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viernes, 19 de octubre de 2012

Preludio de una guerra civil en España



"Una sola cosa nos explica bien la historia y es en qué consisten los malos gobiernos" Thomas Jefferson

¿A qué mola el titular?, pues no se pierdan lo que viene después.

Bajo ese lema que se va a poner de moda, se agrupan los sectarios de la todas las izquierdas españolas, con carritos y con cejas, los que se llenan la boca hablando de la igualdad cuando han creado la mayor desigualdad  entre los españoles en la historia de la democracia. También se adhieren los nacionalistas de las desigualdades diferenciales, que velan exclusivamente por los intereses particulares de sus territorios, y al resto que le den. Por supuesto, una legión de advenedizos, corruptos diversos, miles de colocados por el poder fuera de concurso-oposición, aquellos que viven magníficamente del pesebre nacional, los desfalcadores de bancos públicos, los sindicalistas de clase, los que protestan sin fin contra el Gobierno de España y contra la realidad penosa que nos legaron los que hoy se parapetan tras una pancarta, todos unidos por ese sentido patrimonial de lo público y lo social, los que se intitulan defensores de la sociedad de masas.  A mí me gusta denominarlos en su conjunto: “la corte de los milagros”, porque argumentos coherentes con la realidad no tienen costumbre de ofrecernos, pero deseos y buenas intenciones como para exportar. 

Me pregunto que haría toda esta gente callada mientras el PSOE arruinaba este país durante los siete años de la plaga de despropósitos a que nos sometieron los chicos de la ceja, donde estaban los luchadores, cuando Zapatero se gastaba 100.000 millones de euros al año más de lo que ingresaba el Estado para tapar su nefasta, inepta e inolvidable defensa de la alegría.  Me parece que tanta algarabía como tienen montada sólo tiene como objetivo ocultar el 10 % de déficit público que dejaron, las arcas vacías, las corrupciones múltiples, la deuda pública de medio billón de euros que legaron los del PSOE a este país, los tres millones y medio de parados más, los tres millones de pobres más, el millón de empresas que han cerrado y los despilfarros acometidos en nombre de las más extraordinarias ocurrencias, sin olvidarnos de los 600.000 empleados públicos más que no teníamos en 2004 y ahora tenemos.  Ni una palabra de la Corte de los Milagros contra los autores del descalabro de España, pero no pasa el día que organizan una manifestación con el único objetivo de seguir viviendo del pesebre público como han hecho hasta ahora, es decir, a costa de los demás españoles. 

No sé a ustedes, pero a mí me parece repugnante la propuesta de salvación que nos ofrecen los estafadores de los EREs que organizan huelgas generales, los que no se cortaron para abrir las puertas de este país a siete millones de inmigrantes entre 2008-2009 sin prever el impacto que eso ocasionaría en nuestra economía y vidas, los que están empeñados en convencernos que la democracia sólo puede construirse desde el socialismo o el nacionalismo, y los que están obstinados en mostrarnos que los únicos que tienen intereses altruistas en este país son ellos, aunque España haya descendido 15 puestos en Transparency International, esa agencia que mide la corrupción de los países tras la pasada por el socialismo, y no sé cuantos en las que miden la credibilidad de los españoles en sus compromisos con la deuda pública.

Y dirán ustedes: este debe ser del PP; pues se equivocan, la gestión del Gobierno de Mariano Rajoy lleva camino de superar todas las barbaridades de Rodríguez Zapatero, algo que parecía imposible. No se puede confiar en un gobierno que ha mentido a los españoles para ganar las elecciones, que no ha logrado detener la sangría de la deuda pública, que no ha cambiado las estructuras de poder cuando están absolutamente sobredimensionadas, tanto a nivel  estatal, como autonómico o municipal, un Gobierno que ha sido incapaz de obtener siquiera una foto finish de la realidad española a fecha actual, que no ha hecho auditorías públicas – porque sospecho que los del PSOE y los nacionalistas no son los únicos que han estafado a los españoles-, un gobierno que deja que vaya pasando el tiempo a ver si cambian las cosas, mientras se siguen acumulando parados, pobres y miseria en este país. No, para nada apoyo al PP, creo que las cosas se podían hacer de otra forma pero para eso le faltan agallas a Mariano Rajoy, que no ha sido capaz ni de dirigirse a los españoles para explicarles con detalle, pelos y señales, lo que está ocurriendo y lo que piensa hacer para que algún día podamos mejorar.

Definitivamente, me parece que a este país y a sus sufridos ciudadanos los ha estafado el PSOE, los nacionalistas y el PP, junto con los demás partidos políticos y la legión de vividores que soportan en sus inmediaciones, eso que algunos venimos llamando la casta, esa aristocracia política que se ha pasado la Constitución Española de 1978 por el forro, devolviéndonos al Antiguo Régimen, al de Franco no, al absolutista de Fernando VII. 

Los españoles tenemos un grave problema con todos ellos, estamos condenados a permanecer atrapados en el síndrome de Casandra, que consiste en poder contemplar el futuro, pero no poder hacer nada para evitar los males que nos acontecerán. También está claro que cada día más españoles se dan cuenta del “raterismo político”  de los que se ufanan de representarnos, un 27% de compatriotas ya consideran a la casta política el tercer problema de este país, tras el paro y la crisis económica. Sólo es cuestión de tiempo que descubran que el paro y la crisis económica son consecuencias de las decisiones erróneas de la casta política y entonces si que vamos a tener conflictos. 

Pero no se preocupen ustedes, nada de guerras civiles, ¡que más quisieran algunos para seguir viviendo de los demás!, lo que posiblemente se produzca es alguna suerte de venganza, de este sufrido pueblo contra tanto mangante que ha usurpado el poder que se le ha concedido en nombre de la democracia, para incrementar sus patrimonios personales, aunque haya sido a costa de joder a todos los demás. Ya falta menos para que vayan rindiendo cuentas y se dejen de cuentos.

La próxima vez que vean una manifestación de esas que dicen que quieren acabar con todo, pregúntenles a los que llevan la pancarta que cuanto se han llevado para casa, ya verán con que amabilidad les responden, los “demócratas” que dicen defender sus derechos constitucionales, porque todos estos defensores de su pecunio (izquierdas, derechas y nacionalistas) piensan que la "democracia" en España es su puta, y los españoles los mamporreros,  y que nadie trate de chulearla, que para eso están ellos, nuestros ilustres representantes políticos, sindicales y sociales.

Enrique Suárez

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