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sábado, 3 de septiembre de 2011

Sentencia Educación Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (Algunas Reflexiones)

[Espero que se me perdone la osadía de publicar este artículo, pero a propósito de la sentencia del TSJC me han venido a la mente algunas reflexiones y Cs en la Red me parece el lugar idóneo para publicarlas]


La valiente sentencia promulgada ayer por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña -lugar donde trabajé hace algunos años dando clases de informática a jueces y secretarios judiciales- podría suponer un gran paso en esta carrera de fondo que algunos llevamos recorriendo desde hace tanto tiempo con el objetivo de que en Cataluña se respeten los Derechos Humanos de los niños, ya que la tanto la Declaración universal de los Derechos Humanos como la Declaración de los Derechos del Niño dicen claramente que todos los niños tienen derecho a educarse en su lengua materna en su país, y en Cataluña tenemos dos lenguas oficiales, pero sólo la posibilidad de educarnos en una de ellas, que es precisamente la que no tiene ninguna relevancia en el ámbito de la cultura o de los negocios.


Para mí, que vivo en Barcelona desde el año 1998, hay varias cuestiones fundamentales que definen perfectamente este asunto:

Es absolutamente lamentable y algo que hace un daño infinito a la lengua catalana la circunstancia de que la mayoría de los políticos catalanes, incluyendo a los Presidentes de Cataluña, no quieran que sus hijos se eduquen en catalán. Digámoslo claramente: nadie ha causado ningún daño -ni Ciudadanos, ni el PP, ni Convivencia Cívica, ni Cs en la Red, ni Intereconomía, ni el coño de la Bernarda- a la lengua catalana como sí que se lo han hecho José Montilla o Artur Mas. La negativa de estos a que sus hijos estudien en catalán -llevándolos al Colegio Alemán y al Liceo Francés respectivamente- ha servido para que muchas personas reflexionen acerca de la extrema hipocresía de una gentuza que trata de imponer a todos los demás lo que no desean para sus propios hijos, ya que la lengua catalana es algo que -y en eso estamos totalmente de acuerdo con ellos-, efectivamente, no tiene ninguna utilidad práctica si pensamos en el bienestar y en el futuro de nuestros hijos.

Si un político catalán educara íntegramente a su hijo en catalán sería como reconocer que desea aborregarlo, igualarlo a la plebe, y huyen de esa posibilidad como de la peste

La cuestión es bien sencilla: ya que los políticos son los primeros que tienen que dar ejemplo, y la mayoría de ellos llevan a sus hijos a colegios donde no se estudia catalán, ¿tendríamos que seguir los pasos de estos individuos, que deberían ser nuestro referente, y negarnos absolutamente a que nuestros hijos sean adoctrinados en una lengua regional? De hecho, en una antológica entrevista, la mujer de Montilla tuvo la franqueza de decir que sus hijos no sabían catalán, pero que no le importaba porque lo importante era que supieran alemán. Por lo tanto, y como decía mi difunto padre, debemos responderle a esta pluriempleada mujer -15 trabajos tiene la señora-, a su esposo y al actual President Artur Mas, aquello de no quieras para los demás lo que no quieres para ti mismo.

Los hijos de Joan Laporta van al Liceo Francés, donde no se estudia catalán, pero este personaje modificó los estatutos del FC Barcelona para obligar a los futbolistas a estudiar y hablar catalán. Por supuesto, los futbolistas no le hicieron ni puto caso.

Hace mucho tiempo que opino que un bilingüismo equilibrado catalán/español sería perfecto para una Cataluña globalizada como la actual. También creo que ese modelo hubiera ayudado bastante a que nuestros niños no tengan tanta aprensión a la lengua catalana, porque es imposible escucharles decir una sola palabra en catalán fuera del ámbito de la escuela, ya que todo lo que se impone, se aborrece, y el catalán se impone hasta resultar completamente repulsivo para nuestros hijos.

Sinceramente, si tuviera la oportunidad, después de tantos años con esta situación, actualmente elegiría para mis hijos una educación sin nada de catalán, tal y como como hacen los políticos catalanes

Algo que también ha resultado letal para la lengua catalana es el subvencionismo oficial. A día de hoy, y después de tantos años, podemos contar con los dedos de una mano -y nos sobran varios- los productos culturales en catalán que han tenido un éxito masivo en Cataluña -ya no digo fuera-. El motivo es obvio: destinan tanto dinero a la creación en lengua catalana que sólo se produce cultura con un fin exclusivamente crematístico, y al final es que a la gente le asquea ir a ver teatro, comprar un libro o escuchar a grupos en catalán porque en un 99.9% de los casos son una pura bazofia. El mejor cine español se hizo durante el franquismo porque obligaba a los artistas a estrujarse el coco y los mejores productos culturales de Cataluña son en español porque todo lo que se hace en catalán huele a rancio, a subvencionado y a podredumbre, y toda la población lee a Juan Marsé, Eduardo Mendoza o Ruiz-Zafon o escucha a Love of Lesbian -grupo más descargado en España en internet en el 2010-, pero nadie lee las porquerías que recomienda Omnium Cultural, por poner un ejemplo.

