A pesar de que todas las encuestas dan como victorioso al partido de Alexis Tsipras, hasta que dentro de
quince días se celebren las elecciones legislativas nada quedará determinado.
Durante el tiempo que queda para los comicios pueden acontecer algunas cosas
que podrán hacer cambiar el resultado que se presume en los sondeos.
En primer lugar, la Prima de
Riesgo ha comenzado a bajar, en una semana ha pasado de 1041 a 875, si sigue
descendiendo Syriza no triunfará en las elecciones. Los datos que manejan los
inversores son más valiosos que las encuestas.
Por otra parte la amenaza que se
cierne sobre Grecia con la expulsión del euro como una alternativa posible,
haría que la deuda griega resultara impagable, provocaría un default sin
precedentes y los griegos no van a jugarse a una ficción imposible su futuro.
A pesar de que Syriza se ha
convertido en una opción de castigo a los partidos que han conformado gobierno,
no ha explicado suficientemente que tiene pensado hacer para resolver el
problema de endeudamiento público que tiene la nación helena. Incluso con sus
planes que cortejan con el comunismo, el gasto público se incrementaría aún
más, lo que haría que la deuda no dejara de crecer.
Aunque el voto griego está muy
decantado por las diversas opciones que se presentan, el partido Nueva
Democracia que gobierna actualmente tiene la ventaja de encontrarse en el
poder, al mismo tiempo que su socio del Passok tiende a la extinción, por tanto
acumulará los votos propios más buena parte de los votos socialistas, que no se
sienten identificados con las propuestas de Tsipras y consideran que su opción
es un embaucamiento a los electores griegos.
Nadie ha tenido en cuenta el
porcentaje de indecisos que acudirán a votar (10-15 %) que de ninguna forma
serán votos para Syriza, partido que no captará indecisos, pues todos sus
apoyos están definitivamente decididos. Los votantes de última hora no votarán
a Syriza.
El sistema electoral griego tiene
una peculiaridad que lo distingue del español, al ganador en las elecciones se
le conceden 50 diputados de los 300 que se dirimen.
El viento europeo juega a favor
del partido Nueva Democracia de Andonís Samarás, que además es el líder
político mejor valorado por los griegos. La estrategia del actual presidente
griego es dejar que se desgaste su máximo rival y ofrecer una alternativa
viable aceptada por los acreedores europeos. Los griegos, en ningún caso,
votarán contra Europa, y la opción de encaje de bolillos que se ha quedado
defendiendo un acuerdo con los demás países de la Unión Europea es la de Nueva
Democracia.
La ventaja que obtendrá con
respecto a Syriza posiblemente no supere el 3 %, pero será suficiente para
formar gobierno con el apoyo de otros partidos minoritarios, al sumarse los 50
diputados del bonus al ganador. Sólo si la prima de riesgo cambia de sentido y
comienza a ascender se podría dar una victoria de Syriza, pero la prima de
riesgo la manejan los acreedores que quieren cobrar su deuda, por tanto, no
dejará de bajar hasta el próximo 25 de enero.
Enrique Suárez