Es ciertamente complicado tratar de explicar el origen de las acciones liberticidas del socialismo en todas sus formas: marxistas, socialdemócratas, nacionalistas y altermundistas, su precursor posiblemente haya sido la obra de Rousseau “El contrato social”, en la que se habla de “la voluntad general” del pueblo, cuando en realidad el socialismo jamás ha representado al pueblo, sino a sus fieles contra el pueblo, en una oclocracia disfrazada de democracia. Los socialistas usurpan la democracia para beneficiarse a costa del pueblo, son enemigos de la libertad y la pluralidad, intolerantes, arrogantes y opresores con los discrepantes, y ocultadores permanentes de la realidad a la que sustituyen por la propaganda de su versión de la misma.
El mecanismo de disolución de los seres humanos en sociedad se remonta a Aristóteles que consideraba al hombre como un animal social, es decir, un ser que se relaciona y comunica con sus semejantes, que conforma una agrupación conocida como sociedad, que reune a todos los seres humanos de una determinada época y territorio.
Para los socialistas, de todas las múltiples categorías que determinan al ser humano: cultural, económica, política, espiritual, psicológica, biológica, ontológica, jurídica, o semiótica, entre otras muchas, prevalece como fundamental la social, el ser humano se reduce a su condición social, que en la terminología marxista se distingue en clases enfrentadas: el proletariado desposeída y la burguesía capitalista propietaria de los medios de producción. A pesar de que las cosas han cambiado, los socialistas siguen negando la existencia de los seres humanos individuales, porque para ellos solo tienen importancia cuando están agrupados en el conglomerado que se denomina sociedad.
Los socialistas no gobiernan para los ciudadanos con identidad propia, sino para la sociedad que incluye a todos los ciudadanos con identidad colectiva. Desde el estructuralismo se considera que no es tan importante el elemento humano, como sus relaciones con otros seres humanos. El socialismo niega la libertad porque el ser humano debe perder su condición propia y diferenciada para disolverse en una condición común compartida por sus semejantes.
La doctrina del cautiverio
Para los socialistas todos los seres humanos son iguales, menos ellos, que se consideran los guardianes legítimos del bienestar de la sociedad, lo que les induce a la tentación totalitaria, porque piensan que todos los que se distinguen o quieren distinguirse, son burgueses potenciales que se deben adoctrinar en la única fe verdadera, que es el socialismo. Esta consideración de que la congregación de seres humanos es más importante que los propios seres humanos explica la intención liberticida del socialismo. Los seres humanos deben aspirar a ser todos iguales y renunciar a su libertad, que es un estigma de los capitalistas.
Pero lo más sorprendente es que los socialistas, enemigos ancestrales del capitalismo, viven en el capitalismo y del capitalismo, cometiendo el mayor error ideológico de su doctrina, por la única razón de que en todos los lugares donde el socialismo se ha implantado, la libertad ha desaparecido, el Estado ha crecido hasta convertirse en opresor y la burocracia funcionarial (habitualmente inflada por los socialistas) se ha encargado de mantener sus privilegios, a costa del perjuicio de los ciudadanos que pagan sus sueldos, pasando de servidores públicos a tiranos privilegiados, que se distinguen de los demás por sus condiciones laborales especiales.
Los sindicatos son organizaciones sectarias que defienden los intereses de sus afiliados contra el resto de trabajadores, a los que oprimen y coartan sin descanso, como se ha visto recientemente en la huelga del Metro de Madrid. La denominación de “agentes sociales” para los sindicalistas de izquierdas se corresponde más bien con la de guardianes del régimen al servicio del poder gubernamental.
Las izquierdas siempre han negado la igualdad de oportunidades, porque de aceptarla, no podrían colocar en los cargos públicos a los indigentes intelectuales que dirigen este país. Es una auténtica inmoralidad pública ver como auténticos ignorantes han sido alzados a la dirección de algunos ministerios, mientras entre los cinco millones de parados que hay en el país hay miles de personas más capacitadas para ocupar sus puestos. A eso lo denominan justicia social, es decir, que un inepto pueda ocupar un puesto de responsabilidad gracias a la imposición política.