Punset alerta de que Cataluña perderá neuronas si se encierra en sí misma

Otro problema que tiene el concepto de catalanismo es que va muy asociado a una alta burguesía que no tiene nada que ver con las personas de la calle. Esto es un grave problema porque si quieres ser muy catalanista pero eres un ciudadano corriente que desea afiliarse -por ejemplo- a Esquerra Republicana muchos catalanistas auténticos te considerarán un pringao. Porque sí que es cierto que aquí existe una alta adinerada burguesía catalana que es esa misma que controla todo el cotarro político y que no permite que sus hijos estudien en catalán. Y es que para hacer país -su idea de país, of course-, que es una de las expresiones favoritas de los políticos catalanes -y también de la alta burguesía catalana-, no sólo tendrían que rebajar lingüísticamente a toda la población, sino que tendrían que rebajarse con ella, y así, siendo todos iguales, ricos y pobres, todos a una, como Fuente Ovejuna, lograrían hacer país. Es muy complicado hacer país desde las impresionantes estructuras de los colegios americano o alemán, afincados en las bellas colinas de Esplugues de Llobregat.

Cuando los más catalanistas, como Artur Mas o Joan Laporta son los más obsesionados con que sus hijos no estudien en catalán, llegamos a la cuadratura del círculo

Por lo tanto, el catalanismo se relaciona con lo pijo, con una burguesía -política y económica- catalana que se lo atribuye y quiere dominarlo, pero que a la vez lo rechaza para sus propios hijos porque es consciente de su cutrez en lo cultural y ausencia de ambición en lo educativo y personal. Y aquí llegamos al asunto determinante, y es que con tanto dime y direte la sociedad catalana ha entrado en una neurosis tal que lo único que quiere es pasar de todo y que la dejen en paz, una sociedad donde el mayor hecho diferencial consiste en un individualismo radical en donde cada uno hace lo que puede para sobrevivir y le importa un carajo si el vecino es del Ecuador o de Calella de Palafrugell, ya que no le va a dar los buenos días ni en un caso ni en otro. Y esa sí que es la Cataluña actual, un lugar donde pueden atracarte o meterte una paliza y el 99% de la gente pasará de largo mirando para otro lado.

UNICEF, comprada con dinero por un FC Barcelona completamente entregado al secesionismo, no defiende los derechos humanos de los niños en Cataluña

¿Qué sucedería si la educación en catalán fuera opcional?
En una reunión que mantuvimos con Francisco Caja, nos explicaba cómo al recoger firmas en las puertas de los mercados o de los institutos para pedir el bilingüismo en la escuela y llevar a cabo una Iniciativa Legislativa Popular, el 90% de la gente firmaba el papel y se quejaba de que los niños daban demasiado catalán. Lo cierto es que aquí en Cataluña estamos cansados de oir a los catalanistas hablar del derecho a decidir y hace pocos meses hubo en Barcelona ciudad una consulta a favor de la independencia apoyada por el mismísimo Presidente de la Generalitat, que votó afirmativamente, y que resultó un monumental fiasco, pese a que también podían votar los adolescentes y los sin papeles. Pero cuando se plantea hacer un referéndum sobre la controvertida educación catalana, los políticos que mandan miran hacia otro lado. ¿Qué sucedería si la gente pudiera opinar sobre si (1) todo en catalán, como está ahora (2) todo en español o (3) bilingüe al 50%? En todo caso -y es mi opinión- yo creo que si el catalán fuera opcional no lo elegirían ni los propios catalanes y con el tiempo desaparecería. Pero, llegados a este punto cabe preguntarse: ¿realmente hay que obligar a toda la sociedad a estudiar exclusivamente en una lengua que no se elegiría si fuera optativa? El mejor ejemplo, vuelvo a repetir, son los propios políticos, que debido a su posición, influencia y dinero, sí que pueden elegir, y sus hijos no lo estudian: si pudiéramos, los demás haríamos lo mismo, no somos idiotas.

