"Desde la
aparición del Estado constitucional y más completamente desde la instauración
de la democracia, el demagogo es la figura típica del líder político en
Occidente." Max
Weber
Han tenido que transcurrir casi cuarenta años, el mismo
tiempo que estuvo Franco en el poder, para que los españoles se comiencen a
percatar de que en la política de este país no es oro todo lo que reluce, más
bien son los focos de los medios de comunicación que los políticos subvencionan
y nosotros pagamos con nuestros impuestos los que iluminan la tenebrosa
realidad que se representa en la política española.
De la necedad de un iluminado como Zapatero hemos pasado al
desprecio de un asombrado como Rajoy, y a una patulea de corifeos danzantes que
aspiran a sustituir las viejas momias de los grandes partidos nacionales, por
matrioskas de intereses que rivalizan en estupidez con aquellos que pretenden
desalojar. Que UPyD o IU ganen votos sólo es signo de la desinformación en la
que viven los españoles, pues el modelo que defiende el partido de Rosa Díez es
el mismo federalismo que defiende el PSC y no se atreve a promover ni el PSOE;
en cuanto a los de Cayo Lara, serían capaces de acabar con el país con tal de
meter sus solidarias manos en el cajón de lo público y colocar a todos los que
tienen en lista de promoción.
¿Qué puede cambiar en España con más presencia en el
Parlamento Europeo de los afines a Rosa Díez y Cayo Lara y menos presencia de
los afines a Rubalcaba y Rajoy?, se lo puede decir anticipadamente: nada. Bueno, que lograremos que 54 españoles, con poco mérito y mucha geta, hayan resuelto su vida por cinco años, pues el sueldo mensual antes de impuestos de cada parlamentario europeo de 7.956 euros, cifra que se elevará en el próximo mes de junio, más las asignaciones correspondientes a sus partidos y todos los enchufados que contraten como administrativos, asesores, eso sin contar los complementos que reciban.
Cambiar a unos por otros en el poder, cuando el poder está
corrupto desde sus mismas raíces hasta su más elevada cúspide, no puede cambiar
absolutamente nada. Ni con el PSOE, ni con el PP, ni con UPyD, ni con IU, ni
por supuesto con todas las opciones nacionalistas, que sólo pretenden
transferir el poder para recoger más dinero y repartirlo selectivamente entre
todos los que trincan.
Mientras existan demagogos, y sólo demagogos, en la
representación política de este país no hay nada que hacer, más que aplaudir la
demagogia, que permite la corrupción o quedarse en casa viendo quién ofrece más
por el voto, para ocultar todo lo que piensa llevarse cuando se lo concedan. El
problema de los partidos políticos españoles es sólo uno, en la antigua Grecia
se conocía como hibrys y se podría traducir como desmesura, la extrema ambición
de los poderosos, se sostiene en el engaño hacia aquellos que confiaron en
ellos. ¿Han visto ustedes algún político de cualquier partido salir en la
televisión y decir abiertamente, señores todo esto es una mierda, aquí robamos
todos todo lo que podemos, para eso nos hemos creado una justicia a la medida y
hemos comprado los medios de comunicación con su dinero, los públicos y los no
públicos?, ni lo verán.
La casta se desinfla
Pero ciertamente parece que algo va a cambiar a partir de las
próximas elecciones europeas, en un blog cuyo título es Radio Gramsci, nos relatan que corre por los mentideros de la Corte una encuesta privativa (de las
que no se hacen públicas) publicada a finales del año pasado, que dice que la abstención en las próximas elecciones
europeas superará el 75 %, con una pérdida de votos de 9,1 millones entre el
PSOE y el PP ( 6,2 millones el PP, 2,9 millones el PSOE), pero también de los
nacionalistas (CIU perdería medio millón, el PNV cien mil votos, al igual que
BNG), que nunca se verían compensados por el crecimiento de IU en cuatrocientos
mil votos y el de UPyD en ciento cincuenta mil, a los que se sumarían los
70.000 votos más que obtendría ERC.
De hecho los grandes partidos ya reconocen abiertamente que
la abstención será la mayor de la historia de la demagogia a la que ellos
denominan democracia, y superará el 60 %. En la última encuesta realizada sobre el rechazo de los políticos españoles, se produjo una cifra desconocida hasta entonces: el 83 % de los españoles rechazan los partidos políticos existentes y los consideran las instituciones más corruptas.
Recientemente se ha dicho en este blog, que la cifra de deslegitimación del sistema tendría que superar los 2/3 del electorado, es
decir el 66,7 % de abstención, a partir de esa cifra, las cosas pueden cambiar
y hacerlo deprisa, porque un tercio de los convocados no puede legitimar en una
democracia lo que hagan los políticos que han sido rechazados en su totalidad,
por dos tercios de los convocados a las urnas.
A pesar de la propaganda y las intoxicaciones que los
políticos de todos los partidos van a regalarnos de aquí al 25 de mayo, no creo
que en esta ocasión se salgan con la suya, después de haber silenciado que han
logrado entre todos que retrocedamos
veinte años económicamente y más de cien políticamente hasta la época del “turnismo”
en que los dos grandes partidos de la época se sucedían en el poder para
repartirse los privilegios y beneficios a costa de los españoles.
Existe tanta corrupción en este país que no sería extraño que
se diera un pucherazo, cuando son los principales partidos los que seleccionan
a aquellos que deben realizar el recuento definitivo de los votos en la Junta
Electoral Central y también a los jueces afines que deben levantar testimonio
de la pureza democrática de las elecciones. Tampoco sería de extrañar que
ocurriera algún acontecimiento notorio que obligara a los españoles a cambiar
de opinión a última hora por el miedo a algo peor de lo que existe, como
ocurrió en el 23-F, en el GAL, o el 11-M.
Se juegan demasiado para permitir que el proceso electoral
sea limpio, ¿si han sido capaces de esquilmar un país dejando seis millones de
ciudadanos en el paro, incrementando la pobreza, endeudándonos en más de 600.000 millones de
euros, desfalcando en 300.000 millones de euros las Cajas de Ahorros, y no
reconociendo siquiera participación en los casos de corrupción más bochornosos
de este país (EREs, Gürtell, Marea, Palau, Bárcenas, Noos….), ¿cómo no van a
ser capaces de poner unos cuantos miles o millones de votos acumulados en las
actas electorales, una vez que han salido del control de ciudadanos
independientes de los partidos políticos, como son los presidentes y vocales de las mesas electorales?.
Semejante tontería sería como pensar que la mafia se ha
vuelto no violenta tras comprobar estadísticamente el crecimiento de la
criminalidad. El que tiene condición de depredador, siempre depreda, depreda el
dinero, y depreda cualquier posibilidad de ser juzgado de forma independiente y
tener que dar explicaciones de sus delitos y devolver lo que se ha llevado.
Yo no me fío de este puterío
Enrique Suárez
Ciudadanos en la Red: Los españoles se alejan de los partidos políticos http://t.co/vnZ0tJ3gOu
— Enrique Suárez (@biantedepriena) Mayo 5, 2014