desde 2.006 en Internet

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Sí a la democracia, no a la usurpación, la impostura y el fraude







Si alguien se decide algún día a observar los resultados de las pasadas elecciones europeas con detalle, se dará cuenta de una curiosidad, salvo en Bélgica y Luxemburgo que está multado no acudir a votar, en la inmensa mayoría de los países no se ha alcanzado el 50 % de votos a todos los partidos. Es decir, la representación política está sobredimensionada en favor de los partidarios, para ocultar la realidad electoral, que no es otra que la mayoría de los europeos (57 %) no han votado por ningún partido en las pasadas elecciones continentales.

Por el arte del birle, los políticos representan a los que les apoyan y a los que no lo hacen. Verán ustedes, la cuestión no es baladí, cuando en un parlamento como el europeo con 751 miembros, tendría que haber exclusivamente 323 asientos para sus señorías ocupados, y los 438 restantes vacíos, a los que habría que sumar el 3 % más entre votos blancos y nulos, por lo que nos quedaríamos aproximadamente en 300 eurodiputados si la representación fuera real y no artefactada por el poder, en su interés.

Digo que la cuestión no es baladí, porque las tres sedes del Parlamento Europeo (Bruselas, Estrasburgo, Luxemburgo) nos cuestan 250 millones de euros al año, y cada eurodiputado nos sale por unos 30.000 euros, de los que más de 7.700 euros son el salario del representante.

Todos los meses nos gastamos los europeos  13,5 millones de euros en los 451 que no deberían estar representados si se contabilizaran exclusivamente los apoyos de los que acudieron a votar en las elecciones. Lo que supone que nos ahorraríamos 162 millones de euros cada año, por cinco de legislatura, 810 millones de euros.

Cuando un ciudadano no acude a votar por ningún partido, está ejerciendo el mismo derecho democrático que aquellos que acuden a votar por algún partido. La mayoría de los ciudadanos que no acuden a votar, posiblemente estén hartos de seguir pagando “el circo” que se han montado los de la minoría que apoya a partidos y los propios partidos.

Esta solemne barbaridad en las democracias europeas del siglo XXI sería algo así como que todos los ciudadanos tuviéramos que pagar los gastos que se ocasionan con los equipos de fútbol cuando se enfrentan en un partido, los sindicatos y partidos  que representan exclusivamente a sus seguidores, los aeropuertos y trenes de alta velocidad sin pasajeros, las Cajas de Ahorros quebradas, o las instituciones inútiles como el Tribunal de Cuentas o la Fiscalía General del Estado en España, que sólo sirven para tapar la corrupción que se comete en la política a los ojos de los ciudadanos.

No hay razón democrática que nos obligue a pagar por aquello que nos imponen, no necesitamos y además puede utilizarse en contra de los intereses generales. Creo que la política de austeridad debería comenzar por una cuestión muy sencilla: que no nos hagan pagar a los ciudadanos, y fundamentalmente a los que no acudimos a votar por ellos en las elecciones, las chorradas de los políticos en nombre de la democracia, cuando es exclusivamente en su beneficio e interés. Debería desgravar no acudir a las urnas en proporción a toda la corrupción política que se descubra en la legislatura, al fin y al cabo, no debemos pagar los que no jugamos nuestro destino en el casino electoral, por los errores que cometen los ludópatas de las papeletas, que luego traen como consecuencia los desmadres de sus elegidos. No es justo, ni equitativo. ¡Que lo paguen los que juegan a "demócratas" en esta falacia demagógica!

Si los que acuden a votar quieren tener un eurodiputado, que se lo paguen, nos cuesta cada uno 30.000 euros al mes, más unos cuantos millones de euros en correspondencia con los gastos que ocasionan las instituciones. Pues me parece fenomenal, se divide el total, por ejemplo en España los eurodiputados nos salen por 20 millones de euros cada año, votan 10 millones de españoles en las europeas, pues con cada voto que dejen 10 euros para pagar sus gastos durante la legislatura. No vamos a pagar encima los que no vamos a votar el estropicio que organizan estos mafiosos

Es hora de que las cosas cambien en Europa y en España, la representación política convencional ha muerto, el sufragio censitario de los colocados por los partidos para vivir en el Olimpo, mientras derrochan, dilapidan, se corrompen y defraudan se ha acabado. No podemos permitirnos una mafia política por encima  de nuestras posibilidades, que además sólo nos sirve para complicar cada día más las cosas.

Enrique Suárez
  

Enlaces Relacionados

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...