"Las prisiones españolas están llenas de pobres, enfermos y drogadictos. Suman más del 70%. La cárcel se está convirtiendo en el único recurso asistencial y esa no es su función". Mercedes Gallizo, secretaria general de Instituciones Penitenciarias lleva años recordando la función resocializadora que debería tener la cárcel, pero admite que ese principio constitucional está cada día más lejano. Estas palabras extraídas del blog de Manuel Carballal son un magnífico preámbulo para analizar la situación de la delincuencia en nuestro país.
Ciertamente en España no sólo han cambiado los perfiles de los delincuentes, sino las leyes que se aplican, que el catedrático de Derecho Penal, Díez Ripollés, considera más propias de una política penitenciara que de la propia criminalidad de este país.
En los últimos tres años la población penitenciaria se ha incrementado prácticamente en un 20 % pasando de 63.800 presos a 76.485. Si la tasa de encarcelamiento se sitúa en 166 por cien mil habitantes, una de las más elevadas de Europa, la tasa de criminalidad se sitúa entre las más bajas de Europa, un 47,6 por cien mil, sólo por delante de Portugal, Grecia e Irlanda.
¿Qué está ocurriendo en el régimen de Zapatero?.
¿Es posible que en nuestro país haya en estos momentos presos políticos?, es posible, porque no sólo son presos políticos los que van contra el régimen, sino los que vulneran leyes impuestas con una finalidad política, por extensión, electoral.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero con unas leyes sectarias impuestas por criterios políticos, de dudosa finalidad social, mantiene en estos momentos presos a 3.721 penados cuyo delito principal es de violencia doméstica, desde un asesinato -una minoría-, a lesiones o amenazas. También hay 816 reclusos por delitos al frente del volante, en su mayor parte por temas relacionados con el alcohol.
Sin embargo, sólo hay un 8 % de mujeres en la población penitenciaria española, la inmensa mayoría por delitos relacionados con el tráfico de drogas, cuando en otros países europeos la política penitenciaria es absolutamente diferente y las estadísticas de los delincuentes que están en la cárcel, también. Se puede deducir que en la política del Gobierno del PSOE hay un claro sesgo andrófobo, que atenta directamente contra el artículo 14 de la Constitución Española. Asistimos así, a un paradójico fenómeno, en España para los jueces ser hombre es un agravante, ser mujer un atenuante, posiblemente debido a las leyes diferenciales que se han establecido. La justicia española es discriminatoria y diferente según juzgue a hombres y mujeres. ¿Cómo se puede consentir esta realidad en pleno siglo XXI?. ¿No es esta escena suficiente para constatar que la justicia española está claramente politizada, pues gira en el mismo sentido que la política del gobierno?.
Los temas relacionados con las drogas también podrían considerarse como delitos políticos, puesto que en otros países occidentales, lo que aquí es delito, allí no lo es.Casi 25.000 presos están en la cárcel por delitos con la propiedad originados en su mayor parte por su relación con las drogas.
Según estadísticas referidas en el artículo de Carballal, el mantenimiento de un preso en la cárcel cuesta cada día cerca de 80 euros, mientras que un programa de rehabilitación social cuesta sólo 3 euros. Una política penitenciaria que invierte más dinero en la privación de libertad que en la rehabilitación social, es una política atrasada, impropia de un país que pertenece a la Unión Europea, y más propia de régimenes del socialismo real como el cubano.
En el blog, “Buscando razones de peso”, Nitomarco hace un análisis propio sobre lo que está ocurriendo, y al final se hace la pregunta crucial sobre lo que está fallando en nuestro país. ¿Acaso está fallando el Gobierno?. Acaso no, por supuesto, también en está cuestión está fallando el Gobierno, porque las políticas buenistas del régimen de ZP tienen una cara oscura, muy oscura, que algún día saldrá a la luz y que precisamente es la de asfixiar a los sectores más vulnerables de la población, para que su montaje de cartón piedra de que no pasa nada y que su política es la mejor de las posibles, quede como la única verdad visible, haciendo invisibles todas las miserias que está generando.
El día que levantemos la alfombra nos vamos a enterar de lo que han hecho estos mentecatos socialistas con el país que asumieron aliándose en su día con las hipótesis de los asesinos del 11-M contra el Gobierno legítimo de España, sólo por acceder al poder y colocar a toda la purria de descamisados que les acompaña, ahora ya con corbata.
En España hay muchos presos políticos (posiblemente tantos como al final del franquismo) y no son precisamente los de ETA, esos son unos criminales que deben estar en la cárcel, y todavía se permiten el lujo de campear por la vida de víctimas del Estado español, abanderados por De Juan Chaos, con la estudiada mirada para otro lado de los que detentan el poder, para no perjudicar su estrategia electoral de permanencia, aferrados a sus poltronas y las prebendas que disfrutan a costa del sufrimiento de los demás. El genocidio cultural de los españoles, como en el nacismo se hacía con los judíos, consiste en ir apartando a los diferentes y discrepantes de la vida pública, negándoles cualquier oportunidad o metiéndoles en la cárcel directamente.
