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sábado, 28 de junio de 2008

Velando Armas

Los últimos acontecimientos deportivos y políticos, incluido el Manifiesto cutre-piadoso, han sacado de la superficie informativa la economía de este país, que es el verdadero tsunami que nos amenaza. Esta semana las bolsas han caído batiendo records, el IPC adelantado se ha disparado al 5,1, el porcentaje de interés hipotecario ha crecido aún más, el BEC anuncia subida de intereses; las tarifas eléctricas crecen considerablemente, y se dispara además el coste de vida por diversas razones, hay un incremento del paro importante y la actividad económica nacional tiende al colapso. Estas son, entre otras similares, las noticias de un panorama “apoteósico” para España.

La conclusión de esta devastadora evolución no puede ser más clara: los españoles vamos a pasarlo extremadamente mal de manera inmediata. La reducción del nivel adquisitivo nos va a aproximar a la pobreza, acabando con nuestros ahorros como ya ha acabado con el superavit del Estado. La situación internacional, que empuja en contra, nos traerá además nuevos conflictos sociales, políticos y militares que dificultarán aún más el mantenimiento de la “paz” social y los estándares económicos habituales, y la reunión de todos los factores, auguran más pronto que tarde una época “revolucionaria” de libro estudiada en el bachillerato antiguo.

Es cada día más patente que las preocupaciones de este u otros blogs carecen de utilidad cuando discuten acerca de un Manifiesto, de las declaraciones de unos y otros simulando “diferencias”, de las iniciativas separatistas de un partido de las provincias vascongadas…

Todo eso es anclarse en el pasado, en los detalles, en las enseñanzas, en la propaganda y en el ruido. La verdadera situación de nuestra Nación se verá de inmediato, no por la televisión ni en los periódicos, cada uno la vivirá en su propia vida, como hemos “vivido” el incipiente desabastecimiento alimenticio durante unos días porque un sector laboral se manifestó.

Este es el momento culminante definitivo, que durará un tiempo, y abrirá una ventana para arreglar la Nación, de forma radical, por vez primera en su historia reciente. La degradación económica, jurídica, social, política, moral, educacional… de España es tan severa, que cualquier causa, incluso nimia, será chispa para la hoguera y la catarsis; demasiado tiempo de inacción y razones todas, pero la historia nos brinda la ocasión para cambiar realmente las cosas a los ciudadanos españoles, que sabremos cumplir con nuestras obligaciones civiles y políticas como Dios manda.

Isidro Orozco

Crisis e ignorancia

La lengua, cualquier lengua, no debe formar parte de la política, cualquier política. El manifiesto por la lengua común, es igual que la política sobre violencia de género en nuestro país, no resuelve ningún problema, lo acrecienta, porque el género tampoco forma parte de la política.

La política no respeta nada, y menos con los políticos que tenemos, tratan de acaparar todo lo que le corresponde al ser humano y su cultura, para instrumentalizarlo en función de sus objetivos e intereses. No todo es política.

Si el problema es de opresión de unos ciudadanos contra otros, resuélvase política y jurídicamente sobre los delitos y las causas, no con manifiestos sobre las consecuencias; los manifiestos no pueden sustituir, ni desplazar, en ningún caso, a nuestra Constitución, hacerlo sería una locura.

La política, que es la representación del poder, utiliza cualquier condición humana para sus objetivos. Absorbe todo lo humano, al igual que hace la economía capitalista que termina mercantilizando cualquier aspecto del ser humano, en función del negocio que procure.

No es cierto que la ley que rija el mercado sea la de oferta y demanda, más bien la que lo rige es la de la política económica; las economías occidentales están en su totalidad intervenidas por el Estado, tanto como productor, como consumidor, como recaudador y procurador de servicios. De ahí que la responsabilidad de las crisis, no sean tanto del Mercado, como del Estado, no son tanto monetarias, como financieras.

La inflación crece, porque el Estado interviene, y recauda más de lo que merece por lo que ha hecho, a mayores impuestos más inflación, porque los impuestos funcionan como aranceles sobre las mercancías. El petróleo no sube por la ley de oferta y demanda, sino por el negocio que procura, cuanto más sube, más recauda el Estado, y como en el caso de España y la mayoría de economías occidentales, los Estados han despilfarrado recursos en sus políticas sociales y alegrías aventureras, ahora seremos los ciudadanos los que tengamos que pagar la crisis.