Creo sinceramente que el catalán cada vez se utiliza menos. A veces, en Barcelona, me paso días sin escuchar una palabra en catalán. En todo caso, es muy lamentable que una lengua haya que imponerla, ya sea mediante subvenciones o mediante la educación. Una cosa que no interesa y que no es capaz de sobrevivir por sí misma, quizás sea justo que desaparezca, no lo sé. Hasta ahora, la mayor razón que tenía la gente para estudiar catalán era una especie de chantaje mediante el cual para acceder al funcionariado catalanista -y poder vivir del cuento- era requisito imprescindible disponer del famoso nivel C de catalán. Pero ahora -tras la crisis- ya no va a haber más funcionarios, incluso se plantean recortar los actuales. Por lo tanto, ya no hay motivo para pasarse interminables horas estudiando catalán cuando ya no va a servir absolutamente para nada. El catalán es y va a ser en el futuro una lengua exclusivamente de comunicación entre catalanes. Una lengua sentimental, que es lo único para lo que sirve, y que no es poca cosa.

El catalán es para los catalanes
Algo tan sencillo de entender como que el catalán es para los catalanes, para que se sientan parte de una comunidad que tiene una lengua propia, no cabe en la cabeza de mucha gente. Desde luego, cuando yo pronuncio esa frase en público siempre encuentro a alguien que me mira como si le estuviera ofendiendo en lo más íntimo de su ser. Lo más habitual es que te respondan que eres un inadaptado, que para vivir en Cataluña hay que saber catalán, y que si no estás dispuesto a aprenderlo que te vayas. Esto de que te vayas es recurrente y si eres un poco rebelde contra el oficialismo catalanista siempre hay alguien que al final te lo acaba diciendo. Pero, con el paso del tiempo, yo he llegado a una conclusión diferente: el problema no es que los de fuera no se integran en la sociedad catalana por no hablar catalán. El problema verdadero es que los muy catalanistas son unos inadaptados que no se integran en la sociedad real.

El Estatut, Origen de la Actual Sentencia
La verdad es que con la nueva sentencia se ha montado la marimorena. No por parte de la sociedad, sino de las entidades secesionistas, partidos políticos, sindicatos y demás mamarrachos amorrados a las ubres del poder. Durante el día de hoy estamos escuchando y leyendo todo tipo de amenazas, incluso algunos periodistas ya hablan de declaración de guerra y nada menos que el Ministro de Justicia se pronuncia en contra de la sentencia, interpretando lo que le da la gana. Pero lo que dice la sentencia está muy claro, y además los 3 jueces que la han firmado amenazan con empapelar al Gobierno de Cataluña si en el plazo de dos meses no garantiza -y sin mentiras ni espejismos- que el castellano sea lengua vehicular de toda la educación catalana. Pero el origen de esta sentencia se encuentra en el fallo del Tribunal Constitucional del año pasado contra el nuevo Estatuto de Cataluña, donde el alto tribunal decía por primera vez que Cataluña no es una nación y que el castellano debe ser lengua vehicular en la educación. En definitiva, que si este estatuto secesionista impulsado por Zapatero no hubiera existido, nos hubieramos quedado con el actual modelo de imposición lingüística hasta el fin de los tiempos, pero que al final vamos a tener que agradecerle a nuestro Presidente por accidente que se dé un inmenso avance, un gigantesco paso adelante en la sociedad catalana que la libraría de complejos y la pondría en situación de competir por lo que se proponga, pero ahora sí, desde la libertad.

Albert Rivera se atribuye el mérito de la sentencia. Un Albert Rivera que tuvo en sus manos una revolución social y la cambió por un plato de lentejas. Un Albert Rivera que obligó a irse a más de la mitad de su partido al declararlo de izquierdas, y que ahora se muestra cada semana bajo el lema "orgulloso de ser de derechas". Todo sea por la pasta.

Ningún Optimismo
En realidad, yo no creo que la sentencia vaya a ejecutarse. Si eso llegara a suceder, sería realmente como un milagro, algo realmente impensable, imposible. Cuando milité en Ciutadans hice varias propuestas al partido, todas ellas rechazadas o ninguneadas. Una de ellas consistía en explorar la posibilidad legal de que los padres exigiéramos judicialmente altas indemnizaciones a la Generalitat por daños y perjuicios. Esa creo que sería la única manera de cambiar el modelo, si les costara mucho dinero. Quizás ahora hayamos llegado a ese punto. Otra opción, dada la sentencia que conocimos ayer, sería que los padres pudiéramos demandar a los directores de los centros educativos, y lograr que los jueces los suspendan de empleo y sueldo, o incluso que los multen. Al catalán, cuando le rascas el bolsillo, se le olvidan los prejuicios lingüísticos, identitarios, o sentimentales. El dinero es el auténtico seny catalán.

Queremos para nuestros hijos la misma educación que Montilla y Mas dan a los suyos. ¿Si ese es el mejor modelo educativo, sin catalán, por qué no lo implantan para toda la sociedad? ¿Acaso lo que es lo mejor para sus hijos no es lo mejor para todos los niños?

