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lunes, 9 de enero de 2012

Chacón es un reptil filipino


El día que en la biografía de la wikipedia pongan que cuando la ex defensa del PSOE iba a los programas de televisión llevando chuletas escritas en la mano izquierda, no sabemos si escritas en catalán o en castellano, este país sabrá a lo que se enfrenta. Pero bueno como le están rehaciendo el curriculum a la medida, para que no se pierda dejo aquí la foto, como testimonio visual del asunto

De lo que quería hablarles es de lo que es CHACÓN en castellano, por si ustedes no lo saben. En catalán no sabemos si el término existe o ya lo han borrado del diccionario, por aquello de guardar las apariencias.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española

Chacón es un REPTIL FILIPINO, háganse ustedes cargo...

(De or. filipino).

1. m. p. us. Reptil de más de 30 cm de longitud, parecido a la salamanquesa, que se cría en Filipinas y se guarece por lo común en las grietas de los muros.



Otro día les cuento la historia de Rubalcaba y el hombre pez

Ciudadanos en la Red

Carme Chacón también era Rubianes


Me entero por maty de nauscopio, que al parecer los del PSOE (o el PSC), están borrando pruebas para que no se recuerde el apoyo de la ex ministra de Defensa a la boutade de Rubianes cuando dijo aquello de la puta Espanya.

Verán ustedes, para los que no lo recuerden, aquí les dejo un artículo de la época, en una manifestación que hizo la JSC para reivindicar, una vez más, la independencia de Cataluña y apoyar de paso la chabacanada del Rubianes. Dando la trisca ocho años con la memoria histórica y ahora los del PSOE quieren inducirnos el olvido, con anestesia y la pasta que han trincado mientras gobernaron... No somos nada, o tal vez menos.

Biante de Priena

El puro de Rajoy


No se piensen ustedes que voy a hablar de la pureza del Presidente de Gobierno ¡que más quisiera!, no después del Congreso de Valencia y el pucherazo boicot contra Álvarez Cascos; no, voy a hablar del puro de Rajoy, habitualmente un habano Cohibas de 15 euros el viaje. Los puros habanos son los mejores, dicen. A Rajoy le gusta fumar puros y meter puros a los españoles. Parece que le agrada vernos apurados, sí.

Rajoy es un mediocre sujeto que sustituye a otro mediocre sujeto en La Moncloa, por el turno de oficio y estropicio. La democracia de poco sirve en estas circunstancias, Zapatero también fumaba, pero lo hacía en la intimidad para que no cundiera el mal ejemplo (ya saben ustedes, la hipocresía habitual en el PSOE). Ambos producen mucho humo, y nada más que humo, después de habernos quemado a los españoles, en eso también se parecen. Esto parece la maldición de la kakistocracia.

A mí lo que menos me gusta de los puros de Rajoy es que los pagamos los españoles, no es bueno mantener los vicios con fondos ajenos, debería saberlo el señor Presidente. Pagamos los puros que se fuma y los puros que nos mete, mintiendo para llegar a ser Presidente. ¿Cómo se puede ser tan nefasto para subir los impuestos a una semana de ser nombrado Presidente, tras haber dicho el último día de campaña que no subiría los impuestos para ganar las elecciones?

Realmente, hay que ser un poco lelo al tomar medidas económicas tan precipitadas cuando los tiburones de los mercados y las agencias de calificación están mirando. Y además ser poco espabilado, algo que intuimos los españoles, si era de libro: se llega al Gobierno, se actúa con firmeza, se reduce el gasto en todo lo posible, se envía un mensaje positivo diciendo que las cosas están mal, pero no tan mal como se pensaba y poco a poco, con el paso de los meses y cuando haya cedido la atención sobre España se van subiendo los impuestos paulatinamente, sin que se note y sin asfixiar a los españoles con sus chorradas, imponiendo el miedo como un burka, reduciendo el consumo en fiestas navideñas –cuando los comercios y la hostelería de este país hacen caja- y poniendo cara de sonrisa, en un discurso a los españoles tranquilizador, para que recobren la confianza y la esperanza en su Gobierno. De esa forma dar la imagen de que en España las cosas funcionan con normalidad, movilizar la economía, y recuperar la confianza de los inversores extranjeros. Los pocos que quedaban, han salido huyendo con el "asustado" Rajoy.

