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jueves, 24 de octubre de 2013

El Partido Pandereta



Quizás para los votantes despistados, el partido que hoy gobierna en España siga siendo, en su ingenua imaginación, un partido de derechas, o de centro-derecha, que aglutina a conservadores, liberales, centristas, respetuoso con las leyes y el orden, y que tiene entre sus máximos objetivos defender la unidad nacional, reducir el intervencionismo económico estatal, público, y social sobre el mercado español, y buscar la eficacia y la eficiencia de recursos, tanto materiales como humanos, en el avance hacia la salida de la crisis total que sufrimos en este país.

Nada más lejos de la realidad, el partido popular se ha convertido a la socialdemocracia en la estela del predecesor gubernamental de Mariano Rajoy. Ni es conservadora la política que realiza, ni es liberal la economía que patrocina, ni es unitario su criterio institucional. El PP ya no es lo que era, ha degenerado en una agregación de jóvenes castores, dispuestos a crear una presa-corralito en este país, que segregue a aquellos que viven de rentas de aquellos que viven de su trabajo.

Desafortunadamente, el PP que fundó Manuel Fraga, hoy defiende el Estado igual que lo hace el PSOE, frente a los españoles. El poder contra la libertad. La desigualdad creciente entre los españoles tanto por motivos económicos, políticos o territoriales será uno de sus legados. El PP de Mariano Rajoy no gobierna desde la razón o la coherencia histórica, sino desde el relativismo insustancial de sus predecesores.

La idea de España que tienen los actuales dirigentes del PP, nada tiene que ver con la idea de España que tienen sus votantes. La economía española está más intervenida y tutelada por el Estado que en la época de Zapatero, el café para todos autonómico de Alfonso Guerra, ahora es con azúcar y gratis. Ante la organizada redención política de ETA promovida desde instancias internacionales con el dinero de los españoles que han administrado los partidos secesionistas, incluido el PSOE, ha mostrado una rendición insólita. El PP no ha tratado de desparasitar la justicia española de elementos perniciosos y sectarios, ni de su partido, ni de los demás, al contrario ha enterrado a Montesquieu definitivamente. 

Con el PP estamos asistiendo a la segunda entrega de la política desquiciada de los que no tienen criterio alguno de los horizontes de su destino. Sin duda, sigue manteniendo las políticas más perjudiciales para los ciudadanos españoles, para no reducir el paro, para no sanear la economía doméstica que es el motor del país, pero se ha tomado muchas molestias para ocultar el desfalco de las Cajas de Ahorros y seguir manteniendo al millón de empleados públicos, en su mayoría colocados por su carnet o afinidad política, que nos sobran en este país, en igualdad de ratio con otros países europeos. No se puede comprender como para realizar la misma tarea en Alemania se necesita un empleado público y en España se necesitan dos.

El PP no apuesta por la juventud española, por eso en este país hay un millón de licenciados que están haciendo las maletas, para pagar las pensiones de aquellos países que les den trabajo; sigue aceptando los códigos socialistas en educación, sanidad, justicia y bienestar. Con el PP, la Constitución Española de 1978 se ha convertido en papel aún más mojado que con el PSOE, prevaleciendo como una doctrina la Ley de la Casta, que privilegia a los que mandan sobre los condenados a obedecer. 

Con el PP nos hemos seguido endeudando públicamente todavía más deprisa que con el PSOE, el déficit público va a superar el 9 o 10 % a final de año, cuando se había acordado el 6,5 % con la Unión Europea, y en esta ocasión sin tener en cuenta el 3,4 % del déficit que el año pasado nos colaron con los bancos-cajas de ahorros, de los que todos los de la casta trincaron. Con el PP, hemos descubierto miles de casos de corrupción cometidos por todos los partidos, pero en la cárcel sólo está Bárcenas, por haberse enfrentado al PP.

La tasa de paro ha descendido en un 0,15 % durante el último año, las trabas para las empresas son mayores aún que con los socialistas y los “agentes ensuciados”, los sindicatos y las organizaciones empresariales siguen dictando sus chorradas y siendo escuchadas por el Gobierno, sabiendo que estas organizaciones, las más sectarias de este país, tienen por único objetivo que nada funcione, porque de eso viven. 

Pero quizás el detalle que nos demuestra que el PP es un sucesor natural del progresismo del PSOE, es que apenas se ha hecho nada por mostrar a los españoles el descalabro que organizó el Forrest Gump que se iba a dedicar a contar nubes. En otro país, que fuera normal, y con un Gobierno que fuera decente, el señor Zapatero habría sido convocado al Parlamento para dar explicaciones a los españoles de todo lo que aconteció durante su mandato, del dinero público que desapareció, de la corrupción que se organizó, de las patadas a la Constitución que metió y de todos los delitos que se cometieron en este país en nombre del socialismo; pero como va a hacer tal cosa el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy, si dentro de poco podrá ser reconocido como el mejor socialista de la democracia española por su defensa del Estado frente a los esquilmados ciudadanos españoles. Seguramente, si se presenta a las primarias del PSOE, obtiene más votos que Rubalcaba. La cuestión es seguir viviendo del cuento, ese es el único objetivo de La Casta de este país, de los socialistas de todos los partidos como tan acertadamente definió en su día Friedrich A. Hayek.


Enrique Suárez

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