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domingo, 2 de noviembre de 2008

Conferencia Nacional del MoDem: Discurso de Clausura de François Bayrou (26-10-2008, París) (3/4).

Capitalismo, liberalismo... humanismo

Capitalismo..., si las palabras tienen sentido, esto significa que para las empresas lo esencial es el capital, la acumulación de capital, la búsqueda de beneficios que remuneren el capital. Es el capital el que manda y el beneficio lo que le da sentido. Todos los discursos giran alrededor de esta realidad.

Lo siento, pero, entonces, que es lo que nos aconseja que nuestro país deba alinearse y entrar en ese capitalismo y su refundación. Siento decírselo al actual Presidente de la República Francesa, pero la adhesión al capitalismo como un modelo de sociedad es más bien lo contrario de lo que pensamos, de lo que queremos, de lo que esperamos; lo contrario de lo que hemos buscado, no solo como familia política, sino como nación francesa y como civilización europea. Después de haber tomado conciencia de que la Historia no es solo padecer, sino también construir.

Créanme, si el General De Gaulle estuviera aquí, ¡¿piensan ustedes que aceptaría que el capitalismo, refundado o no, es el ideal de Francia?!.

Verán ustedes, las palabras no están elegidas al azar, y se lo voy a decir, incluso el liberalismo es otra cosa. Liberalismo significa que lo que se pone en primer lugar es la libertad.

Se puede discutir el sistema, sabemos que tiene defectos, debilidades, que puede tener matices, pero al menos, se puede ensalzar la libertad, imprescindible para que haya otros valores.

Sin embargo, siento decirlo, no se puede poner el capital y los beneficios entre los valores fundamentales de la vida.

Nosotros, todos nosotros sabemos que es lo primordial y lo ponemos en primer lugar, pero no es el dinero, es el ser humano. Estamos de acuerdo con el humanismo y consideramos que, al menos en muchas cuestiones, el capitalismo está en contradicción con el humanismo.

Depende de lo que se quiera transmitir a los niños: el respeto al dinero o el respeto al ser humano. Depende de lo que vemos en el ser humano: un productor y un consumidor –incluyendo el crédito al consumo -, o una persona, un padre, una madre, un educador, que transmite, alguien que da también, no sólo vendiendo y comprando.

Todo esto no es nada abstracto. Voy a dar un ejemplo actual. Si Francia se inscribe en el capitalismo como proyecto de sociedad, entonces la cuestión del trabajo en el domingo ni debe plantearse. Esta cuestión está regulada y establecida de antemano.
Es más práctico poder consumir sin interrupción, desde la mañana a la noche sin respiro, y hacer grandes negocios durante el paseo dominical, en todo caso el paseo dominical de aquellos que han reunido suficiente dinero para no tener que trabajar el domingo.

Sin embargo, si consideramos la cuestión no desde la perspectiva capitalista, sino desde la perspectiva humanista, entonces veremos las cosas de una forma diferente, y podremos considerar cuales son fundamentales, no por la tradición o el hábito, para dejar claro que hay un día en la semana, un día para la mayoría de los franceses en el que pueden mostrar a los niños que hay otras cosas en la vida más que consumir y comprar, una ocasión para estar bien, un día para ser feliz, indispensable en todo caso para la gente, para la inmensa mayoría, un día para descansar, para los vendedores o los locutores de radio que inician su trabajo a las cinco de la mañana, un día de siete, al menos, en que la diosa del consumo puede reducirse al lugar que le corresponde que no debe ser el primero, un día para el verbo Estar y no para el verbo Tener.

Yo estaba esta semana, como Olivier Henno nos ha recordado, en el norte de Lille, en Faches Tumesnil. Con más precisión en una amplia zona donde pasé la mañana desde las 7 de la mañana hasta el mediodía, con la gente durate su jornada laboral.

Los trabajadores de las grandes superficies son aquellos que hacen la presentación, aquellos que preparan durante largo tiempo la gran superficie antes de su apertura.

He hablado con ellos y me ha impresionado mucho, porque de la mejor manera, no sabían lo que pensaba la Dirección, las mujeres me preguntaron sobre lo que yo pensaba del trabajo en domingo.

Ellas mismas daban la respuesta al aproximarse, y ellas mismas respondían: "Por favor, no permitáis que esto ocurra –decían- ellas, estas son las historias que se cuentan, el “voluntarismo” para aquellos que están empleados, si deben prevalecer los niños, o si tienen posibilidades de elegir o no las tienen.

Además, añadieron, con buen sentido, que los euros gastados en domingo, se dejarán de gastar a lo largo de la semana. Y al mismo tiempo, que los puestos de trabajo creados para el domingo, se dejarán de tener a lo largo de la semana.

Se trata de un juego de suma cero, pero hay niños que no verán más a su madre durante el fin de semana y, naturalmente, estos no serán los más favorecidos.

Vamos a proponer un proyecto humanista a los franceses

El proyecto humanista que llevaremos ante los franceses, consistirá en afirmar y defender. Frente al proyecto capitalista de unos y el socialista de otros, habrá un proyecto humanista y los franceses elegirán lo que ellos quieran. Elegirán su orientación, sus prioridades y el destino de su pueblo.

Vamos a desarrollar este proyecto ante ellos durante los próximos meses, especialmente durante el curso de la campaña europea.

Sabemos cuales son los pilares de este proyecto, había previsto enumerarlos ante ustedes, pero no voy a poder hacerlo más que rápidamente ante la hora que es.

La primera afirmación del proyecto humanista, ya existe en la sociedad, las cosas que no pertenecen al mundo del mercado, y a menudo en la vida, lo más importante no tiene nada que ver con el comercio.

Esto nos lleva de vuelta a la cuestión de los servicios públicos, a la cuestión de la educación, a la prioridad de la educación. También nos lleva de vuelta a la cuestión de la salud, y a la cuestión de la tierra, incluyendo la defensa de las tierras que hoy en día están abandonadas.

Si se tiene en mente el beneficio, los servicios de correos se vincularán a las grandes aglomeraciones y la privatización, y conducirá sin remedio a abandonar su universalidad territorial.

Por esta razón no estoy de acuerdo con la privatización de los servicios de correos.

De la misma forma, las decisiones concernientes a la educación serán tomadas con la prioridad de la imprescindible educación. Esto no quiere decir que concluya aquí la política educativa, pero sí que el primer imperativo será la educación.


Traducción: Ciudadanos en la Red

Discurso de Clausura (1/4)

Discurso de Clausura (2/4)

Discurso íntegro en francés

Vídeo en francés

continuará...

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