Tras un par de años de análisis cotidianos de la realidad política española, se pueden extraer algunas conclusiones interesantes. Quizás la más importante sea que los problemas de los españoles están cada vez más próximos a su solución. Sé que algunos lectores no compartirán el optimismo del autor del artículo, pero trataré de justificar el posicionamiento.
El PSOE es un partido corrupto, sectario, impresentable en una democracia que no sea bananera, pero con once millones de votantes despistados. Pero al mismo tiempo, los españoles no están ciegos ante la apariencia de normalidad política que se promueve desde el Gobierno como se muestra en una reciente encuesta, en la que un 76 % de los consultados consideran que no se sabe la auténtica realidad de lo ocurrido el 11-M, y eso después de haberse juzgado el caso. Hay una importante contradicción.
Hace dos años, cuando comenzaba su andadura este blog, Ciudadanos en la Red, apenas algún artículo de muy contados periodistas hablaba de la realidad secesionista de las comunidades mal denominadas "históricas",(porque tal falacia no puede admitirse, hay comunidades con mucha más historia de independencia que Cataluña, País Vasco, o Galicia, como Asturias o Aragón, que no son denominadas históricas, y deberían serlo, pero como no utilizan “hechos diferenciales” para aprovecharse de su condición, son comunidades “normales”, estandar, sin privilegios). Repito, las preocupaciones políticas de los españoles no eran precisamente los temas relacionados con el nacionalismo, hoy no hay español que deje de saber que otros españoles tratan de aprovecharse de los demás, haciendo valer sus supuestas diferencias. Cada día somos más los que les decimos a los “naciotraficantes” que en este país todos somos igual de diferentes, no hay ninguna diferencia que justifique la opresión, el privilegio, o la estafa a la que nos someten.
Sin respuesta desde la política
También hace dos años había un Partido Popular que defendía la unidad de España como garantía de libertad e igualdad de los españoles, pero se ha apeado de su trayectoria para competir electoralmente con las reglas de sus adversarios.
Surgió un partido impulsado por “intelectuales”, de nombre Ciutadans, que se extinguió por sus propios errores al convertirse en no nacionalista catalán, porque ese era el interés de sus mentores, para descalabrar cualquier alternativa de resistencia a la opresión nacionalista y socialista de los españoles en Cataluña.
Más tarde, Rosa Díez dijo que iba a defender a los derechos de los ciudadanos, y llegó al Parlamento por una opción que lleva el término “unión” en su marca. Pero lo que se ve es que va a defender un modelo de Estado como el del PSOE, sin las barbaridades que le ha incorporado Zapatero, que podríamos denominar como “socialismo constitucional”. Pero a fecha actual se observa que UPyD sigue siendo más socialista que constitucionalista, y lleva mal remedio que cambie de destino, porque sus dirigentes son incapaces de comprender que lo que se requiere es la defensa transversal de la Constitución, no están a la altura de lo que se necesita, tiempo perdido dedicarse a la construcción de un instrumento inútil, para cambiar la realidad, aunque posiblemente sea útil si le resta poder al PSOE, que ese es su principal objetivo.
Millones de españoles huérfanos políticos, esperan una solución que provenga de los partidos políticos, que habrían de ser sus representantes legítimos, pero en realidad sólo son sus representantes democráticos, porque la legitimidad la han perdido en el mismo instante que juegan fuera del tablero de la ley, que manipulan la justicia, que no respetan la Constitución, que pactan sobre la justicia otra cosa que no sea su independencia.
Millones de españoles esperamos una solución política que no llegará, porque el Estado se ha convertido en enemigo de la Nación española, y los políticos que tenemos son representantes del Estado que les da de comer, y abjuran de la Nación, la Constitución, y el régimen democrático se les ha quedado estrecho para implantar sus veleidades, y tienen que traspasar la barrera de la legitimidad política para asfixiar la libertad de los ciudadanos representada legítimamente en sus derechos.
