Quizás uno de los despectivos más utilizados por la izquierda española para deslegitimar a sus adversarios políticos sea el denominarlos “fachas”, que viene a ser como llamarlos fascistas de forma familiar, pero sin duda el preferido por los iletrados del gobierno es definirlos “de derechas”, que viene la derecha, como si la guerra civil no hubiera concluido todavía y estuvieran entonando el “No Pasarán” de nuevo.
Decir que alguien es de derechas, por alguien que siempre es de izquierdas, es el mejor argumento para descalificar todo lo que pueda decir, tenga razón o no la tenga. La verdad, que en estos tiempos el rango argumental de los socialistas es el más bajo de su historia, posiblemente nunca haya habido un gobierno tan absolutamente iletrado, además de nefasto, para la inmensa mayoría de los españoles.
A los de izquierdas, todos los que no son de los suyos siempre les quedan a la derecha, es algo normal y aceptado por todo el mundo, desde su dogmatismo irredento, su descaro liberticida, y su aspiración de representar en exclusiva la sociedad, lo que denota tanta soberbia como estupidez. Ser de derechas es lo peor, es como la estrella de los judíos para los nazis o ser negro para el ku-klus-klan o burgués para los marxistas.
Cuando alguien le dice a un socialista que el Gobierno está haciendo una política de derechas, siempre echa las manos a la cabeza, porque subir los impuestos, congelar las pensiones, introducir políticas restrictivas en el mercado laboral, bajar los sueldos de los funcionarios, e incrementar el paro, el déficit y la deuda, cuando lo hacen los del PSOE no es política de derechas, a ver si me entienden, porque según ellos es política de izquierdas en realidad, aunque no lo parezca. ¿Cómo va a ser de derechas el PSOE con todo lo que ha hecho por este país desde “la honradez de más de cien años” que le ha caracterizado tradicionalmente?.
Verán ustedes, aquí los únicos crímenes económicos y políticos siempre son culpa de la derecha, eso sí, sin juicio, ni sentencia, porque el socialismo tiene esa potestad de decir lo que es justo o no justo según su doctrina, como la Santa Inquisición sabía quienes eran los que habían pecado y aborrecido a Dios, solo con mirarlos o mediante torturas. La iluminación de la justicia social concede el privilegio de saber lo que está bien o mal a los privilegiados, según convenga al juez por la gracia materialista y la inspiración marxista, solo necesita consultar con su conciencia para saberlo todo, que más da que la realidad diga lo contrario.
Realmente es triste contemplar tanta ignorancia en un país que está mucho más preocupado por el desenlace del culebrón de Belén (no precisamente el lugar de nacimiento de Jesús), que por la deuda que adquiere cada día el gobierno, el incremento del paro, o los análisis sobre nuestra penosa situación económica, política y social. La izquierda induce a la ignorancia a sus votantes de forma permanente, haciendo que se fijen en el circo romano que se han montado en la programación de las televisiones a la carta del gobierno. La libertad del pueblo para los socialistas es la de obedecer a sus instrucciones, acudir a votar cuando les manden y por quien les manden, o en su defecto, ser fachas o de derechas.
A mí, lo que realmente me fascina es que la gente todavía huye de que le otorguen la etiqueta de derechas como si ser de izquierdas fuera el no va más. Ese complejo irredento en los conservadores del PP nos ha costado a los españoles tanto como las meteduras de pata del PSOE, con ese iluminado de aspecto inocente que habita en La Moncloa y que se ha cargado nuestro porvenir y el de las próximas generaciones, alguien a quien la inmensa mayoría de los españoles abomina (78 % según la penúltima encuesta del CIS).
Ayer fue el día de la nación española y al escapista de las cejas solo se le ocurrió decir que abuchearle a él es una falta de respeto a los actos de conmemoración de nuestra patria, a las víctimas militares fallecidas en actos de guerra camuflada, algo que no se puede consentir y que está organizado por la derecha o la extrema derecha. A estas alturas ya podían ir cambiando la propaganda de su discurso, porque aquí los modernos progresistas llevan repitiendo el mismo discurso desde 1934, pero luego los conservadores son los demás. Realmente da miedo pensar como será el nivel intelectual del votante socialista medio cuando es capaz de entrar al trapo de de una estrategia tan desfasada y antigua, porque se deduce que si los socialistas consideraran que sus votantes pensaran más allá de su instrucción táctica, alguno podría preguntarse quien está realmente a la derecha respecto a ellos que son los que pagan las consecuencias, como los demás españoles, si los del PP que están en la oposición, o los del PSOE que les han dejado en el paro y la ruina, eso sí, por su bien. Que poco respeto tienen los socialistas por la inteligencia de sus electores.
