A pesar de los intentos que sus detractores empeñaron para integrar el partido Foro Asturias de Ciudadanos entre la colección de partidos nacionalistas y secesionistas que se han afianzado en la política española, el discurso de Francisco Álvarez Cascos y su formación política recobra el concepto de nación española como suelo común y compartido de derechos, deberes y libertades, exactamente el que concierne a nuestra Constitución vigente.
Desde mi particular criterio y opinión, Foro Asturias recobra, al mismo tiempo, la defensa de las diferencias históricas, culturales, lingüísticas, sociales y políticas de la comunidad asturiana, que han sido habitualmente olvidadas por partidos orientados a un discurso genérico y común para todo el territorio español y sus gentes, el PP con su discurso de nación sostenible y el PSOE con su discurso de nación insostenible. Se ha recobrado así, el discurso de país.
Si bien las diferencias entre las comunidades españolas son reales, en algunos lugares se ha utilizado la política para convertirlas en extraordinarias y en ocasiones, en extravagantes. Foro Asturias se ha convertido en el primer modelo de partido con un discurso cultural diferenciado pero no por eso segregacionista, más bien al contrario. Francisco Álvarez Cascos ha dicho que una Asturias más pujante y mejor gestionada, siempre ayudaría a afianzar una España mejor y más fuerte, porque el campo de competición y de lucha por la competencia, no debe ser entre comunidades autonómicas, sino entre las naciones que conforman la Unión Europea. Algo que no se ha comprendido por el PP que sólo aboga por una España homogénea (aunque a la larga, se alíe con los postulados nacionalistas con frecuencia), un PSOE que aboga por un Estado federal (aunque lo denomine autonómico) y los nacionalismos que invitan a la secesión (aunque realmente se dediquen al expolio y despojo de la igualdad de derechos y la libertad de los españoles, que permanecen desamparados por su Constitución).
El discurso de Francisco Álvarez Cascos y el ideario de Foro Asturias recobran por tanto el modelo abandonado por todos los partidos políticos de afianzarse en la Constitución Española de 1978, para cumplirla y hacerla cumplir, considerando que hay determinadas cuestiones relacionadas con nuestra convivencia que no deben ser cuestionadas como si estuviéramos a finales del siglo XIX y no a comienzos del siglo XXI, formando parte de la Unión Europea. El consenso tradicional de la transición en cuestiones de Estado debe recobrarse, porque es inadmisible que un Estatuto como el de Cataluña, que ha resultado rechazado en determinadas cuestiones por el Tribunal Constitucional, siga prevaleciendo sobre la Constitución Española en Cataluña, o que una organización como Bildu, próxima a ETA en sentencia del Tribunal Supremo, sea avalada por el Tribunal Constitucional para presentarse a las elecciones, sin asumir que los límites de la Constitución Española, también les afectan en sus pretensiones.
Ciertamente Foro Asturias de Ciudadanos es una especie diferente dentro del panorama político español, un proyecto que defiende la igualdad de diferencias políticas entre todos los españoles, y no la prevalencia de privilegios fundamentada en nociones, más orientadas al negocio político que a la realidad existente.
Para Foro Asturias de Ciudadanos, España es una condición de partida y de llegada, no hay ambición particular en lo común y compartido, pero si hay necesidad de recobrar en Asturias el orgullo de ser asturianos, porque a lo largo de los últimos treinta años, el haber sido incuestionablemente españoles, nos ha conducido a terminar siendo el vagón de cola de la política española. Ninguna comunidad como Asturias ha pagado un peaje más elevado por haber seguido siendo tan española como lo fue en 1812, porque los asturianos nunca hemos pensado que el Estado debiera concedernos las diferencias que nos distinguen, sino que somos los asturianos los que debemos introducir en el Estado las diferencias que corresponden a una España plural, pero también unitaria en determinadas cuestiones básicas y por supuesto europea.
En Asturias nunca le hemos reclamado al Estado que reconozca nuestras diferencias con las demás comunidades españolas, con saberlo nosotros es suficiente, nuestra idiosincrasia se mide más en la diversidad de percepciones entre los distintos pueblos de Asturias, que en la defensa de Asturias por su diferencia con respecto a los demás pueblos de España. En Asturias, sabemos desde hace más de mil años que todos los españoles somos igual de diferentes, y que todo aquel que pretende ser más diferente, lo único que busca es obtener privilegios y beneficios para convertir simples peculiaridades en criterios excluyentes.
En Asturias, nuestro distinguido pasado nos ha librado siempre de acomplejamientos históricos. Asturias no quiere ser más que las demás comunidades españoles, pero quiere dejar de ser el patito feo de la película autonómica, tras haber permitido que los demás se aprovecharan de obtener beneficios del cultivo de las diferencias que han impuesto, de forma despótica, durante los últimas tres décadas. Eso parece no agradarles a todos los que durante este tiempo han vivido satisfactoriamente del “nocionalismo” (las nociones de nacionalismo son variadas y cambiantes, según leyes del mercado político) aunque haya sido ejerciendo violencia y despotismo contra muchos ciudadanos españoles, que no han sido realmente defendidos en sus derechos por las instituciones políticas que conforman el Estado. España es una nación, el pueblo español el único sujeto que dirime su destino, el Estado es, simplemente, la organización política que gestiona el rumbo de la nave española, no su deconstrucción. En España el Estado no tiene poder suficiente para cuestionar la existencia o inexistencia de la nación española, porque sólo los españoles, todos y reunidos, es decir el pueblo español, tiene legítimamente esa potestad. La condición soberana de esta nación es del pueblo español, no del Estado, las autonomías o los iluminados de turno.
