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lunes, 4 de mayo de 2009

La verdad de la política declara la guerra a los políticos españoles

OBJETIVOS ELECCIONES EUROPEAS

- UPyD y Ciudadanos, sin representación europea
- 2/3 de españoles sin apoyar a ningún partido


Comienza la cuenta atrás, poco más de un mes para los próximos comicios europeos, y los ciudadanos también estamos en campaña, una singular llamada de atención a otros ciudadanos sobre la toxicidad de los productos políticos que están a punto de consumir.

Si algo aborrezco de Europa, son los políticos, verán ustedes no es que conozca en plenitud las andanzas de los representantes públicos por el viejo continente, porque solamente conozco algunas opciones, y acciones, fundamentalmente las que tienen su repercusión en nuestro país. Se que nuestros representantes en Europa ganan aún más dinero que nuestros representantes en España y tienen a su disposición aún más para colocar a gente de su cuerda. Que la corrupción existe igual que aquí en Bruselas y Estrasburgo y que como dijo Bergman en una de sus películas estamos incubando el huevo de la serpiente que algún día nos devorará, refiriéndose a los nazis.

Por eso y por otras cosas, algunos ciudadanos, españoles sin complejos, hemos tomado una decisión convergente para promocionar en internet -que todavía sigue siendo un espacio de libertad y democracia directa-, un par de ideas.

La primera en la frente

Algo sencillo para empezar y poner en la mesa nuestra posible fuerza, la de los blogueros españoles; pues bien como no estamos convencidos de la bondad genuina de ninguna formación política de las que se ofertan, hemos decidido que Ciudadanos –abducido por Libertas- y UPyD –abducido por su sectario comité central- no obtengan ni un solo eurodiputado en las próximas elecciones europeas. La elección de estos partidos ha sido simple, porque son los últimos que nos han defraudado, pues prometiendo un saneamiento de la ciénaga política que nos representa, se han dejado ir hasta convertirse en un más de lo mismo que los demás partidos mayoritarios.

Consideramos que tan democrático es hacer campaña a favor como en contra de los partidos políticos, esencialmente si estamos convencidos –y lo estamos- de que defenderán los intereses de la clase política antes que los intereses de los ciudadanos. Para esta campaña contamos con la inestimable ayuda del blog La verdad de la Política, que como en otra época hizo Ciudadano Ubú con el partido de Rivera, se está encargando de desenmascarar –y lo hace de forma eficaz- las truculentas historias del partido de Rosa Díez. Otros blogueros españoles, han manifestado en el blog de La verdad de la Política su participación en la campaña.

¿Y qué obtenemos con esto?, pues posiblemente nada, o mucho, evitar que alguien que no representa lo que dice, que abjura de la libertad, de la democracia y de la justicia en privado, pero hace de ellas ostentación en público, sea promocionado al lugar de representación que no le corresponde, vamos, que no se rían de nosotros.

La segunda en los morros

Pero no nos conformamos exclusivamente con denunciar a los chipirones de la usurpación y dejar tan tranquilos a los calamares gigantes, por eso nos hemos planteado otra propuesta, coincidente con la postulada por el señor Antonio García Trevijano en su blog, y que es la de procurar que sumando los votos nulos, en blanco, y abstenciones, es decir, todas las posibilidades democráticas de oponerse a la política en España, consigamos alcanzar los 2/3 de no representados por ningún partido político.

Sencillamente con esta acción de sanción a la desmesura, a la hibrys política, haremos que Némesis ponga de nuevo las cosas en su sitio, y que los políticos dejen de tomar el pelo a los ciudadanos.

Así que los Ciudadanos en la Red estamos en campaña y como somos unos románticos y pensamos que izando la bandera de la libertad otros irán llegando a la trinchera, pues como dice esveritas, esta es nuestra Declaración de Guerra a los políticos españoles, con cada ciudadano que se convenza que su voto no sirve para nada, habremos ganado un apoyo a la libertad, que es el primer escalón para recuperar la democracia y la justicia, y el camino más directo que conduce a la regeneración democrática de nuestra nación, España.

Ciudadanos, juntos podemos..., y separados, también. Recuerda, primero en la frente, después en los morros.


