Santidad :
No me dirijo a Usted para referirme a las relaciones entre Católicos y Judíos. Usted apoyó en 1965 "Nostra Aetate", extraordinario documento de la Iglesia que ponía fin, después de casi dos mil años, al anti-judaísmo cristiano oficial. Creo que Usted ha obrado y obrará por la rectificación de los errores del pasado, y que siempre ha contribuido a un acercamiento entre los cristianos y sus "hermanos mayores en la fe", según la expresíón de Juan Pablo II.
Le escribo para hablarle de Israel, con motivo de su visita a Tierra Santa.
Ignoro qué noticias y síntesis les comunican sus doctos Consejeros en el Vaticano acerca de Israel. Espero que los informes que le llegan sean más completos y veraces que los que recibió de manos del cardenal Castrillón acerca de los lefebvristas y negacionistas, como ese tal Williamson, antes de que decidiera, de buena fe, no lo dudo, levantar la excomunión de cuatro obispos ultras.
Se lo digo porque en Palestina vive y le representa un hombre en cuya palabra no se puede confiar, el arzobispo Fouad Twal, Patriarca Latino en Tierra Santa, es decir máxima autoridad de la Iglesia de Roma en Israel y alrededores.
Usted ha viajado a Belén y a Nazaret menos que yo, y quizás ignore algunas cosas que le voy a mencionar:
-De Belén siguen saliendo, con la firme intención de no regresar, muchos palestinos cristianos -ya ni siquiera son mayoría en el pueblo donde nació Jesús-, y no precisamente por el muro de separación (que tantas vidas ha salvado) sino bajo la presión, cuando no la persecución, de los palestinos musulmanes.
-En Nazaret, que forma parte del estado de Israel desde su creación en 1948, también han dejado de ser mayoría los cristianos palestinos. Conozco a algunas familias que se han ido, por motivos similares a los de Belén : sus hermanos musulmanes les hacían la vida imposible. ¿Sabe usted dónde viven ahora? en Nazaret Illit, a cinco kilómetros del pueblo donde creció Yeshuá ben Yossef, una ciudad nueva edificada por judíos, porque allí se respetan sus creencias.
-En Gaza, es todavía peor : las mujeres palestinas cristianas no pueden salir a la calle sin ir veladas y la ley islámica se aplica a todos los aspectos de la vida social.
-Fouad Twal, a pesar de su título de "Monseñor", jamás ha criticado estos atropellos. Pero no pasa un día sin que denuncie "el ejército de ocupación" israelí. Sin embargo, hay que concederle el mérito de la sinceridad, cuando dice que antes de ser católico, es palestino.
Me preocupan ciertas noticias acerca de su llegada y visita a Jordania, Santidad, donde le ha recibido ayer el dictador Abdalá II. No me fío mucho de la prensa española, así que todavía quiero pensar que el titular de ABC, hoy sábado 9 de mayo - Benedicto XVI aplaude la «alianza entre Occidente y el mundo musulmán» - es una exageración o una malicia de la derechona proárabe.
Le voy a recomendar que no se limite a abrazar, cuando llegue a Israel, a los nacionalistas de la Iglesia palestina y oiga, por ejemplo, al Padre Michel Remaud. Lleva años, muchos años, en Israel. Nunca le he oido hablar de "alianza de civilizaciones" sino de reconciliación entre los hombres. Una reconciliación que sólo es posible mediante la verdad, y no bajo el engaño, la demagogia política, la propaganda o la sumisión.
He aquí un resumen de lo que él y muchos cristianos piensan, Santidad, a diferencia del discurso oficial de los komisarios palestinos disfrazados de sacerdotes:
La perspectiva de la llegada del papa despierta fantasmas y demonios. Las preguntas y comentarios de periodistas europeos muestran la eficacia y la extensión de la falsa información. ¿Es cierto, me preguntaron el otro día, que no hay libertad de culto para los cristianos en Israel? ¿Puede hablarse de persecución? No sólo los periodistas ; ¡un cliente de una librería francesa de Jerusalén afirmaba a los medios que no se podía conseguir el Nuevo Testamento en Israel!
Algunos quieren aprovechar esta magnífica oportunidad para avivar las diferencias : una revista cristiana sugería al papa, hace escasas semanas, que chantajease a Israel amenazando con no viajar si no se solucionaban las cuestiones fiscales de las comunidades religiosas en el país.
Ante esta avalancha de confusiones, es urgente restablecer la veracidad de ciertos hechos, comprobables por quienes viven o viajan a Israel :
-No hay restricción alguna a la libertad de cultos por parte de las autoridades israelíes, a diferencia de lo que ocurre en cualquier otro país de la región.
-Al contrario, el turismo religioso representa una actividad económica importantísima para el estado y la sociedad, tanto en el israel de las fronteras de 1967 como en los Territorios. Los turistas y los peregrinos que siguieron la procesión del domingo de Ramos pudieron constatar cómo se podían reunir miles y miles de cristianos de muchas nacionalidades sobre varios kilómetros entre Betfagé y el centro histórico de Jerusalén, en un ambiente de alegría y naturalidad.
-No es cierto que se presione fiscalmente a las comunidades religiosas cristianas en Israel. La situación, de hecho, no ha evolucionado de forma significativa desde que existen relaciones diplomáticas entre el Vaticano y el estado judío, con el "Acuerdo Fundamental" de 1993 que prevé y aplica las mismas exenciones e idénticos privilegios, muy amplios, que los que existían bajo el Imperio Otomano.
Cuando los frailes coptos y ortodoxos (los latinos hace tiempo que no se meten en líos) se lían a tortazos entre ellos y se golpean en la cabeza con las velas en el Santo Sepulcro (hay un conflicto latente entre distintas iglesias cristianas en la administración y ocupación de los lugares santos y de culto donde fue crucificado y sepultado Jesús), quienes entran a la iglesia-catedral y separan a los enfurecidos monjes y sacerdotes son jóvenes soldados de Tsahal, pues el estado laico de Israel garantiza la convivencia pacífica entre las religiones.
Son muchos, por otra parte, y sería absurdo negarlos, los problemas que existen en Israel a la hora de vivir juntos palestinos musulmanes, palestinos cristianos y judíos. Por otra parte, los gobiernos de Israel, siempre elegidos democráticamente (situación única en Oriente Próximo) han cometido errores.
Pero mi intención, Santidad, era escribirle hoy lo que casi nadie cuenta en Occidente. Hace algunos años, el Padre Remaud recuerda que se podía leer en los autobuses israelíes el lema "Tsaav Pius" (Imperativo de reconciliación), ilustrado por la foto de personas de espaldas y juntas, una de ellas con una kipa sobre la cabeza.
En Israel, ese imperativo es una lucha permanente. Ojalá Usted contribuya a que se pueda alcanzar un día. ¿Cómo? Recuerdo a Alain Finkielkraut, quien suele decir que en Oriente próximo, cada hombre de buena voluntad debe esforzarse por moderar a los suyos.
Y ya que va a tener la oportunidad de conversar con muchos palestinos, interceda, por favor, para la liberación de Guilad Shalit, joven soldado retenido desde hace más de mil días por los terroristas de Hamás en violación de los derechos más elementales de la Convención de Ginebra.
Shalom.
Dante Pombo de Alvear