El negocio se llama Demagogia, consiste en que un señor es elevado al gobierno por once millones de irresponsables, que no tienen capacidad para discernir entre un tarugo y un sabio, y los errores que comete el tarugo, los pagan 46 millones de ciudadanos, posiblemente durante los próximos 20 años. Es así de sencillo.
¿Y los aciertos?, pues como resulta improbable que los haya, porque los tarugos suelen equivocarse, no hay nada que repartir, en todo caso, si lo hubiera, sería repartido preferentemente entre los votantes de la secta de la ceja, porque a los demás lo único que han hecho es quitarnos años de bienestar, es decir, pagaremos los errores de José Luis y los once millones de equivocados. ¿Y los qué no hayan votado también?, por supuesto, en este juego de la demagogia el que no juega también paga los errores, no hace falta que participe en el tinglado de conceder representaciones, porque si se abstiene cuentan los que no se han abstenido y siguen saliendo los mismos diputados con 20 millones de votos, que con 30 millones de votos. Dirán algunos que como en el Estatut de Catalunya, que votaron el 38 % y vale para el 100 %, pues sí, así es la demagogia.
¿Y no hay forma de no participar en este juego?, pues no, todos los españoles estamos condenados a jugar de forma obligatoria, queramos o no, porque cuando se hacen unas elecciones el que no participa, concede su elección a los que han participado, aunque esté hasta los mismos de soportar imbéciles que se dedican a vivir fabulosamente a costa de los demás. Y tiene difícil remedio, por qué con que voten mil despistados ya tenemos senado, congreso y todas las instituciones cubiertas, vamos, con este sistema, votando mil ciudadanos sólamente de 46 millones, tendríamos miles de políticos viviendo del momio. ¿Verdad que es un excelente negocio y tremendamente productivo para todos los políticos y los que viven magníficamente a su costa?
Además, los que participan no eligen a sus representantes, sencillamente aceptan y asumen, los que presentan los partidos, y no hay más alternativa. La cosa es sencilla, verán que fácilmente se lo explico, unos señores de un Comité Ejecutivo de un partido deciden a que impresentables presentan en una lista, les hacen una gran campaña de propaganda, y controlan los medios para que otros no puedan hacerla, así se puede elegir entre los que se ofrecen, nunca entre los que se demandan.
Así que si un señor poderoso dice que por una circunscripción se van a presentar Belén Esteban y Ramoncín, ustedes pueden elegir a uno o a otro, o no elegir a ninguno porque no le parecen adecuados, pero eso no impide que no salga uno de ellos. Así que ustedes tienen la libertad de elegir exclusivamente lo que les ofrezcan, como si van a un supermercado y les ofrecen pan tostado de dos marcas que son una porquería, y ustedes quieren adquirir otra marca que es de mejor calidad, pues nada, pues si quieren comer pan tostado tendrán que comer la marca porquería, o irse a otro supermercado a ver si tienen suerte, pero aquí no hay ni esa posibilidad, por qué sólo hay un supermercado en el que nos ofrecen el pan porquría A y el pan porquería B y no hay más opciones, claro, también pueden comer otras cosas, pero como quieran pan tostado no hay otra
Gracias a esta Demagogia, los que no se hayan equivocado votando a José Luis, pagan los errores de los que sí lo han votado, es decir, pierden dos veces, una por soportar al tarugo y sus electores ufanos, y otra por tener que pagar sus errores, los del tarugo y los de sus electores. ¿Y cuánto tiempo dicen que hay que esperar hasta volver a jugar?. Dos años. Creo que para entonces se habrá roto el tablero y no se podrá jugar más.
Bueno, menos mal que vivimos en una Democracia en España y las cosas no son así, por qué esa forma de actuar de la Demagogia más bien recuerda a una Dictadura.
Biante de Priena
¿Y los aciertos?, pues como resulta improbable que los haya, porque los tarugos suelen equivocarse, no hay nada que repartir, en todo caso, si lo hubiera, sería repartido preferentemente entre los votantes de la secta de la ceja, porque a los demás lo único que han hecho es quitarnos años de bienestar, es decir, pagaremos los errores de José Luis y los once millones de equivocados. ¿Y los qué no hayan votado también?, por supuesto, en este juego de la demagogia el que no juega también paga los errores, no hace falta que participe en el tinglado de conceder representaciones, porque si se abstiene cuentan los que no se han abstenido y siguen saliendo los mismos diputados con 20 millones de votos, que con 30 millones de votos. Dirán algunos que como en el Estatut de Catalunya, que votaron el 38 % y vale para el 100 %, pues sí, así es la demagogia.
¿Y no hay forma de no participar en este juego?, pues no, todos los españoles estamos condenados a jugar de forma obligatoria, queramos o no, porque cuando se hacen unas elecciones el que no participa, concede su elección a los que han participado, aunque esté hasta los mismos de soportar imbéciles que se dedican a vivir fabulosamente a costa de los demás. Y tiene difícil remedio, por qué con que voten mil despistados ya tenemos senado, congreso y todas las instituciones cubiertas, vamos, con este sistema, votando mil ciudadanos sólamente de 46 millones, tendríamos miles de políticos viviendo del momio. ¿Verdad que es un excelente negocio y tremendamente productivo para todos los políticos y los que viven magníficamente a su costa?
Además, los que participan no eligen a sus representantes, sencillamente aceptan y asumen, los que presentan los partidos, y no hay más alternativa. La cosa es sencilla, verán que fácilmente se lo explico, unos señores de un Comité Ejecutivo de un partido deciden a que impresentables presentan en una lista, les hacen una gran campaña de propaganda, y controlan los medios para que otros no puedan hacerla, así se puede elegir entre los que se ofrecen, nunca entre los que se demandan.
Así que si un señor poderoso dice que por una circunscripción se van a presentar Belén Esteban y Ramoncín, ustedes pueden elegir a uno o a otro, o no elegir a ninguno porque no le parecen adecuados, pero eso no impide que no salga uno de ellos. Así que ustedes tienen la libertad de elegir exclusivamente lo que les ofrezcan, como si van a un supermercado y les ofrecen pan tostado de dos marcas que son una porquería, y ustedes quieren adquirir otra marca que es de mejor calidad, pues nada, pues si quieren comer pan tostado tendrán que comer la marca porquería, o irse a otro supermercado a ver si tienen suerte, pero aquí no hay ni esa posibilidad, por qué sólo hay un supermercado en el que nos ofrecen el pan porquría A y el pan porquería B y no hay más opciones, claro, también pueden comer otras cosas, pero como quieran pan tostado no hay otra
Gracias a esta Demagogia, los que no se hayan equivocado votando a José Luis, pagan los errores de los que sí lo han votado, es decir, pierden dos veces, una por soportar al tarugo y sus electores ufanos, y otra por tener que pagar sus errores, los del tarugo y los de sus electores. ¿Y cuánto tiempo dicen que hay que esperar hasta volver a jugar?. Dos años. Creo que para entonces se habrá roto el tablero y no se podrá jugar más.
Bueno, menos mal que vivimos en una Democracia en España y las cosas no son así, por qué esa forma de actuar de la Demagogia más bien recuerda a una Dictadura.
Biante de Priena