le termina nombrando vicepresidente del Gobierno de España, como un aliado en el futuro, eso, si Rubalcaba le permite alcanzar el triunfo electoral.
El Presidente del PP sigue sin enterarse, o si se ha enterado hace caso omiso y actúa con desdén, de que Asturias es su talón de Aquilés, quiera o no quiera, haciendo o dejando de hacer; lo que él comenzó, él debe concluirlo y en su defecto, Francisco Álvarez Cascos está dispuesto a hacerlo, con su bendición o con sus maldiciones, eso es lo de menos. El desprecio que Rajoy sigue haciéndole a Cascos, sin reconocer su triunfo y plegando velas, lo único que va a conseguir es que Cascos se siga creciendo cada día más, ayer con 300 espartanos, a pico y pala, tras él, hoy con 175.000 asturianos que le han apoyado en las urnas, mañana, con varios millones de españoles que no quieren a Rajoy como Presidente del Gobierno, aunque el PP sea el partido al que han votado en las pasadas elecciones y además con su partido destrozado, como ha ocurrido en Asturias.
El no decidir, en este caso, también es una decisión, señor Rajoy, usted que con sus no decisiones ha permitido que Zapatero haya llegado hasta donde ha llegado, y ahora puede poner en peligro la misma existencia de su partido como alternativa. No decidiendo, difícilmente se puede ser Presidente del Gobierno de España. Hágame caso, cambie de asesores, que aunque consigan el triunfo del PP (gracias a lo que ha deshecho el PSOE), eso no quiere decir que usted vaya a ser Presidente; no permita que le sigan utilizando de mascarón indeciso los que quieren hacerle la cama y no actúan con lealtad. Llame a Cascos por teléfono, más vale ceder una vez, que tener que ceder siempre. Esperanza Aguirre y algunos otros admiradores que tiene usted en su partido, seguro que se quedan más tranquilos.
Biante de Priena