"El hombre no puede saltar fuera de su sombra" Proverbio Árabe
Supongo que alguno de ustedes se habrá sorprendido al ver al mismo Zapatero recobrado, tras su desaparición de la escena pública en los dos últimos meses. A él, humilde donde los haya, no le ha servido un medio español, ni europeo o norteamericano para hacernos llegar sus inolvidables reflexiones sobre la situación dantesca de la economía española –la del país que él gobernó durante siete largos años, que no se nos olvide-, no, porque en un alarde de cosmopolitismo cazurro, para dotar a su reaparición de solemnidad giliprogresista se nos ha ido hasta Al Jazeera, para hablarnos a los españoles y a los socios de la Alianza de Civilizaciones, desde su liderazgo mundial en el desarrollo de las energías sostenibles, los brotes verdes y el progresismo internacional, mientras sigue escribiendo libros de economía y contando nubes.
También se habrán sorprendido ustedes con el contenido de sus declaraciones en las que reconoce que si hubiera ahorrado más no estaríamos como estamos, parece que sus palabras inducen a pensar en un posible arrepentimiento, pero descuiden, para nada es esa su intención, ni voluntad, más bien al contrario. Cuando nos habla de ahorro, lo que quiere decirnos en realidad es que ha sido extraordinariamente generoso con el pueblo que ha gobernado, que no ha dudado ni un momento en hacer todos los esfuerzos, aunque fuera elevando la deuda pública al doble en los cuatro últimos años de su égida, para que los españoles no nos diéramos cuenta de las barbaridades que habían cometido sus gobiernos hasta que le pasara la tierra quemada y los trastos de gobernar a su sucesor, Mariano Rajoy, y poder salvar así su partido, el PSOE, y todos los parásitos que viven a su sombra de la debacle que hubiera acontecido en su formación política, en caso de que la crisis le hubiera estallado, en las actuales proporciones, en sus narices.
Pero lo peor de todo, es que el despilfarro de Zapatero no fue arbitrario, sino selectivo, porque siempre estuvo orientado a favorecer a sus promotores, clientes y seguidores, despreciando a los demás españoles, la libertad y la razón. Él es así, un líder mundial que da lecciones al planeta de hasta donde puede llegar la gilipollez humana y los delirios de un iluminado.
Lo de las declaraciones en Al Jazeera no ha sido casualidad, sino una magnífica forma de despreciar a los españoles, a los mercados internacionales, a los aliados europeos y norteamericanos y a todos los que no vean en este esperpento al próximo líder interplanetario que este mundo necesita. Aunque también, pensándolo bien, tal vez sea en el único lugar que le han permitido seguir diciendo chorradas, para que los musulmanes aprendan como son los occidentales y los españoles, algo así como Zapatero y duerman felizmente tranquilos, sabiendo que si este llegó a Presidente de España, Occidente está al caer, como fruta madura.
Debe tranquilizar mucho no tener un Presidente de Gobierno como Zapatero, no es por nada, que ya dijo Mariano Rajoy que España no es Uganda. Que más quisiéramos, Uganda es un país serio comparado con el vodevil nacional que nos hacen soportar nuestros egregios mandatarios.
Enrique Suárez