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miércoles, 18 de noviembre de 2009

La política pirata, el Gobierno y UPyD


"En la categoría de los piratas actuales, los políticos ocupan el lugar más elevado de la jerarquía." Erasmo

Serias dudas me asolan sobre la transparencia de las negociaciones del Gobierno con los piratas somalíes que secuestraron al atunero vasco Alakrana. El acuerdo se ha hecho esperar demasiado, 47 días en vilo de las familias y los españoles ante las noticias que iban llegando. Dada la situación actual del país que sigue en trayectoria directa hacia el caos político, económico y social, y conociendo a los negociadores de aquí y a los piratas de allí, no puedo eliminar de mi cabeza la impresión de que todo ha sido un enorme montaje propio del zapaterismo más harpío.

La cuestión del secuestro no necesita tanto tiempo si el resultado final es el que ha sido: pagar el rescate, dejando caer desde un helicóptero el dinero en el barco –posiblemente dinero que pagamos todos para que Zapatero juegue a Sandokan-. ¿Para eso se necesitan 47 días?. No me hagan reir.

En mi opinión el asunto estaba resuelto en la primera semana, con la excepción del juicio pendiente a los corsarios atrapados, pero visto lo visto, tampoco parece una cuestión relevante. Pues bien, si estaba resuelto la primera semana, ¿para qué prolongar la obra?. Pues muy sencillo, si el Gobierno sabe que el asunto está resuelto, lo puede aprovechar para que se estrellen contra el tema todas las críticas, y así correr un tupido velo sobre los graves problemas que asedian este país: paro, crisis, inepcia. Seguimos asistiendo a la enésima sesión de hipnosis, mientras el Gobierno paga con firmeza (con su dinero y el mío) los terribles errores que ha cometido y comete.

UPyD: otro ejemplo de secuestro

Algo similar ha ocurrido con el partido de Rosa Díez, que ha sido secuestrado desde la dirección, exigiendo a los seguidores un último pago a la confianza política en que los sabios promotores del engendro nunca se pueden equivocar, aunque hayan cambiado el rumbo de la nave que iba hacia el norte y ahora va hacia el sur. Porque si la ruta trazada pasaba por la regeneración democrática, la transparencia política y el respeto exquisito a las reglas justas, de lo dicho nada de nada, y ahora el partido de Rosa Díez se guía por lo que diga Rosa Díez, lo que establezcan sus leales en un reglamento, y todas las barbaridades que devengan del despotismo consecuente.

Dirán ustedes que esto es lo habitual en la política española, y no les falta razón, pero lo que no tiene sentido es hacerlo en un partido político que precisamente fundamente en la deshonestidad de los demás su ascenso electoral. La mentira de la mentira no tiene que ser necesariamente verdad, puede ser otra mentira.

El próximo fin de semana se celebra el primer congreso de UPyD, tras dos años de carencia democrática, que sus dirigentes han aprovechado para purgar el partido de cualquier voz opositora, algo parecido a lo que Fidel Castro ha hecho en Cuba durante cincuenta años. En el que los dirigentes esperan con el adocenado voto de los seguidores aplaudidores-no hemos visto nada, ratificar un fiasco demagógico como si fuera el sanedrín de las esencias democráticas.

Ciertamente se presenta una candidatura alternativa, y también es cierto que el Alcorcón ha goleado al Real Madrid, pero tras haber purgado el partido de opositores, sin permitir a los que quedan acceder al censo del partido, con una comisión de garantías electorales de la que la mitad de sus miembros forman parte también de la candidatura de Rosa Díez, y con un voto telemático de dudosa fiabilidad y validez democrática, por si al final falla todo lo que se ha hecho, no tendrá muchas oportunidades de salir victoriosa, pero hay que intentarlo con todas las fuerzas.

Lo de UPyD todavía es más grave y recuerda a lo que ha ocurrido en España con Zapatero, porque lo que no se ciñe a la Ley y no respeta el artículo 14 de la Constitución no puede ser legítimo en España. Y eso es precisamente lo que ha ocurrido en el partido de Rosa Díez, que los dirigentes bajo el mando del almirante federalista Carlos Martínez Gorriarán, han secuestrado el partido de su fundamento, y ahora piden como rescate la renuncia a la libertad y la democracia de sus seguidores, y en caso de que no aceptean, serán despachados por la borda.

Parece que los únicos piratas del momento no son exclusivamente los corsarios somalíes, pero hacia ellos se dirigen las iras del público, para que no se vea la depredación mantenida en nuestra propia casa. Al final, los piratas van a ser los únicos que decían la verdad: ellos sólo querían dinero, algo que queda muy por debajo de las elevadas miras de nuestros políticos.

Enrique Suárez Retuerta

Pa tí, Rosa Díez



En nombre de todos a los que has defraudado, Rosa Díez. Mua!

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