Erasmo de Salinas

La democracia española no es apta para el consumo

"Los problemas de la democracia, se resuelven con más democracia". Lord Acton

Un país repleto de políticos mediocres, atormentados por su propia ineptitud, con una democracia de consumo como la que disfrutamos, sostenida sobre la negación persistente de criterios de valor y mérito, de esfuerzo y competencia, de trabajo y producción, que considera a los seres humanos iguales, hagan lo que hagan, sin diferenciar los que hacen más de los que hacen menos, los que aciertan de los que fracasan, sólo puede tener como líderes a unos mediocres, porque una sociedad en la que prevalece más el error de muchos que el acierto de uno, está condenada al declive y el desasosiego. Queridos lectores, estamos al comienzo de una era de decadencia en este país, pero aún vendrán tiempos peores, si no hacemos nada por evitarlo.

La democracia es el gobierno del pueblo para el pueblo, pero el pueblo no es una colección de manifiestos negados, que elevan a otros negados, porque les ofrecen el paraíso por su voto y les da igual que lo cumplan o no. El pueblo tiene los remedios, pero no sabe utilizarlos, porque ha sido adoctrinado para que no elija, sólo para que asienta o disienta, y si disiente, no sepa aún cómo expresarlo públicamente y menos en las urnas.

Estos políticos dicharacheros que sufrimos han elevado la abstención, o el voto nulo, a pecado civil, cuando en realidad es la mejor forma de expresar que no somos sus siervos, porque una sociedad castrada políticamente es el preludio ineludible de tiempos difíciles.

Que dolor llamar política a esta representación de la estupidez que nos hemos procurado, este suicidio del bienestar, este homicidio de la tranquilidad y la seguridad, acumulados durante generaciones, esta transgresión del clima de equilibrio que necesitamos para no acabar colapsándonos. ¿Pero a quién hemos entregado el poder de dirigir nuestra sociedad?. Los políticos españoles, más que los de otros lugares del mundo civilizado, son por su baja formación y su elevada soberbia, los verdugos de nuestro presente, y los enterradores de nuestro futuro.

¿Quién dijo que la democracia procuraba el gobierno de los mejores?. No en estos tiempos, en los que gobernar se ha convertido en un negocio de repartir prebendas entre los afines, alzarse sobre la ignorancia de los creyentes, y negar el pan y la sal a los que discrepan.

Los escasos aciertos de los políticos son engrandecidos por los medios, mientras los numerosos errores son ocultados, con igual desprecio por la certeza. La política ha dejado de ser el arte de lo posible, para transformarse en la imposibilidad del arte, en la gestión bufa y acomplejada de la sociedad, fundamentada en el despilfarro y la arbitrariedad, en la corrupción y en la insidia.

De ahí deviene la desconfianza de los ciudadanos, que todavía conservan la facultad de pensarse y pensar el mundo en el que viven. ¿A dónde pueden llevarnos estas calamidades humanas?. ¿Qué se puede esperar de los que callan por qué no saben que decir?. El discurso disfémico de la oligarquía, lo invade todo. Nos muestran un futuro paradisíaco con esmero e insistencia, mientras desvían arteramente los privilegios que no les corresponden hacia sus predios, dejándonos a todos en medio del infierno. Ciudadanos, sean responsables, dense valor a sí mismos, y dejen de servir con su voto a esta enorme estafa pública y piramidal.

Hemos regresado a la Edad Media, a una era estamental, a los tiempos oscuros en los que aquellos religiosos cristianos determinaban lo que se podía hacer y no hacer, mientras los poderosos ejercían, sin recato alguno, el ejercicio de su poder de forma desenfrenada y absolutista. Pero hoy no hay diferencia, el poder político y religiosos se ha reunido en un mensaje de frivolidad.

La democracia es hoy un envoltorio de la cochambre, porque los que no pueden competir o cooperar con los demás, por la escasez y carencia de sus propios recursos personales, tratan por todos los medios de devaluar a los que si disponen de recursos, para rebajarlos a su altura, haciendo trampas. Hoy la igualdad de condiciones, no es preliminar, sino sobrevenida, sustituyendo los criterios de la razón por la más pura demagogia, reverberada por la propaganda y relativa a la fortuna, o el carnet.

