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lunes, 24 de noviembre de 2008
De Cumbre en Cumbre... Hasta Llegar a la Cima de la Crisis
TEXTO: Una vez escalada la primera cumbre / Ahora, otros cuatro meses cuesta arriba / Hasta llegar a la siguiente cumbreeeee
Blog: dibujandolacrisis.blogspot.com
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La rebelión transversal
En España, está a punto de romperse -si no se ha roto ya- el canal de comunicación entre los ciudadanos y sus representantes políticos. La representación política adscrita a los partidos políticos, se ha convertido en una nueva forma de tiranía, que aprovecha el formalismo democrático para imponer su opresión y sustentar su privilegio.
Los ciudadanos de este país, hemos visto reducida nuestra soberanía a la elección entre las alternativas que nos ofrecen los partidos políticos, o la expresión de nuestro desacuerdo en votos de protesta -en blanco, nulos-, o la abstención.
El sistema democrático se ha convertido, en una solemne representación teatral, en manos de los usurpadores políticos, que solicita periódicamente la presencia de los ciudadanos para ratificase legítimamente. En estas condiciones, nos dirigimos discretamente hacia grandes campañas que promoverán la abstención política, la no participación en este juego de ventaja para una minoría y depredación para la inmensa mayoría.
Los partidos políticos están en vías de extinción en el mundo occidental. El nivel cultural de los ciudadanos, las nuevas tecnologías, la información comunidad por internet, a las que se añade la colección de despropósitos institucionales, desde los bien conocidos del Gobierno de la nación (y la oposición), hasta los favoritismos del municipio más remoto, no permiten su existencia, su supervivencia.
Por mucho que se empeñen los medios de comunicación -siempre subvencionados- en trasladarnos el altruismo público de los políticos, los medios alternativos nos informan cada día de su despilfarro, sus abusos de poder, y su mezquindad, que prevalecen sobre la ingenuidad, cuando vemos como cada día tenemos que trabajar más -si acaso tenemos trabajo- para tener menos poder adquisitivo, más inseguridad económica y social, más desigualdades oprobiosas -en comparación por los designados-, y menos libertad.
El poder, exclusivamente en manos de los políticos, se ha convertido en una herramienta de opresión contra los ciudadanos, al tiempo que una fuente de privilegios para los actores de la obra, una forma "legal" de establecer negocios con la cosa pública a espaldas de los ciudadanos. La desconfianza de los contribuyentes es generalizada.
Es cierto que España no es el único país occidental en el que estas cosas ocurren, porque en otros como Italia, con los movimientos de manos limpias o el movimiento ciudadano de Beppe Grillo, hace tiempo que están en pie de guerra, también en Francia, donde un político centrista, Bayrou, ha convertido su partido la UDF en un movimiento democrático, el MoDem, en el que la pertenencia al partido no supone más que una voluntad mayor de cooperación, con respecto a cualquier ciudadano. En España han surgido en los últimos tiempos algunas formaciones políticas, que poco tienen que ver con estas alternativas europeas, fundamentalmente porque no respetan la democracia en sus seno, como Ciutadans y UPyD, que más que alternativas a lo existente, son alevines del más de lo mismo.
Sin embargo, ayer domingo se manifestó en Madrid un movimiento ciudadano sin otra adscripción política que la protesta contra el mal uso del dinero público por parte de los políticos. Su lema era singular: "Con mi dinero, no". Y dos mil personas acudieron a su convocatoria en la Plaza Colón de Madrid, dos mil ciudadanos hartos de ver como los políticos les chulean el bienestar a que tienen derecho constitucional, por sus decisiones políticas arbitrarias, que al fin son inversiones en su manipulación de la realidad para vendernos la luna por parcelas, mientras se van quedando con la tierra en la que vivimos.