Ustedes fíjense como piensa esta gente, un sector numeroso de los asistentes a los actos gritan desaforadamente “Zapatero dimisión” y la falta de respeto es contra el acto, no contra Zapatero al que se le pide la dimisión, precisamente por haber devaluado con su presencia el acto, ¿por qué realmente que hacía en el día de la nación española el Presidente del Gobierno que ha sido el peor enemigo de nuestra condición nacional y nuestra Constitución a lo largo de la historia de la democracia?. Pero lo mejor es lo de la ministra de defensa que para evitar nuevas circunstancias similares pretende amordazar al pueblo con un protocolo consensuado en el Parlamento, para imponer un esparadrapo en la boca a todos los asistentes, o celebrar los actos sin asistencia de público.
Verán ustedes, los de izquierdas no tienen educación, y jamás han tenido respeto por otras ideas que no sean las suyas, son unos dogmáticos totalitarios, aupados al poder por la ignorancia de sus votantes, a los que alguien tendrá que recordarles algún día que también son responsables de lo que está ocurriendo por haber elegido, eso sí, de forma muy democrática o algo así, a una banda de tarugos para dirigir el país. Eso sí, mientras lleguen los 420 euros del Estado todos los meses no pasará nada, pero el día que no lleguen, vamos a ver hogueras por doquier.
¿Qué pensarán de nosotros los británicos, los franceses, los holandeses, los italianos, los alemanes, los suecos y tantos otros europeos que son gobernados por partidos conservadores y partidos liberales?. No lo sé, pero nada bueno seguro, lo que sí sé es lo que argumentariá un gobernante socialista si le preguntarán por qué prácticamente en toda Europa, menos en España, Portugal, Irlanda y Grecia (los PIGS), no gobierna el socialismo, pues les responderían, sin cortarse lo más mínimo, que no tienen (como es nuestro caso), los graves problemas de paro, deuda económica, déficit público, y la mayor crisis política y económica de todos los países de la OCDE, porque son de derechas y se quedarán tan frescos.
¿Qué echan en la tele?. ¿En que canal sale Belén, su marido, la asistenta o la peluquera de su madre?. Ahí les quiere a todos Don José Blanco, sean obedientes y sigan las instrucciones, para estar bien informados, porque como no se sepan lo que comió y las horas a las que orinó y defecó Belén, corren el peligro de ser ustedes unos fachas, vamos de la derecha (pronunciado con desprecio, desdén y estridencia, todo junto).
Biante de Priena
Decir que alguien es de derechas, por alguien que siempre es de izquierdas, es el mejor argumento para descalificar todo lo que pueda decir, tenga razón o no la tenga. La verdad, que en estos tiempos el rango argumental de los socialistas es el más bajo de su historia, posiblemente nunca haya habido un gobierno tan absolutamente iletrado, además de nefasto, para la inmensa mayoría de los españoles.
A los de izquierdas, todos los que no son de los suyos siempre les quedan a la derecha, es algo normal y aceptado por todo el mundo, desde su dogmatismo irredento, su descaro liberticida, y su aspiración de representar en exclusiva la sociedad, lo que denota tanta soberbia como estupidez. Ser de derechas es lo peor, es como la estrella de los judíos para los nazis o ser negro para el ku-klus-klan o burgués para los marxistas.
Cuando alguien le dice a un socialista que el Gobierno está haciendo una política de derechas, siempre echa las manos a la cabeza, porque subir los impuestos, congelar las pensiones, introducir políticas restrictivas en el mercado laboral, bajar los sueldos de los funcionarios, e incrementar el paro, el déficit y la deuda, cuando lo hacen los del PSOE no es política de derechas, a ver si me entienden, porque según ellos es política de izquierdas en realidad, aunque no lo parezca. ¿Cómo va a ser de derechas el PSOE con todo lo que ha hecho por este país desde “la honradez de más de cien años” que le ha caracterizado tradicionalmente?.
Verán ustedes, aquí los únicos crímenes económicos y políticos siempre son culpa de la derecha, eso sí, sin juicio, ni sentencia, porque el socialismo tiene esa potestad de decir lo que es justo o no justo según su doctrina, como la Santa Inquisición sabía quienes eran los que habían pecado y aborrecido a Dios, solo con mirarlos o mediante torturas. La iluminación de la justicia social concede el privilegio de saber lo que está bien o mal a los privilegiados, según convenga al juez por la gracia materialista y la inspiración marxista, solo necesita consultar con su conciencia para saberlo todo, que más da que la realidad diga lo contrario.