Está claro que el programa político de Zapatero nada tiene que ver con las necesidades de los españoles, se ha hecho tan sectario como en Andalucía o Venezuela, y defiende exclusivamente los intereses de los grupos de presión que le apoyan: feministas, homosexuales politizados, ecologistas de salón, defensores de la paz, destructores de cualquier signo de identidad español, vividores del subsidio permanente, inmigrantes sometidos, y demás rentistas de lo ajeno. Está claro que la oposición no tiene capacidad para oponerse a esta tiranía de una forma de ver las cosas minoritaria, está claro que en la política no hay solución, ni alternativa.
¿Cuánto nos cuesta Zapatero?
Y también está claro que los españoles estamos hartos de soportar tanta estupidez política que nos ocasiona un retraso evitable con respecto a otros europeos, porque en España no es que se paguen más impuestos por recibir servicios mediocres o malos administrados por políticos ineptos, es que se pagan impuestos para que los políticos conviertan sus delirios en realidad, y con cada delirio de Zapatero o sus alíados nacionalistas, España se aproxima más a la miseria. En situación de bonanza económica apenas se percibe esta coyuntura, pero en una situación de crisis extraordinaria como la que estamos viviendo se acabaron las frivolidades políticas.
Un ejemplo claro, las obras públicas en este país se han detenido porque se ha acabado el dinero, la Ley de Dependencia no se cumple, los proyectos independentistas han tocado techo y lo saben, y ahora quieren sacar lo que puedan y como puedan, porque saben que si Zapatero está obligado a cerrar el grifo (y de paso cerrarles la boca de pedigüeños enriquecidos), porque es incomprensible para cualquiera y más para alguien que se reconoce como socialista, que los más ricos paguen menos y reciban más, que es precisamente lo que está ocurriendo.
Por eso andan desesperados en el País Vasco, en Cataluña, en Baleares y en Galicia, porque se acabó la fiesta y ahora hay que pagar los excesos cometidos, y los nacionalistas van a tener que devolver lo que han robado a España durante estos últimos años de dilapidación económica para construir sus naciones, porque es incomprensible que Cataluña o el País Vasco no avance económicamente, porque Carod Rovira e Ibarretxe quieran seguir en la poltrona y para eso es imprescindible más nacionalismo, más dinero para lo particular contra lo general.
Los ciudadanos españoles no podemos esperar soluciones de la política para esta situación extravagante, pero sí de la economía porque las reivindicaciones políticas de los nacionalistas siempre han sido un envoltorio amable de la avaricia económica que supone en algunas comunidades, después de haber detraído más recursos del Estado que otras, de enriquecerse a costa de todos los españoles, que busquen ahora su independencia fiscal y quedarse con lo usurpado. No hay socialismo que resista tal barbaridad, porque precisamente lo que necesitan las comunidades menos afortunadas es el apoyo de las demás para mejorar su situación, y a eso se oponen los nacionalistas, y también ¡los socialistas!.
Pero en su ceguera no se dan cuenta de que Europa funciona así, los planes de solidaridad europeos son los que han permitido a España ser una potencia económica, y la solidaridad Española será la que permita que los españoles, sin distinción de sexo, raza, creencia o ubicación territorial seamos cada día más iguales en recursos y derechos, porque somos también europeos. A esto se niegan los nacionalistas, pero sin embargo es el programa irrenunciable del socialismo, por eso el PSC, el PSE y el PSGa pretenden hacerse nacionalistas cuanto antes, porque saben que si no lo hacen los nacionalistas territoriales les nominarán como enemigos de los ciudadanos de sus comunidades, y no tendrán posibilidades electorales en ellas.
El PSOE tiene un grave problema, porque de no mantener planteamientos socialistas, UPyD se le va a quedar con los escaños; ha vendido su alma política al nacionalismo por un plato de lentejas electoral que le permita mantenerse en el poder o competir por él en las comunidades “históricas”. Si apoya al nacionalismo, se quedará sin votos en las comunidades “normales”, si no lo apoya se quedará sin votos en las comunidades “históricas”. No puede seguir brindando con cava mientras el resto de los españoles tienen dificultades para llegar a fin de mes, para pagar su hipoteca, sus préstamos, para seguir viviendo.
