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viernes, 26 de marzo de 2010

Hacia los 6 millones de parados


¿Por qué nos miente el Gobierno?. Saben perfectamente, y si no lo saben deberían saberlo que el problema del empleo en España no es una cuestión coyuntural, sino estructural.

Hay gente que ahora está en el paro que en su vida logrará tener un trabajo continuado y vivirá lo que le quede de vida entre contratos temporales y ayudas estatales, es decir de los impuestos cada vez más elevados que tributen el resto de los ciudadanos.

El problema del desempleo en España no es una cuestión sin importancia, a la que no se le preste atención porque esté a punto de resolverse, es la primera preocupación para más del 81 % de los españoles. El fenómeno del desempleo ha dejado a nuestro país a las puertas del bienestar que disfrutan en otras naciones europeas más consolidadas económicamente.

El Gobierno está mintiendo a los ciudadanos, porque el desempleo que se ha producido en España no proviene exclusivamente del estallido de la burbuja inmobiliaria, sino de otros fenómenos compartidos con otros países occidentales, pero que nos afectan mucho más que a ellos.

Actualmente tenemos en España cuatro millones y medio de parados, pero posiblemente nos acerquemos a la cifra de seis millones a finales del año 2012.

La estructura laboral de España se ha configurado fundamentalmente sobre el sector servicios que ya emplea a cerca del 70 % de los trabajadores españoles, la industria ocuparía a poco más de un 15 % y la construcción a un 10 % -cifra prácticamente inamovible-, mientras que la agricultura y ganadería ocuparía exclusivamente a menos de un millón de personas, un 5 % de la población.

En el momento en que la Construcción empleaba a más trabajadores en España, no empleaba a más de 1,8 millones de trabajadores. Cuando el PP perdió las elecciones en España había, 2,3 millones de trabajadores desempleados, ahora hay 2,2 millones más, prácticamente el doble.

Además de la baja tasa de productividad de los trabajadores españoles, aproximadamente el 60 % de la media europea y el escaso dinamismo de nuestra economía en la creación de nuevas contrataciones, los sindicatos se han acantonado con José Luis en la no cesión a implantar una Reforma Laboral que este país necesita con extrema urgencia.

El origen del elevado crecimiento del desempleo en España no proviene tanto de nuestra coyuntura laboral interna –que es absolutamente lamentable-, sino de la coyuntura externa.

La globalización de los mercados ha traído como consecuencia la deslocalización de empresas. En España se ha producido una deslocalización encubierta, a la que el Gobierno no ha presentado otra alternativa más que la promoción de empleo temporal público con planes sin sentido, que han derrochado el dinero público para generar menos de 300.000 puestos temporales de trabajo, para que los afortunados pudieran recibir ayudas posteriormente.

El problema acuciante de nuestra economía, es que los empresarios están produciendo en lugares donde los costes de producción se dividen por diez, fundamentalmente por los costes laborales. Las economías emergentes de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) son extraordinariamente competitivas, porque en la China comunista, por ejemplo, un obrero puede trabajar 14 horas diarias por 50 euros al mes. Cierto es que la economía española también se ha deslocalizado, fundamentalmente hacia los países iberoamericanos, dentro de poco tiempo la cuenta de resultados de algunas empresas españolas recibirá más dividendos por su inversión foránea que por su inversión nacional.

Hace varios años, consideré que la economía mundial se dividiría en países productores (la inmensa mayoría) y países consumidores (la Europa Occidental, Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia). Los países productores producirán como posesos para que los consumidores nos asfixiemos consumiendo, para que el sistema siga funcionando. ¿Pero cómo van a consumir los desempleados cada vez más numerosos?.

En algunas estimaciones sobre la evolución de la deslocalización en nuestro país, se dice que podría llegar a afectar a un 25 % de la población laboral, en sectores transaccionales –mano de obra poco cualificada, que cambia de sector según haya o no trabajo en el mismo-. Un 25 % de desempleo se corresponde con más de seis millones de desempleados, y es la cifra esperada exclusivamente por el fenómeno de la globalización, a la que habrá que añadir la disminución en el sector de la construcción y la correspondiente en el sector de servicios, sometido a volatilidad laboral y temporalidad.

La economía española ha perdido varios puestos en su competitividad relativa, fundamentalmente gracias a la ineptitud de los gobiernos de José Luis, porque la inelasticidad de nuestro mercado laboral se ha convertido en un arancel a los productos que exportamos, mientras nuestra balanza comercial resulta cada día más deficitaria y no lo es más gracias a los dividendos que las multinacionales españolas obtienen en el exterior.

El porvenir de la economía española está próximo a la catástrofe, y lo peor que puede hacerse para resolver los graves problemas que tiene nuestro sector laboral, es nada, que es precisamente lo que ha decidido hacerse desde el Gobierno, ocultándolo bajo operaciones de maquillaje la realidad, que sólo sirven para fumigar moralina sobre los votantes del PSOE, para que sigan creyendo que todo está controlado. No hacer nada eficaz es el único plan consistente del Gobierno, que espera que la crisis económica se resuelva por si misma.

Cuando alcancemos los seis millones de parados todavía habrá gente que dirá que ha sido por mala suerte, porque el Gobierno ha hecho todo lo que ha podido para sacarnos de la crisis. Y tras llevarnos a la situación más penosa de la democracia, todavía habrá gente que vote al PSOE, porque no se fía del PP. ¿Pero cómo vamos a salir de la crisis si el dinero que se invierte en subsidios se retira de inversiones productivas que generen puestos de trabajo?. ¿Cómo vamos a salir de la crisis si nos estamos comiendo el trigo antes de producir el pan que íbamos a vender?.

Pobreza, ignorancia y desempleo serán los logros que los gobiernos del PSOE nos legarán cuando el defensor de la alegría abandone La Moncloa, a los que se añadirán un incremento desbordado de la economía sumergida, la corrupción, la violencia, la delincuencia y la pobreza.

Es hora de que los españoles exijamos responsabilidades, no se puede seguir perdiendo el tiempo, porque cada día que pasa y José Luis sigue en La Moncloa nos endeudamos en más de 20 millones de euros, al mes seis mil millones de euros, al año 72.000 millones de euros, contando la deuda pública y privada. Para que se hagan una idea de la proporción, la anunciada subida del IVA en dos puntos no cubrira ni la tercera parte del endeudamiento de este año. Cada español deberá en el 2012 17.600 euros, la deuda pública ascenderá a 812.472 millones de euros, y la deuda privada triplicará esa cantidad.

La gestión del Gobierno de José Luis se puede analizar con un solo dato, en el año 2009 el Estado ingresó 105.000 millones de euros y el Gobierno de José Luis se gastó 205.000 millones de euros.

Biante de Priena

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dar peces no es la solución, la solución es enseñar a pescar que es lo mismo hacer que sea posible en 24 horas hacer empresas.

el dinero que no hay dijo...

El gobierno quire dinero. Las carreteras españolas lugares para la recaudación masiva.

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha llenado las carreteras españolas de radares camuflados para recaudaciones masivas, con los que espera conseguir nada menos que 432 millones de euros en 2010, una cantidad será superada, el ritmo de denuncias es trepidante.

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