Totalitarismo sin fin
El acaparamiento de poder del socialismo tiende siempre al totalitarismo, los servicios públicos, la justicia, la administración pública, la cultura se van llenando de socialistas dirigidos de forma autoritaria desde el partido, que deben rendir cuentas a sus superiores y no a los ciudadanos que les han votado. Los socialistas dicen defender lo público, cuando en realidad lo único que defienden son los privilegios propios, que jamás hubieran obtenido, en las condiciones que imperan para todos los demás. Es decir, se aprovechan de cerrar el futuro a todos los que tienen capacidad demostrada para gestionar la cosa pública, mientras colocan en los mejores puestos a los suyos, con el único mérito de su filiación.
La libertad acabará con el socialismo tarde o temprano, la gente no puede ser tan idiota, ni siquiera los votantes socialistas, al pensar que su apoyo al PSOE puede ofrecerles algo mejor que otras opciones políticas, evidentemente, tengo la certeza de que quienes están pagando más por la crisis en este país son aquellos que votaron a Zapatero, de los cinco millones de parados posiblemente la mayoría han votado socialista, por eso se explica que en este país no haya movimientos de rebelión social. ¿Cómo van a rebelarse contra aquellos que ellos mismos han elegido para gobernarles y les han defraudado?.
¿No resulta sorprendente que ante la debacle que ha organizado el PSOE en España no surja nadie desde la izquierda criticando las barbaridades que ha hecho ZP?. La propaganda organizada y los cordones sanitarios contra el PP servirán para que muchos de los socialistas que han visto como se deteriora su vida gracias a “los suyos” no voten por la derecha, pero tengo la certeza de que en las próximas elecciones tampoco votarán por el PSOE, salvo que en este país un asteroide destruya alguna gran ciudad y José Luis salga en La Noria diciendo que eso ha sido culpa de Aznar por andar en conversaciones con los extraterrestres que son unos fachas, amigos de Bush.
Atrapados, sin salida
Cada día hay más gente en este país que vive prácticamente en la esclavitud gracias al socialismo, con ninguna posibilidad de mejorar su situación a lo largo de su existencia, hagan lo que hagan y se esfuercen lo que se esfuercen, están estigmatizados por su origen para siempre y formarán parte de la servidumbre a los políticos, de izquierdas o de derechas, toda esta gente posiblemente siga votando al PSOE para evitar que gane la derecha, lástima de capacidad reflexiva y de inteligencia, porque si descubrieran que el PSOE les mantendrá en el paro, en la ignorancia, en la miseria, y en la esclavitud, con tal de seguir recibiendo su apoyo para triunfar en las elecciones, igual en un impulso de libertad eran capaces de votar a otro partido, y tal vez así, algún día, pudieran mejorar sus condiciones vitales, con el PSOE imposible, porque si mejoraran sus condiciones vitales dejarían de votar al PSOE, al PSOE realmente le interesa que los que menos tienen sigan igual siempre, porque así se aseguran, con sus falsas promesas, un electorado cautivo que les permite colocar a su gente en los mejores puestos del Estado para apropiarse de lo público en su beneficio.
Esta es la cruel paradoja que asola a los votantes del PSOE en este país, que si votan socialismo malo, porque el socialismo necesita un conglomerado social de desafortunados –la pobreza en este país sigue siendo del 20 % a lo largo de toda la democracia, el analfabetismo está creciendo, y hay cinco millones de parados- que le apoyen obligatoriamente, todo ésto no es producto de la casualidad o el error, sino de la estrategia, de la ingeniería social de cultivo electoral del PSOE, y la derecha, nunca va a mejorar la condiciones vitales para los votantes socialistas, para que sigan votando al PSOE.
Esta población cautiva es la que considera que la libertad es para los ricos, sin darse cuenta de que con su voto convierten en ricos a mezquinos falsarios que les prometen lo que jamás van a cumplir. Votan por sus negreros para seguir siendo esclavos, porque en su cabeza –que es su auténtica cárcel- no queda espacio para el concepto de libertad, con toda la propaganda y manipulación mental a que les han sometido desde la izquierda.
¿Libertad para qué?, se preguntan, si nada puede cambiar, todos nos explotarán, unos con una sonrisa y otros dándonos la espalda, esta es la auténtica miseria de la democracia en España.
Biante de Priena