Hoy voy a hablarles de las elecciones en Cataluña, aunque tendré que nombrar a los candidatos, por lo que les pido de antemano disculpas por las naúseas. Desde que tengo uso de razón política jamás había visto un elenco de mequetrefes semejantes disputando el poder, es que no se salva ninguno de la quema.
Verán ustedes, estas elecciones son patéticas, creo que la mayoría de los ciudadanos catalanes tienen un enorme problema, si bien saben a quien no pueden conceder su voto para no sufir eternamente de arrepentimiento, la proeza de acudir a las urnas alcanza proporciones heroicas. ¿Cóm elegir entre Joan Laporta y Carmen de Mairena?, es algo prácticamente imposible, aunque yo me decantaría sin duda por Carmen de Mairena y la androginia, al menos será divertido verla en el Parlament Catalán reclamando lo inconcebible.
Estas elecciones son las del arrepentimiento, Montilla se arrepiente de haber sido demasiado catalanista y ahora busca sus votos cantando el poropompero por el cinturón industrial de Barcelona, Puigcercós se arrepiente de no haber sido suficientemente catalanista y por eso quiere declarar la guerra a los andaluces, para que los voten los racistas catalanes, que los hay, pero la culpa la tendrá Carod al final. Más siempre va a Más, que si independencia, que si estridencia y así sin fin, pero no nos habla del Palau, ni palabra, debe ser por arrepentimiento. Alicia Sánchez Camacho se arrepiente de que su hijo hable en castellano, y no en perfecto catalán, que es lo que mola. ICV-Euia se arrepiente de no ser más verde y más roja, rojiverde, como la bandera del Sáhara, cualquier día nos dirán que Cataluña es el Sáhara ibérico y se quedarán tan tranquilos, también de no haber añadido más letras a su marca, que eso impresiona. Ciutadans y UPyD se arrepienten mucho y hacen bien. Y Carretero, quiere que se arrepientan todos menos él, porque él se arrepiente de no ser igual a los demás, pero no lo quiere reconocer.
En fin, que se agradece no tener que votar en Cataluña, viendo el elenco es como para emigrar, pero muy lejos. Sin embargo entre todos ellos se consideran a sí mismos la representación más pura de la democracia y los intereses de todos los catalanes. Solo recordar al que acuda a las urnas, que cuando vaya a depositar su voto tenga un instante de conciencia y reflexión y piense si merece realmente la pena entregarle la llave de sus grilletes a alguno de estos personajes.
Aunque no lo crean hay alternativas absolutamente democráticas, sin tener que pasar por la humillación de tener que depositar su confianza en cualquiera de estos personajes, que pueden ser mucho menos perjudiciales para su salud, una quedarse en casa, a ver si se mejora la abstención del Estatut; otra, votar en blanco con dos alternativas, una directamente con el sobre sin papeleta, y otra con la papeleta de escaños en blanco, para dejar las sillas vacías en el Parlament, al menos, eso que se ahorrará en sueldos y seguro que en descrédito.
También tienen otra alternativa que es coger el día anterior la papeleta del candidato que peor les caiga de todos ellos –tarea harto dífícil-, llenarla de garabatos o ripios para que sea nula, mientras se está defecando y limpiarse el culo con ella, procurando que el embadurnado quede en la parte doblada sin que se note demasiado, luego se mete en el sobre, se perfuma un poquito y ¡a votar!
Procuren hacerlo a primera hora de la mañana, así a mediodía las urnas ya olerán a mierda y ustedes se sentirán como auténticos demócratas, piensen por un momento que con veinte honestos ciudadanos que lo hagan por cada colegio electoral, el olor puede llegar a ser insoportable, todos los presentes se mirarán entre ellos a ver quien ha sido el guarro o la guarra, quien verá al presidente de mesa fumigando con el ambientador y a todos los vocales de los partidos con una pinza en la nariz. Y ya verán que sorpresa se llevan cuando abran el sobre de su decisión democrática, imagínense las caras de los guardianes del régimen.
Que magnífica foto, abriendo los informativos y ocupando las primeras planas de los periódicos, que fiesta para la dermocracia, sepan ustedes que cuando las urnas huelan a mierda, habremos alcanzado la realidad y estoy seguro de que las cosas cambiarán en Cataluña para siempre, a mejor, por supuesto, a peor, es imposible.