Enrique Suárez
Desde mi particular criterio y opinión, Foro Asturias recobra, al mismo tiempo, la defensa de las diferencias históricas, culturales, lingüísticas, sociales y políticas de la comunidad asturiana, que han sido habitualmente olvidadas por partidos orientados a un discurso genérico y común para todo el territorio español y sus gentes, el PP con su discurso de nación sostenible y el PSOE con su discurso de nación insostenible. Se ha recobrado así, el discurso de país.
Si bien las diferencias entre las comunidades españolas son reales, en algunos lugares se ha utilizado la política para convertirlas en extraordinarias y en ocasiones, en extravagantes. Foro Asturias se ha convertido en el primer modelo de partido con un discurso cultural diferenciado pero no por eso segregacionista, más bien al contrario. Francisco Álvarez Cascos ha dicho que una Asturias más pujante y mejor gestionada, siempre ayudaría a afianzar una España mejor y más fuerte, porque el campo de competición y de lucha por la competencia, no debe ser entre comunidades autonómicas, sino entre las naciones que conforman la Unión Europea. Algo que no se ha comprendido por el PP que sólo aboga por una España homogénea (aunque a la larga, se alíe con los postulados nacionalistas con frecuencia), un PSOE que aboga por un Estado federal (aunque lo denomine autonómico) y los nacionalismos que invitan a la secesión (aunque realmente se dediquen al expolio y despojo de la igualdad de derechos y la libertad de los españoles, que permanecen desamparados por su Constitución).
El discurso de Francisco Álvarez Cascos y el ideario de Foro Asturias recobran por tanto el modelo abandonado por todos los partidos políticos de afianzarse en la Constitución Española de 1978, para cumplirla y hacerla cumplir, considerando que hay determinadas cuestiones relacionadas con nuestra convivencia que no deben ser cuestionadas como si estuviéramos a finales del siglo XIX y no a comienzos del siglo XXI, formando parte de la Unión Europea. El consenso tradicional de la transición en cuestiones de Estado debe recobrarse, porque es inadmisible que un Estatuto como el de Cataluña, que ha resultado rechazado en determinadas cuestiones por el Tribunal Constitucional, siga prevaleciendo sobre la Constitución Española en Cataluña, o que una organización como Bildu, próxima a ETA en sentencia del Tribunal Supremo, sea avalada por el Tribunal Constitucional para presentarse a las elecciones, sin asumir que los límites de la Constitución Española, también les afectan en sus pretensiones.
Ciertamente Foro Asturias de Ciudadanos es una especie diferente dentro del panorama político español, un proyecto que defiende la igualdad de diferencias políticas entre todos los españoles, y no la prevalencia de privilegios fundamentada en nociones, más orientadas al negocio político que a la realidad existente.
Para Foro Asturias de Ciudadanos, España es una condición de partida y de llegada, no hay ambición particular en lo común y compartido, pero si hay necesidad de recobrar en Asturias el orgullo de ser asturianos, porque a lo largo de los últimos treinta años, el haber sido incuestionablemente españoles, nos ha conducido a terminar siendo el vagón de cola de la política española. Ninguna comunidad como Asturias ha pagado un peaje más elevado por haber seguido siendo tan española como lo fue en 1812, porque los asturianos nunca hemos pensado que el Estado debiera concedernos las diferencias que nos distinguen, sino que somos los asturianos los que debemos introducir en el Estado las diferencias que corresponden a una España plural, pero también unitaria en determinadas cuestiones básicas y por supuesto europea.
En Asturias nunca le hemos reclamado al Estado que reconozca nuestras diferencias con las demás comunidades españolas, con saberlo nosotros es suficiente, nuestra idiosincrasia se mide más en la diversidad de percepciones entre los distintos pueblos de Asturias, que en la defensa de Asturias por su diferencia con respecto a los demás pueblos de España. En Asturias, sabemos desde hace más de mil años que todos los españoles somos igual de diferentes, y que todo aquel que pretende ser más diferente, lo único que busca es obtener privilegios y beneficios para convertir simples peculiaridades en criterios excluyentes.
En Asturias, nuestro distinguido pasado nos ha librado siempre de acomplejamientos históricos. Asturias no quiere ser más que las demás comunidades españoles, pero quiere dejar de ser el patito feo de la película autonómica, tras haber permitido que los demás se aprovecharan de obtener beneficios del cultivo de las diferencias que han impuesto, de forma despótica, durante los últimas tres décadas. Eso parece no agradarles a todos los que durante este tiempo han vivido satisfactoriamente del “nocionalismo” (las nociones de nacionalismo son variadas y cambiantes, según leyes del mercado político) aunque haya sido ejerciendo violencia y despotismo contra muchos ciudadanos españoles, que no han sido realmente defendidos en sus derechos por las instituciones políticas que conforman el Estado. España es una nación, el pueblo español el único sujeto que dirime su destino, el Estado es, simplemente, la organización política que gestiona el rumbo de la nave española, no su deconstrucción. En España el Estado no tiene poder suficiente para cuestionar la existencia o inexistencia de la nación española, porque sólo los españoles, todos y reunidos, es decir el pueblo español, tiene legítimamente esa potestad. La condición soberana de esta nación es del pueblo español, no del Estado, las autonomías o los iluminados de turno.
Enrique Suárez