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sábado, 4 de julio de 2009
Educación para la Ciudadanía por Mari Tere
Fernández De la Vega dando clases muy parciales a chavales de 14 años
Obama y su extraña vara de medir
De regreso de Oriente Próximo, vuelvo por los lares de Ciudadanos en la Red con el primero de una nueva serie de artículos exclusivamente dedicados a la actualidad internacional.
Barak Hussein Obama no deja de sorprender. Su última declaración, ayer, evocando entre otras cosas su próximo encuentro con el papa, creó estupefacción en el viejo lingüista que aquí escribe :
“Israel no tiene la culpa de todo”, dijo, y se quedó tan pancho, prosiguiendo acerca de la necesidad para los palestinos de acceder a ciertas exigencias, como reconocer el estado judío…
Probablemente, habría que comprobarlo en las hemerotecas, ni el siniestro enemigo de la libertad, Jimmy Carter el cobardón, dijo algo parecido en su catastrófica presidencia de los años 70, algo tan transparente, algo tan freudiano.
Esas palabras merecerían ser grabadas en el muro de las infamias bienpensantes, al lado de sentencias tan difundidas entre la gente decente como “yo no soy racista, si hasta tengo a un amigo negro”, o “Usted no parece judío”.
Por cierto, de haberme hallado frente al presidente useño, le habría contestado : “Usted no parece antisemita”.
Sin ánimo de ser exhaustivo, como diría el elocuente don César, he aquí unas preguntas a raíz del nuevo enfoque político-diplomático del gobierno norteamericano:
-¿Por qué es tan prioritario iniciar el diálogo con las bandas terroristas de Hamás y de Hezbulá, sin pedir nada a cambio, al mismo tiempo que se le impone a Israel, única democracia de la región, de forma imperativa y previa a cualquier proceso de paz, la congelación de cualquier tipo de asentamiento en Judea y Samaria, incluída la construcción de infraestructuras necesarias a la vida cotidiana de los 300.000 israelíes instalados en los territorios?
-¿Por qué Obama, estando en El Cairo para dirigirse a los musulmanes, señaló con el dedo, en nombre de las libertades individuales, a algunas democracias europeas que restringen en determinados espacios públicos (como la escuela) el uso de los velos islámicos, mientras no dijo nada acerca de los países musulmanes (representados en la conferencia) que imponen por ley la burka o el niqab a todas las mujeres en todos los espacios públicos?
-¿Por qué tardó tanto Obama en reaccionar tibiamente ante el golpe de estado electoral en Irán, sin lanzar hasta hoy ningún tipo de ultimátum al fanático Ahmadineyad?
-¿Por qué parece conveniente mejorar las relaciones con la dictadura castrista y con la dictadura chavista, a pesar de los presos políticos, de la persecución de la prensa y de las amenazas e insultos contra los EE.UU. y las democracias occidentales, mientras al nuevo gobierno de Honduras, nombrado por el parlamento nacional con el aval del tribunal supremo, se le exige que reponga inmediatamente en el palacio presidencial al golpista Zelaya, lacayo de los dictadorzuelos Chávez, Correa, Ortega y Morales, expulsado cuando se disponía a celebrar un plebiscito anticonstitucional, destinado a fundar una “república bolivariana” al estilo de Venezuela, Ecuador y Nicaragua?
Más allá de la atormentada psyché de Barak Hussein Obama, “Israel no tiene la culpa de todo” no es sólo un lapsus , sino la expresión paradójica de una cosmovisión, la de la izquierda multiculturalista estadounidense.
Se enmarca en una coherencia global alimentada por fuerzas sociológicamente minoritarias, pero mediáticamente dominantes en los EE.UU., y pone en peligro la precaria estabilidad política internacional.
Hasta Hillary Clinton se ha dado cuenta de ello, y algunos empiezan a creer que Barak Hussein Obama, el “listo”, hará bueno a George W. Bush, “el tonto”. Wait and see.
Dante Pombo de Alvear
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