Me sorprende la noticia que he leído esta mañana, el Oratorio de San Felipe Neri, lugar en el que se promulgó la Constitución Española de 1812,(origen moderno de todas nuestras instituciones y de la independencia de España y los españoles, de su soberanía ante el Rey, y ante las fuerzas invasoras), tras el fracaso de las negociaciones entre el obispado y la Junta de Andalucía, parece que sigue en venta, y unos promotores están pensando en la posibilidad de adquirirlo para dedicarlo a la hostelería.
Es ridículo, absolutamente imperdonable, y prueba de la depravación histórica a la que estamos asistiendo, que se permita hacer estas cosas con los lugares simbólicos de nuestra país, en los que se fundamenta nuestro origen como Nación y como Estado.
La negociación se resume de la siguiente forma, cesión por treinta años a la Junta de Andalucía por 50 millones de euros. La iglesia gaditana quiere dedicar ese dinero a la construcción de 16 edificios parroquiales en lugares donde la población ha crecido durante los últimos años y en sanear sus arcas en las que deben residir las arañas, y los defensores de Estatutos de cartón-piedra, cuyo coste y puesta en marcha será mucho mayor, han decidido no llegar a un acuerdo, porque no van a conceder fondos para hacer iglesias desde la Junta de Andalucía del mariscal Chaves, no vaya a ser que le hagan la competencia en lugares donde la población ha crecido.
Un vergüenza histórica digna de ocupar un espacio en nuestra memoria, que muestra el elevado nivel de nuestros políticos. El respeto que tienen por los símbolos que son origen de nuestra nacionalidad española, de la soberanía del pueblo español, ante los poderes absolutos, de nuestra independencia.
Quiero pensar que ocurriría en los Estados Unidos si se le ocurriera a alguien proponer hacer un hotel en Filadelfia, en el Independence Hall, utilizando la campana de la libertad para anunciar los desayunos. O que propusieran a los ingleses hacer un aparta-hotel en la Torre de Londres, o a los franceses un camping en Los Inválidos.
Y aquí nadie dice nada, o mejor dicho el portavoz de la Junta advierte que les han pedido mucho dinero, cincuenta millones por la cesión del lugar donde se han promovido las libertades y los derechos de nuestro pueblo, del que por supuesto se obtendrán pingues beneficios con la conmemoración de 1812.
Esta cesión debería ser suscrita por todas las autonomías, y por el Estado a partes iguales, y en último extremo, si en este país conserváramos la dignidad suficiente, deberíamos adquirir la cesión por suscripción pública, y demostrarle a los políticos que los españoles todavía podemos resolver nuestros problemas sin esperar nada de los políticos, nada bueno, quiero decir.
Biante de Priena
Es ridículo, absolutamente imperdonable, y prueba de la depravación histórica a la que estamos asistiendo, que se permita hacer estas cosas con los lugares simbólicos de nuestra país, en los que se fundamenta nuestro origen como Nación y como Estado.
La negociación se resume de la siguiente forma, cesión por treinta años a la Junta de Andalucía por 50 millones de euros. La iglesia gaditana quiere dedicar ese dinero a la construcción de 16 edificios parroquiales en lugares donde la población ha crecido durante los últimos años y en sanear sus arcas en las que deben residir las arañas, y los defensores de Estatutos de cartón-piedra, cuyo coste y puesta en marcha será mucho mayor, han decidido no llegar a un acuerdo, porque no van a conceder fondos para hacer iglesias desde la Junta de Andalucía del mariscal Chaves, no vaya a ser que le hagan la competencia en lugares donde la población ha crecido.
Un vergüenza histórica digna de ocupar un espacio en nuestra memoria, que muestra el elevado nivel de nuestros políticos. El respeto que tienen por los símbolos que son origen de nuestra nacionalidad española, de la soberanía del pueblo español, ante los poderes absolutos, de nuestra independencia.
Quiero pensar que ocurriría en los Estados Unidos si se le ocurriera a alguien proponer hacer un hotel en Filadelfia, en el Independence Hall, utilizando la campana de la libertad para anunciar los desayunos. O que propusieran a los ingleses hacer un aparta-hotel en la Torre de Londres, o a los franceses un camping en Los Inválidos.
Y aquí nadie dice nada, o mejor dicho el portavoz de la Junta advierte que les han pedido mucho dinero, cincuenta millones por la cesión del lugar donde se han promovido las libertades y los derechos de nuestro pueblo, del que por supuesto se obtendrán pingues beneficios con la conmemoración de 1812.
Esta cesión debería ser suscrita por todas las autonomías, y por el Estado a partes iguales, y en último extremo, si en este país conserváramos la dignidad suficiente, deberíamos adquirir la cesión por suscripción pública, y demostrarle a los políticos que los españoles todavía podemos resolver nuestros problemas sin esperar nada de los políticos, nada bueno, quiero decir.
Biante de Priena