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lunes, 5 de mayo de 2014

Los españoles se alejan de los partidos políticos

"Desde la aparición del Estado constitucional y más completamente desde la instauración de la democracia, el demagogo es la figura típica del líder político en Occidente." Max Weber

Han tenido que transcurrir casi cuarenta años, el mismo tiempo que estuvo Franco en el poder, para que los españoles se comiencen a percatar de que en la política de este país no es oro todo lo que reluce, más bien son los focos de los medios de comunicación que los políticos subvencionan y nosotros pagamos con nuestros impuestos los que iluminan la tenebrosa realidad que se representa en la política española.

De la necedad de un iluminado como Zapatero hemos pasado al desprecio de un asombrado como Rajoy, y a una patulea de corifeos danzantes que aspiran a sustituir las viejas momias de los grandes partidos nacionales, por matrioskas de intereses que rivalizan en estupidez con aquellos que pretenden desalojar. Que UPyD o IU ganen votos sólo es signo de la desinformación en la que viven los españoles, pues el modelo que defiende el partido de Rosa Díez es el mismo federalismo que defiende el PSC y no se atreve a promover ni el PSOE; en cuanto a los de Cayo Lara, serían capaces de acabar con el país con tal de meter sus solidarias manos en el cajón de lo público y colocar a todos los que tienen en lista de promoción.

¿Qué puede cambiar en España con más presencia en el Parlamento Europeo de los afines a Rosa Díez y Cayo Lara y menos presencia de los afines a Rubalcaba y Rajoy?, se lo puede decir anticipadamente: nada. Bueno, que lograremos que 54 españoles, con poco mérito y mucha geta, hayan resuelto su vida por cinco años, pues el sueldo mensual antes de impuestos de cada parlamentario europeo de 7.956 euros, cifra que se elevará en el próximo mes de junio, más las asignaciones correspondientes a sus partidos y todos los enchufados que contraten como administrativos, asesores, eso sin contar los complementos que reciban.

Cambiar a unos por otros en el poder, cuando el poder está corrupto desde sus mismas raíces hasta su más elevada cúspide, no puede cambiar absolutamente nada. Ni con el PSOE, ni con el PP, ni con UPyD, ni con IU, ni por supuesto con todas las opciones nacionalistas, que sólo pretenden transferir el poder para recoger más dinero y repartirlo selectivamente entre todos los que trincan.

Mientras existan demagogos, y sólo demagogos, en la representación política de este país no hay nada que hacer, más que aplaudir la demagogia, que permite la corrupción o quedarse en casa viendo quién ofrece más por el voto, para ocultar todo lo que piensa llevarse cuando se lo concedan. El problema de los partidos políticos españoles es sólo uno, en la antigua Grecia se conocía como hibrys y se podría traducir como desmesura, la extrema ambición de los poderosos, se sostiene en el engaño hacia aquellos que confiaron en ellos. ¿Han visto ustedes algún político de cualquier partido salir en la televisión y decir abiertamente, señores todo esto es una mierda, aquí robamos todos todo lo que podemos, para eso nos hemos creado una justicia a la medida y hemos comprado los medios de comunicación con su dinero, los públicos y los no públicos?, ni lo verán.

La casta se desinfla

Pero ciertamente parece que algo va a cambiar a partir de las próximas elecciones europeas, en un blog cuyo título es Radio Gramsci, nos relatan que corre por los mentideros de la Corte una encuesta privativa (de las que no se hacen públicas) publicada a finales del año pasado, que dice que la abstención en las próximas elecciones europeas superará el 75 %, con una pérdida de votos de 9,1 millones entre el PSOE y el PP ( 6,2 millones el PP, 2,9 millones el PSOE), pero también de los nacionalistas (CIU perdería medio millón, el PNV cien mil votos, al igual que BNG), que nunca se verían compensados por el crecimiento de IU en cuatrocientos mil votos y el de UPyD en ciento cincuenta mil, a los que se sumarían los 70.000 votos más que obtendría ERC.

De hecho los grandes partidos ya reconocen abiertamente que la abstención será la mayor de la historia de la demagogia a la que ellos denominan democracia, y superará el 60 %. En la última encuesta realizada sobre el rechazo de los políticos españoles, se produjo una cifra desconocida hasta entonces: el 83 % de los españoles rechazan los partidos políticos existentes y los consideran las instituciones más corruptas.

Recientemente se ha dicho en este blog, que la cifra de deslegitimación del sistema tendría que superar los 2/3 del electorado, es decir el 66,7 % de abstención, a partir de esa cifra, las cosas pueden cambiar y hacerlo deprisa, porque un tercio de los convocados no puede legitimar en una democracia lo que hagan los políticos que han sido rechazados en su totalidad, por dos tercios de los convocados a las urnas.

A pesar de la propaganda y las intoxicaciones que los políticos de todos los partidos van a regalarnos de aquí al 25 de mayo, no creo que en esta ocasión se salgan con la suya, después de haber silenciado que han logrado entre  todos que retrocedamos veinte años económicamente y más de cien políticamente hasta la época del “turnismo” en que los dos grandes partidos de la época se sucedían en el poder para repartirse los privilegios y beneficios a costa de los españoles.

Existe tanta corrupción en este país que no sería extraño que se diera un pucherazo, cuando son los principales partidos los que seleccionan a aquellos que deben realizar el recuento definitivo de los votos en la Junta Electoral Central y también a los jueces afines que deben levantar testimonio de la pureza democrática de las elecciones. Tampoco sería de extrañar que ocurriera algún acontecimiento notorio que obligara a los españoles a cambiar de opinión a última hora por el miedo a algo peor de lo que existe, como ocurrió en el 23-F, en el GAL, o el 11-M.

Se juegan demasiado para permitir que el proceso electoral sea limpio, ¿si han sido capaces de esquilmar un país dejando seis millones de ciudadanos en el paro, incrementando la pobreza,  endeudándonos en más de 600.000 millones de euros, desfalcando en 300.000 millones de euros las Cajas de Ahorros, y no reconociendo siquiera participación en los casos de corrupción más bochornosos de este país (EREs, Gürtell, Marea, Palau, Bárcenas, Noos….), ¿cómo no van a ser capaces de poner unos cuantos miles o millones de votos acumulados en las actas electorales, una vez que han salido del control de ciudadanos independientes de los partidos políticos, como son los presidentes y vocales de las mesas electorales?.

Semejante tontería sería como pensar que la mafia se ha vuelto no violenta tras comprobar estadísticamente el crecimiento de la criminalidad. El que tiene condición de depredador, siempre depreda, depreda el dinero, y depreda cualquier posibilidad de ser juzgado de forma independiente y tener que dar explicaciones de sus delitos y devolver lo que se ha llevado.

Yo no me fío de este puterío

Enrique Suárez





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