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domingo, 31 de mayo de 2009

El silencio en las urnas: una opción de futuro

Las últimas encuestas lo confirman, la abstención superará el 40 % en las próximas Elecciones Europeas. Enhorabuena a los españoles con criterio, dignidad y voluntad, que han decidido abandonar el franquismo de Zapatero-Rajoy-Rosa Díez-nacionalistas varios-, en ese partido único en el que se representan los tercios sindicales, opresores y mafiosos, en pos de sus privilegios.

Razón lleva Pedro J. Ramírez en la crónica de La Mano Negra que hoy nos concede en su diario, el problema no es la Ley, sino quienes no la cumplen y por qué. No sólo la Constitución, ley de leyes, sino esa Norma Magna que está escrita en cada uno de nosotros, la costumbre.

Los políticos en España han intentado cambiar las buenas costumbres, el respeto por los demás, el odio contra el tirano, la equidad justa, el mérito propio, la admiración de lo mejor, la autoridad necesaria por una regla saducea: lo político, prevalecerá sobre lo ciudadano. Por eso Manuel Chaves se piensa que no ha cometido ningún delito al financiar con caudales públicos a su hija, Zapatero utiliza un Falcon pagado por todos para dar sus mítines del PSOE, o Montilla considera que hacer Cataluña es defender los derechos de los ciudadanos. Esa es la nueva costumbre en nuestro país, para eso lucharon los del PCE contra Franco, para que el PSOE se haga burgués con estilo y talante, un nuevo expoliador con rostro humano y un enorme interés social.

No obstante, con sacar a los subvencionados de los sindicatos, las asociaciones paralelas auspiciadas, y todos los que les deben algo, de paseo, como en el franquismo se hacían las procesiones de Semana Santa, más unos cuantos vídeos de “que viene la derecha” con perros y fachas, todo arreglado, se piensan que así triunfarán en las elecciones. Esta es la España infecta que nos va a legar el PSOE, la España de la podredumbre sectaria, y no la que nos vende Zapatero en las televisiones que subvenciona, los periódicos que regala, y las emisoras que concede.

El lado oscuro, ese que ha desaparecido de los telediarios, como la libertad, no se muestra. No se ven los más de cuatro millones de parados invisibles, ni los que van a perder su trabajo próximamente, ni los más de 100.00 comercios cerrados en España, ni los que han tenido que deshacerse de su piso por qué no pueden pagar la hipoteca, ni los pequeños ahorradores que se han quedado con la mitad de sus ahorros por confiar en que Zapatero era el genio de las finanzas que prometía ser.

Ahora queda pasar página deprisa, que el PSOE pierda las elecciones con cuantos menos votos mejor, y que el PP gane estas elecciones con cuantos menos votos mejor. Hay que reducir la representación política a su mínima expresión, antes de pasar al segundo acto, que será cambiar las reglas del sistema, o lo que es lo mismo, liberar a la democracia de su letargo político, devolverla al escenario de libertad, igualdad y justicia que le han arrebatado los políticos.

Pedro J. Ramírez ha estado bien, pero austero, como un lord del almirantazgo británico cuando le acaban de hundir la flota, y protesta porque el whisky no es de Malta; no se ha atrevido a decir que el MODELO CHAVES, no es un hallazgo, es el código moral que prevalece hoy en España, pero no sólo con el PSOE, sino con el PP, la UPyD, los nacionalistas, y todos los partidos políticos inscritos y registrados, que no legales, ni legítimos. En nuestro país ni son legales ni legítimas las organizaciones para estafar a los ciudadanos.

Los partidos políticos son el auténtico cáncer de nuestra sociedad, los forman seres humanos sin escrúpulos que se esconden tras las siglas que defienden, que elevan las banderas de sus formaciones más alto que la única bandera de todos, la bandera española. Que hacen que sus quiebras al orden sobresalgan sobre la Constitución Española de 1978, que quieren que sus sectas alcancen el poder para beneficiar exclusivamente a los suyos y joder a todos los demás, incluidos los contrarios.
Denunciar al mayor de los criminales, no exonera a los que conociendo sus andanzas han hecho la vista gorda, no en el siglo XXI; Manolo Chaves, no es la causa de los desmanes, sino la consecuencia o la conclusión última. En Estados Unidos, Al Capone dejó de existir el día que Eliot Ness le cazó en un renuncio fiscal y le mostró a la opinión pública que la corrupción estaba por todas partes, en las más altas esferas y jerarquías, y en los más bajos fondos de la sociedad, al igual que ocurre en la sociedad española, donde los más pequeños municipios o las autonomías más oscuras derrochan el dinero público con sus afines y niegan el pan y la sal a los que no lo son.

Pedro J. Ramírez no es Eliot Ness, ni mucho menos, simplemente es el cronista de la historia actual, que conoce que la vida de Plinio el Viejo concluyó el día que quiso aproximarse a Pompeya cuando el Vesubio había entrado en erupción para describir lo que estaba ocurriendo con certeza y detalle. Pedro J. Ramírez, al contrario, se mantiene a distancia suficiente, denunciando a Manolo Chaves ahora que ya no es el visir de Andalucía, pero lisonjeando a Rodríguez Zapatero que sigue siendo el gran califa del despropósito y a ese PP cutre de los mercaderes de favores y trajes a la medida de la ilusión de los electores.

Pedro J. Ramírez sabe que mostrar la verdad cuando ya no se puede ocultar, no es mentir, pero casi; nos ha mostrado la Andalucía de Chaves con el dedo de señalar a La Moncloa de Zapatero y las finanzas compensatorias del PP, todo un alarde de buen periodismo, de ese que no se puede encontrar en los blogs del bricolaje informativo.
¿No hay nada mejor bajo el sol o el director de El Mundo se nos está quedando ciego con las cenizas?. Su denuncia tiene el valor del síntoma, no del diagnóstico certero que permitirá buscar una solución definitiva: no regar con nuestros votos el cultivo del veneno que nos acabará asfixiando, no alimentar a las fieras que nos acabarán devorando.

El 7-J sé tú mismo, español. No les brindes la oportunidad de que vuelvan a tomarte el pelo. Si quieres votar hazlo por ti mismo, o por la madre que parió a todos estos sinvergüenzas, a ver si le levantamos un monumento por suscripción popular: a la madre de los políticos españoles, de sus víctimas.


Erasmo de Salinas

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