La crisis, cualquier crisis, es exclusivamente para pagar los errores de los Gobiernos, que en vez de regirse por un principio de austeridad y rigor, lo hacen por “las genialidades” de unos ignorantes sobrealzados por el destino.

Los ciudadanos tenemos que pensar que con cada céntimo que se paga de más en la gasolina, estamos fortaleciendo las posiciones de los políticos que decidirán a que se dedica ese céntimo. La inflación, por tanto, también es una forma de hacer más poderosos a los políticos y más débiles a los ciudadanos. Que se sepa.

Y los políticos saben que un pueblo asfixiado es más fácil de dominar, porque tiene menos libertad: seguirá subiendo la inflación, no lo duden. La única crisis que tenemos en España es de ignorancia, que asciende mucho más deprisa que la inflación, mejor dicho, de ignorancia de lo que hacen los que detentan el poder.

La paradoja es que con cada céntimo que pagamos más de impuestos, profundizamos en nuestros problemas, porque quienes lo administran quieren construir un mundo imposible, en el que los que trabajan paguen a los que no dan golpe. Con burros no se puede ganar una carrera de caballos, por eso España pagará mucho más por la crisis que cualquier país occidental. Se nos vienen encima todas las zapateradas juntas, Argentina es nuestro espejo.


Biante de Priena

Exaltación del victimismo sectario

Ahora que “no” estamos en crisis económica, aunque lo parezca, porque si nuestro Presidente del Gobierno dice que tal cosa no existe, tenemos motivos para creer que él, desde “la bondad” que le ha caracterizado, no sería capaz de mentir a los ciudadanos, especialmente a esos once millones que le han preferido democráticamente.

¡Qué grande es la democracia!, que permite alcanzar cotas de poder, de dominio, de bienestar a personas como las que tenemos en el Gobierno, que en la vida no política, a igualdad de condiciones con el resto de ciudadanos, estarían con seguridad ubicados en otros lugares de la escala social. Zapatero, posiblemente fuera abogado de un sindicato, Solbes sería titular de alguna universidad, Sebastián sería cargo medio en una empresa de la construcción, De la Vega dirigiría un bufete feminista, y Aído, estaría haciendo oposiciones. Pero la magia de la política ha impedido que estos ciudadanos ocupen los lugares que les corresponden realmente en la vida.

El primer problema del justicialismo social, es que algunos aprovechan la política para medrar, y lo hacen desde un mensaje de victimismo muy rentable. La legión de oprimidos, perseguidos, vilipendiados, atenazados, acosados, y relegados que nos ha salido en España es absolutamente impresionante. Y de ahí viene la mayoría de problemas, que ahora se agudizarán enormemente con la no crisis, porque las inteligencias que se necesitan para superarla, no son precisamente las que se encuentran en los lugares que corresponde. Esa desviación arancelaria de la política sobre la sociedad, nos conducirá directamente al fracaso económico, social, y político.

El concepto de igualdad que maneja esta gente es inverso, como tantas otras cosas. Un mundo al revés, como el camboyano del kemmer rojo, en el que cualquiera que destacara por sus propios méritos era inmediato sospechoso de tiranía, y habría que reeducarlo.
Nadie que no fuera del partido podría sobresalir, controlando el proceso natural de que los mejores ocuparan los mejores lugares de la sociedad, se evitaría que el partido perdiera poder. También ocurrió en la Unión Soviética, y ocurre en China y en Cuba.

El victimismo como valor es la causa de la mayoría de los males de los españoles, y es el motor de la política y de la vida, desde un afán justicialista que sencillamente es una excusa para que los que han engañado al destino puedan seguir viviendo como reyes, mientras que los ciudadanos nos vamos empobreciendo un poco más cada día.

El modelo ha sido especialmente adoptado por los nacionalistas, que comenzando su andadura en la opresión a la que habían sido sometidos por el franquismo, han logrado construir un mundo a la medida de sus intereses, contra los de la inmensa mayoría. Y cuando digo nacionalistas, me refiero a los de corbata y amenaza, como PNV, CIU, EA, Nabai, BNGa, tanto como a los de piercing y violencia, como ETA, ERC, IU, o PCTV. Todos son lo mismo, para lo mismo. Se quejan y se quejan, para no pagar como los demás al Estado, esa es la principal diferencia entre ellos y nosotros, que a los nacionalistas les sale más barato vivir en este Estado, les pagamos por escupirnos a la cara y por odiarnos, lógico es que lo sigan haciendo.

