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sábado, 11 de febrero de 2012

Democracia y teatro en la política europea



¡Que no sabrán los helenos de la política, que la inventaron!. Asistimos cada día a la tensión que proviene de la vieja Grecia. Europa no ha mirado tanto a la tierra de Pericles desde hace dos mil años. El problema es que mira sin ver, algo muy propio de las anteojeras que se han creado a propósito para la ocasión. Grecia se hace mirar, recordando que está ahí, siendo el Occidente más oriental de Europa. También Italia, España y Portugal, incluso Irlanda se hacen mirar. ¿Qué sería Europa sin los países que han formado sus cimientos más ancestrales en el pasado?.

La vieja Europa, en realidad es la Europa del Sur, si hoy existe una configuración cultural denominada Occidente se debe, fundamentalmente, a los países mencionados, que hoy conviven con otros de origen más calvinista, trabajadores organizados y disciplinados, que al fin y al cabo son los que cortan el bacalao: Alemania, Francia, Reino Unido, los países nórdicos y prácticamente los demás europeos, sin contar los del Este. Lo que ha venido denominándose la Europa del Norte.

Norte contra Sur, otra vez. En realidad, dos formas de entender la vida que confrontan con la realidad de distinta manera, una planificando el futuro para evitar imprevistos y otra, planificando la supervivencia cotidiana. Mientras no se resuelva esta frontera mental que nos separa y distingue, Europa tiene mal pronóstico.

Quizá sea hora de recordar que la política, al menos como se entiende en Occidente, surgió en Grecia. Y que sus primeras manifestaciones literarias se hicieron desde el teatro, de la mano de Eurípides, Aristófanes y Sófocles. Sus primeros cantos fueron poemas que mezclaron dioses con hombres y titanes. La mitología dio paso al logos cuando los griegos comprendieron que además de elevar plegarias a Zeus para que lloviera era aconsejable construir presas y aljibes por si acaso no escuchaba, ocupado en otras cosas, sus oraciones.

La política, tiene más semejanza con el teatro que con otra actividad humana cualquiera, es un juego de simulaciones y roles que se desempeña con genuina ambición de persuadir y convencer a los espectadores de que lo que está ocurriendo en el escenario es una representación emocionante y emocionada de la realidad. Algo de lo que nos habló Nietzsche cuando describió la tragedia de la deriva humana entre lo dionisiaco y lo apolíneo. La representación de máscaras (“hypócritas”) convierte en un carnaval el escenario, en el que los actores (políticos) se elevan sobre los coturnos (presencia permanente en nuestras vidas), por medio de los “megáfonos” (medios de comunicación) y sus disfraces variopintos, para redimirnos a todos en su catarsis de los males que nos asolan y asedian.

La representación política que tenemos en España y en otros países europeos, fundamentalmente del sur, en realidad representa más una obra de teatro de los políticos que los deseos y anhelos de los ciudadanos. Al contrario, la representación política de los países europeos del Norte si está relacionada con la democracia y el gobierno del pueblo, mucho menos con la representación teatral que someten los políticos del sur de Europa a los ciudadanos.

Y todos los conflictos, entre la Europa septentrional y meridional provienen de esta singular clave que explica que la democracia no es entendida de la misma forma por los ciudadanos de Hamburgo, Essex o Reims, que por los de Cádiz, Tarento o Kavala. Los del norte hacen de la política un instrumento para organizar sus vidas de la mejor forma posible, los del sur estamos condenados a asistir al espectáculo teatral que nos brindan los representantes políticos que nos hemos concedido, que nada tiene que ver con la democracia, sino con la demagogia más esperpéntica y aparatosa.

Mientras no sepamos convertir a los políticos de los países del sur de Europa en políticos como los que se conceden los ciudadanos del norte del continente, en nuestros empleados y limitar sus funciones al servicio público, estamos condenados a seguir asistiendo a ese magnífico espectáculo que nos brindan desde su hipocresía, subidos a sus coturnos y con sus bien amados megáfonos. Viven de ello, son los que tienen la capacidad de decidir que continúe el espectáculo; no tienen ninguna vocación de cambiar, así que tenemos teatro para rato. Ellos controlan nuestra vida desde el escenario, porque no asistimos, más que con engaño, a la representación de su obra pletórica de patetismo y sarcasmo. Como dijo Jean De la Bruyerre: "La vida es una tragedia para los que sienten, y una comedia para los que piensan." Es el carnaval de nuestros días.

Enrique Suárez

La razón estúpida sostenible

"Nuestra vida está salpicada de ocasiones en que sufrimos pérdidas de dinero, tiempo, energía, buen humor por culpa de las dudosas acciones de alguna absurda criatura a la que, en los momentos más impensables e inconvenientes, se le ocurre causarnos daños, frustraciones y dificultades, sin que ella vaya a ganar absolutamente nada con sus acciones. Nadie sabe, entiende o puede explicar por qué esta absurda criatura hace lo que hace. En realidad no existe explicación -o mejor dicho- solo hay una explicación: la persona en cuestión es estúpida. " Carlo María Cipolla


Vamos camino de descubrir el fuego, a este paso volveremos a vivir en cuevas y taparnos con pieles. Pero lo haremos satisfechos porque será en aras del progreso. Atónitos deben estar los observadores internacionales que residen en España, que cada mañana envían las crónicas del acontecer a los medios de comunicación en los que trabajan.