Pues no, Rajoy decide fumarse un puro, esconderse, no dar la cara, desaparecer hasta febrero y dejar a sus lacayos que administren los pecados del zapaterismo como una santa inquisición retroactiva, dirigida por Sor Aya, la hermana coraje del Gobierno. Ese es Rajoy en estado puro, un hombre que fuma mientras el país que gobierna no sabe si echarse a la calle ya o esperar al mes que viene que hará menos frío.

¿De verdad que alguien tiene la esperanza de que el fumador de puros resuelva los problemas de España y los españoles? Dicen que no se quiere desgastar, pues como siga por ese camino un día se va a encontrar el puro que le vamos a montar los españoles, y ese no va a poder fumárselo. ¡Que hartos estamos en este país de tanto memo!. Estamos en apuros, pero pronto pasaremos a las depuraciones, esa es la pura realidad que se avecina.

Enrique Suárez

Las palabras derriban los muros construidos con silencios


"Más importante que la defensa de la libertad de expresión, es la lucha contra aquellos que tratan de apresarla"

Han pasado 22 años desde que el muro de Berlín fue derribado por el pueblo alemán, permitiendo que “las dos alemanias” se reunificaran en un espacio común de libertad. La Europa de hoy es un resultado de aquella reunión, la Unión Europea está formada, esencialmente, por la agrupación de los países más occidentales y los que pertenecían al Telón de Acero, a excepción de los más próximos a la órbita rusa.

El muro de Berlín se erigió en el año 1961, también fue denominado “muro de la vergüenza”, tenía dos sectores bien diferenciados uno que dividía en dos la capital alemana de 45 kilómetros de longitud y otro a lo largo de la frontera entre la RFA y la RDA, de 115 kilómetros; sin duda, fue uno de los símbolos más emblemáticos de la Guerra Fría, pero fundamentalmente de la separación de Alemania y Europa, en comunidades fragmentadas: Occidental y Oriental.

El presidente norteamericano, John Fitgerald Kennedy lo visitó en el año 1963, poco antes de su magnicidio. En aquella ocasión pronunció un magnífico discurso desde el balcón del edificio Rathaus Schöneberg, con una frase que pasaría a la historia: “Ich bin ein Berliner” (yo también soy berlinés), pero quizás aún más importante fue la conclusión que estableció definiendo aquella realidad de segregación entre los que podían vivir en libertad y los que no podían hacerlo: "La libertad supone muchas dificultades y la democracia no es perfecta, pero jamás nos vimos obligados a erigir un muro, para confinar a nuestro pueblo."

Los VoPos, la policía del pueblo de la República Democrática Alemana (exuberante eufemismo) se quedaron sin trabajo con la caída del muro, entre sus funciones tenían la encomiable tarea de evitar que se produjera un intercambio entre dos percepciones de la realidad, la de la libertad y la de la opresión. No se permitía el paso de las personas al sector occidental, ni el paso de las ideas al sector oriental de la capital alemana. Lo contrario del conocido aforismo de los liberales: “laissez faire, laissez passer”, representaba la doctrina de los totalitarios.

Desde el 13 de agosto de 1961 hasta noviembre de 1989, 270 personas se dejaron la vida por huir desde la opresión hacia la libertad, no se conoce ningún caso que lo hiciera a la inversa, es decir, que perdiera la vida por huir desde la libertad a la opresión. Poca gente recuerda el nombre de los que se dejaron la vida, tampoco la de los que se la arrebataron, pero todos recordamos lo que ocurrió.

De aquella épica hazaña, siempre quedará un recuerdo inolvidable, porque de los escombros de los muros erigidos para segregar a los seres humanos, acaban brotando con el paso del tiempo, las flores de la diversidad natural, las palabras discrepantes y los silencios atronadores, como homenaje a los que se dejaron su vida y memoria por defender, incluso con su propia sangre, el triunfo de la libertad.

Es una ley humana no escrita en la Carta de los Derechos Humanos, ni en ninguna Constitución, pero sí en el acervo compartido del género humano, porque donde se siembra la tiranía, la opresión, la censura y la imposición, siempre brota, al mismo tiempo, la lucha por la libertad, y al final, la libertad siempre acaba venciendo, tan solo es cuestión de tiempo.

Enrique Suárez

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