Les dejo el discurso que Enrique de Diego pronunció en ese acto, él es uno de los líderes del movimiento ciudadano denominado como Plataforma de las clases medias. Desde Ciudadanos en la Red apoyamos esta plataforma en su día y lo seguiremos haciendo. Hay una cosa en la que estamos muy de acuerdo con esta alternativa, en ella no hay representantes, cada ciudadano se representa a sí mismo, es por tanto, un movimiento horizontal, al contrario de lo que ocurre en los partidos políticos -los viejos como el PSOE o el PP o los nuevos como Ciutadans y UPyD-, en los que la jerarquía de poder establecida de forma vertical, exigen que los ciudadanos renuncien al ejercicio de su soberania, su libertad y sus derechos, en función de que los dirigentes -ungidos por no se sabe que dioses- son los únicos con capacidad de decisión. Los partidos políticos en España son el último residuo del franquismo, y mientras no sean erradicados, seguiremos viviendo en la herencia de una dictadura, para nada se puede llamar a esto democracia.
Los ciudadanos españoles somos libres e iguales, es decir, transversales, no tenemos vasallaje con nadie, ni nos debemos a ninguna bandera que no sea la española, ni a ninguna normativa que no sea exclusivamente la contenida en nuestra Constitución de 1978. Por supuesto, la lengua en la que nos expresamos es nuestro idioma, hablado por casi 500 millones de personas en el mundo, y estamos hartos, pero que muy hartos, de que nos tomen el pelo, de que consideren que somos ganado, de que no nos respeten, y de que actúen como si no existiéramos.
Las cosas van a cambiar pronto en España, como ha ocurrido recientemente en Estados Unidos, porque "negros" en este país es lo que sobra, y va siendo hora de que uno de esos "negros" -un contribuyente amordazado y secuestrado en su voluntad, sometido al paternalismo de los políticos- ocupe por primera vez la Presidencia del Gobierno.
Hay que erradicar de una vez la tiranía de los "amos blancos" de la casta política, que nos dicen lo que tenemos que hacer, lo que tenemos que pagar, y como tenemos que vivir, y a los que cada cuatro años debemos de ratificar en las urnas para que sigan haciendo lo mismo.
Biante de Priena
Los ciudadanos de este país, hemos visto reducida nuestra soberanía a la elección entre las alternativas que nos ofrecen los partidos políticos, o la expresión de nuestro desacuerdo en votos de protesta -en blanco, nulos-, o la abstención.
El sistema democrático se ha convertido, en una solemne representación teatral, en manos de los usurpadores políticos, que solicita periódicamente la presencia de los ciudadanos para ratificase legítimamente. En estas condiciones, nos dirigimos discretamente hacia grandes campañas que promoverán la abstención política, la no participación en este juego de ventaja para una minoría y depredación para la inmensa mayoría.
Los partidos políticos están en vías de extinción en el mundo occidental. El nivel cultural de los ciudadanos, las nuevas tecnologías, la información comunidad por internet, a las que se añade la colección de despropósitos institucionales, desde los bien conocidos del Gobierno de la nación (y la oposición), hasta los favoritismos del municipio más remoto, no permiten su existencia, su supervivencia.
Por mucho que se empeñen los medios de comunicación -siempre subvencionados- en trasladarnos el altruismo público de los políticos, los medios alternativos nos informan cada día de su despilfarro, sus abusos de poder, y su mezquindad, que prevalecen sobre la ingenuidad, cuando vemos como cada día tenemos que trabajar más -si acaso tenemos trabajo- para tener menos poder adquisitivo, más inseguridad económica y social, más desigualdades oprobiosas -en comparación por los designados-, y menos libertad.
El poder, exclusivamente en manos de los políticos, se ha convertido en una herramienta de opresión contra los ciudadanos, al tiempo que una fuente de privilegios para los actores de la obra, una forma "legal" de establecer negocios con la cosa pública a espaldas de los ciudadanos. La desconfianza de los contribuyentes es generalizada.
