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lunes, 27 de octubre de 2008

¿Cuánto nos cuesta la crisis?

Demasiado, nos cuesta demasiado. Pagamos por las negligencias, mentiras y estupideces de los políticos, una barbaridad. Verán ustedes, en un ejercicio pedagógico vamos a hablar hoy de lo que realmente nos cuesta la crisis.

Comencemos por las ayudas a las entidades financieras, el impuesto de refundación del capitalismo que en realidad es el pago por los desperfectos, descontrol y arbitrariedades que se han permitido desde los distintos Gobiernos y Administraciones Públicas, desde todas las instituciones colonizadas por los políticos, desde los puestos de confianza -ahora recuerdo que el Presidente Rodríguez Zapatero tiene 644 asesores, que no nos han servido para nada porque ni siquiera uno ha visto venir la crisis-, desde los medios de comunicación y la ausencia de profesionalidad en el periodismo en la que estamos viviendo que no advierte de lo que viene, ni siquiera de lo que hay.

Súmense las negligencias de autonomías y municipios. Añádanse los sindicatos, con un porcentaje de liberados que no dan golpe pero cobran todos los meses, las cámaras de comercio, la CEOE, las CEPYME, y por supuesto, todos los que viven a la sombra del privilegio sectario, con empresas parásitas del Estado en todas sus instituciones, pero que contratan al sobrino del político que les da de comer, y además le proporcionan vivienda a bajo precio, por concesiones ulteriores que espera.

¿Se han enterado ustedes de todos los que tenemos que mantener?. Sin comprender lo que nos cuesta el Estado, difícilmente podremos entender nada. Y ahora proseguimos con las ayudas a los bancos, damnificados por una crisis sin precedentes. Que el Estado financie el Mercado es una aberración, la mayor de las posibles, salvo que tenga la idea de generar nuevas parasitaciones políticas, nuevas vías de profanar la honestidad de los negocios, quiero decir.

Y no quiero olvidarme de recordar a todos los lectores, que la crisis española poco tiene que ver con la crisis de otros países, porque en España los problemas no son de liquidez de las entidades financieras, que aún andan comprando y vendiendo participaciones por el mundo, sino de la extraordinaria incompetencia de nuestro mercado laboral, lastrado por los sindicatos, sometido por las políticas estatales, intervenido hasta el tuétano. El crecimiento del desempleo nos separa en sus causas y consecuencias de la crisis internacional, y el paro crece porque las estructuras laborales son arcaicas, estacionales, discontinuas, fraccionarias, no planificadas e improductivas, gracias a los sindicatos, la paz social y la petulancia extrema de unos inútiles que se pasean por los escenarios públicos, Sebastián, Solbes, Blanco, De la Vega, Zapatero, sin tener ni pajolera idea de lo que es la economía, porque sólo se han ocupado en su vida de lo que pueden hacer con el Estado, sin saber siquiera de donde viene el dinero que se gastan, como dijo aquella ministra, de cuyo nombre me he olvidado: "el dinero público no es de nadie".

Y vamos con la crisis financiera, que al final va a olvidárseme, pues verán ustedes he hecho algunos cálculos, en este país cotizamos por nuestro trabajo veinte millones de ciudadanos, si se van a dedicar cien mil millones de euros a reflotar el sistema financiero en nuestro país, nos sale la gestión a cada contribuyente real por la simpática cantidad de 5.000 euros, eso dedicado a resolver sólo la crisis de los bancos, ahora súmense los ERES, la pensiones, los parados, el coste de los servicios, y los sueldos de los políticos y descubrirán lo que cada español medio va a tener que pagar de impuestos para hacer la política económica de corte socialdemócrata que pretende Zapatero.

Cada español comenzará el año 2009 debiendo más de 15.000 euros, más lo que le corresponda por la deuda pública, y las deudas personales que tenga adquiridas. Eso sin hacer ni una obra pública, porque con cada concesión, con cada parado, con cada nuevo contratado para tareas improductivas, con cada nuevo liberado sindical, con cada nuevo político, sigue aumentando lo que debemos, porque el superavit aquel que teníamos se lo ha fundido la corte de Zapatero antes de que reconocieran públicamente que había crisis, en tan solo cuatro meses.

Ni reconocieron la crisis, ni la van a resolver, dejarán que las cosas se pudran hasta que el Estado entre en quiebra, se forrarán un poco más con la "resolución de la crisis" y después le pasarán la breva a ese señor de barba que reside en los montes de Babia, y que terminará contándonos a los españoles como han dejado el Estado, mientras las calles se llenarán de huelguistas, parados y esa izquierda social que se ha acostumbrado a vivir de los demás en su victimismo insaciable, porque han hecho de la dependencia un negocio muy rentable. Y los que trabajamos, a trabajar más, para que nos "arreglen la vida" estos entusiastas salvadores que nos han tocado en las urnas, por votar con el modelo de la ONCE como único criterio, a ver si hay suerte y nos acaban de dar los 400 euros.

Díganme ustedes si no son motivos para volver a creer en el más allá, porque en el más acá como que no. Y encima, el inefable cejudo quiere ir a Washington a decirle al mundo mundial como se arregla el embrollo, miedo me da que le dejen participar aunque sea de oyente.

En realidad, el precio que pagaremos por la crisis es el regreso al pasado de incertidumbre y miseria, gracias a los progresistas que decían que nos iban a salvar del "infierno" creado por Aznar, y léanse cuando puedan algo de lo que dice el Profesor Barea, aquel economista que hoy tiene 85 años y fue el que hizo posible que España convergiera con Europa en todos los epígrafes, para que vinieran los pacifistas rentistas a liberarnos del futuro que nos esperaba. Y en su defecto, algo de lo que dice Alberto Recarte en Libertad Digital, o el profesor Nouriel Roubini, si prefieren escuchar lo que piensa sobre nuestro país un "gurú" económico mundialmente reconocido en el tema de las crisis, que clavó lo ocurrido en los Estados Unidos en 2004, y lleva anunciando la crisis desde entonces.

La factura que pagaremos los españoles por no participar de forma "humanitaria" - como estaba previsto, igual que lo hacemos en Afganistán, Bosnia y Líbano - en la guerra de Irak, va a ser inmensamente mayor de lo que se esperaba, y todo porque como siempre, unos manipuladores organizados, consiguieron con propaganda ante la incertidumbre de un pueblo herido, cambiar el curso previsto, al descuido, como delincuentes que son. Está visto que los errores de algunos, los pagamos todos, para la próxima ocasión la mano en el bolsillo, aferrada a la decisión libre de lo realmente elegido, y el móvil apagado, que en tiempo de elecciones los carga el diablo. Pero duerman tranquilos, y procuren soñar con esa magnífica imagen de Zapatero no diciendo la palabra crisis, Solbes negándola ante Pizarro, y el magnánimo Sebastián, ofreciendo una bombilla de bajo consumo por cabeza, para iluminar nuestro futuro.

Biante de Priena

Los Efectos de la Crisis sobre la Población



TEXTO: ¿Pensáis que la crisis puede cambiar a las personas? / Yo diría que no / Me parece improbable / ¡Que va! / No lo creo

Blog: dibujandolacrisis.blogspot.com

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