Hoy los privilegios no se reparten según esfuerzo o mérito, ni siquiera según necesidad, sino según oprobioso criterio. Eso es lo que nos pueden ofrecer hoy los políticos españoles, un conflicto permanente, porque sin conflicto no serían necesarios y llegarían a desaparecer, y lo peor es que lo saben, y hacen lo posible por qué no se descubra.

¿Cómo elevarse socialmente prometiendo lo que necesitamos?

Las promesas de cambio social siempre se fundamentan en la injusticia, porque si los que se esfuerzan por cambiar su situación personal, reciben lo mismo que los que no pegan palo al agua, los que se consideran víctimas del destino, o simplemente desafortunados, con el paso del tiempo, los primeros, dejarán de luchar por sus objetivos personales y el mundo se verá abocado a la situación en la que estamos, en la que los estafadores, vagos, e ineptos son los que dirigen los pasos de nuestra sociedad de forma errabunda por la historia, aprovechándose de los que realmente tienen algo que aportar, obteniendo plusvalías de la inequidad de ocupar los lugares de poder político que en justicia no les corresponden, porque no han demostrado nada para recibir ese privilegio.

Los españoles estamos condenados a fracasar como sociedad en todo lo que iniciemos, porque un techo de cristal formado por un entramado de parásitos nos impedirá crecer y cualquier propuesta inteligente será anulada por una manifestación de palurdos subvencionados. La democracia que vivimos acepta como verdad que cien ciegos ven más que alguien que no haya perdido la vista, porque no se fundamenta en la visión, sino en la mirada, aunque sea ciega.

La democracia sin justicia, ni libertad, se queda en simple pantomima, en representación teatral y obscena de la vida, porque un gobierno que niega la libertad y controla la justicia en su beneficio, es una auténtica desgracia para los ciudadanos, un agujero negro para las expectativas más nobles, eso es lo que tenemos en España.

Por eso queridos compatriotas, piénsenselo mucho antes de acudir a votar en las próximas elecciones europeas, y no teman por su condición democrática de ciudadanos, ni escuchen los cantos de sirena de que la abstención puede poner en peligro el futuro. A estas alturas de la historia, la abstención lo único que pone en peligro es la poltrona de los que se benefician de los demás, de los que se han enchulado de nuestra sociedad para vivir sin dar palo al agua y además terminar echándonos las culpas de lo que ocurre si los hechos nos procuran algún perjuicio, o no redundan suficientemente en su beneficio.

Háganme caso, siéntanse libres no acudiendo a votar, y auténticos demócratas por no asumir como democrático lo que realmente no lo es, que no les den gato por conejo, recobren el poder que les corresponde por su soberanía, y que una legión de mangantes les han arrebatado, prometiéndoles lo imposible, y logrando lo contrario.

O lo hacemos ahora, o nuestros hijos lo pasarán muy mal, y nuestros nietos, aún peor. Es hora de detener la crisis, política y económica que vivimos en España, y es hora de hacerlo definitivamente, no alimentemos con nuestros votos, ni con el dinero que estos les proporcionan a los políticos y a sus partidos. Con cada abstención nos ahorramos más de dos euros de despilfarro.

Si incubamos a la bestia con nuestra inconsciencia democrática, algún día nos acabará devorando. Cuando la soberanía de los ciudadanos se puede ejercer, estamos hablando de libertad, cuando el poder condiciona a los ciudadanos, limitando su soberanía, con el fin de autoperpetuarse y sólo ofrece que se pueda elegir más de lo mismo, estamos hablando de demagogia.

Ustedes eligen, porque todavía son libres. Elijan lo que quieran, pero de forma responsable, no se hagan daño, y procuren no hacer daño a los demás con su elección. Si me aceptan la sugerencia, cuando la oferta política no se puede distinguir como es el caso, no elegir a ningún político, también es elegir en libertad. ¿De verdad desean ustedes sostener con sus votos esta democracia?, una democracia sin libertad, una representación política convertida en un negocio de charlatanes, una justicia maltratada por el sectarismo, y su inteligencia despreciada por unos aprovechados.



Biante de Priena

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