Es cierto que España no es el único país occidental en el que estas cosas ocurren, porque en otros como Italia, con los movimientos de manos limpias o el movimiento ciudadano de Beppe Grillo, hace tiempo que están en pie de guerra, también en Francia, donde un político centrista, Bayrou, ha convertido su partido la UDF en un movimiento democrático, el MoDem, en el que la pertenencia al partido no supone más que una voluntad mayor de cooperación, con respecto a cualquier ciudadano. En España han surgido en los últimos tiempos algunas formaciones políticas, que poco tienen que ver con estas alternativas europeas, fundamentalmente porque no respetan la democracia en sus seno, como Ciutadans y UPyD, que más que alternativas a lo existente, son alevines del más de lo mismo.
Sin embargo, ayer domingo se manifestó en Madrid un movimiento ciudadano sin otra adscripción política que la protesta contra el mal uso del dinero público por parte de los políticos. Su lema era singular: "Con mi dinero, no". Y dos mil personas acudieron a su convocatoria en la Plaza Colón de Madrid, dos mil ciudadanos hartos de ver como los políticos les chulean el bienestar a que tienen derecho constitucional, por sus decisiones políticas arbitrarias, que al fin son inversiones en su manipulación de la realidad para vendernos la luna por parcelas, mientras se van quedando con la tierra en la que vivimos.
Les dejo el discurso que Enrique de Diego pronunció en ese acto, él es uno de los líderes del movimiento ciudadano denominado como Plataforma de las clases medias. Desde Ciudadanos en la Red apoyamos esta plataforma en su día y lo seguiremos haciendo. Hay una cosa en la que estamos muy de acuerdo con esta alternativa, en ella no hay representantes, cada ciudadano se representa a sí mismo, es por tanto, un movimiento horizontal, al contrario de lo que ocurre en los partidos políticos -los viejos como el PSOE o el PP o los nuevos como Ciutadans y UPyD-, en los que la jerarquía de poder establecida de forma vertical, exigen que los ciudadanos renuncien al ejercicio de su soberania, su libertad y sus derechos, en función de que los dirigentes -ungidos por no se sabe que dioses- son los únicos con capacidad de decisión. Los partidos políticos en España son el último residuo del franquismo, y mientras no sean erradicados, seguiremos viviendo en la herencia de una dictadura, para nada se puede llamar a esto democracia.
Los ciudadanos españoles somos libres e iguales, es decir, transversales, no tenemos vasallaje con nadie, ni nos debemos a ninguna bandera que no sea la española, ni a ninguna normativa que no sea exclusivamente la contenida en nuestra Constitución de 1978. Por supuesto, la lengua en la que nos expresamos es nuestro idioma, hablado por casi 500 millones de personas en el mundo, y estamos hartos, pero que muy hartos, de que nos tomen el pelo, de que consideren que somos ganado, de que no nos respeten, y de que actúen como si no existiéramos.
Las cosas van a cambiar pronto en España, como ha ocurrido recientemente en Estados Unidos, porque "negros" en este país es lo que sobra, y va siendo hora de que uno de esos "negros" -un contribuyente amordazado y secuestrado en su voluntad, sometido al paternalismo de los políticos- ocupe por primera vez la Presidencia del Gobierno.
Hay que erradicar de una vez la tiranía de los "amos blancos" de la casta política, que nos dicen lo que tenemos que hacer, lo que tenemos que pagar, y como tenemos que vivir, y a los que cada cuatro años debemos de ratificar en las urnas para que sigan haciendo lo mismo.
Biante de Priena
Urganisan el 4art Reich Cuatribarrat Cataluf-001
Primera acció dal Albert Speer Kumandu: Raspunsapla da la Noba Arquitectura da michans da cumunicasiò y dastrucsió y axtarmini da michans hustils dal Nou Reich Cuatribarrat.
Heil Caganer!
Sigh Mein Fürher heil
Heil Caganer!
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