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lunes, 11 de agosto de 2008
Comienza el juicio a los políticos españoles
Un Estado de Derecho no puede distinguir entre ciudadanos y políticos, no debe hacerlo bajo peligro de perder su legitimación. En España hay muchos políticos que no están cumpliendo con la labor para la que fueron elegidos en las urnas, más bien se han aprovechado de su elección democrática para ir contra los intereses comunes de los ciudadanos, contra la Constitución y contra la Nación española.
Esa forma de actuar sólo tiene un nombre: TRAICIÓN. Es traición a España y los españoles vulnerar los derechos fundamentales plasmados en la Constitución, es traición ejercer políticas que se sabe que rompen la igualdad de los españoles, que atentan contra su libertad para expresarse o recibir educación en su idioma. La traición es un delito tipificado en nuestra Constitución y por lo tanto sujeto a las reglas del Estado de Derecho.
Un gobierno corrupto se puede reconocer porque en vez de buscar el interés general, la protección de los ciudadanos de los crímenes políticos, omite su intervención, o impide que la justicia intervenga. La oposición a ese gobierno que no hace nada, también es copartícipe del delito.
Los diputados y senadores españoles deben rendir cuentas ante los ciudadanos, su mandato no es ilimitado, debe estar ceñido a la Constitución, si vulnera la Constitución entonces han perdido su legitimidad.
En estos momentos se está presentando una batalla entre la nación española y el Estado español, porque al Presidente del Gobierno se le ha ocurrido la feliz idea de enfrentarlos para lograr sus objetivos de perpetuación electoral apoyado por los nacionalistas, enemigos de la Nación española que cobran del Estado. La oposición literalmente no existe.
Los ciudadanos, en estas circunstancias y respetando las reglas del juego democrático debemos pasar a la acción, exigiendo que se juzgue a la mayoría de los políticos que nos representan por los delitos que han cometido, no por el libre ejercicio de la política, sino por el uso de sus atribuciones para agredir, lesionar y escatimar el Estado de Derecho a los ciudadanos.
Es hora de que se juzgue a los políticos, comienza la etapa de instrucción, de reunión de pruebas, de artículos de la Constitución que se han vulnerado.
ES HORA DE QUE LOS POLITICOS RINDAN CUENTAS ANTE LOS CIUDADANOS, por maltratarnos desde el Estado, por favorecer a nuestros enemigos, por ciscarse en la Constitución, por no representar los intereses generales de los españoles, sino los particulares que resultan afines a sus propósitos, aunque sean perjudicándonos a todos.
No se puede juzgar a un ciudadano por no pagar sus impuestos, y permitir que un político no rinda cuentas de lo que hace con ellos. Esto es una tomadura de pelo. Ante estas circunstancias quedan dos alternativas: el juicio de los políticos o la desobediencia civil. No hay más, si queremos seguir siendo lo que somos, ciudadanos de un Estado democrático y de una Nación libre.
Erasmo de Salinas
Esa forma de actuar sólo tiene un nombre: TRAICIÓN. Es traición a España y los españoles vulnerar los derechos fundamentales plasmados en la Constitución, es traición ejercer políticas que se sabe que rompen la igualdad de los españoles, que atentan contra su libertad para expresarse o recibir educación en su idioma. La traición es un delito tipificado en nuestra Constitución y por lo tanto sujeto a las reglas del Estado de Derecho.
Un gobierno corrupto se puede reconocer porque en vez de buscar el interés general, la protección de los ciudadanos de los crímenes políticos, omite su intervención, o impide que la justicia intervenga. La oposición a ese gobierno que no hace nada, también es copartícipe del delito.
Los diputados y senadores españoles deben rendir cuentas ante los ciudadanos, su mandato no es ilimitado, debe estar ceñido a la Constitución, si vulnera la Constitución entonces han perdido su legitimidad.
En estos momentos se está presentando una batalla entre la nación española y el Estado español, porque al Presidente del Gobierno se le ha ocurrido la feliz idea de enfrentarlos para lograr sus objetivos de perpetuación electoral apoyado por los nacionalistas, enemigos de la Nación española que cobran del Estado. La oposición literalmente no existe.
Los ciudadanos, en estas circunstancias y respetando las reglas del juego democrático debemos pasar a la acción, exigiendo que se juzgue a la mayoría de los políticos que nos representan por los delitos que han cometido, no por el libre ejercicio de la política, sino por el uso de sus atribuciones para agredir, lesionar y escatimar el Estado de Derecho a los ciudadanos.
Es hora de que se juzgue a los políticos, comienza la etapa de instrucción, de reunión de pruebas, de artículos de la Constitución que se han vulnerado.
ES HORA DE QUE LOS POLITICOS RINDAN CUENTAS ANTE LOS CIUDADANOS, por maltratarnos desde el Estado, por favorecer a nuestros enemigos, por ciscarse en la Constitución, por no representar los intereses generales de los españoles, sino los particulares que resultan afines a sus propósitos, aunque sean perjudicándonos a todos.
No se puede juzgar a un ciudadano por no pagar sus impuestos, y permitir que un político no rinda cuentas de lo que hace con ellos. Esto es una tomadura de pelo. Ante estas circunstancias quedan dos alternativas: el juicio de los políticos o la desobediencia civil. No hay más, si queremos seguir siendo lo que somos, ciudadanos de un Estado democrático y de una Nación libre.
Erasmo de Salinas
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