Por eso soy optimista, Zapatero se ha metido por su extraordinaria ambición política en una trampa que no sólo conducirá a su final, sino al del Partido Socialista Obrero Español. Los españoles podemos hacer dos cosas esperar y ver como termina el desastre, o practicar la eutanasia con el moribundo.
La economía pone las cosas en su sitio
Insisto que la solución de nuestros problemas vendrá de la economía, y el instrumento para resolver nuestras dificultades no puede ser otro que la justicia; la ley está de parte de los ciudadanos, la Constitución nos ampara, y con nuestra Constitución es absolutamente imposible que Zapatero se declare musulmán, cristiano, y judío al mismo tiempo para permanecer en el poder exclusivamente.
Lo invisible, lo que se ha tratado de ocultar a los españoles desde el poder, como todas las cosas que tratan de escatimarse a los ciudadanos, afortunadamente tiene sombra, y con el resplandor de la crisis quedará perfectamente delimitada.
Es posible que Zapatero no coma las uvas en La Moncloa, porque está claro que se ha convertido gracias exclusivamente a su inteligencia política en el nexo común de todos los problemas de los españoles, por lo tanto será el “chivo expiatorio”. La sabiduría castellana es diáfana en sus refranes: “muerto el perro, se acabó la rabia”.
Zapatero siempre ha sido un “mientras tanto”, un “tránsito”, un recreo en el programa estructural de organización política de este país. En el fondo ha sido una concesión que nos hemos hecho los españoles,con un poquito de soberbia, para recuperar la confianza en nosotros mismos, es algo así como si Nadal jugara al tenis con una sola mano .
Este chico de las cejas nos ha salido un émulo de Franco, ha jugado a imprescindible, a sucederse a sí mismo, a "mesías pacificador del mundo", quien lo iba a decir. Las cosas están suficientemente claras.
Lema de campaña para los próximos meses: “¿España o Zapatero?, tu eliges por qué pagas”.
Biante de Priena
El PSOE es un partido corrupto, sectario, impresentable en una democracia que no sea bananera, pero con once millones de votantes despistados. Pero al mismo tiempo, los españoles no están ciegos ante la apariencia de normalidad política que se promueve desde el Gobierno como se muestra en una reciente encuesta, en la que un 76 % de los consultados consideran que no se sabe la auténtica realidad de lo ocurrido el 11-M, y eso después de haberse juzgado el caso. Hay una importante contradicción.
Hace dos años, cuando comenzaba su andadura este blog, Ciudadanos en la Red, apenas algún artículo de muy contados periodistas hablaba de la realidad secesionista de las comunidades mal denominadas "históricas",(porque tal falacia no puede admitirse, hay comunidades con mucha más historia de independencia que Cataluña, País Vasco, o Galicia, como Asturias o Aragón, que no son denominadas históricas, y deberían serlo, pero como no utilizan “hechos diferenciales” para aprovecharse de su condición, son comunidades “normales”, estandar, sin privilegios). Repito, las preocupaciones políticas de los españoles no eran precisamente los temas relacionados con el nacionalismo, hoy no hay español que deje de saber que otros españoles tratan de aprovecharse de los demás, haciendo valer sus supuestas diferencias. Cada día somos más los que les decimos a los “naciotraficantes” que en este país todos somos igual de diferentes, no hay ninguna diferencia que justifique la opresión, el privilegio, o la estafa a la que nos someten.
Sin respuesta desde la política
También hace dos años había un Partido Popular que defendía la unidad de España como garantía de libertad e igualdad de los españoles, pero se ha apeado de su trayectoria para competir electoralmente con las reglas de sus adversarios.
Surgió un partido impulsado por “intelectuales”, de nombre Ciutadans, que se extinguió por sus propios errores al convertirse en no nacionalista catalán, porque ese era el interés de sus mentores, para descalabrar cualquier alternativa de resistencia a la opresión nacionalista y socialista de los españoles en Cataluña.
