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sábado, 11 de agosto de 2012

La España infestada

Parásito: dicho de un organismo animal o vegetal; que vive a costa de otro de distinta especie, alimentándose de él y depauperándolo, sin llegar a matarlo

La plaga de parásitos que asola la tierra de Cervantes cada día se va adueñando de más circunstancias y vidas, alcanzando cotas de epidemia, este país está lleno de delincuentes, unos con corbata y otros con Kufiyya, pero la mayoría todavía no han sido identificados.

El erario público es el principal terreno que habitan los parásitos españoles, que en nombre de las más sacrosantas y nobles intenciones han vaciado las arcas del Estado para los próximos veinte años. Unos lo han hecho desde los consejos de administración de las Cajas de Ahorro, formadas por los principales partidos políticos de este país y los sindicatos; otros lo han hecho directamente desde las administraciones públicas, desde el Estado, desde las autonomías, desde las diputaciones, desde los ayuntamientos; aún otros han creado empresas fantasma para transferir fondos desde lo público a lo privado; algunos se dedican a cobrar las prestaciones sociales en este páramo laboral que nos ha legado la izquierda del pleno empleo y los sindicatos de van a acabar con todo, que han creado 3 millones de nuevos parados, y cientos de miles de puestos de trabajo en la economía sumergida.

Por si fueran pocos los nacionales, también hemos ido recogiendo parásitos internacionales que se vienen a tratar de los problemas de salud desde países más ricos que el nuestro y otros desde países más pobres. Por último tenemos a todos los empleados públicos que se han instalado desde el enchufe en los últimos años con patente de funcionario, gracias a los partidos políticos que los han colocado y que no bajan de medio millón. Si a ellos añadimos los políticos, sindicalistas, cantantes y sonantes, que forman legión, España es sin duda el país con más parásitos del planeta.

¿Y cómo se puede resolver una infestación como la que sufre España con cientos de miles de parásitos viviendo de lo público?, pues sencillamente reduciendo lo público hasta su más mínima y necesaria expresión, no hay otra manera, por mucho que se empeñen algunos de culpar a la banca, a los partidos políticos, a los sindicatos, al grupo Bildelberg, a Alemania o a Perico de los palotes, sólo hay una forma de resolver esta epidemia, reduciendo lo público y aislándolo de los parásitos, con un control exhaustivo de los recursos por parte de los órganos correspondientes, que a su vez deben ser vigilados de cerca por algún medio de control creado ex profeso por el Gobierno y en seguimiento permanente por el Parlamento, los Medios de Comunicación y la Justicia española.

Cuanto más tiempo se tarde en hacerlo, más graves serán las consecuencias; debemos abandonar definitivamente la propaganda y las campañas orquestadas para ocultar esta situación porque corremos el grave peligro de no poder resolver por nosotros mismos nuestros problemas, como dejemos que la cuestión se relaje.

En estos momentos la situación de España es muy grave, tan grave, que si no se toman las decisiones acertadas y oportunas nos veremos arrojados a una situación como la que se vive en Grecia donde están pensando en bajar el SMI de 730 euros a 500 euros, cuando un café cuesta en cualquier bar cuatro euros. Por supuesto ya se han reducido las pensiones y los salarios públicos en más de un 50 %.

Por mucho que la gente se ocupe de saber si en España hay más parásitos de izquierdas o derechas, populistas o nacionalista, a los efectos es lo mismo, da igual que unos sean el 70 % y otros el 30 %, o viceversa, al final roba igual un parásito de izquierdas que de derechas y roban lo mismo a los que votan por las izquierdas, las derechas o los nacionalismos.

Los españoles no se acaban de dar cuenta todavía (y hay muchos que tratan de confundirlos más) del auténtico conflicto que se vive en España, que es el de los parásitos que viven de lo público (ojo, hay gente que vive en lo público que hace magníficamente su trabajo, que no es poco, a esos no me refiero), frente a todos los demás que los pagamos.

Hasta que los habitantes de este país no se den cuenta de que ese es el único y grave problema que tenemos en España, seguiremos discutiendo sobre el singular color de las nubes que cuenta Zapatero y la elocuencia de sonora de los silencios de Rajoy.

Enrique Suárez

Aló, Gordillo, ¿cómo va todo?


En política, todo lo que no tiene explicación oculta alguna intención. Tras la representación teatral que nos ha ofrecido IU la última semana, con la escenografía venezolana de la revolución bolivariana en marcha, cabe preguntarse hasta que punto no está el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez de director teatral de la obra representada.