Realmente es triste contemplar tanta ignorancia en un país que está mucho más preocupado por el desenlace del culebrón de Belén (no precisamente el lugar de nacimiento de Jesús), que por la deuda que adquiere cada día el gobierno, el incremento del paro, o los análisis sobre nuestra penosa situación económica, política y social. La izquierda induce a la ignorancia a sus votantes de forma permanente, haciendo que se fijen en el circo romano que se han montado en la programación de las televisiones a la carta del gobierno. La libertad del pueblo para los socialistas es la de obedecer a sus instrucciones, acudir a votar cuando les manden y por quien les manden, o en su defecto, ser fachas o de derechas.
A mí, lo que realmente me fascina es que la gente todavía huye de que le otorguen la etiqueta de derechas como si ser de izquierdas fuera el no va más. Ese complejo irredento en los conservadores del PP nos ha costado a los españoles tanto como las meteduras de pata del PSOE, con ese iluminado de aspecto inocente que habita en La Moncloa y que se ha cargado nuestro porvenir y el de las próximas generaciones, alguien a quien la inmensa mayoría de los españoles abomina (78 % según la penúltima encuesta del CIS).
Ayer fue el día de la nación española y al escapista de las cejas solo se le ocurrió decir que abuchearle a él es una falta de respeto a los actos de conmemoración de nuestra patria, a las víctimas militares fallecidas en actos de guerra camuflada, algo que no se puede consentir y que está organizado por la derecha o la extrema derecha. A estas alturas ya podían ir cambiando la propaganda de su discurso, porque aquí los modernos progresistas llevan repitiendo el mismo discurso desde 1934, pero luego los conservadores son los demás. Realmente da miedo pensar como será el nivel intelectual del votante socialista medio cuando es capaz de entrar al trapo de de una estrategia tan desfasada y antigua, porque se deduce que si los socialistas consideraran que sus votantes pensaran más allá de su instrucción táctica, alguno podría preguntarse quien está realmente a la derecha respecto a ellos que son los que pagan las consecuencias, como los demás españoles, si los del PP que están en la oposición, o los del PSOE que les han dejado en el paro y la ruina, eso sí, por su bien. Que poco respeto tienen los socialistas por la inteligencia de sus electores.
Ustedes fíjense como piensa esta gente, un sector numeroso de los asistentes a los actos gritan desaforadamente “Zapatero dimisión” y la falta de respeto es contra el acto, no contra Zapatero al que se le pide la dimisión, precisamente por haber devaluado con su presencia el acto, ¿por qué realmente que hacía en el día de la nación española el Presidente del Gobierno que ha sido el peor enemigo de nuestra condición nacional y nuestra Constitución a lo largo de la historia de la democracia?. Pero lo mejor es lo de la ministra de defensa que para evitar nuevas circunstancias similares pretende amordazar al pueblo con un protocolo consensuado en el Parlamento, para imponer un esparadrapo en la boca a todos los asistentes, o celebrar los actos sin asistencia de público.
Verán ustedes, los de izquierdas no tienen educación, y jamás han tenido respeto por otras ideas que no sean las suyas, son unos dogmáticos totalitarios, aupados al poder por la ignorancia de sus votantes, a los que alguien tendrá que recordarles algún día que también son responsables de lo que está ocurriendo por haber elegido, eso sí, de forma muy democrática o algo así, a una banda de tarugos para dirigir el país. Eso sí, mientras lleguen los 420 euros del Estado todos los meses no pasará nada, pero el día que no lleguen, vamos a ver hogueras por doquier.
¿Qué pensarán de nosotros los británicos, los franceses, los holandeses, los italianos, los alemanes, los suecos y tantos otros europeos que son gobernados por partidos conservadores y partidos liberales?. No lo sé, pero nada bueno seguro, lo que sí sé es lo que argumentariá un gobernante socialista si le preguntarán por qué prácticamente en toda Europa, menos en España, Portugal, Irlanda y Grecia (los PIGS), no gobierna el socialismo, pues les responderían, sin cortarse lo más mínimo, que no tienen (como es nuestro caso), los graves problemas de paro, deuda económica, déficit público, y la mayor crisis política y económica de todos los países de la OCDE, porque son de derechas y se quedarán tan frescos.
¿Qué echan en la tele?. ¿En que canal sale Belén, su marido, la asistenta o la peluquera de su madre?. Ahí les quiere a todos Don José Blanco, sean obedientes y sigan las instrucciones, para estar bien informados, porque como no se sepan lo que comió y las horas a las que orinó y defecó Belén, corren el peligro de ser ustedes unos fachas, vamos de la derecha (pronunciado con desprecio, desdén y estridencia, todo junto).
Biante de Priena