Ahora se comprende mucho mejor por que España en el año 2006 sufrió la mayor desinversión extranjera del mundo, (algo que explica mejor que cualquier otra variable el origen de nuestra crisis económica) por encima de los Estados Unidos del Lehman Brothers. No es baladí, el capital salió corriendo de nuestro país al ver que nos estaban convirtiendo ladinamente en la república bolivariana europea de los países del Estado otrora español.

Realmente en nuestro país hay tanta gente que se ha acostumbrado a vivir de los demás, a pensar en que sólo tienen derechos y no deberes, a que los demás trabajen para ellos, que hoy podemos decir que tenemos la aristocracia social más importante de Occidente. Aquí ser sindicalista es algo así como ser conde y político del PSOE o IU algo parecido a marqués. Ser de izquierdas es una alegoría de nobleza democrática.

Tomar la calle, lo más y defender lo indefendible un signo de coraje popular contra la opresión de los poderosos. Todo lo demás, es la derecha que, gracias a que los sectarios se miden, pero bien se merecería el exterminio por no apoyar el totalitarismo, la sinrazón y la estupidez. Son los filósofos de lo social los que nos dicen que cien tarugos tienen más razón que un sabio, porque la verdad debe ser democrática. Ya me imagino en un vuelo de avión votando a todas estas acémilas mononeuronales la hoja de ruta del vuelo y obligando al piloto a seguirla bajo amenaza de amotinamiento. Da miedo tanta impostura y simplicidad.

Pero lo mejor de todo es que toda esta corte de mamelucos que se consideran algo por reunirse en masa, son los que han guiado los pasos de este país durante los últimos ocho años, ocupando los cargos más relevantes de la administración pública por el dedo del puño. ¿Cómo no vamos a estar en quiebra?

Ser estúpido no es tan fácil en estos tiempos, hay muchas opciones para dejar atrás la estupidez, luego requiere vocación y esfuerzo negar la realidad y confundirla con los delirios que brotan en la cabeza de los salvadores del mundo con paz y amor, y el plus pal salón. Lo dije hace muchos años, pero pasó desapercibido: cuando el PSOE accedió al poder tras el atentado del 11-M, el ocupante de la Moncloa, se propuso dirigir en unión de otros tantos descerebrados, un movimiento revolucionario y transformador que convirtiera la democracia española al socialismo con tintes nacionalistas y erradicara, con un portentoso lavado de cerebro, aprovechando los altavoces mediáticos, cualquier resistencia intelectual y política a la nueva cultura, a las nuevas relaciones sociales, a la nueva política.

La razón en democracia es del pueblo, así que si un par de idiotas deciden contra cualquier razón lógica que lo mejor para España es crear energías renovables y cerrar las centrales nucleares, ese es el objetivo que debe cumplirse, porque la realidad no proviene más que de los deseos de los iluminados; mientras tanto que se forren los de las renovables a costa de todos los españoles que para eso son de los nuestros.

Pues con esta forma de pensar y actuar, con unos sindicatos que defienden a los trabajadores frente a los parados, con un Gobierno que consideraba que el mayor crimen contra la humanidad era pensar y no ser socialista ¿cómo no íbamos a irnos a la mierda?. Estaba cantado y además, con la impunidad del Eróstrato de turno que incendia un país para ver como arde y ser recordado por ello.

¿De verdad a ustedes les extraña que esta corte de los milagros se eche a la calle por que la Sala Segunda del Tribunal Supremo ha inhabilitado a la Belén Esteban de la justicia? Es que no tienen vergüenza mira que cargarse al juez del pueblo por ser de izquierdas. Y lo peor, es que siguen pensando en su delirio que siguen en el Gobierno, porque tienen la fuerza de la calle, preparada para saltar cuando los sindicatos hagan la señal.

Me da la impresión de que a lo que estamos asistiendo es al movimiento reaccionario más importante desde el franquismo, porque al haber perdido el PSOE casi todo el poder en España, lo único que les queda es intentarlo por la puerta de atrás, a ver si logran chantajear a los españoles y atemorizar al Gobierno, como cuando Rubalcaba dijo que necesitábamos un Gobierno que no nos mintiera, para imponernos más tarde los Gobiernos que más han mentido a los españoles en la historia de nuestra democracia, y además con una irresponsabilidad que raya en la imbecilidad extrema, sin reconocer siquiera que a los que más han acabado jodiendo en sus vidas era precisamente a los que se atrevieron a votarles en su día.

¿Qué estarán pensando hoy los que gracias a la papeleta que depositaron a favor del PSOE en el 2004 y después insistieron en el 2008 hoy se encuentran sin trabajo, han perdido su casa y posiblemente van a vivir los próximos años mucho peor de lo que vivieron hasta que elevaron al Zapatero a La Moncloa?. Y no tienen ni agallas para reclamarles por los destrozos, porque como decían que les machacaron por su bien, para que la derecha no alcanzara el poder, supongo que se habrán quedado tan contentos. Menudo precio más elevado el que algunos han pagado por elegir que otros les mandaran… a la misma mierda.

Biante de Priena

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