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lunes, 13 de septiembre de 2010

La sharia laboral y los talibanes sindicales


Hay pocas diferencias entre los sindicalistas de UGT y CCOO y los talibanes islámicos de Al Qaeda, todos ellos se guían por principios dogmáticos para ejercer su tiranía, unos fundamentándose en las enseñanzas del Islam según su interpretación y otros recreándose en la éxegesis del marxismo. Ver un piquete de liberados sindicales en acción es una de las experiencias que más nos pueden aproximar a la forma de actuar los talibanes con aquellos que no comparten sus ideas. Hoy mismo, Cándido Méndez a denunciado a Esperanza Aguirre por reducir 2000 liberados sindicales en Madrid que nos cuestan 77 millones de euros al año.

El sindicalismo de clase está agotado en España, fundamentalmente por su participación activa y silenciosa en la creación de más de tres millones de nuevos parados (sumando todos los que buscan trabajo) en connivencia con el Gobierno del PSOE de Rodríguez Zapatero.

UGT y CCOO que en los últimos seis años han perdido aproximadamente 300.000 afiliados saben que se la juegan en la próxima Huelga General que han convocado para limpiar su deteriorada imagen de explotación de los parados, por medio de su conservación en los rediles sindicales en los que les ofrecen todos los cursos que permitan sacarse un sobresueldo a los liberados y contratar a los hijos y nietos de los que mandan.

El sindicalismo de clase no pacta con los Gobiernos, no dejando parados en el camino, que son como la carne de cañón de recibir los beneficios que les procura el Gobierno porque permanezcan callados. La huelga general va a ser un fracaso, entre otras razones porque está hecha contra los empresarios y no contra el Gobierno.

Parece mentira que gente tan ignorante como los talibanes Méndez y Toxo sigan tratando de convencer a los españoles de que son ellos quienes defienden a los trabajadores como una clase homogénea. Los sindicatos solamente defienden los intereses de sus patrocinados liberados, son una organización mafiosa que juega con el trabajo de la gente para seguir viviendo en el privilegio de los brazos cruzados.

No se han enterado todavía estos talibanes de que España es además de el país avanzado con más paro del mundo (20,3 %), el lugar donde la productividad laboral es una de las más bajas de Europa, y que esta crece a menos de la mitad del ritmo que otros países vecinos. No se han enterado de que el World Economic Forum ha señalado que España ha pasado en competitividad del puesto 23 en el año 2003, al 42 del mundo en el año 2009. Y esto a pesar de que en España hay un 13 % de población inmigrante, que multiplica por dos a la población autóctona, y tiene entre el doble y el triple de productividad que los españoles oriundos.

Recientemente el Fondo Económico Internacional ha denunciado que la estructura laboral existente en España es más apropiada para países del tercer mundo que para un país europeo. La mayoría de los organismos internacionales independientes han considerado que la estructura laboral en España es el elemento que más está perjudicando a nuestra salida de la crisis económica.

Sin embargo, a estos lumbreras que dirigen los sindicatos, no se les ocurre más que promover una Huelga General contra la creación de empleo y las reformas imprescindibles del mercado laboral si queremos continuar siendo un país de la Unión Europea, perdonándole los errores al gobierno del PSOE, que es gracias a su tremenda ineptitud e incapacidad el principal causante del incremento del paro en este país a cifras absolutas jamás alcanzadas.

Para resolver los problemas que tenemos los españoles no se les ha ocurrido otra cosa que inventar “la sharia laboral”, que es la ley sagrada que pemite que unos sindicalistas vivan como señores de la aristocracia laboral, mientras que el país va camino de los cinco millones de parados.

La huelga general va a ser un estrepitoso fracaso, nos vamos a hartar escuchando a los del gobierno del PSOE promoverla, diciendo que los derechos sindicales son fundamentales y que respetan aunque no comparten la convocatoria de paro general de los sindicatos. ¿Pero cómo se puede ser tan mentecatos para querer convencer a los que han perdido el trabajo gracias a la cohesión de gobierno-sindicatos de clase de que la protesta es imprescindible?. No sé, pero sería lo mismo que convencer a los parados de que están sin trabajo porque realmente no quieren trabajar, y no por qué gracias a los sindicatos talibanes y el gobierno fundamentalista han eliminado con su opresión devastadora la creación de empleo, asfixiando la economía, dilapidando los recursos públicos, y convirtiendo en absolutamente dependiente a una población de desempleados que amenaza con cargarse toda la estructura económica del país si no se pone remedio, y todo ello, mientras los países de nuestro entorno económico ya están reduciendo el paro y mejorando sin prisa pero sin pausa, su economía, mientras aquí todavía no sabemos siquiera la profundidad del abismo en el que estamos, gracias entre otras cosas a “la sharia laboral” y los talibanes de los sindicatos.