¡Gobierno miserable!. ¡Mezquino socialismo!. PSOE, NUNCA MÁS.
Biante de Priena
Ciertamente en España no sólo han cambiado los perfiles de los delincuentes, sino las leyes que se aplican, que el catedrático de Derecho Penal, Díez Ripollés, considera más propias de una política penitenciara que de la propia criminalidad de este país.
En los últimos tres años la población penitenciaria se ha incrementado prácticamente en un 20 % pasando de 63.800 presos a 76.485. Si la tasa de encarcelamiento se sitúa en 166 por cien mil habitantes, una de las más elevadas de Europa, la tasa de criminalidad se sitúa entre las más bajas de Europa, un 47,6 por cien mil, sólo por delante de Portugal, Grecia e Irlanda.
¿Qué está ocurriendo en el régimen de Zapatero?.
¿Es posible que en nuestro país haya en estos momentos presos políticos?, es posible, porque no sólo son presos políticos los que van contra el régimen, sino los que vulneran leyes impuestas con una finalidad política, por extensión, electoral.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero con unas leyes sectarias impuestas por criterios políticos, de dudosa finalidad social, mantiene en estos momentos presos a 3.721 penados cuyo delito principal es de violencia doméstica, desde un asesinato -una minoría-, a lesiones o amenazas. También hay 816 reclusos por delitos al frente del volante, en su mayor parte por temas relacionados con el alcohol.
Sin embargo, sólo hay un 8 % de mujeres en la población penitenciaria española, la inmensa mayoría por delitos relacionados con el tráfico de drogas, cuando en otros países europeos la política penitenciaria es absolutamente diferente y las estadísticas de los delincuentes que están en la cárcel, también. Se puede deducir que en la política del Gobierno del PSOE hay un claro sesgo andrófobo, que atenta directamente contra el artículo 14 de la Constitución Española. Asistimos así, a un paradójico fenómeno, en España para los jueces ser hombre es un agravante, ser mujer un atenuante, posiblemente debido a las leyes diferenciales que se han establecido. La justicia española es discriminatoria y diferente según juzgue a hombres y mujeres. ¿Cómo se puede consentir esta realidad en pleno siglo XXI?. ¿No es esta escena suficiente para constatar que la justicia española está claramente politizada, pues gira en el mismo sentido que la política del gobierno?.
Los temas relacionados con las drogas también podrían considerarse como delitos políticos, puesto que en otros países occidentales, lo que aquí es delito, allí no lo es.Casi 25.000 presos están en la cárcel por delitos con la propiedad originados en su mayor parte por su relación con las drogas.
Según estadísticas referidas en el artículo de Carballal, el mantenimiento de un preso en la cárcel cuesta cada día cerca de 80 euros, mientras que un programa de rehabilitación social cuesta sólo 3 euros. Una política penitenciaria que invierte más dinero en la privación de libertad que en la rehabilitación social, es una política atrasada, impropia de un país que pertenece a la Unión Europea, y más propia de régimenes del socialismo real como el cubano.
En el blog, “Buscando razones de peso”, Nitomarco hace un análisis propio sobre lo que está ocurriendo, y al final se hace la pregunta crucial sobre lo que está fallando en nuestro país. ¿Acaso está fallando el Gobierno?. Acaso no, por supuesto, también en está cuestión está fallando el Gobierno, porque las políticas buenistas del régimen de ZP tienen una cara oscura, muy oscura, que algún día saldrá a la luz y que precisamente es la de asfixiar a los sectores más vulnerables de la población, para que su montaje de cartón piedra de que no pasa nada y que su política es la mejor de las posibles, quede como la única verdad visible, haciendo invisibles todas las miserias que está generando.
El día que levantemos la alfombra nos vamos a enterar de lo que han hecho estos mentecatos socialistas con el país que asumieron aliándose en su día con las hipótesis de los asesinos del 11-M contra el Gobierno legítimo de España, sólo por acceder al poder y colocar a toda la purria de descamisados que les acompaña, ahora ya con corbata.
En España hay muchos presos políticos (posiblemente tantos como al final del franquismo) y no son precisamente los de ETA, esos son unos criminales que deben estar en la cárcel, y todavía se permiten el lujo de campear por la vida de víctimas del Estado español, abanderados por De Juan Chaos, con la estudiada mirada para otro lado de los que detentan el poder, para no perjudicar su estrategia electoral de permanencia, aferrados a sus poltronas y las prebendas que disfrutan a costa del sufrimiento de los demás. El genocidio cultural de los españoles, como en el nacismo se hacía con los judíos, consiste en ir apartando a los diferentes y discrepantes de la vida pública, negándoles cualquier oportunidad o metiéndoles en la cárcel directamente.
¡Gobierno miserable!. ¡Mezquino socialismo!. PSOE, NUNCA MÁS.
Biante de Priena