Un país en crisis, como en estos momentos está España, atenazado por la deuda, la opresión de los mercados y la ineficacia del Gobierno en la resolución de sus problemas, es terreno propicio y abonado para que aquellos que viven del capitalismo y contra él, puedan ofrecernos soluciones mágicas a nuestros problemas, que siempre pasan por convertirlos a ellos en los mejores representantes del pueblo porque están contra el poder, del que precisamente viven confortablemente.

El objetivo, posiblemente, sea desviar la atención de la opinión pública sobre los focos que indican la autoría o connivencia de IU en numerosas irregularidades que se han venido cometiendo a este país, comenzando por los EREs de Andalucía que han terminado apoyando aliándose con el Presidente Griñán, no en vano sus intereses sindicales están implicados en el asunto, hasta la participación en los consejos de administración de numerosas Cajas de Ahorro que han quebrado al transformarse en bancos, y que han quedado, casualmente, con las arcas vacías.

El lavado de cara de la izquierda extrema tras los beneficios y privilegios que han recibido al unirse con los intereses del gran capital es algo imprescindible para que los creyentes no abandonen sus huestes. En realidad, hay mucha gente de IU que ve peligrar su futuro parasitario de lo público y que ha preferido anticiparse a los acontecimientos que se prevén. Sencillamente, no es lo mismo detener a un diputado, consejero, alcalde que ha trincado como cualquier aprovechado, que a un talibán de los derechos sociales que roba a los ricos para repartirlo con los pobres. Demasiada literatura solidaria es lo que le sobra a este país. Hay muchos malvados que viven magníficamente del “buenismo”.

La cuestión es la siguiente, a los de IU les interesa que no se resuelvan los problemas económicos, políticos e institucionales de España y los españoles, porque de esa forma podrán cosechar mejores resultados electorales. No hay más, ni menos. Así que si pueden ayudar a que no se resuelvan no se lo piensan ni un momento, por eso desde IU se habla de denunciar a Mariano Rajoy nada más y nada menos que por “crímenes contra la humanidad” ante el Tribunal de la Haya, al mismo tiempo, que la prensa internacional, fundamentalmente la alemana y la progre europea y norteamericana, está inflando “el atraco de los carritos” (con evasión de impuestos, porque marcharse sin pagar de un supermercado es robar no solo al supermercado sino a todos los españoles) a preludio de un conflicto irresoluble, algo que seguramente le interesa a los acreedores de España y a los seguidores de IU, pero que nos hace la puñeta a todos los demás, que vamos a tener que pagar las consecuencias de la campaña de propaganda con millones de euros, para que se diviertan los de La Internacional.

Quizás haya que fijarse en algunos detalles que puedan explicarnos lo que está aconteciendo: en mayo pasado el señor Sánchez Gordillo viaja a Venezuela en business con un importe del billete de ida y vuelta de 6.000 euros, al igual que ha hecho en otras ocasiones a Nicaragua o Cuba –extrañamente no hay ninguna foto de su encuentro con el presidente Hugo Chávez en toda la red, algo que hace pensar que no interesaba que se les viera juntos-, por fin se ha sabido que tras la expropiación de YPF que se hizo a Repsol en Argentina había intereses venezolanos, y por último, la amplia repercusión de la hazaña del cuatrero de tetrabriks en los medios oficiales del régimen chavista, donde lo ensalzan hasta la categoría de héroe.

No cabe más que preguntarse cuanta pasta ha invertido el gobierno de Hugo Chávez en Marinaleda, además de las subvenciones de las administraciones públicas españolas (de las que viven el 78 % de sus 2700 habitantes) para crear el Parque Temático Bolivariano que se han montado en la localidad de la que Sánchez Gordillo es alcalde desde hace 30 años, con un historial que daría para hacer una película de terror en el supermercado. Más que el sosías de Gandhi, aquí me parece que lo que hay es mucha gandalla.

Lo que no me acabo de explicar es como admirando tanto al régimen chavista, el señor Sánchez Gordillo no se va a vivir a Venezuela en compañía de sus acólitos, lugar que considera el paraíso en la Tierra del viento y se sacrifica por seguir cobrando del Estado español en un régimen capitalista deleznable que le paga el sueldo todos los meses por reinventar el bandolerismo, en versión cutre.

Enrique Suárez

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