Biante de Priena

Fósiles políticos


Partidarios

Nos vamos acercando a un cambio de paradigma social, los avances culturales están transformando despacio la sociedad de masas concebida por el poder en una sociedad de seres humanos libres concebida por los ciudadanos; esos seres humanos que quieren recobrar su integridad, identidad, y libertad, para dejar de ser carne de cañón en la explotación de todos los poderes y los grupos privilegiados que expolian la sociedad. Las nuevas tecnologías que permiten la información y la comunicación instantáneas y el hartazgo inconcebible de las nefastas y nefandas acciones de los políticos, auténticos indigentes intelectuales, más propios del siglo XIX que del siglo XXI, va fraguando el metal que acabará con los funambulismos de la posibilidad y la rentabilidad propia de la representación pública.

La próxima etapa de la civilización occidental no será entre partidarios de las izquierdas y partidarios de las derechas, algo absolutamente superado menos por los telediarios que difunden la información que sostiene a los tiranos alzados por sus partidarios en el poder, en diversas formas de oclocracia y behetría. El conflicto del siglo XXI será entre partidarios y ciudadanos libres.

El poder se apoya en sus partidarios, sean de izquierdas, derechas o nacionalistas. Unas veces triunfan unos y otras otros. El triunfo siempre proviene más de la propaganda y la manipulación de la información que de los alcances logrados, siempre son promesas lo que guían el discurso de los podersos, más que constatación del cumplimiento de las promesas anteriores. Los partidarios son fieles de una doctrina dogmática que considera que su ideología es la única verdadera, la única que transforma el mundo en su interés, la única que realmente merece la pena. Los partidarios son victimas de los engaños de los políticos, que siempre reinciden en su error, configurando la democracia como un instrumento que deteriora permanentemente la vida social armónica, equilibrada. Muchos de los políticos que repreentan a los ciudadanos partidarios, serían incapaces siquiera de ser presidentes de su comunidad de vecinos, sin armar algún grave conflicto, creando problemas sin cesar.

Ciudadanos Libres

Sin embargo, cada día son más ciudadanos los que se declaran no partidarios, es decir libres de la esclavitud de tener que defender la ideología que apoyan sus familias, amigos o compañeros de trabajo, cada día son más los rebeldes que piensan por sí mismos lo que les conviene y deciden en consecuencia, sin mirar a otro lado que a sus intereses personales, que acumulados conforman el interés general de la sociedad.

El único problema al que se enfrentan estos ciudadanos libres es su configuración operativa, pues doscientos años de partidos políticos y cincuenta años de opresión informativa permanente no permiten liberarse de lo existente con facilidad. Pero es fácil detectarlos en una conversación rápidamente, los ciudadanos libres son los que consideran que da igual que gobierne un partido que otro, porque a la larga ellos saldrán perjudicados, la democracia no puede quedar restringida a la elección del que menos daño se espera que nos haga.

Estos ciudadanos están conformando de forma espontánea un antipartido político, que en resumen es una nueva facción que busca su participación en la política superando los modelos de organización política existentes, una facción que se enfrentará a todos los partidos políticos por igual, evitando caer en la trampa del maniqueismo de preferencia de la menos mala de las alternativas.

La revolución del poder ciudadano

Es difícil establecer cuanto tiempo tardarán en configurarse las facciones no partidarias conformadas por ciudadanos libres, en las que la autoridad provenga de la horizontalidad en los criterios en la decisión democrática directa y no de la jerarquización de las decisiones conformada en el autoritarismo partidario, sea colectivo o individual. Los partidos políticos han comenzado su agonía. El futuro se escribirá desde la individualidad y la libertad. ¿Por qué razón van a representarnos otros si somos capaces de representarnos a nosotros mismos?. La libertad avanza más cada día para abrir las puertas de nuestras cárceles mentales, mientras que el poder, en su representación partidaria, se atrinchera en el más de lo mismo, mostrando su incapacidad de evolucionar y ofrecer el cambio que la sociedad demanda.

Al contrario que lo ocurrido en las revoluciones de finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, ahora no será necesario ejercer la violencia para apartar a los absolutistas dogmáticos del poder, sencillamente con dejar de atenderlos se desvanecerán, porque es nuestra atención, y no su esencia, lo que les mantiene vivos. Vamos hacia el poder ciudadano, que será un poder colectivo que se representará a sí mismo, un poder soberano, configurado en la unión de los ciudadanos contra el poder y los partidarios de que las cosas sigan igual que hasta ahora.

El mejor partido político es el partido político muerto, si nadie está en posesión de la verdad, los políticos tampoco lo están con sus dogmas y doctrinas, son un vestigio del pasado que reciben su energía del poder y no de los ciudadanos representados. El parte meteorológico de la historia anuncia vientos huracanados de libertad que van a arrasar con todo lo inútil e inservible. Sólo permanecerá lo auténtico y los partidos políticos son la apoteosis de la hipocresía y el embaucamiento, son dinosaurios burocráticos y sectarios al comienzo de su extinción. Estamos en el mismo inicio de una nueva era, una nueva etapa de la civilización en libertad, que convertirá en fósiles las actuales estructuras de poder y a los que viven de ellas y de nosotros.

Biante de Priena

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