Muchas gracias,
Janario.

La pandereta nacional


Algunos tratan de eximir al PSOE de la tremenda responsabilidad que ha acumulado en el deterioro institucional de este país atribuyendo a la inocencia adanista de su Secretario General y actual Presidente del Gobierno el resultado de su fracaso gubernamental, al cambio climático de la economía internacional, o incluso, a la derecha de Mariano Rajoy, que desde hace años no mueve una pestaña, esperando que se caigan por si mismos, el origen de nuestros males. Si por ellos fuera, recobraban la Santa Inquisición y volvíamos a tener brujas y brujos que nos echaron mal de ojo, como principales responsables de lo ocurrido.

Todavía seguimos esperando que los humildes socialistas, los de la paz y el amor, los defensores de la alegría que han hundido este país para décadas, tras el despilfarrro y la corrupción que han ejercido de forma inane, aprovechando la coyuntura para hacerser ricos a costa del erario público (casos Bono, Blanco, Chaves, etc), nos pidan disculpas a los españoles por su falta de honestidad, por su egoismo y por sus mentiras continuadas (pleno empleo, no hay crisis, etc), pero nada, ellos siguen inasequibles al desaliento, como si el país se hubiera hundido solo y no gracias a ellos. En realidad, cada día hay más españoles que pensamos sino habrá sido de una forma intencionada, para crear futuros votantes de su partido, entre los indignados, nuevos parados, pobres e ignorantes que han cultivado, con su esfuerzo durante los últimos siete años.

En cualquier país serio, habría manifestaciones todos los días exigiendo la disolución del PSOE y el juicio de todos aquellos que han utilizado su posición de poder para abusar de la ley y aprovecharse de los ciudadanos, pero en España la justicia está tan politizada y abducida por la política, que eso resulta prácticamente imposible, y mucho menos con la reclamación inexistente del principal partido de la oposición.

Y que decir de los medios de comunicación, que cuando se ha detectado un caso de corrupción, una afrenta a la democracia, un desliz institucional o un atentado a la Constitución, orientan la atención de los ciudadanos hacia el color de las bragas de cualquier princesa del pueblo que se precie o la orientación sexual de los peregrinos del Camino de Santiago, para que la opinión pública no se detenga en la magnitud de la afrenta política a los ciudadanos.

El ejercicio de la política en España se ha convertido en la mejor salida profesional, ya ni ser controlador aéreo o dentista ofrece tantas ventajas: buenos sueldos, pocas exigencias, nada de objetivos, poco trabajo, todo pagado en los desplazamientos y buenas jubilaciones y por supuesto, nada de curriculum vitae ni otras tonterías, o de experiencias demostradas, eso queda para “los curritos” con tener carnet del partido y haber hecho de lameculos de los que designan los cargos, es suficiente. Y cuando no les llega el presupuesto, suben los impuestos, que para eso pueden, los impuestos que pagamos los demás, por supuesto. Y lo que vale para el PSOE, vale para el PP, no se crean ustedes, que a lo de vivir a costa de los demás sin escrúpulo alguno y sin vergüenza alguna, se aprende pronto.

La gente se pregunta que ha pasado en este país, ahora que se han hecho manifiestas las consecuencias de tener a unos impresentables en el poder, pues muy sencillo, estamos gobernados y opositados, es decir, representados públicamente por lo peor de nuestra sociedad, que se ha afincado en el poder y ha convertido España en su coto particular y a los ciudadanos españoles en súbditos de su estupidez.

Hasta que no nos quitemos de encima al elenco que nos representa, esta obra de teatro está condenada a concluir en tragedia. Quedan muy escasas soluciones desde la política, relacionadas con las excepciones, que las hay, pero todas pasan por hacer un cambio radical de nuestra Constitución, no un maquillaje de compromiso, que impida que una situación como la que estamos viviendo se vuelva a repetir, y no creo que ni en el PP, ni en el PSOE, ni los nacionalistas que han sido los más beneficiados de los gobiernos de Zapatero, estén por la labor, así que una de dos, o hacemos una revoución y cuanto antes mejor, o erradicamos del poder a todos los que nos han estafado, y no rendirán cuentas ante nadie, porque la justicia española y los medios de comunicación se han convertido en sus principales instrumentos, buscando alguna alternativa coherente para que nos representen políticamente.

La estupidez de los españoles como pueblo se medirá en las elecciones generales del 20-N, por la suma de votos que obtengan el PSOE, PP y nacionalistas, que han tenido representación en la pasada legislatura y han permitido que el PSOE haya destruido la existencia de bienestar general de los ciudadanos de este país, los que han logrado, defendiendo el progreso, que retrocedamos más de veinte años, hasta la época en que Felipe González dejó arruinada España.

Enrique Suárez

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