Más tarde, Rosa Díez dijo que iba a defender a los derechos de los ciudadanos, y llegó al Parlamento por una opción que lleva el término “unión” en su marca. Pero lo que se ve es que va a defender un modelo de Estado como el del PSOE, sin las barbaridades que le ha incorporado Zapatero, que podríamos denominar como “socialismo constitucional”. Pero a fecha actual se observa que UPyD sigue siendo más socialista que constitucionalista, y lleva mal remedio que cambie de destino, porque sus dirigentes son incapaces de comprender que lo que se requiere es la defensa transversal de la Constitución, no están a la altura de lo que se necesita, tiempo perdido dedicarse a la construcción de un instrumento inútil, para cambiar la realidad, aunque posiblemente sea útil si le resta poder al PSOE, que ese es su principal objetivo.
Millones de españoles huérfanos políticos, esperan una solución que provenga de los partidos políticos, que habrían de ser sus representantes legítimos, pero en realidad sólo son sus representantes democráticos, porque la legitimidad la han perdido en el mismo instante que juegan fuera del tablero de la ley, que manipulan la justicia, que no respetan la Constitución, que pactan sobre la justicia otra cosa que no sea su independencia.
Millones de españoles esperamos una solución política que no llegará, porque el Estado se ha convertido en enemigo de la Nación española, y los políticos que tenemos son representantes del Estado que les da de comer, y abjuran de la Nación, la Constitución, y el régimen democrático se les ha quedado estrecho para implantar sus veleidades, y tienen que traspasar la barrera de la legitimidad política para asfixiar la libertad de los ciudadanos representada legítimamente en sus derechos.
Está claro que el programa político de Zapatero nada tiene que ver con las necesidades de los españoles, se ha hecho tan sectario como en Andalucía o Venezuela, y defiende exclusivamente los intereses de los grupos de presión que le apoyan: feministas, homosexuales politizados, ecologistas de salón, defensores de la paz, destructores de cualquier signo de identidad español, vividores del subsidio permanente, inmigrantes sometidos, y demás rentistas de lo ajeno. Está claro que la oposición no tiene capacidad para oponerse a esta tiranía de una forma de ver las cosas minoritaria, está claro que en la política no hay solución, ni alternativa.
¿Cuánto nos cuesta Zapatero?
Y también está claro que los españoles estamos hartos de soportar tanta estupidez política que nos ocasiona un retraso evitable con respecto a otros europeos, porque en España no es que se paguen más impuestos por recibir servicios mediocres o malos administrados por políticos ineptos, es que se pagan impuestos para que los políticos conviertan sus delirios en realidad, y con cada delirio de Zapatero o sus alíados nacionalistas, España se aproxima más a la miseria. En situación de bonanza económica apenas se percibe esta coyuntura, pero en una situación de crisis extraordinaria como la que estamos viviendo se acabaron las frivolidades políticas.
Un ejemplo claro, las obras públicas en este país se han detenido porque se ha acabado el dinero, la Ley de Dependencia no se cumple, los proyectos independentistas han tocado techo y lo saben, y ahora quieren sacar lo que puedan y como puedan, porque saben que si Zapatero está obligado a cerrar el grifo (y de paso cerrarles la boca de pedigüeños enriquecidos), porque es incomprensible para cualquiera y más para alguien que se reconoce como socialista, que los más ricos paguen menos y reciban más, que es precisamente lo que está ocurriendo.
Por eso andan desesperados en el País Vasco, en Cataluña, en Baleares y en Galicia, porque se acabó la fiesta y ahora hay que pagar los excesos cometidos, y los nacionalistas van a tener que devolver lo que han robado a España durante estos últimos años de dilapidación económica para construir sus naciones, porque es incomprensible que Cataluña o el País Vasco no avance económicamente, porque Carod Rovira e Ibarretxe quieran seguir en la poltrona y para eso es imprescindible más nacionalismo, más dinero para lo particular contra lo general.