Biante de Priena
Verán ustedes, estas elecciones son patéticas, creo que la mayoría de los ciudadanos catalanes tienen un enorme problema, si bien saben a quien no pueden conceder su voto para no sufir eternamente de arrepentimiento, la proeza de acudir a las urnas alcanza proporciones heroicas. ¿Cóm elegir entre Joan Laporta y Carmen de Mairena?, es algo prácticamente imposible, aunque yo me decantaría sin duda por Carmen de Mairena y la androginia, al menos será divertido verla en el Parlament Catalán reclamando lo inconcebible.
Estas elecciones son las del arrepentimiento, Montilla se arrepiente de haber sido demasiado catalanista y ahora busca sus votos cantando el poropompero por el cinturón industrial de Barcelona, Puigcercós se arrepiente de no haber sido suficientemente catalanista y por eso quiere declarar la guerra a los andaluces, para que los voten los racistas catalanes, que los hay, pero la culpa la tendrá Carod al final. Más siempre va a Más, que si independencia, que si estridencia y así sin fin, pero no nos habla del Palau, ni palabra, debe ser por arrepentimiento. Alicia Sánchez Camacho se arrepiente de que su hijo hable en castellano, y no en perfecto catalán, que es lo que mola. ICV-Euia se arrepiente de no ser más verde y más roja, rojiverde, como la bandera del Sáhara, cualquier día nos dirán que Cataluña es el Sáhara ibérico y se quedarán tan tranquilos, también de no haber añadido más letras a su marca, que eso impresiona. Ciutadans y UPyD se arrepienten mucho y hacen bien. Y Carretero, quiere que se arrepientan todos menos él, porque él se arrepiente de no ser igual a los demás, pero no lo quiere reconocer.
En fin, que se agradece no tener que votar en Cataluña, viendo el elenco es como para emigrar, pero muy lejos. Sin embargo entre todos ellos se consideran a sí mismos la representación más pura de la democracia y los intereses de todos los catalanes. Solo recordar al que acuda a las urnas, que cuando vaya a depositar su voto tenga un instante de conciencia y reflexión y piense si merece realmente la pena entregarle la llave de sus grilletes a alguno de estos personajes.
Aunque no lo crean hay alternativas absolutamente democráticas, sin tener que pasar por la humillación de tener que depositar su confianza en cualquiera de estos personajes, que pueden ser mucho menos perjudiciales para su salud, una quedarse en casa, a ver si se mejora la abstención del Estatut; otra, votar en blanco con dos alternativas, una directamente con el sobre sin papeleta, y otra con la papeleta de escaños en blanco, para dejar las sillas vacías en el Parlament, al menos, eso que se ahorrará en sueldos y seguro que en descrédito.
También tienen otra alternativa que es coger el día anterior la papeleta del candidato que peor les caiga de todos ellos –tarea harto dífícil-, llenarla de garabatos o ripios para que sea nula, mientras se está defecando y limpiarse el culo con ella, procurando que el embadurnado quede en la parte doblada sin que se note demasiado, luego se mete en el sobre, se perfuma un poquito y ¡a votar!
Procuren hacerlo a primera hora de la mañana, así a mediodía las urnas ya olerán a mierda y ustedes se sentirán como auténticos demócratas, piensen por un momento que con veinte honestos ciudadanos que lo hagan por cada colegio electoral, el olor puede llegar a ser insoportable, todos los presentes se mirarán entre ellos a ver quien ha sido el guarro o la guarra, quien verá al presidente de mesa fumigando con el ambientador y a todos los vocales de los partidos con una pinza en la nariz. Y ya verán que sorpresa se llevan cuando abran el sobre de su decisión democrática, imagínense las caras de los guardianes del régimen.
Que magnífica foto, abriendo los informativos y ocupando las primeras planas de los periódicos, que fiesta para la dermocracia, sepan ustedes que cuando las urnas huelan a mierda, habremos alcanzado la realidad y estoy seguro de que las cosas cambiarán en Cataluña para siempre, a mejor, por supuesto, a peor, es imposible.
Biante de Priena