Pero no es el único ámbito en el que se desarrolla el victimismo, uno de los preferidos por el elenco que ocupa La Moncloa es el género, no dejan de “victimizar” a las mujeres y a los homosexuales, porque ante todo resulta muy rentable. 650 millones de euros se ha llevado la “miembra” para hacer sociedad a la medida de los intereses del PSOE, fomentando el desarrollo sostenible del victimismo, creando puestos de trabajo a los que sólo se puede acceder desde el sectarismo. En el caso de la homosexualidad, otro tanto de lo mismo, hemos pasado de la vergüenza al orgullo, como si la desproporción fuera algo que tuviera que ver con la condición sexual de cada uno.

Otro de los lugares del victimismo es la dependencia, la exageración en este ámbito ha llegado a hacer dependientes a mucha gente que podrían no serlo, pero interesa tener dependientes agradecidos, porque son muchos votos, añadidos a los de sus familias. Desde los prejubilados que terminan deprimidos, hasta los mayores que obligan a dejar actividades en las que se encuentran cómodos, porque es injusto que alguien que disfruta con lo que hace le aparten de la actividad por decreto, sólo para ocupar sus puestos con gente de su cuerda, y me refiero a profesiones en las que la experiencia es importante, pero eso no cuenta para un Estado que aboga por tener más dependientes, porque creen que les beneficia electoralmente.

Ahora está el tema del cambio climático, la ecología de salón, o ecoteología, que funciona de una forma sectaria y no científica, procurando infundir miedo a la gente antes que responsabilidad, cuando en realidad los ciudadanos están mucho más atenazados por la subida de precios del crudo que por la capa de ozono, pero lo importante es que la gente mire a lo que le muestran con el dedo.

Pero en realidad, al Gobierno, a los políticos en general le importan muy poco las auténticas víctimas, los que están explotados en su trabajo, los inmigrantes que son utilizados como esclavos temporales, las víctimas del terrorismo, nuestros hijos víctimas de la inmersión lingüística y cultural, los viejos que están siendo abandonados por el Estado después de haber contribuído durante toda su vida a su sostenimiento, las mujeres que no cobran lo mismo que los hombres por hacer lo mismo, los homosexuales y las mujeres, en muchos casos inmigrantes, que tienen que dedicarse a la prostitución para seguir viviendo, los pareados que se quedan sin ayudas, los trabajadores de sectores económicos que están asfixiados por la crisis, incluso los que llenan las cárceles por actividades ilegales que directamente han causado daño a nuestra sociedad, mientras que todos los que lo causan de forma indirecta y ladina se pasean por sus despachos suntuosos. Y también esas "víctimas menores" que no pueden pagar la hipoteca, que no pueden irse de vacaciones, que no pueden cambiar de coche, o que las pasan putas para llegar a fin de mes, y cada día peor, porque no han logrado conseguir un trabajo estable en su vida, y con cualquier cambio de "clima económico" se van a la mierda.

Éstos no les importan, porque no les interesa a sus objetivos políticos que son exclusivamente propagandísticos, para obtener votos y conducirnos a la miseria, mientras permiten que las grandes empresas sigan haciendo negocios explotándonos como productores y también como consumidores.

Llaman socialismo a esta forma de hacer política, yo lo llamo privilegio, desigualdad, opresión, injusticia, y tiranía, o "hacer pomada" en lenguaje moderno. Están haciendo un cortocircuito cultural en nuestra sociedad para dejarnos a oscuras, porque con menos luz sólo se ven sombras cada vez más espectrales, pero luego le echarán la culpa del apagón cultural a la subida del petróleo y las grandes multinacionales. Por lo pronto, el mes que viene la electricidad sube un 5,6 % cuando todo ya nos ha subido un 5,1 %, pero la genialidad de Sebastián es insondable, para que no se note tanto, nos facturarán todos los meses en vez de cada dos, así veremos que los recibos son "menores". No me digan que no es magnífica, la inteligencia utilizada para engañar a los ciudadanos, portentosos, son portentosos en su ostentación.

Erasmo de Salinas

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