desde 2.006 en Internet

viernes, 30 de abril de 2010

Elogio de la Democracia de los Seres Humanos Libres


La situación actual de la democracia en nuestro país es esperpéntica, degenerada, agreste, confusa, disgregadora, patética. El sistema democrático español en su extraña decadencia anticipa una debacle de los partidos políticos vigentes. Ni con el PSOE, ni con el PP, ni con el resto de partidos representados en el Parlamento español hay posible salida a nuestros problemas. Debemos aceptarlo y asumirlo antes de que sea demasiado tarde.

Desde el PSOE se trata de usurpar la voluntad popular con algaradas de muchedumbres subvencionadas, promovidas por todos los que viven del pesebre gubernamental (sindicatos, colectivos, organizaciones, instituciones, contratados políticos), que invocan la sinrazón y enarbolan la bandera de la vendetta histórica, mientras la ineptitud y corrupción gubernamental campa alegremente hacia la tiranía de sus mendacidades.

En el PP no saben lo que está ocurriendo, ocupados en demostrar que ellos han robado menos que el PSOE a las arcas públicas –algo posiblemente cierto- y han perdido toda la credibilidad para enfrentarse al peor gobierno de la democracia postfranquista. Los nacionalistas aprovechan el río revuelto para obtener por confiscación política, derechos que no les corresponden e inhibirse, al mismo tiempo, de obligaciones insoslayables con el pueblo español soberano. No hay ningún partido político recomendable hoy en España, ni uno sólo. Todos son malos o peores.

Estamos viviendo una auténtica transición entre una detentación de la democracia que no acaba de morir y una regeneración de la democracia que no acaba de nacer. El embarazo no acaba de transformarse en parto.

Posiblemente nos dirijamos hacia un nuevo contrato social, entre ciudadanos unidos en el objetivo común de exigir el máximo respeto a los políticos por la sociedad y las cosas públicas. Somos una nación que mostrará, tarde o temprano, su soberanía, de forma discreta o violenta, y que acabará sometiendo a los políticos al imperio de la ley, porque realmente se han desmadrado y han entrado en un delirio de poder inadmisible.

Pero para que eso pueda ocurrir, una mayoría de españoles debemos tomar conciencia de la situación extravagante a la que estamos asistiendo, en ese declive de autoridad y credibilidad que nos ofrecen los representantes públicos, que son incapaces de resolver sin nuestra ayuda, control y dominio, los extraordinarios problemas que han creado sin posible solución. En una democracia como la española, el poder puede estar en manos de los políticos, pero la soberanía, el dominio, el ámbito limitado del poder, sigue perteneciendo al pueblo configurado en nación, es decir, a todos y cada uno de los españoles en su reunión y conjunto.

El pueblo español es dueño de su destino y su voluntad no pertenece a los detentadores que pretenden convertirlo en súbdito desde las élites del poder, ni a los usurpadores que pretenden convertirlo en masa amorfa desde la usurpación de los espacios públicos. El pueblo español es una entidad política soberana, que se pretende atenazar desde la propaganda, el adoctrinamiento, la coacción y la coerción. En estos momentos se está produciendo una auténtica campaña de acoso político contra los españoles, desde la política y sus sicarios a sueldo, que tratan de provocar una reacción violenta de la sociedad para luego criminalizarla y seguir usurpando las esquilmadas arcas públicas en plena impunidad.

Hemos cruzado la delgada línea roja que distingue a los que se anunciaron como servidores públicos y se han convertido en auténticas organizaciones mafiosas que se sirven de lo público. Llegados a este punto solo cabe plantar cara a tanto indigente moral, y hacerlo rápidamente, antes de que acaben con los cimientos sobre los que debemos sustentar nuestro futuro y el de nuestros hijos.

¿Cómo hacerlo?. Sólo hay una manera, uniéndonos en el objetivo común de erradicar del poder político a todos aquellos que han demostrado su absoluta inutilidad, para apartarlos de la cosa pública por las buenas o por las malas, y debemos ser inteligentes, porque sólo tendremos una oportunidad y tendremos que saber aprovecharla. Que se vayan olvidando todos los que están en el poder o la oposición de volver a representar, porque todos y cada uno de ellos han demostrado que no se merecen nuestra confianza.

La democracia sólo puede ser posible en la elección de seres humanos libres –no miembros de partidos políticos que conculcan nuestra voluntad y rinden cuentas a sus jefes, antes que a sus electores- que puedan representarnos realmente, aunque deberíamos ir pensando en que a partir de ahora cada uno tendrá que representarse a sí mismo, y pobres de los que decidan unirse en una secta o facción para medrar a costa de los demás, porque recibirán la ira irrefrenable de un pueblo soberano que nunca más permitirá que unos inmorales les vuelvan a tomar el pelo.

Ha llegado la hora de la responsabilidad ciudadana, bienvenida sea.

Biante de Priena

Enlaces Relacionados

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...