A veces es bueno reflexionar, para descubrir las redes de perversión que asolan nuestra existencia. Os pido atención lectores, porque nunca pensé que fuera a escribir algún día lo que a continuación vais a leer. Los españoles hemos caído en una singular trampa tendida por los movimientos nacionalistas que pretenden la segregación de sus comunidades del Estado español.
Creo que hay un problema de enfoque sobre la cuestión que debemos resolver y debemos hacerlo pronto, considero que todos los ciudadanos que nos oponemos al nacionalismo catalán, vasco o gallego les estamos haciendo el caldo gordo a los que pretenden devolvernos a la época feudal. Con la colaboración del Partido Popular y la del Partido Socialista Obrero Español y todos los medios de comunicación.
Los españoles estamos atrapados en un estado hipnótico singular, porque no dejamos de hablar de las barbaridades que hacen y dicen los nacionalistas, y esto hace que no percibamos que los auténticos problemas que tenemos pasen desapercibidos: las hipotecas, el paro, la economía, la corrupción política, la corrupción mediática y económica. A los que se añade un paulatino decremento de nuestros derechos fundamentales, una imparable inflación y un progresivo incremento de los impuestos.
Al partido que gobierna le interesa que se hable de nacionalismos, y a su alternativa en la oposición también, mientras se reparten dividendos en los ámbitos de poder en los que están ejerciendo. Aquí todo el mundo mira lo que hace ETA, pero el constructor de la última case de la calle ha untado al concejal correspondiente y al partido que rige los asuntos de nuestro municipio.
Mediáticamente, los partidos políticos tienen la fortuna de que existan las reivindicaciones de los nacionalistas y los crímenes de los terroristas. Se aprovechan de su existencia, porque así tienen entretenida a la población como los romanos hacían con el circo y los cristianos. Del nacionalismo y del terrorismo vive mucha gente en España, cada día más. Es un gran negocio, mafioso, corrupto y deleznable, pero negocio al fin y al cabo.
Creo que va siendo hora de que nos demos cuenta de que la "realidad inventada" de los nacionalistas y de los terroristas cumple una función social, que es la de permitir que los políticos se sigan forrando a costa de los ciudadanos, llevando al pueblo español al capote de los criminales agresores, que lo son, pero no son los únicos.
España lleva 30 años secuestrada por los nacionalistas y los terroristas, y los españoles llevamos 30 años pagando el rescate, no a los terroristas y nacionalistas, sino a los partidos políticos que gobiernan en España, el PSOE y el Partido Popular, porque a su sombra es a la que se han hecho los grandes negocios corruptos que han convertido en afortunados a todos los gerifaltes de estas formaciones políticas, que es lo que al fin y al cabo les interesa, vivir a costa nuestra, mostrándonos que cada día está más próximo el fin de nuestros agresores.
Y una mierda, con el telón que suponen para que sigan haciendo lo que les da la gana, no se extinguirán en la vida. Este pueblo entra al trapo del terrorismo, mientras se va desangrando poco a poco como el manso en la plaza. Los españoles ya no nos crecemos ante el castigo, nos han hecho pensar que somos el torero, y en realidad somos el toro. Las lacras del nacionalismo y el terrorismo son execrables, pero extraordinariamente rentables. Menuda mafia. ¡Viva la fiesta nacional!
Biante de Priena
Creo que hay un problema de enfoque sobre la cuestión que debemos resolver y debemos hacerlo pronto, considero que todos los ciudadanos que nos oponemos al nacionalismo catalán, vasco o gallego les estamos haciendo el caldo gordo a los que pretenden devolvernos a la época feudal. Con la colaboración del Partido Popular y la del Partido Socialista Obrero Español y todos los medios de comunicación.
Los españoles estamos atrapados en un estado hipnótico singular, porque no dejamos de hablar de las barbaridades que hacen y dicen los nacionalistas, y esto hace que no percibamos que los auténticos problemas que tenemos pasen desapercibidos: las hipotecas, el paro, la economía, la corrupción política, la corrupción mediática y económica. A los que se añade un paulatino decremento de nuestros derechos fundamentales, una imparable inflación y un progresivo incremento de los impuestos.
Al partido que gobierna le interesa que se hable de nacionalismos, y a su alternativa en la oposición también, mientras se reparten dividendos en los ámbitos de poder en los que están ejerciendo. Aquí todo el mundo mira lo que hace ETA, pero el constructor de la última case de la calle ha untado al concejal correspondiente y al partido que rige los asuntos de nuestro municipio.
Mediáticamente, los partidos políticos tienen la fortuna de que existan las reivindicaciones de los nacionalistas y los crímenes de los terroristas. Se aprovechan de su existencia, porque así tienen entretenida a la población como los romanos hacían con el circo y los cristianos. Del nacionalismo y del terrorismo vive mucha gente en España, cada día más. Es un gran negocio, mafioso, corrupto y deleznable, pero negocio al fin y al cabo.
Creo que va siendo hora de que nos demos cuenta de que la "realidad inventada" de los nacionalistas y de los terroristas cumple una función social, que es la de permitir que los políticos se sigan forrando a costa de los ciudadanos, llevando al pueblo español al capote de los criminales agresores, que lo son, pero no son los únicos.
España lleva 30 años secuestrada por los nacionalistas y los terroristas, y los españoles llevamos 30 años pagando el rescate, no a los terroristas y nacionalistas, sino a los partidos políticos que gobiernan en España, el PSOE y el Partido Popular, porque a su sombra es a la que se han hecho los grandes negocios corruptos que han convertido en afortunados a todos los gerifaltes de estas formaciones políticas, que es lo que al fin y al cabo les interesa, vivir a costa nuestra, mostrándonos que cada día está más próximo el fin de nuestros agresores.
Y una mierda, con el telón que suponen para que sigan haciendo lo que les da la gana, no se extinguirán en la vida. Este pueblo entra al trapo del terrorismo, mientras se va desangrando poco a poco como el manso en la plaza. Los españoles ya no nos crecemos ante el castigo, nos han hecho pensar que somos el torero, y en realidad somos el toro. Las lacras del nacionalismo y el terrorismo son execrables, pero extraordinariamente rentables. Menuda mafia. ¡Viva la fiesta nacional!
Biante de Priena