Los ciudadanos españoles no podemos esperar soluciones de la política para esta situación extravagante, pero sí de la economía porque las reivindicaciones políticas de los nacionalistas siempre han sido un envoltorio amable de la avaricia económica que supone en algunas comunidades, después de haber detraído más recursos del Estado que otras, de enriquecerse a costa de todos los españoles, que busquen ahora su independencia fiscal y quedarse con lo usurpado. No hay socialismo que resista tal barbaridad, porque precisamente lo que necesitan las comunidades menos afortunadas es el apoyo de las demás para mejorar su situación, y a eso se oponen los nacionalistas, y también ¡los socialistas!.
Pero en su ceguera no se dan cuenta de que Europa funciona así, los planes de solidaridad europeos son los que han permitido a España ser una potencia económica, y la solidaridad Española será la que permita que los españoles, sin distinción de sexo, raza, creencia o ubicación territorial seamos cada día más iguales en recursos y derechos, porque somos también europeos. A esto se niegan los nacionalistas, pero sin embargo es el programa irrenunciable del socialismo, por eso el PSC, el PSE y el PSGa pretenden hacerse nacionalistas cuanto antes, porque saben que si no lo hacen los nacionalistas territoriales les nominarán como enemigos de los ciudadanos de sus comunidades, y no tendrán posibilidades electorales en ellas.
El PSOE tiene un grave problema, porque de no mantener planteamientos socialistas, UPyD se le va a quedar con los escaños; ha vendido su alma política al nacionalismo por un plato de lentejas electoral que le permita mantenerse en el poder o competir por él en las comunidades “históricas”. Si apoya al nacionalismo, se quedará sin votos en las comunidades “normales”, si no lo apoya se quedará sin votos en las comunidades “históricas”. No puede seguir brindando con cava mientras el resto de los españoles tienen dificultades para llegar a fin de mes, para pagar su hipoteca, sus préstamos, para seguir viviendo.
Por eso soy optimista, Zapatero se ha metido por su extraordinaria ambición política en una trampa que no sólo conducirá a su final, sino al del Partido Socialista Obrero Español. Los españoles podemos hacer dos cosas esperar y ver como termina el desastre, o practicar la eutanasia con el moribundo.
La economía pone las cosas en su sitio
Insisto que la solución de nuestros problemas vendrá de la economía, y el instrumento para resolver nuestras dificultades no puede ser otro que la justicia; la ley está de parte de los ciudadanos, la Constitución nos ampara, y con nuestra Constitución es absolutamente imposible que Zapatero se declare musulmán, cristiano, y judío al mismo tiempo para permanecer en el poder exclusivamente.
Lo invisible, lo que se ha tratado de ocultar a los españoles desde el poder, como todas las cosas que tratan de escatimarse a los ciudadanos, afortunadamente tiene sombra, y con el resplandor de la crisis quedará perfectamente delimitada.
Es posible que Zapatero no coma las uvas en La Moncloa, porque está claro que se ha convertido gracias exclusivamente a su inteligencia política en el nexo común de todos los problemas de los españoles, por lo tanto será el “chivo expiatorio”. La sabiduría castellana es diáfana en sus refranes: “muerto el perro, se acabó la rabia”.
Zapatero siempre ha sido un “mientras tanto”, un “tránsito”, un recreo en el programa estructural de organización política de este país. En el fondo ha sido una concesión que nos hemos hecho los españoles,con un poquito de soberbia, para recuperar la confianza en nosotros mismos, es algo así como si Nadal jugara al tenis con una sola mano .
Este chico de las cejas nos ha salido un émulo de Franco, ha jugado a imprescindible, a sucederse a sí mismo, a "mesías pacificador del mundo", quien lo iba a decir. Las cosas están suficientemente claras.
Lema de campaña para los próximos meses: “¿España o Zapatero?, tu eliges por qué pagas”.
Biante de Priena