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miércoles, 26 de diciembre de 2007

Dabat: Rodríguez Zapatero :( ): Marilyn Manson

Amig Janar:
Lu sient, no pued astá dacuerd am tu.
Da ninguna manera.
Llo dig lu sagüent:
Alguns ruckers, ca nurmalment sirculan alradadó da la SGAE, son anacara paor ca lus pulitics, parca sançiyament a lus pulitics nussu lus pudem quitá d’ansima cada 4 añs.
An cambiu a lus autors da la SGAE no nussu lus pudem quità da ansima y ansima paguem “ad eternum” les sebes defecacions mantals am al “Canon SGAE”.
Sensa cap duda, SON PAÓ CA LUS PULITICS.
Alguns ajemplas:




Rodríguez Zapatero :( ): Marilyn Manson


Siempre he pensado que la profesión de político se parece bastante a la de rockero: pues en ambos casos no necesitan fundamentarse en más ética que la que les dicta su capricho o (como mucho) su grupo musical. Los dos hacen lo que les parece sin dar explicaciones, llenándose el bolsillo y el ego; y su objetivo es pasar a la historia satisfaciendo a hordas de incondicionales, habitualmente prescindiendo del resto.

Pero si tuviera que comparar a Zapatero con alguna estrella de rock, sin duda lo haría con Marilyn Manson, porque es un personaje que dice no tener ninguna referencia moral, por su radical anticristianismo, y porque en su permanente delirio se cree que es el anticristo.
Todo sea dicho, lo de Rodríguez sin ningún talento.

Prescindiendo de España

Si algo debo agradecerle a los nacionalistas vascos y catalanes, y también gallegos, que van a su ritmo, es todo lo que he aprendido escuchándoles sobre la defensa argumental de las creencias políticas, sean o no fundamentadas en hechos.

Cuando un nacionalista dice yo no soy español, soy catalán, vasco, o gallego, ¿qué dice realmente?. En primer lugar que España no existe como tal, que es un instrumento político inventado, una categoría inexistente que para lo único que sirve es para distorsionar la convivencia de los ciudadanos que habitamos en la península ibérica, (excluyendo a los portugueses, gibraltareños y andorranos), Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. Si ellos que son españoles no son españoles, entonces España no puede existir porque es una categoría espuria, que define y clasifica mal la realidad existente.


Que todo sería mejor si España desapareciera diluyéndose en un Estado plurinacional, algo así como la nación india con sus apaches, comanches, sioux y otros. O la nación árabe con sirios, jordanos, marroquíes, egipcios, tunecinos, libios, argelinos, saudís, etc.

En realidad, nos están ofreciendo un pacto por la convivencia, si los españoles renunciamos a nuestra nacionalidad, y admitimos las suyas, entonces es posible la convivencia en paz y el progreso de todos los ciudadanos que vivimos en este país. ¡Qué más queremos!.

Sin embargo hay una gran trampa en su principal argumento, si para avanzar hacia el futuro de la mejor forma posible, nosotros tenemos que renunciar a nuestra nacionalidad, ¿por qué ellos quieren tener la suya propia?. No se entiende bien el argumento, si el Estado-Nación es un obstáculo para el futuro político de los españoles, ¿por qué ellos quieren ser Estado-Nación catalán, vasco, o gallego?.

Alguna ventaja tiene que tener lo de ser nación, para que los nacionalistas estén empeñados en ser naciones independientes.

El estado desnacionalizado

Evidentemente, es así. El Estado desnacionalizado es una trampa para elefantes idiotas. Hay ejemplos de naciones sin estado, como Palestina o los kurdos. Hay ejemplos de estado sin nación, sí, los Estados Pontificios, el Vaticano. Pero la inmensa mayoría de lugares políticos de referencia son Estados-Nación, y la representación internacional está referida fundamentalmente al Estado-Nación como elemento de identidad. La Unión Europea o las Naciones Unidas son claros ejemplos

Una nación se fundamenta habitualmente en la existencia de un pueblo asentado en un territorio que comparta unas características comunes, que les conceda una idiosincrasia diferente a otros pueblos. Aquí comienzan los problemas.

En Euskadi, Cataluña, y Galicia hay españoles, unos dicen que lo son y otros dicen que no lo son. Bien, y los que no se consideran españoles quieren que los otros se vayan o renuncien a su nacionalidad para adquirir una nueva, la suya propia, fundamentada en el derecho humano a la autodeterminación de los pueblos, e indefectiblemente todo pueblo que se quiere emancipar vía secesión siempre se considera oprimido, es un axioma político. De lo que se deduce que los que habitan en su territorio son opresores, y los que viven en la nación a la que pertenecen fuera de su territorio, también.

Veamos la cuestión con detalle, ¿realmente es así?, ¿los españoles que viven en Euskadi, Galicia, o Cataluña, son opresores?. Exactamente no es así, más bien al contrario.

El nacionalismo (y la política) como fuente de opresión y privilegio

Los opresores son los autóctonos que se consideran no españoles, que ocupan los mejores puestos de la administración pública, establecen los grandes negocios públicos y disfrutan de ventajas sociales, públicas y privadas, por hablar una lengua minoritaria, haber nacido en algún lugar remoto, y apellidarse Zumalacárregui, Balcells, u Oubiña.

Es hora de que alguna institución estatal, por ejemplo el CIS, o Hacienda somos todos, revelen los datos de los que disponen desde hace mucho tiempo guardados en un cajón, y que exponen claramente que los García, López, Alvarez, Pérez, y González cobran menos que los que tienen apellidos territoriales, a igualdad de otras condiciones. Es hora de que revelen que para ocupar determinados cargos en las administraciones públicas correspondientes, se tienen grandes ventajas si se cumplen determinados requisitos sectarios.

Va siendo tiempo de que el Tribunal Constitucional ponga las cosas en su sitio y comience una ofensiva por la defensa de lo que le corresponde: que la Constitución española se cumpla en todo el territorio español y todos sus habitantes. Es hora de que se denuncie a los gobiernos autónomos de Euskadi, Cataluña, y Galicia por aplicar el sectarismo nacionalista, y a los demás por aplicar el sectarismo político correspondiente.

Basta ya de defender los privilegios económicos de los sectores más sectarios de la población española, fundamentándose en la creencia particular de que solo los elegidos cruzarán el umbral que conduce a la moqueta, mientras los demás seguimos pisando baldosa.

Nuestra Constitución no puede seguir vulnerándose de esta forma, se hace con los nacionalistas en los territorios correspondientes, con los partidos políticos nacionales en las circunscripciones no nacionalistas, con la ley de paridad que confunde justicia con igualdad. Lo mismo que en la dictadura franquista se privilegiaba a determinadas familias, hoy en la democracia se privilegia a determinadas agrupaciones humanas. No ha cambiado nada.

La Constitución española lo expresa con claridad meridiana, no hay lugar a equívocos: todos los españoles somos iguales ante la ley.

La nación española, el concepto de España, es precisamente lo que garantiza ese derecho, porque el estado admite cualquier posibilidad con tal de seguir adelante, como se ha visto durante los últimos años.

El Estado permite, acepta, y soporta cualquier tipo de desigualdad, la nación no. El Estado permite, acepta y soporta que algunos tengan libertad para hacer lo que les salga de las narices, la nación no. El Estado permite, acepta y soporta que unos españoles que no quieren ser españoles adquieran cada vez más ventaja sobre los españoles que queremos seguir siendo españoles, que los socialistas o los populares tengan más ventajas públicas en sus dominios que el resto de los españoles, y la nación no.

La nación es hoy el último reducto en la defensa de los oprimidos, los cautivos, los desposeídos, los excluídos, los desheredados, los que no cuentan, los del montón, la carne de cañón, los aislados, los siervos de los nuevos señores. Si los sinvergüenzas de los socialistas pensarán en los demás antes que en sí mismos, defenderían la nación por encima de todo. Si los sinvergüenzas de los populares, acomplejados herederos del franquismo y los privilegios de clase, pensaran en los demás antes que en sí mismos, defenderían la nación por encima de todo. Lamentablemente todos defienden sus privilegios, nacionalistas, populares y socialistas.

Los españoles somos los demás, los que quedamos sin adscripción política, los que estamos hartos de ver como ser político es exclusivamente un ascensor económico y social, los ciudadanos de a pie, anónimos, los que no estamos agrupados, los que nos defendemos solos, los que solo tenemos la nación, la Constitución, y nuestras propios recursos para cambiar la tiranía política que nos asola cada día más. En resumen, los que no podemos prescindir de España, porque si lo hacemos esta legión de crápulas podrá convertir sus privilegios en ley.

España es de todos los españoles, si queremos que deje de ser así, solo tenemos que seguir apoyando a los partidos políticos nacionales y nacionalistas con nuestros votos y nuestro silencio. Cruel paradoja, nacionales y nacionalistas, todos ellos confundidos en un estado sin nación que benefica exclusivamente a sus propios intereses, contra los de todos los demás, contra el pueblo, contra los ciudadanos, contra los españoles.



Biante de Priena

Con Z de Zapatero (13): "Orgullo de ser español"



Y a pesar de todo lo ocurrido y lo que está ocurriendo...


Excluyendo los que no saben, no contestan, que en realidad son los que se abstienen de opinar (un 3,2 %) tengo la satisfacción de comunicar a nuestros lectores que en el año 2005 -no tenemos cifras de época posterior, ¿las tiene el CIS?-,

un 87,6 % de los que opinan en la encuesta se considera muy orgulloso (48,03 %) o bastante orgulloso (39,57 %) de ser español.

Algunas cosas no cambian, -menos mal-, a pesar de Zapatero, ETA, y los nacionalistas. Es hora de que nos vayamos enterando de lo que somos y nos consideramos, más allá de lo que nos cuentan los políticos y los medios de comunicación.



Ciudadanos en la Red

Con Z de Zapatero (12): "Evolución de la situación económica en España"




En septiembre de 2003 había un 2,3 % de encuestados que consideraban que la situación económica era Muy Buena, en toda la legislatura de Zapatero se ha llegado al 1 %. En septiembre de 2003 había un 18,7 de encuestados que consideraban que la situación económica general era mala o muy mala, en octubre de 2007 el porcentaje es de 32,2 % que consideran que la situación económica es MALA o MUY MALA. ¿Vamos a peor?


Ciudadanos en la Red

Con Z de Zapatero (11): "Evolución de la situación política"



La evolución de la situación política española se deteriora paulatinamente.

Si en septiembre de 2003, un 26,6 de los encuestados consideraban que la situación política era mala o muy mala, en octubre de 2007 pasa a un 37,3 % de los encuestados. Retirando los que no saben o no contestan, que se pueden homologar a los que se abstienen en las elecciones, pasaríamos a hablar de cifras del 40,1 % de los encuestados consideran que la situación política es MALA o MUY MALA. ¿Vamos a peor?


Ciudadanos en la Red

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